Creando jóvenes embajadores antinucleares por la paz en EUA
Estancias > Hibakusha ProjectPor Mainichi Shimbun
jueves 28 de febrero de 2008 10:11 COT
(Publicado originalmente el 31 de enero de 2008 en japonés y el 7 de febrero de 2008 en inglés)
El doctor Shuntarō Hida con los estudiantes (Takeshi Nishimura / © Mainichi Shimbun)
Ha dejado de llover, pero el cielo decembrino sobre el Parque Memorial de la Paz de Hiroshima es frío y lúgubre. Shuntarō Hida, de 91 años, se queda de pie, sosteniéndose con el bastón. Una enfermedad en primavera le minó la fuerza en la parte inferior del cuerpo. Por lo general declina invitaciones para dar charlas lejos de su hogar en la ciudad de Saitama, pero esta ocasión particular es algo que había esperado durante mucho tiempo. Ha venido a Hiroshima a hablar con estudiantes universitarios estadounidenses, procedentes de Chicago.
Los 16 alumnos estudian las implicaciones éticas del bombardeo atómico. En una sala de conferencias del Museo Memorial de la Paz, vuelan las preguntas. "¿El bombardeo ayudó a terminar la guerra?" "¿Los hibakusha odian a Estados Unidos?" Hida les responde a todos, siempre con una sonrisa tranquila en el rostro.
"Abolir las armas nucleares es difícil", observa un estudiante. "¿Qué podemos hacer?" Hida le responde con voz fuerte: "Este no es un asunto cuya decisión deba dejárseles a los líderes políticos. Quiero que todos ustedes le digan a la gente acerca del sufrimiento de los hibakusha. Que sus voces se oigan. Que el país se mueva".
Él siente la importancia de crear embajadores de paz en los EUA, una superpotencia nuclear. "Es una oportunidad remota", dice, "pero debe hacerse". A mediados de enero, de visita en casa de Hida, le pregunté qué pensaba sobre las medidas que se estaban discutiendo para relajar los criterios bajo los cuales se les concede reconocimiento oficial a los hibakusha como víctimas de las bombas atómicas.
"Eso les hará más fácil a los hibakusha obtener ayuda médica", me dijo, hablando con calma, "pero no resuelve todos los problemas ocasionados por el bombardeo. Lo que los hibakusha quieren es la abolición de las armas nucleares".
Un dejo de impaciencia se trepa en su voz mientras prosigue. "Más del 95 por ciento de los japoneses que oyen las historias sobre los hibakusha se compadecen de ellos. Les conmueven sus historias, pero la compasión pasiva no lleva a un movimiento antinuclear".
Antes de volver a casa, los estudiantes de Chicago tuvieron un encuentro con el alcalde de Hiroshima, Tadatoshi Akiba, quien les entregó una carta, pidiéndoles que la enviaran a sus contrapartes en la zona de Chicago. La carta era una invitación para unirse al movimiento de Alcaldes por la Paz. Los estudiantes accedieron. Al regreso, la presentaron, con 600 firmas que recogieron en la universidad, al alcalde de Chicago, quien prometió considerar el asunto.
Cuando recibí un correo electrónico de los estudiantes informándome el resultado de su misión, llamé por teléfono a Hida para contarle. "Me alegra escucharlo", dijo con voz alegre.
Shuntarō Hida era médico militar en servicio en Hiroshima cuando cayó la bomba. De inmediato se dedicó a tratar a las víctimas, cuyo número él calcula en alrededor de 6.000. En la actualidad atiende pacientes hibakusha en consulta externa en dos hospitales de la prefectura de Saitama.
Por Fusajirō Takada, Mainichi Shimbun. Traducido del inglés, con apoyo en la versión en japonés, por Julián Ortega Martínez
© 2008 THE MAINICHI NEWSPAPERS. All rights reserved. Reproduced under permission (Todos los derechos reservados. Reproducido con autorización).
MAINICHI DAILY NEWS http://mdn.mainichi.jp/