Confunde y vencerás
Estancias > Seguridad democráticaPor Julián Ortega Martínez
mircoles 17 de mayo de 2006 4:12 COT
Dedicado a la persona que más quiero, con quien no siempre me identifico en lo emocional, pero sí en lo político…
Mucho se ha dicho sobre las intenciones y los resultados de la Política de Seguridad Democrática de Uribe [1], eje fundamental de su plan de gobierno durante su primer (y esperamos único) periodo presidencial. También se ha dicho bastante acerca de lo que hay detrás de dicha política, especialmente lo relacionado con sus posibles antecedentes en las "políticas de seguridad nacional" anticomunistas de los setenta, que como todos sabemos, dejaron como resultado sangre y rencores por doquier.
Podemos partir del concepto de seguridad ("cualidad de lo seguro”, que a su vez, es lo “libre y exento de todo peligro, daño o riesgo") e irnos hacia la seguridad nacional ("deseo de salvaguardar los caracteres esenciales que caracterizan a un Estado como tal, de agresiones susceptibles de afectarlos") y la defensa nacional (que pasa por las diversas modalidades de guerra, desde las más primitivas como las luchas entre clanes, pasando por las guerras dinásticas y las de naciones, hasta conceptos como la nación en armas, la guerra fría, la estratégica, la contrainsurgencia, la guerra total y la estrategia total) [2]. En los tiempos actuales, con la caída del comunismo soviético, aparecieron nuevas "amenazas" a la llamada seguridad, como el terrorismo, el narcotráfico, los problemas ambientales, los conflictos religiosos, las armas de destrucción masiva, etc.
Atrás han quedado las épocas en las que el prestigioso militar prusiano Carl von Clausewitz ponía la política por encima de la guerra, esta última "la continuación del intercambio político con una combinación de otros medios". Ludendorff, uno de los primeros seguidores de Hitler -con quien después entraría en conflicto- invirtió perversamente la teoría de von Clausewitz. El concepto del lebensraum ("espacio vital") describe muy bien los imperialismos del siglo XX (el alemán, el japonés, el gringo). Después de la guerra fría, las nuevas amenazas descritas arriba y los ataques del 11-S, seguridad, seguridad nacional y defensa nacional iban a confundirse en el primer concepto (con el apodo de "democrática" en algunos casos), mientras que la política y la guerra, distintos pero inseparables para von Clausewitz, harían lo propio.
Eso es lo que hay detrás de la "seguridad democrática" ("aristocrática", como la llaman algunos con sarcasmo), que mete en un mismo costal a los asesinos farcos, los elenos, los paracos, los delincuentes o aquellos que disienten del credo oficial y mesiánico de Uribe bajo la etiqueta "enemigos del Estado". Una seguridad que, con la excusa de salvaguardar los valores esenciales de la nación, pone en riesgo, a punta de informantes, soldados campesinos, policías y soldados cuidándoles las carreteras a los pudientes y recompensas, a la población civil, metiéndola todavía más en medio del conflicto armado. No en vano las detenciones arbitrarias y los abusos de la Fuerza Pública han aumentado, y no siempre la justicia está lista para corregirlos. El gobierno es el que debe temerle a su pueblo, no al revés…
Así a los apologistas del régimen no les guste [3], el reforzamiento del Estado mediante el incremento del gasto militar, en detrimento de lo social [4], genera más autoritarismo (tesis de la persona que más quiero, no mía), así esa no sea la intención. Peor aún cuando el Estado, que debe garantizar "la vida, honra y bienes" de los ciudadanos, los mete sin más como escudo de guerra. En su momento, la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos cuestionó lo anterior en estos términos:
una política de seguridad democrática tampoco debe expresarse en disposiciones o prácticas mediante las cuales se den o impongan a los miembros de la población civil funciones o tareas que, al hacerlos participar de modo directo y activo en las hostilidades, los priven de la protección a ellos conferida por la normativa internacional humanitaria. El Estado debe siempre respetar el principio humanitario de distinción. En ningún caso, la cooperación de los ciudadanos con las autoridades encargadas de la defensa nacional, de la protección del orden público, o de la administración de justicia debe asumir formas de acción que involucren a los civiles en el conflicto armado.
No obstante, la ONU nunca es escuchada en estos temas (menos en enero pasado, cuando pidió reformar la infame Ley de Justicia y Paz). Ese organismo, al igual que las ONG, son "patrocinadoras de los terroristas" e impulsan "cruzadas yihaidistas" contra el Sacro Régimen Grecoquimbaya Furibista. Pueden más la Iglesia, el régimen, los medios tradicionales, José Obdulio, los finqueros paisas… La "seguridad" es hacer que los turistas se sientan protegidos por la Fuerza Pública, para que afuera digan que todo está bien, lleguen las "inversiones" y "crezca" la economía del país, "fomentando" el desarrollo y "combatiendo" así la pobreza, el desempleo y la desigualdad.
Es hora de despertar: con mucha calma, con muchas mentiras, con mucha autocensura mediática, con la confusión de términos descrita antes, nos estamos embarcando en la peor aventura autoritaria de los últimos años, una patrocinada con votos, lo que más le gusta a Alvarito. ¿Que lo de Iraq no tiene nada que ver con nosotros? Sí, cómo no…
Noticas:
- [1] Aquí se encuentra el texto completo de dicha política (archivo PDF)
- [2] Los conceptos provienen en su mayor parte de Ugarte, José Manuel. Los conceptos jurídicos y políticos de la seguridad y la defensa: un análisis orientado a América Latina. Buenos Aires: Plus Ultra, 2003. La definición de seguridad proviene del Diccionario de la RAE
- [3] Fernando Uricoechea ataca a quienes hacen esta crítica en su artículo La seguridad democrática en Colombia.
- [4] Afirmación que se encuentra facilito en el párrafo 22 (página 18) de [1]
El autor de esta columna tiene su propio blog aquí.
viernes 19 de mayo de 2006, 12:49 COT
La afirmación del título también podría aplicarse a éste mismo artículo, que confude y distorsiona varias cosas, con un fin bastante cuestionable.
Primero, acepto que parte de lo dicho arriba es cierto, que hay abusos, que hay exageraciones, que hay acusaciones infames en contra de los criticos. No me cuesta nada aceptar que eso está mal.
Pero, en segundo lugar, me parece que es bastante cínico decir que únicamente se protegen las carreteras para los “oligarcas”, que nadie más recibe ningún tipo de beneficios, que sólo es seguridad para los ricos. Esa no es una afirmación seria, ni aquí ni en ninguna parte.
También pretender que “se saque a los civiles del conflicto”, así tenga mucho humanismo, es pecar por inocente.
Al contrario, la única manera de derrotar la guerra popular prolongada de las FARC-EP y del ELN es utilizar la combinación de todas las formas de lucha en su contra, y eso incluye reunir e implicar a todas las personas que sea posible de lado del estado, no ponerse a distinguir entre pétalos de rosas mientras los guerrilleros siguen con sus Planes Estratégicos para la Toma del Poder.
Dejar que las guerrillas hagan lo que se les venga en gana, mientras que se le exige al estado que las detenga con las manos amarradas, es algo tan irresponsable que sólo se entiende si viene de personas que no están obligadas a vivir en Colombia hasta que mueran y vivir con las consecuencias del accionar guerrillero terrorista, como algunos de nosotros sí lo estamos.
viernes 19 de mayo de 2006, 13:22 COT
A mí no me parece tan malo que el Estado proteja las carreteras. El problema es cuando dicha protección no está realmente respondiendo a la verdadera necesidad de seguridad, sino a crear la sensación de que esa seguridad realmente existe (sensación que se crea a punta de “espectáculos mediáticos” como esas “caravanas”), cuando no es cierto. Para la muestra, un botón.
Nadie le está amarrando las manos al Estado. Es indudable que la práctica totalidad de la población civil está en contra de los grupos armados (si bien el porcentaje parece disminuir cuando se trata de las AUC), pero no por ello el Estado debe exponerla involucrándola de forma tan directa en el conflicto, del mismo modo que dichos grupos armados tampoco deberían hacerlo. Es caer en el jueguito de ellos lo que es absolutamente irresponsable y cínico.
viernes 19 de mayo de 2006, 14:14 COT
Recuerdo haber leído antes ese botón, sin embargo no prueba que sea falsa la seguridad, simplemente que no es ni será total ni absoluta, lo que es diferente. Claro que habrá retenes, pero mejor que sean 5 que 50, al menos eso creo yo. Y eso beneficia a más personas que sólo a los ricos y turistas, por lo tanto el desconocer eso me sigue pareciendo reprobable.
Yo sí creo que se le está amarrando las manos al estado, al prohibirle que utilice informantes (otra cosa sería pedirle que confirme mejor sus datos, pero eso no fue lo escrito) para labores de inteligencia, que no use soldados campesinos para resguardar pueblos que sin ellos no tendrían protección, que no use recompensas, todo eso cuando las guerrillas tienen todas las facilidades para utilizar esas y otras formas de lucha y nadie se lo impide.
Uribe será autoritario y todo lo que ustedes quieran, pero yo prefiero que sea la historia la que lo condene como tal cuando se pueda dar el lujo. En Perú ahora podrían colgar a Fujimori porque ya no tienen marcha atrás, pero aquí todavía estamos en un punto crítico de la guerra.
viernes 19 de mayo de 2006, 23:44 COT
Infortunadamente, el conflicto colombiano ha distorsionado nuestros valores. Es uno de las consecuencias de nuentra endémica guerrilla. Sus tropelías han hech pensar que la única forma de combatirla es mediante un descomunal esfuerzo militar en el que se comprometa a la sociedad civil, en su conjunto.
Jamás, un régimen democrático sobrevive si se restringen los derechos fundamentales. Al distorsionarse el Estado con medidas represivas, involuciona hacia uno de tipo autoritario, restándole legitimidad y debilitándolo hasta tal punto que la lejana victoria guerrillera comienza a ser posible.
La fortaleza de un Estado no radica en su aparato militar sino en la legitimidad de sus instituciones. Ejemplos, la historia nos los muestra por doquier. La Uniòn Soviética tenía uno de los mayores poderíos militares de la historia. Sin embargo, la desligitimaciòn de sus instituciones, quebró el Estado socialista, iniciándose la perestroika.
Nuestro Estado, débil por naturaleza, avanza a pasos agigantados hacia su desligitimaciòn. Un gobernante decidió torcer en su favor (así lo ha hecho con buenas intenciones) la constitución con el fin de asegurar su permanencia en el poder por un lapso más.
Un congreso (con excepciones, claro está) corrupto se come el erario público y ahora, el que viene, tiene todo el camino abierto para legislar, sin fiscalizaciòn alguna. Es de un solo color y una sola voluntad.
Queda el poder judicial, al que el gobernante también pretende poner en su favor. Nilson Pinilla es la avanzadilla para equilibrar en su favor a la Corte Constitucional. Reformar la tutela, también es otra jugada.
La guerra contra la subversión no se gana con tanques. la historia, tozudamente lo enseña. Se gana con un modelo social que oncorpore a los excluidos a sus beneficios, que redistribuya la riqueza, que quiebre la inequidad.
Sin que ello quiera decir, que el Estado debe cruzarse de brazos y entregarse militarmente. No. El monopolio de la fuerza debe seguirlo teniendo y combatir a sus enemigos, también. Pero, por otro lado, debe fortalecer las instituciones, ampliando la democracia.
Así, en el dia a día, la democracia ira arrinconando a estos nefastos grupos armados, los irá debilitando hasta conseguir que permanezcan reducidos a su mínima expresión.
sbado 20 de mayo de 2006, 08:31 COT
Ojo, Juan Roa, su lógica es peligrosa:
Si sigue esa lista tendría que admitir que el estado estaría, entonces, en todo su derecho de secuestrar personas inocentes para interrogaciones prolongadas sin dar parte a la justicia ordinaria, o de torturar prisioneros, de masacrar poblaciones inocentes para asegurarse de que todo posible guerrillero muera. El estado, por ser concebido desde la democracia, tiene unas ataduras necesarias para asegurar que el poder no se desboque. Esas ataduras fuerzan que no todo valga. El estado no puede comportarse como los criminales sin convertirse con eso en un criminal.
sbado 20 de mayo de 2006, 23:19 COT
Dadas las condiciones de seguridad indiscriminada de que goza la población civil en este gobierno, me gustaría saber si Juan Roa (homónimo de un famoso asesino) aceptaría hacer parte de una marcha por tierra para traer a doña Ingrid y demás secuestrados, quienes seguramente a estas alturas se encuentran perdidos, luego de haber sido soltados por sus captores, quienes huyen despavoridos por el asedio de la fuerza pública. ¿Se le mide, Roa? O es pura chachara lo suyo…
Mientras no tengamos clara la diferencia entre Estado (que se escribe con mayúscula) y gobierno, será difícil entender la noción de lo pasajero y lo permanente.
domingo 21 de mayo de 2006, 13:07 COT
Suena muy bonito eso que dicen ustedes, pero la dura realidad es otra. Vean: ¿Cómo derrotó (prácticamente) Perú a Sendero Luminoso? ¿Cómo derrotó Venezuela a sus guerrillas? ¿Cómo derrotó Ecuador a sus guerrillas? ¿Cómo llegó a su fin el conflicto en El Salvador? Podría poner más ejemplos, pero esos son los más claros e inconfundibles. No fue a punta de democracia, sino a punta de balas bien aplicadas que o fueron derrotadas las guerrillas o, en el caso de El Salvador, se agotaron mutuamente ambos contendientes tras un esfuerzo final. Aquí todo lo hemos hecho en cámara lenta, con pereza y con incoherencias entre gobierno y gobierno. Así no se puede, no señores.
Apenas hasta ahora es que las FARC están sufriendo un poquito, gracias, porque nunca antes en la historia de Colombia se había intentado mantener una lucha estatal prolongada contra ellas. Ustedes quieren es que volvamos al letargo, a la lentitud, que nos ha hecho llegar a nuestro estado actual. Eso es lo pasajero, señor Sentido Común (qué nombre), eso es lo que nos ha metido en un conflicto permanente. Por no hacer lo que nuestros vecinos hicieron es que estamos como estamos. Nadie derrotó a las guerrillas a punta de palabras.
lunes 22 de mayo de 2006, 16:14 COT
Sí, Juan, sufren tanto que durante el gobierno Uribe NO HA SIDO CAPTURADO UN SOLO MIEMBRO del Secretariado de las Farc, a pesar de la promesa de acabar con esa organización en año y medio. Efectivísima la política de seguridad democrática. ¿Cuántos años tienen que pasar entonces? ¿Por cuántos años tendremos en el poder a ReUribe, mientras las AUC se quedan con "negocios legales" como el chance o los Sanandresitos, más todas las tierras que les arrebataron a los campesinos que masacraron y desplazaron? Al final, indudablemente la salida va a ser negociada. Pero, ¿cuánta sangre de soldados, policías, guerrilleros y civiles se necesita para que esa salida se dé?
lunes 22 de mayo de 2006, 16:42 COT
“La política de Seguridad democrática””NO HA SIDO CAPTURADO UN SOLO MIEMBRO del Secretariado de las Farc”
Una pregunta concreta, Gaviria propone el dialogo la pregunta es ¿Cómo dialogar con alguien que no quiere?
Tanto con las Farc y los Paramilitares tiene que haber ciertas salvedades porque no creo que ninguno de los grupos terroristas están dispuestos a pagar 40 años de cárcel
martes 23 de mayo de 2006, 23:39 COT
Como que cada quién lee lo que le gusta leer. Sufrir no es solo capturar miembros del secretariado. Logísticamente han sufrido daños y cercos, pérdidas y desafíos en el corazón de sus guaridas legendarias, han tenido que enfrentar más seguido al ejército y a las fuerzas militares, ya no tienen la misma movilidad y descaro del año 1996 sino que tienen que compensar por la presión aquí y allá constantemente, y muchos comandantes bajos y medios sí han caído. Eso sí es sufrir, pero desde luego que la culebra sigue viva. En 4 años no se derrota lo que nunca antes se había tratado seriamente de derrotar en 40 años. Las FARC fueron la única guerrilla que virtualmente se había salvado del grueso de una inconsistentemente aplicada presión militar antes de los años 90″s, nunca sufrieron como sufrió en su momento el ELN, el EPL, el M-19 y otros grupos menores, hasta debilitarlos o rendirlos. Las FARC fueron vírgenes mucho tiempo después de Marquetalia. Yo no he dicho que hayan sido heridas de muerte, eso sería estúpido porque Uribe nunca prometió vencerlas en 4 años ni en 8, pero sí les han dado sus buenas patadas, y yo eso lo considero mejor que darles dulces. No tienen que ser más de 8 años de Uribe en la presidencia, no, pero sí muchos más de Política de Seguridad Democrática, así sea con Germán Vargas u otros presidentes futuros de la misma línea. Por lo menos en 12 años de una política de seguridad seria ya se tendrían efectos importantes, muchos más que en 0 años de andar empelotas en la oscuridad, como quieren ustedes que volvamos a estar. Estamos en guerra, no en un paseo turístico por La Macarena.
Y sobre los paras, les digo ésto: yo prefiero una Colombia mafiosa en paz, que la actual Colombia en guerra. Una lucha a la vez, y la prioridad es acabar con el proceso más largo y que hoy es más peligroso e inminente, que es el de los alzados en armas. La mafia y la corrupción son más dificiles de vencer, y menos peligrosos a pesar de sus efectos nocivos. Eso lo demuestra el hecho de que hay muchos países con gran mafia y gran corrupción, pero están en PAZ. Y para estar en PAZ, hay que hacer sacrificios que no se hicieron en 40 años.
mircoles 24 de mayo de 2006, 08:49 COT
No, el prometió que las iba a acabar en 18 meses (año y medio).
Secundo un comentario anterior de j.: qué "lógica" tan peligrosa, sicópata y enferma la suya. Ya lo quisiera ver cuando la mafia paraca se quede con tierras y negocios "lícitos" por obra y gracia de su amado presidente, cuando empiece la guerra de mafiosos dentro de las ciudades, igual a la guerra de los carteles en las épocas de Pablo Escobar, Gacha y los Ochoa.
mircoles 24 de mayo de 2006, 10:29 COT
Me parece que lo que usted está citando es la interpretación terciaria de una analista crítica llamada Aminta Buenazo Rugel del Ecuador, no algo que dijo o no dijo el presidente Uribe en sí. Ese reclamo me parece muy sospechoso y hasta no ver dónde Uribe mismo dijo eso, no lo voy a creer, porque la oposición es experta en poner las cosas fuera de contexto y acusar a Uribe de cosas inexactas o falsas. Yo recuerdo que sí hubo inclusive generales que dijeron eso de los 18 meses, pero Uribe mismo no. Así que sólo citar a alguien que diga “Yo afirmo que Uribe dijo eso” no prueba nada. Si Uribe lo dijo, tiene que haber una prueba clara e irrefutable de que él mismo lo haya dicho. Mientras tanto, es una interpretación inexacta que no comparto. Y en el peor de los casos posibles, no cambia nada de lo que dije en el fondo.
Y si soy sicópata y enfermo no lo seré más que los ciudadanos de los países que hoy están en PAZ y que, a pesar de que estén totalmente de acuerdo en juzgar los abusos, también aceptan que en su momento fueron necesarios, aunque no sean perdonables, como en Perú y en otros lares. Y Colombia no es ni de lejos el único país del universo con corrupción, robo de tierras, mafia y todo lo demás, como para que digan que eso es incompatible con la paz. Yo no amo a Uribe, pero sí amo el que alguien, sea Pepito o Fulanito, haga lo que nunca se ha hecho en la historia de Colombia. Si luego toca juzgar a Pepito, no me opongo en absoluto, pero cuando el país se pueda dar el lujo de hacerlo, no antes. Si eso es “amar a Uribe”, tanto que no me importa lo que le suceda a él como persona, allá ustedes.
mircoles 24 de mayo de 2006, 18:32 COT
De risa las afirmaciones de Juan Roa. Otro mas que no sabe en que país vive y que apenas sabrá algo de historia. Otro más que veré lamentándose de las acciones de la guerrilla en los proximos cuatro años, llorando bobaliconadas y aullando “bandoleros, terrositas, fascinerosos”.
¿Las Farc acorraladas?. Permítame reírme señor.
En fin. Me da risa esa gente uribista que no sabe la que se les viene encima si de verdad no se ejecuta una estrategia de recuperación del país con Escuelas, hospitales, tierra y asesoría técnica para el campesino. Eso no sucederá porque terratenientes criminales, untados con los dineros de narcotráfico como Uribe no lo permitirán. Pues su mediocridad se vería rebasada de lejos por el trabajo de la gente colombiana que trabaja la tierra. Uribe, retrógado, con sus medidas busca evitar el reelevo generacional-social que ordinariemente ocurre en cualquier país cuando sus élites corruptas decadentes empeizan a verse reelegada 0or la gente capaz y trabajadora. Eso es lo que viene sucediendo en Colombia desde el año 48. Gobiernan los mismos decadentes.
Señor Roa, siga creyendo las mentiras mediáticas, mas ahora con el cobarde, asesino y corrupto del General Montoya en la comandancia del Ejército. (¿Recuerda quien dejó pasar un ejército de 200 paracos cuando lo de Bojayá?… si el mismo que horas después allá llorando como un imbécil ante las cáras de televisión).
Me reiré de usted y lloraré también cuando Romaña llegue personalmente a visitarnos y a pedirnos el pago por la ley 001 del 2010.
jueves 25 de mayo de 2006, 00:37 COT
Yo no sé si reir, llorar o gritar después de leer las amenazas, exageraciones y predicciones absurdas del Pirata. El ignorante es usted, tanto de la vida como de la historia, porque en ningún país de la región se aplico esa fábula de la “estrategia de recuperación del país con Escuelas, hospitales, tierra y asesoría técnica para el campesino”, sino que las guerrillas fueron derrotadas principalmente con fuerza militar, condición sine cua non y prerequisito para cualquier otra cosa “social” o “no social”.
Usted pide que se haga algo que no funcionó en ningún lugar, algo que ni siquiera impidió el mayor avance guerrillero de la historia durante el gobierno del imbécil de Samper y su “Salto Social” que debió mejor llamarse “Salto al Suicidio” y que debío haber sido tumbado cuando aún era temprano para hacerlo. Pero seguro usted es de los que creen que Samper “tenía buenas intenciones”.
Lo único en que tiene razón es sobre la decadencia de la clase gobernante, pero por razones totalmente diferentes. Hubo decadencia porque nunca apoyaron con fuerza al ejército, nunca le dieron los fondos para que tuvieramos un ejército igual al del resto de los países de la región, capaz de hacer verdadera contrainsurgencia a fondo y hasta el final, sino que lo mantuvieron amarrado por temor al golpismo y dejaron que el paramilitarismo surgiera por fuera del control real del estado, lo que lo hizo más violento e independiente que el paramilitarismo de otros estados y ejércitos. Tuvimos uno de los menores presupuestos militares de América hasta apenas los años 90s, a pesar de tener las mayores amenazas militares de todo el contiente. No hay que ser un Pirata para ver que yo le estoy hablando desde la experiencia que han vivido otros países y la misma Colombia, y no desde el fondo de un barril de ron bucanero. Si fuera por el Pirata estaríamos todos refugiados en Aruba y asistiendo a la creación de la República Bolivariana de la Nueva Colombia.
jueves 25 de mayo de 2006, 01:42 COT
“Usted pide que se haga algo que no funcionó en ningún lugar”
No sólo no funcionó, Juan, sino que nunca ha sido siquiera intentado. No es un fracaso en la práctica, es un fracaso en la plenitud del vacío. Tal vez valdría la pena intentarlo una vez al menos para ver si funciona (especialmente considerando que llevamos aplicando su estrategia los últimos treinta años sin mayor resultado).
Lo cierto es que cualquier intento de estrategia contrainsurgente debería incluir una buena tajada de inversión social para las comunidades en la “zona de influencia guerrillera”. Esa tajada debería ser comparable a aquella que se gasta en inversión militar. La razón para esto es sencilla: de lo contrario, la guerrilla seguirá regenerándose a velocidades que no podemos copar con simples golpes militares. Mientras que los campesinos de las “zonas de influencia” continúen viviendo la guerra como si el Estado no existiera y ellos se bambolearan entre bando y bando, será mucho más fácil para la guerrilla reclutar jóvenes para sus filas. Para vencer militarmente a la guerrilla se necesita que los golpes militares que perpetra el ejercito sí produzcan mella. Mientras que la guerrilla pueda recuperarse velozmente, todo el esfuerzo del ejército será prácticamente perdido. Hay que romper el ciclo de reclutamiento y eso se logra con inversión social, no militares dándose bala entre ellos, como los de Jamundí.
jueves 25 de mayo de 2006, 09:02 COT
j., lo de Jamundí no es “militares dándose bala entre ellos”, es militares masacrando policías.
Yo me pregunto si Juan sería capaz de enlistarse en el Ejército a combatir, o si es uno de los tantos guerreristas tipo Vargas Lleras con libreta de segunda.
jueves 25 de mayo de 2006, 11:44 COT
Sí, Julián. Son militares masacrando policías. Terrible ese asunto.
La mayoría de los guerreristas ni prestan servicio militar ni permitirían que sus hijos lo hicieran. “Pa”eso hay pueblo”, dicen.
jueves 25 de mayo de 2006, 16:00 COT
Eso se llama sofisma de distracción, entre otras cosas. El hecho concreto no es ese, así como también sería irrelevante hacerles a ustedes la pregunta opuesta, aunque también se la merecerían si uno siguiera su misma lógica distractora (¿han hecho todos ustedes un servicio social, a punta de trabajar en “escuelas, hospitales, tierra y asesoría técnica para el campesino”, no por lucro o necesidad laboral sino de una manera totalmente voluntaria?). No los veo a ustedes en escuelas, hospitales ni en nada de eso, a menos que ahora “milagrosamente” resulte que todos sí lo hacen. Ese jueguito no es difícil de jugar, para que vengan a dárselas de superiores. Lo que importa es el argumento: en Colombia nunca se hicieron los esfuerzos militares que se hicieron en muchísimos lugares, desde el Río Grande hasta Tierra de Fuego, y por eso no estamos igual que los demás países. Yo no busco convertir a Colombia en una utopía superior, simplemente lograr la PAZ de una manera PROBADA y EFECTIVA, algo que han logrado hacer los demás países por medio de la necesaria fuerza militar y no mediante “planes sociales” llenos de palabras.
En otras palabras, ustedes son unos teóricos en busca de lo “ideal”, yo en cambio trato de ser un pragmático que sabe qué ha funcionado en América Latina y qué no.
domingo 28 de mayo de 2006, 14:23 COT
A los furibistas les regalo dos bonitos artículos sobre la “seguridad democrática” y la mal llamada “ley de justicia y paz”… Claro que, como son, dirán que el UN Periódico es un “pasquín comunista”… allá ustedes.
mircoles 31 de mayo de 2006, 19:18 COT
Otra para los furibistas: creen que somos estúpidos con las mentiras que publican como “resultados” de la “seguridad aristocrática”.
domingo 18 de junio de 2006, 10:19 COT
[…] Todo ello va más allá de las aseveraciones del director de la Fundación Ideas para la Paz, que habla del body count y de la manera equivocada de otorgarles incentivos a los militares. En eso tiene razón, así como del desmedido crecimiento del Ejército, justificado en la política de Seguridad Democrática, en detrimento de otros gastos igual de apremiantes para el país. Es obvio que en parte por eso han aumentado las ejecuciones extrajudiciales que acaba de denunciar la ONU ante la Procuraduría y las detenciones masivas que presenta el Ejército en los medios como grandes "logros", cuando muchas veces los detenidos deben ser liberados por falta de pruebas, consecuencia de ese afán por mostrarle resultados al irascible mandatario, que cambia a diestra y siniestra los mandos militares -salvo en este caso, al menos no con la inmediatez de otros-. […]
lunes 10 de julio de 2006, 00:14 COT
[…] Y, por último, el Estado, que a pesar de intentar por todos los medios terminar con el conflicto, por la vía del diálogo o, en la actualidad, mediante la "salida militar", se queda corto a la hora de llenar los espacios de poder que dejan los desmovilizados (espacios que son llenados por otros "actores armados" a manera de justicia privada) y de obtener resultados contundentes en el marco de la denominada política de seguridad democrática (ningún miembro del Secretariado de las Farc ha sido capturado, por ejemplo). Esto último ocasiona, por un lado, presiones intensas en los mandos militares y de policía, la cual en ciertos casos acaba provocando que algunos de ellos realicen detenciones extrajudiciales y violen también los derechos humanos, amparados en algunos mecanismos de la política central del primer gobierno Uribe; y por el otro, que la mentada connivencia de sectores del Ejército con los paramilitares o con el narcotráfico borre los esfuerzos de la tropa por consolidar su presencia en el territorio nacional y los avances (reales o no) conseguidos por la Fuerza Pública en los derechos humanos, amén de impedir que parte de la población civil vuelva a confiar en ella. Además, la desigual presencia estatal, especialmente en las zonas rurales, deja bastante vulnerables a sus agentes y permite atrocidades como la de la semana anterior. […]
lunes 10 de julio de 2006, 18:00 COT
[…] Y, por último, el Estado, que a pesar de intentar por todos los medios terminar con el conflicto, por la vía del diálogo o, en la actualidad, mediante la "salida militar", se queda corto a la hora de llenar los espacios de poder que dejan los desmovilizados (espacios que son llenados por otros "actores armados" a manera de justicia privada) y de obtener resultados contundentes en el marco de la denominada política de seguridad democrática (ningún miembro del Secretariado de las Farc ha sido capturado, por ejemplo). Esto último ocasiona, por un lado, presiones intensas en los mandos militares y de policía, la cual en ciertos casos acaba provocando que algunos de ellos realicen detenciones extrajudiciales y violen también los derechos humanos, amparados en algunos mecanismos de la política central del primer gobierno Uribe; y por el otro, que la mentada connivencia de sectores del Ejército con los paramilitares o con el narcotráfico borre los esfuerzos de la tropa por consolidar su presencia en el territorio nacional y los avances (reales o no) conseguidos por la Fuerza Pública en los derechos humanos, amén de impedir que parte de la población civil vuelva a confiar en ella. Además, la desigual presencia estatal, especialmente en las zonas rurales, deja bastante vulnerables a sus agentes y permite atrocidades como la de la semana anterior. […]
mircoles 8 de agosto de 2007, 16:53 COT
[…] sus enconados fans. Miles de muertos, una farsa de proceso de paz con los asesinos de las AUC, una "seguridad aristocrática" cuestionada por todas partes (menos por sus fanatizados y guerreristas seguidores), propaganda […]