Cómo convertirse en una “acompañante” exitosa en Japón (¡en cómic!)
accesibilidad web > EstanciasPor Julián Ortega Martínez
viernes 15 de septiembre de 2006 8:56 COT
En nuestro medio se han vuelto cotidianas las tristes noticias de algunas colombianas que son secuestradas o engañadas para salir del país, quienes por lo general terminan en redes de trata de blancas, cuyo principal mercado suele ser el Lejano Oriente. Pero es poco lo que sabemos del negocio al interior de esos países. Como temas similares están tan de moda últimamente, he decidido compartir con ustedes algo que me encontré en estos días.
Con el sarcasmo que lo caracteriza, James, del exitoso blog Japan Probe, les cuenta a sus lectores acerca de un cómic publicado por una empresa dedicada a este tipo de negocios (en otras palabras, un burdel de "clase alta"). La historieta, dibujada en un estilo "aniñado", va dirigida supuestamente a mujeres jóvenes a las que, quizás aburridas de sus trabajos de oficina y atraídas por la buena paga, la compañía trata de convencer para que se integren a estas actividades.
Mika, la protagonista, es una office lady (es decir, una de esas jóvenes que, en busca de independencia, trabajan sirviendo café y realizando labores propias de una secretaria, a veces a la espera de conseguir marido o, como está sucediendo actualmente, de mejores oportunidades). Acaso muerta del tedio, toma la decisión de trabajar en uno de estos negocios, donde el dueño del lugar, joven y de muy buen aspecto, le va enseñando los pormenores del oficio y la clase de labores que debe desempeñar, junto con otra "empleada" y una "entrenadora". En medio de este "curso intensivo" (mostrado de forma muy idealizada), Mika se preparará para ser toda una "dama de compañía". Al final, tras convertirse en la number one del establecimiento, se reencuentra con su primer y más fiel cliente, se "gradúa" y, con el dinero obtenido, logra irse a estudiar al extranjero, para "iniciar una nueva vida".
- Prólogo: Empleo intensivo de medio tiempo
- Cap. 1: La primera llamada al negocio
- Cap. 2: ¡Qué emoción! Entrevista en el baño turco
- Cap. 3: Estudiando con una "entrenadora"
- Cap. 4: ¡Preparándose antes del [gran] debut!"
- Cap. 5: ¡Al fin! El primer trabajo
- Cap. 6: Un día [en la vida] de Mika
- Epílogo: La "graduación" de Mika
La página web de la empresa está bien diseñada y parece de una compañía "seria". Además de la historieta, brinda detalles sobre los beneficios de "enrolarse", entre ellos la seguridad de que no serán acosadas laboralmente, tendrán maquillaje, vestuario, transporte a la casa y salud gratuitos y que, para evitar problemas de "comunicación", la empresa sólo admitirá clientes nacionales. Incluso tiene un "simulador", que permite calcular superficialmente cuánto puede la aspirante ganar si trabaja según el tiempo que dedique a su labor. Si lo hace en esta sucursal de Tokio, por ejemplo, donde cada sesión dura 110 minutos, los clientes son de "buena" reputación y deberá atender diariamente en promedio a dos de ellos, un día le dará lo suficiente para comprar un bolso Luis Vuitton; una semana, unas vacaciones en Jamaica por 9 días; dos semanas, un reloj Luminon Parenai; un mes, un piano, y dos meses, una membresía en un exclusivo club de golf.
Vale la pena aclarar que la prostitución en Japón, igual que en muchas partes del mundo, se practica de diferentes formas. Legalmente, el coito por dinero es lo que está específicamente prohibido. Otros actos sexuales no lo están, vacío legal que le permite a esta industria acumular ganancias por 2,5 billones de yenes anuales (16,7 millones de euros o 51 billones de pesos colombianos). Dentro de las modalidades, quizás una de las que más atención ha recibido en occidente es el llamado enjo kōsai (援助交際, "cita por compensación"), que practican algunas colegialas y el cual consiste en acompañar a hombres mayores que les pagan por ello (con regalos, para "evitarse" problemas con la ley), sin llegar necesariamente a la práctica de acto sexual alguno. Sólo en los últimos años, el gobierno, en el ámbito prefectural, no nacional, ha tratado de intervenir para erradicar o al menos regular esta práctica.
Pero lo que hace esta compañía no se compara con ello, desde luego, porque se trata de prostitución de "clase alta". Quizás lo espantoso no sea solamente el hecho de utilizar recursos como una historieta -que en Japón es un medio masivo y cautiva a todo tipo de público- para atraer "aspirantes", sino el hecho de que algunas mujeres, por desear cierto estatus social más alto del que tienen, sin "necesidad" apremiante alguna, se dispongan a trabajar en este tipo de negocios. Tras el reciente entierro de un cambio social importante en los círculos del poder, pareciera que el sexo femenino tuviera que conformarse con una "liberación" a medias: pueden trabajar, sí, pero no ser emperatrices. Si llegan a los 30 sin casarse, es una tragedia.
Ah, no sobra recordar que esta "oferta laboral" es sólo para japonesas, con cierto nivel educativo y ciertos patrones físicos. Esta empresa, que a todas luces parece "legal", no se compara con los sitios de mala muerte a los que van a dar las sudamericanas y asiáticas que secuestran las redes de trata de blancas, antros de propiedad de traquetos ojirayados y en los que ellas se exponen a toda clase de vejaciones. Esa es la triste realidad de muchas, en un país lejano que muchos admiramos, acaso por cosas menos tenebrosas y más amables.
viernes 15 de septiembre de 2006, 09:00 COT
Como siempre, excelente artículo, Julián. Novedoso el sistema de reclutamiento y más aún, la discriminación consiguiente que, al contrario de otras partes, privilegia a las prostitutas nativas sobre las extranjeras. Racismo meretriz.
¿Será verdad que luego de su paso por esta prostitución "elegante", tendrán la oportunidad de iniciar una "nueva vida? ¿O le pasará a estas prostitutas lo mismo que a sus compañeras de todo el mundo, terminar en un burdel de mala muerte, sujetas a vejaciones y soledad?
viernes 15 de septiembre de 2006, 10:22 COT
Hola Julián. Definitivamente el afán del “traquetismo globalizado” no tiene límites. Importante ese detalle de la prostitucion de “clase alta”, que nos hace pensar cómo en este mundo los problemas (como otras cosas) se jerarquizan dependiendo de donde vengan.
Saludos
viernes 15 de septiembre de 2006, 12:32 COT
Gran artículo Julián, como siempre. No entraré a la profundidad del problema, pero si muy rápidamente al medio. En efecto, el comic es un medio masivo en Japón porque la cultura local allá privilegia ese tipo de narrativas, de ahí su liderazgo mundial con sello propio. Por supuesto, lo interesante es el tipo de servicios ofrecidos lo cual puede ser reprobable desde el pnto de vista moral pero que se vale de este tipo de medios.
En Colombia, los anunciantes -por culpa de las agencias de publicidad- son miopes y no ven que sería muy bueno -para ciertos productos- pautar en Condorito, una de las revistas más leídas del país…
viernes 15 de septiembre de 2006, 12:34 COT
Noticioso y muy documentado. Triste realidad convertida en historieta…
viernes 15 de septiembre de 2006, 14:39 COT
Muchas veces nos horrorizamos por historias como ésta – además contada con la ahbitual habilidad del autor – pero hay casos y situaciones mucho más cercanos con tintes aún más horribles.
Dentro de mi experiencia profesional he tenido el chance de trabajar como docente para un par de prestantes universidades de mi ciudad, una de las cuales es propiedad de una exclusiva comunidad católica.
Cuando inicié el último período de docencia en dicha universidad, tuve la oportunidad de conocer de cerca varios casos bastante alarmantes. Uno de los menos impactantes – y que me tuvo en shock por semanas – fue el de una chica que se desmayó un par de veces durante mis clases. En una ocasión la vi en la cafetería y me senté a hablar con ella, y poco a poco la llevé al tema de los desmayos: entre lágrimas, me confesó que sus padres – de rancio abolengo – prácticamente no compraban comida porque todos sus recursos los estaban usando en pagar la suntuosa vivienda y el carro último modelo, y que les habían EXIGIDO a ella y a su hermanita de doce años, que se consiguieran la comida como pudieran, porque primero estaba el “qué dirán”.
Pero el caso que me alarmó de verdad fue escandaloso.
En ese mismo grupo había dos chicas en especial bastante lindas y que se sentían bastante orgullosas de exhibir su belleza, al punto de que hube – con la venia y el apoyo de la coordinadora de la carrera – de establecer un cierto “código de vestuario”, al menos para mis clases.
Una noche, con un amigo y un par de conocidos, entramos a un bar ubicado (además contra toda norma de ordenamiento urbano) enfrente de la universidad. Estuvimos un rato tomando cerveza y al salir, me di cuenta de que uno de los conocidos llevaba una revista bajo el brazo, que, afirmó, estaba en la mesa donde habíamos estado.
La revista era un catálogo de vestidos de baño y ropa interior. Tenía un total de treinta y seis páginas y presentaba a veintiocho modelos. ninguno de los modelos tenía información de tallas o precios. Las dos últimas páginas tenían una corta lista de números celulares y una más larga con códigos de cuatro dígitos correspondientes a cada una de las modelos.
Por supuesto, como deduje y me confirmaron más tarde, se trataba de un catálogo de chicas que trabajaban con base en el bar.
Al menos cuatro de las chicas eran alumnas mías en ese momento, incluyendo a las dos exhibicionistas.
La historia no termina ahí.
Catálogo en mano, con las páginas de las “modelos” alumnas señaladas, me fui al consultorio psicológico y le conté la historia a la psicóloga, que quedó como para una temporada en la clínica y me dijo que vería qué podía hacer para hablar con las chicas pero sin que las expulsaran de la universidad, lo que podría empeorar su situación.
Dos semanas más tarde – ya finalizando el semestre – fui trasladado al área de informática, para trabajar en el desarrollo de programas de educación en línea, sin contacto con los estudiantes. Las chicas involucradas en el catálogo estuvieron entre los treinta o cuarenta estudiantes que no regresaron al semestre siguiente. Y la psicóloga nunca volvió a responder mis llamadas. Más tarde me di cuenta de que estaba trabajando en Medellín; había renunciado a la Universidad por una acusación de acoso…
No sólo por allá, Julián. No sólo por allá.
viernes 15 de septiembre de 2006, 18:41 COT
Marco: Gracias. Claro, hasta eso está estratificado. Quién sabe realmente cuántas hagan lo de Mika, abandonar el negocio una vez han acumulado cierta cantidad… Un abrazo.
Germán: Muy cierto, muchas gracias.
Víctor: Igualmente muy cierto lo que nos dices. Los únicos miopes no son los publicistas, también los ejecutivos televisivos. Un saludo.
Álvaro: Muchas gracias. Un abrazo.
Mornatur: Impactante y real tu historia. Pudiste habértela reservado para un buen artículo. De todos modos, gracias por compartirla con nosotros. Un saludo.
viernes 15 de septiembre de 2006, 18:52 COT
¿Manual de instrucciones para el desempeño profesional de prostitutas en forma de comic? Muy pedagógico ¿verdad? El negocio sigue siendo el mismo, y Latinoamérica una fácil cantera para esos traquetos ojirrayados. Abrazo.
martes 19 de septiembre de 2006, 10:22 COT
Julio: Imagínate. Lo perturbador es la forma tan idealizada como lo presentan, como si fuera un negocio "decente". Claro que, con todo lo impresionante que pueda ser, una historieta sobre la realidad de los antros a los que van a dar las colombianas sería hasta interesante. Abrazo, ala.
domingo 24 de septiembre de 2006, 20:25 COT
Es un negocio tan rentable que obvio no me extraña el método para el logro de los objetivos.
De otro lado, triste realidad la que viven las latinas, deprimente vida con consecuencias funestas.
Conoces mucho de Japón, gracias por compartilo.
Un abrazo para tí!
jueves 17 de enero de 2008, 15:31 COT
La que es puta es puta, y no hay fina que hable que es mas que una que trabaja en un antro, tiene la misma función, pero claro, recibe mas dinero, pero todas llegan a ser sucias…………………
Pero no solo las latinas son putas también las extranjeras, entienden.
viernes 15 de febrero de 2008, 11:37 COT
yo lo unico verdadero que se es que a japon va un uno por mil de mujeres enganada a travajar en poastitucion el resto se van por que quieren ganar plata y se cansaron de repartirlo gratis eso de que la llevaron enganada en pura mentira es mas es tan rentable el negosio que nunca lo quieren dejar por lo menos en japon se casan para tener viza solo para poder seguir travajando
domingo 27 de septiembre de 2009, 14:56 COT
Hola como están, quiero platicarles mi caso, yo trabajaba en un restaurante llamado los manteles cocina tradicional la noria, y en este lugar yo era cocinera, al principio todo estaba bien me sentía cómoda, pero con el paso del tiempo el patrón empezó a exigir sin otorgar remuneración económica quería que trabajara a horas que no me tocaban y hasta quería que fuera a su casa a hacer limpieza de su casa cuando mi puesto es de cocinera y no de limpiar casas, a partir de esto el señor que se llama Sergio Quiroz Corona, empezó a acosarme y fastidiarme la vida en el trabajo ya no podía trabajar tranquila si que esta basura me faltara al respeto rebajando como ser humano, era diario que hacia comparaciones en público de mis apariencia física y mi forma de trabajar, cada semana de pago se me descontaba dinero de mi salario que así ya era poco, y cada vez que reclamaba el supervisor un tal Mario Cortes Tirado no me apoyaba y siempre me decía que su jefe fue quien dijo que se me descontara y sin darme explicaciones de porque también cuando salía de noche es decir en el horario de la noche se me retiro el apoyo de transporte ya que salía a las 11 de la noche, en esa ocasión uno de los dueño un tal Hugo Quiroz Corona quien de la forma mas maricona que puede existir le dijo al supervisor Mario que me dijera que ya no tenía apoyo de transporte de lo cual tampoco me pudieron dar una explicación de por qué, sinceramente tengo miedo de estas personas ya que por comentarios de trabajadores de este lugar me entere que el tal Sergio Quiroz corona y el tal Hugo Quiroz corona son tratantes de blancas y se dedican de forma clandestina a contratar mujeres menores de edad en el restaurante para después prostituirlas, la verdad eso fue lo que sentí en un principio cuando estos señores empezaron a pedirme que fuera a sus casas, realmente ahora voy atanco cabos y me doy cuentas que todo el acoso laboral que me hicieron fue porque no caí en su trampa. Por favor les pido me ayuden a divulgar esto para que no pase mas, esto es real está pasando la ciudad de Puebla no es exenta de estas cosas atrocidades sociales, en Puebla existe gente pederasta, por favor autoridades ayúdenme investiguen esto, no sé realmente si soy la única que se pudo dar cuenta de estas gentes o si ya ha habido chavas que han pasado por lo mismo o si ya han pasado desgracias a manos de estas personas.