Colombia elimina a Argentina en el Mundial Sub 17 de Nigeria
Estancias > Primera planaPor Marsares
mircoles 4 de noviembre de 2009 19:36 COT
Alguna vez, en un arrebato místico, Rubén Darío dijo en uno de sus poemas coloridos que “Colombia es una tierra de leones”. El nicaragüense quizás se sonría en estos momentos, después de un partido memorable en el que la selección colombiana sub 17 de fútbol mandó de regreso a su país a la siempre temida Argentina, a punta de garras y colmillos.
Apenas si los conocemos, y pese a sus inseguridades producto de apenas estarse asomando a la vida, sienten a esa Colombia que las derrotas cotidianas convierten en un milagro cuando, contra todos los pronósticos, realiza sus sueños. Así es este seleccionado de niños que en el Mundial Sub 17 de Nigeria se ha tropezado, ha mordido el polvo, se ha perdido en la cancha, pero también se ha levantado, trastabillando, convencido de que los triunfos son posibles si se sale a buscarlos.
Después de un comienzo promisorio en el que derrotaron 2 – 1 a Holanda, mostrando un fútbol que hace tiempo añoramos en Colombia, el de las fintas, los quiebres de cintura, la picardía, el simple goce de jugar, pasaron trabajos con Irán, partido en el que las indecisiones, la carencia de puntería y la falta de cohesión del equipo determinaron un empate sin goles.
Pero fue contra Gambia que sacaron a relucir una casta desconocida. Después de un fatal primer tiempo (como sucedió contra Holanda) y los primeros minutos del segundo, en el que recibieron dos goles, justo merecido a su andar errático y su fútbol timorato, parecieron despertar de su desconcierto, y con desorden, a trompicones, pero con el alma en los guayos, consiguieron un empate más que merecido.
Con estos antecedentes en los que la brújula se perdía por largos períodos, llegó el partido contra Argentina, un equipo veloz y efectivo, que no sólo brindó espectáculo sino que mostraba carácter, anunciándose como candidato al título. Las expectativas se cumplieron. Pese a que Colombia insistió en los primeros minutos, pronto se diluyó en el medio campo, y Argentina como amo y señor, dominó y goleó. Un 2 – 0 contundente presagiaba el desastre.
El partido contra Gambia fungía como antecedente siniestro, con la diferencia de que al frente estaba Argentina y la debacle parecía cercana. Pero como dicen los profetas del fútbol los partidos se acaban cuando pita el árbitro. La mitad del segundo tiempo y pese a que se corría, se tiraba al arco, todo quedaba en intentos. Minuto 63 y contrariando a Maradona, que asegura que Dios es argentino y si lo es parece que estaba de siesta, vino el descuento con un cobro de tiro de esquina. Jeison Murillo dijo presente y los colombianos, incrédulos, lo abrazamos en la distancia.
Luego de una infortunada jugada del capitán argentino, Esteban Espíndola, que detuvo con la mano un balón dentro del área, motivo de su expulsión por tener ya una tarjeta amarilla, Colombia se acercó al empate con la ejecución del penalti por Fernando Cuéllar, que convirtió, pero que el juez decidió anular por invasión del área. La repetición fallida nos convenció de que arriba alguien tenía los dados cargados. Pero en la cancha había blasfemos y contra la Providencia el resquemor del cobro errado los impulsó, tanto que con una hermosa jugada colectiva, entre el recién ingresado Jean Blanco y Wilson Cuero, éste empató el partido con un tiro diagonal al palo izquierdo de Damián Martínez, el guardameta argentino.
Pero estos pela'os querían comerse a los argentinos y se volcaron a conseguir una victoria que ya saboreaban en la piel. Eduardo Rotondi le hace un pase a Héctor Quiñones y desde el mismo ángulo del segundo gol colombiano, coloca el tercero en la red gaucha, para sentenciar el partido en el minuto 91. Los cachorros de león mostraron sus garras y ahora con Turquía tienen que confirmar que están para grandes cosas.
¿O no, Rubén Darío?
jueves 5 de noviembre de 2009, 09:26 COT
¡Enhorabuena por estas buenas noticias!
Me llamó la atención ver al público anfritrión en favor de Colombia, estábamos como en casa.
Esperemos que sí seamos los campeones en este campeonato.
Un abrazo para tí Marsares!
jueves 5 de noviembre de 2009, 12:02 COT
Excelente redacción. Muy buena nota periodística,salpicada de literatura y sentimiento; propia de un periodista cultoy conocedor del ámbito futbolero.
Por fin los pelaos de la sub 17 están recuperando la memoria colectiva del fútbol colombiano, perdida después del 95.
Enhorabuena por esa nota tan bien redactada. Da gusto saborear una prosa bien manejada; emocional, alegre, anecdótica, optimista y muy propia de la educación histórica de nuestro pueblo colombiano.
buena esa mi hermano
jueves 5 de noviembre de 2009, 15:47 COT
Yo pensaba que el hecho de haber fallado el penalty cuando el juego estaba 1-2 iba a pesar mucho en el ánimo de los juveniles, pero, contrario a lo que ha pasado con otras selecciones, éstos no bajaron la guardia y lograron darle vuelta al partido a punta, más que de un genuino planteamiento táctico, de fuerza testicular. Ganaron de guapos y de varones. Ojalá que ahora, los tradicionales reportajes folclóricos con la mamá, la abuelita y los vecinos del los jugadores, no sean la tradicional sal para esta selección.
De todas maneras, como acá los empresarios del fútbol solamente sirven para llenarse sus propios bolsillos. Con todo y que Argentina quedó eliminada, en breve más de la mitad de los integrantes de esa escuadra estarán en equipos importantes de América y Europa, mientras de los nuestros, así quedemos campeones, si acaso dos o tres serán fichados por grandes clubes.