Alemania 2006: el Imperio contraataca
Estancias > Mundial 2006Por Daniel Ramos
viernes 23 de junio de 2006 11:49 COT
Carlitos Tevez, formado en Fuerte Apache, la zona más brava de Buenos Aires. |
Hace varios años que no sigo los torneos de fútbol. Básicamente porque me aburro viendo los partidos: he aprendido a conformarme mirando la repetición de los goles en los noticieros. Con la fiebre mundialista he visto 5 partidos; me dormí en 3 de ellos, en parte por el juego aburrido, en parte por la narración soporífera de los locutores holandeses (me pregunto si los narradores brasileros arman carnavales de samba durante la transmisión precisamente para evitar que se les duerma la audiencia). ¿Por qué se volvieron tan aburridos los partidos de fútbol?
Mi primera respuesta, intuitiva, es porque ahora se asemejan más a partidas de ajedrez en las cuales los jugadores son fichas que siguen estrictamente las órdenes del técnico: un caballo es un caballo y debe jugar como tal; en el fondo, un técnico moderno desprecia a jugadores como Ronaldo, Robinho o Tevez porque con una jugada explosiva pueden dañar la estrategia que tienen planeada. Estamos en la era de los técnicos, del juego estratégico sobre el juego explosivo, espontáneo, casi que hasta improvisado. No digo que sea necesario volver a esos juegos de la infancia en los cuales todos los niños corren detrás del balón, pero sí dejar espacio para la sorpresa, para la creatividad.
Recuerdo que cuando jugaba baloncesto, los técnicos hacían una clara distinción entre los jugadores profesionales y los parqueros, entre los que siguen las estrategias de equipo y los que juegan sin ton ni son como si estuvieran en el parque del barrio, pero los que improvisaban las jugadas inolvidables. Si alguna gracia tiene el fútbol de hoy es que los jugadores que le ponen más emoción al juego son precisamente aquellos que empezaron jugando en el parque del barrio, aquellos que a diferencia de los niños de los países industrializados no asisten a campos de verano o escuelas de fútbol profesionales donde se les enseña todo como debe ser.
Carlitos Tevez recibiendo el entrenamiento necesario para desarrollar la creatividad y alegría en el juego. |
Ronaldo, Ronaldinho, Tevez, Juan Román Riquelme y un largo etcétera de talentos latinoamericanos y africanos aprendieron a jugar en campos de fútbol improvisados, donde lo que prima es la diversión con el juego, el ingenio y habilidad para superar al contrario, el desarrollo de la relación con los de su equipo para lograr el gol y la mejor defensa. Hay que ver la forma en la que juega Tevez, como Riquelme acaricia el balón al desplazarse con él, como Ronaldinho hace gambetas e improvisa pases. Estas jugadas tienen el sello del fútbol de barrio. En cambio, nada más aburrido que ver a los alemanes jugando un fútbol táctico perfecto y de resultado.
En el baloncesto profesional de los Estados Unidos (NBA) ya descubrieron que el dominio de los técnicos sobre el juego es contraproducente para la diversión y el espectáculo; la defensa de zona está prohibida ahora, se privilegia más el juego uno contra uno y los técnicos tuvieron que ajustar sus planteamientos tácticos a esta realidad. La diversión al fútbol solamente regresará cuando se les dé de nuevo más libertad a los jugadores en la cancha. La regla del fuera de línea debería acabarse, que permitan la existencia del palomero, que se bata en franco duelo con el portero, que los defensas se vean obligados a jugar contra los atacantes.
De corazón quiero que ganen Brasil, Argentina o Ghana el mundial, los últimos defensores que nos quedan del espíritu de la diversión del juego antes de que triunfen los técnicos con sus pizarras y borradores, con su orden y eficacia. Pero en el peor de los casos, siempre queda el consuelo de que ya casi llegan Wimbledon y Federer.
sbado 24 de junio de 2006, 07:21 COT
Por el contrario, no he sentido nunca la aburrición que describe usted y creo que en buena parte sí se debe a la narración; pero los mundiales son mucho más que eso. Son una fiesta entre naciones, entre culturas, un mes de goce donde los equipos saltan a la cancha a defender deportivamente su bandera, dejando un poco de lado la comercialización que tiene el fútbol profesional hoy en día.
Es sin duda uno de los mejores espectáculos del mundo. Por eso tanta gente, entre la que me cuento, esperamos con ansia cuatro años para disfrutar esta maravilla. Y lo logramos…viva España!
sbado 24 de junio de 2006, 16:51 COT
Sentido Común, sin duda esos aspectos extradeportivos son los que hacen la fiesta y también disfruto con ellos, se escucha cualquier cantidad de anécdotas al respecto. En esta entrada hablé sobre el ingrediente principal: el fútbol, de cómo lo que estamos viendo es la primacía de los esquemas tácticos del técnico sobre la libertad creativa de los jugadores. Me parece aburridísimo este fútbol de pases de pizarra; acabo de ver a Messi y Tevez en acción y qué diferencia. Solamente así se abre el espacio para goles como el de Maxi Rodríguez. Esto es lo que hace que el fútbol sea una fiesta, me parece.
lunes 26 de junio de 2006, 18:41 COT
Aún tengo fresco en la retina el partido Argentina – México, tal vez el mejor partido del Mundial, por lo menos hasta ahora. México se brindó a lo grande. Cada balón, cada espacio, lo luchó hasta el último momento. Argentina, con su pléyade de estrellas, fue sorprendido, muchas veces arrinconado, confiando en sus individualidades, porque la táctica la había hundido el siempre valeroso México. Sólo una genialidad de Maxi Rodríguez, un gol de antología no sólo por su plasticidad, sino también por su importancia, los salvó del desastre. Duelo de fútbol, del verdadero, se vivió. Uno pasó, pero el otro salió con la victoria en el corazón. Por partidos como éstos, vale la pena este Mundial.
lunes 26 de junio de 2006, 19:32 COT
A mí me decepcionaron República Checa y Japón. El primero, por falta de contundencia, y el segundo por falta de jerarquía cuando iba ganando los partidos que finalmente perdió con Australia y Brasil.
Me alegra el repunte de Portugal, pero me disgustó el “tren de pata” con los holandeses y las expulsiones estúpidas de Costinha y Deco. Pero lo peor ha sido el penalti que se inventó Luis Medina Cantalejo a favor de Italia en el partido contra Australia.
martes 27 de junio de 2006, 02:25 COT
La fiesta empezó con la entrada de Messi, Tevez y Aimar, me parece, ojalá que el entrenador los deje arrancar desde el principio especialmente ahora que juegan contra Alemania: pueden ser los artífices del berlinazo.
A la lista de decepciones de Julián le agrego a Paraguay, que no fue la sombra de lo que hizo en la etapa clasificatoria.
¿Qué posibilidades le ven a Portugal? ¿Y a la final Argentina-Brasil?
martes 27 de junio de 2006, 07:11 COT
La lista de los que se van a quedar en la banca por expulsiones y acumulación de tarjetas, asociada a su falta de cohesión como equipo, dicen que a Portugal le llegó la hora de irse a casa con el deber cumplido. ¿Y la final? Alemania – Brasil.. Messi, Tévez y Aimar la verán por TV. (Espero equivocarme)
martes 27 de junio de 2006, 11:41 COT
Fíjese usted que entre todos estos comentarios precedentes estamos comentando el buen fútbol que se ve, que se está viendo en el mundial. Es que, caray, tampoco esperará Usted, Fin de Semana, que todos los goles y todas las jugadas sean de antología. No sobe tanto y estudie.
Sentido.
Adenda: El sistema sigue fallando al no validar la sumita jarta, de modo que si me vuelve a fallar se privará de mi comentario a esta buena entrada suya…
mircoles 28 de junio de 2006, 07:36 COT
Creo entonces que no he tenido suerte con los partidos que he visto hasta ahora. Por fortuna la cuestión cambiará en octavos de final.
Marsares: me le mido a la polla, final: Argentina-Brasil.
domingo 23 de julio de 2006, 13:34 COT
Daniel:
Creo que lo mejor es te sigas deleitando con el Tenis. Argentina Vs. Brasil no fue.
En cuanto al fútbol alemán, aunque la mayoría diga que no gusta, siempre estarán peleando las finales. Esta vez quedó de tercero, qué lástima, era mi equipo favorito.
Cordial saludo!