Qué futuro
EditorialPor Sentido Común
lunes 19 de junio de 2006 0:54 COT
"Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro…
y a veces lloro sin querer."
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro…
y a veces lloro sin querer."
Para avizorar nuestro futuro basta conocer el pasado y entender el presente. No es un juego de palabras, sino la deducción lógica de lo que está pasando con la juventud y la niñez en un país como Colombia, que muestra cifras alarmantes en materia de desnutrición, prácticas abortivas por hijos indeseados, maltrato infantil, deserción escolar, niños trabajadores o mendicantes, violaciones y abusos sexuales a menores, niñas y niños utilizados en pornografía, en la guerrilla o como mulas para llevar drogas, embarazos de adolescentes, delincuencia juvenil, secuestros de menores, homicidios de niños y jóvenes, y por supuesto, el que será tema obligado por estos días con motivo de la tragedia del Liceo Francés, el suicidio de adolescentes. Si no los matamos o abusamos de ellos, son ellos quienes quieren prescindir del bien más preciado: la vida.
En lo corrido del año en Colombia son ya sesenta y cuatro los menores de edad que han logrado culminar ‘exitosamente’ una tentativa de suicidio; sumados los ciento noventa y cinco menores que se quitaron la vida el año pasado, tenemos el escalofriante promedio de un suicidio cada dos días. Pero hay otras cifras aún más preocupantes y es que según una encuesta reciente realizada en colegios de Bogotá, el 41% de dos mil estudiantes encuestados ha pensado en algún método para suicidarse y el 16% de ellos ha intentado hacerlo.
Algo anormal está ocurriendo, eso es claro. El titular de primera página de El Tiempo dice hoy “Suicidio de otro colegial dispara las alarmas”. Absolutamente coyuntural, porque las alarmas no han dejado de sonar desde hace varios años, cuando saltó a las noticias esta tendencia mundial que en los últimos 35 años se triplicó. La población de Colombia representa menos del 0,65% de la mundial, mientras que los suicidios de nuestros jóvenes y niños alcanzan el 3,8% del total de estas muertes, es decir, seis veces más de lo que nos debería corresponder proporcionalmente.
Contundentes números, aunque demasiados para expresar una realidad tan dolorosa que en lo humano resulta inmensurable, a la vez que constituye un malestar social evidente. Frente a las muchas hipótesis que lo expliquen, personalmente encuentro solo tres razones:
- Un mundo cada vez más convulsionado, exigente y competido, que simplifica la vida humana en procesos tan idiotas como autómatas, logrando despistarnos diariamente del goce real de las pequeñas cosas y de los nobles propósitos de nuestra juventud, para convertirnos en los guerreros de causas ajenas. Porque tener, antes que ser, es la fórmula ganadora en una sociedad de consumo como la nuestra.
- La adopción de roles sociales que olvidan la importancia de la vida en familia y convierten al individuo en un ser solitario, dentro de la multitud.
- Como consecuencia de las dos anteriores, aparece el desamor, el propio y hacia los demás. Padres y madres que no conocen a sus hijos, solo les dan cosas materiales, porque no hay tiempo para más, conducta que repetirán ellos a su vez con los suyos.
Y seguramente cada vez habrá menos tiempo, pero los niños deberán lograr sus metas más pronto, porque si no lo hacen no serán productivos ni competentes en la sociedad. Que alguien me diga que se ha opuesto a aceptar esta situación para felicitarle.
Todo un espiral de locura que termina algunas veces con un fracaso tan rotundo, que incluye la renuncia a la vida por parte de quien aún ni la entiende ni la conoce, y ya no la disfrutará nunca. Ése día, si nos toca de cerca la muerte, deberemos robarle un rato a la vida para asistir a un triste y absurdo funeral. Enseguida seguiremos la tonta carrera.
Fuentes: Medicina Legal | Programa Red Afectiva | El Tiempo | Worldmeters.info | Wikipedia | Guiadelmundo.org
lunes 19 de junio de 2006, 06:41 COT
El caso relatado por el periódico de ayer podría ser uno más. Pero ha sido divulgado en la Internet, involucra a un colegio de estrato 5 y 6 y se realizó en uno de los iconos de la arquitectura colombiana. Eso lo hace notorio.
Si eso sirve para darle una solución al problema pues aprovechémonos de esa fama efímera que otros casos no han logrado
lunes 19 de junio de 2006, 11:10 COT
No creo que algo anormal esté pasando. Pienso que, si bien todas estas explicaciones que propones suceden hoy y vienen sucediendo desde hace bastante tiempo, las cifras reveladas actualmente son tambien resultado de un aumento del numero de personas trabajando en el asunto de las formas de violencia infantil y juvenil, tanto en los medios como en salud pública.
La verdad no sé qué tan bueno sea ese aumento en los medios. En proyectos de salud gubernamentales y no gubernamentales sí puedo hablar de un fenómeno que los analistas llaman sobre-diagnóstico de la poblacion, que el unico efecto que tiene es garantizar que los dineros de las ONG”s europeas lleguen a raudales a las manos de los que dicen trabajar por los menos favorecidos. La verdadera intervencion sobre estos problemas, desaparece tan pronto se acaba el dinero y es necesario sacar nuevas y más escandalosas cifras.
Tu articulo me conmueve por tu propio malestar con el asunto y el intento de encontrar una explicación. Espero que logres conmover a muchas otras personas.
lunes 19 de junio de 2006, 12:35 COT
Me gusta mucho la anotación que hace Rana porque señala un factor a tener en cuenta. Pero estoy en desacuerdo. Se trata de un factor más en torno al tema y a mi juicio no muy decisivo o importante.
La realidad es que un suicidio más o un suicidio menos no es el caso. Un solo suicidio es una gran tragedia para un país que tiene que mandar a miles de sus hijos en adopción a otros países.
El problema no son las estadísticas. El problema es real y el abuso de los menores en Colombia no lo puede tapar nadie con el sol, ni inflar cualquier ONG hambrienta de dinero.
Yo cuestiono tambien la forma como Rana descalifica el trabajo honrado y generoso de cientos de personas que trabajan en las ONG.
Habrá manzanas podridas, (que deberían denunciarse con nombre propio) pero por esas pocas no parece muy sensato descalificar la labor de las demás.
lunes 19 de junio de 2006, 13:50 COT
Mauricio: Algo de razón puedes tener, porque en nuestro país las muertes también están estratificadas. Te acompaño a romper ése paradigma.
lunes 19 de junio de 2006, 14:00 COT
Rana: En esta ocasión no vamos a poder estar de acuerdo.
“Contundentes números, aunque demasiados para expresar una realidad tan dolorosa que en lo humano resulta inmensurable, a la vez que constituye un malestar social evidente.”
Con esta frase denoto que las estadísticas son aterradoras, pero no lo son todo. Antes de escribir el editorial, revisé cifras de otros países y miré el problema en contexto y de manera universal, por lo que puedo asegurarte que no es una situación ficticia provocada por algunas ONG’s. Te aclaro que no pertenezco a ninguna de ellas, pero no veo mal que muchas hagan gestión de recursos para apoyar el tema ante el vacío de un Estado inerme e impotente y un gobierno capaz de generar solo un mayor conflicto con su Inseguridad Democrática.
Desafortunadamente tu comentario se ha ido por las ramas, pues hubiese sido muy oportuno un pronunciamiento tuyo desde tu perspectiva profesional, frente al cisma que está produciendo nuestra organización social, el verdadero foco de mis palabras.
lunes 19 de junio de 2006, 14:01 COT
Álvaro: Coincido plenamente contigo en que cualquier vida perdida es una tragedia que debía conmovernos a todos.
lunes 19 de junio de 2006, 16:57 COT
Nos falta temple y realidad del tipo de estructura de la sociedad que le estamos dejando a las nuevas generaciones;apariencia,desamor,soledad y carencia de futuro.
Ahora le damos importancia a lo que no tiene importancia y nuestros muchachos estan solos porque nosotros estamos ocupados y no hay tiempo para transmitir la razon de la vida.
Hay grandes barreras de sentidos y gustos por la vida que todo se ha comvertido en circulos impenetrables.
El reflejo de lo que queriamos ver lo estamos viviendo y la vulneracion de lo mas intimo que es vivir ya no tiene sentido.
Tenemos que ser mas que dinero o comodidades a nuestras generaciones de remplazo,si no las educamos o acompañamos mas solitarios estaremos en medio de nuestros resentimiento.
lunes 19 de junio de 2006, 20:44 COT
No quise decir que las estadísticas explican el fenómeno, sino que hacen parecer el asunto como una cosa nueva, cuando no lo es. El suicidio infantil y juvenil es un problema grave desde hace mucho, pero los números expuestos por los medios y las instituciones hacen pensar que va en aumento. Y lo unico que aumenta es la cantidad de reportes.
Si defines anormal como algo que no debe pasar, entonces estamos de acuerdo y algo anormal ocurre. Pero la consecuencia natural de esta epoca sin tiempo para la infancia es la búsqueda de la muerte.
Ahora, no dije que todas las ONG”s hacen mal su trabajo, sino que lo hacen a medias. Dije que hay un sobre-diagnóstico de la población, en lugar de intervención. Es decir, se quedan en diagnosticar, y no intervienen más allá. Y quizás tienen un interés genuino en ayudarle a la población, pero llegan en posición de entregar soluciones, en lugar de construir proyectos sostenibles a partir de propuestas de la misma comunidad. Con lo que regresamos a la mayor barrera de todas: la indiferencia de la mayoría ante el dolor ajeno.
Sobre mi opinión acerca de la dinámica social del problema del suicidio, creo que la represión generacional de los amores y los odios a la que nos somete la cotidianidad es la verdadera causa de la angustia. Hay muchos hombres y mujeres sin palabra, sin posibilidad de relación con la pareja o los hijos por medio del juego o de la escucha. Hijos quizás de padres ausentes, y madres cabeza de hogar.
En consecuencia, los niños están impedidos para relacionarse con otros, quizás porque ante estos aburridos adultos les interesa más lo que dice la pantalla de la tele o el ultimo video juego, y empiezan a escuchar y a relacionarse mejor con los botones y las imágenes que con los sentimientos y las palabras de los juegos infantiles.
Los adolescentes buscan afanosamente resolver esa incapacidad con sus pares, pero con tanta intensidad que la más mínima frustración los lleva a depresiones profundas, y en el peor de los casos, a la desesperanza permanente.
Existen, claro que sí, proyectos maravillosos que buscan reconciliar a los niños y a los jóvenes con su propio sentir y su palabra, permitiéndoles aprender a relacionarse a pesar de las dificultades familiares o sociales que puedan tener. Pero son proyectos liderados por instituciones académicas, no de salud. Hablo concretamente de proyectos como SiloVé un niño, que logró reconciliar a muchos pequeños con su realidad y su mirada del mundo. Esos son los proyectos que intervienen, sin números ni diagnósticos. Y como ese, hay pocos.
lunes 19 de junio de 2006, 21:53 COT
Complejo tema, don Sentido Común. Hay un vacío de valores debido a la malsana competencia; malsana, porque no es de entereza humana, ni de fortaleza espiritual en la construcción personal y social, sino por la posesión de bienes, por el poder y por una supuesta grandeza, sin importar los medios para obtener eso. Jóvenes desesperanzados porque no aceptan la frustración, y vuelcan su angustia y su violencia contra ellos mismos. Estamos asistiendo al vacío de una sociedad sin ofertas de vida. Vacío en el que está cayendo la propia sociedad. Abrazo.
lunes 19 de junio de 2006, 22:15 COT
Francisco y Julio: De acuerdo con los dos. La responsabilidad de nosotros como padres es justamente llenar el vacío, transmitir los valores atípicos que están haciendo falta, donde el ser es el centro de la vida. El camino más directo para la transmisión se llama amor.
lunes 19 de junio de 2006, 22:40 COT
Ranita: Te cuento que la tasa mundial de suicidios infantiles y juveniles se ha triplicado en los últimos 35 años, siendo hoy 14 el promedio diario de vidas que se pierden por este concepto. Si como dices tu, la cifra en Colombia siempre ha sido la misma, es decir el 3,78% del total mundial, hacen buen trabajo quienes nos están abriendo los ojos sobre una realidad “tan vieja”.
No quiero quedarme en la discusión de si las ONG”s hacen bien la tarea o no. Prefiero llamar la atención en el sentido de que este problema nos atañe a todos y cada uno de nosotros, no es solo un tema de salud pública, sino una carencia de amor en el hogar, que parte de la moderna organización social que hemos adoptado: hombres y mujeres en la calle, niños solos en la casa con televisión e Internet.
martes 20 de junio de 2006, 08:47 COT
Tienes razón cuando señalas que muchos ojos están cerrados a esta realidad dolorosa. Y creo que si las cifras pueden convencer a la gente de hacer algo frente al problema, bienvenidas son.
Déjame defender un poco más mi argumento sobre que no el problema no es nuevo. Si pensamos el problema de la violacion sexual a menores por ejemplo, encontramos que hoy en día hay más reportes a las casas de justicia en ciudades como Cali, por ejemplo. Pero no es debido a que ocurra hoy más que antes, sino a que existen más personas reportando los casos que antes no se reportaban, y hay más gente trabajando mano a mano con los docentes en las escuelas.
En psicología comunitaria se prenden las alarmas cuando las cifras aumentan, pero no porque sea mayor la gravedad del problema, sino porque aumenta la cantidad de casos que salen a la luz. Este aumento estadistico es entonces reflejo de que la población está buscando ayuda, más que antes.
En resumen: insisto en que el problema del suicidio infantil y juvenil no es nuevo, así como no es nuevo el abuso a menores, o la prostitución infantil. Y lo digo porque desde hace 10 años hago trabajo con pacientes y escucho deseos de intento suicida en jóvenes y niños. Y mis maestros lo hacen desde hace aún más tiempo.
martes 20 de junio de 2006, 09:12 COT
Ranita: Aunque no he dicho en ninguna parte que sea nuevo (he hablado inclusive de su aumento en los últimos treinta años, cuando tu no habías nacido) lo cierto es que es crecientemente preocupante y en nuestro país es elevado respecto al mundo. Pero como sea, lo importante es ir al fondo, a las causas. Última palabra.
martes 20 de junio de 2006, 14:32 COT
Este problema en gran parte nace de todos aquellos que tienen hijos que no han deseado Una persona que tiene un hijo que no ha deseado nunca podra llenarlo de amor, pero como ya esta ahi, pues lo llena de cosas materiales… para creer que cumple su rol de padre, o de madre, y como dice el señor Sentido Comun niños solos mirando tv, mientras los padres cumplen su rol social. Ser padres en toda una tarea que pocos estamos dispuestos a asumir en su totalidad…
martes 20 de junio de 2006, 21:25 COT
Ma Claudia: Para allá apunta la cosa…
jueves 22 de junio de 2006, 22:47 COT
yo me pregunto a veces.. habremos nacido los seres humanos con el unico proposito de hacernos daño unos a otros… es muy dificil de comprender que haya que : ir al siquiatra, aprender superacion personal, aprender a dar amor…aprender a ser padres… aprender a respetar a los amigos, a los padres, a los hijos, cosas que debieran ser tan naturales… lo raro seria hacernos daño.. bueno sera el resultado de que Eva se haya comido la manzana de Adan….
viernes 23 de junio de 2006, 14:12 COT
Yo estoy totalmente de acuerdo con Sentido y la primer razón que expone para el caso en que los jóvenes deciden quitarse la vida.
Como te decía en tu blog, pienso que la juventud hoy en día es demasiado lábil, liviana como sin peso (con contadas excepciones claro está). Pero al parecer el hecho de que nuestra vida (como jóven que soy) sea o haya sido más fácil que la de nuestros padres, con mayores comodidades pareciera que le hubiera quitado ese condimento de lo que significa la felicidad de lo ganado por la lucha, por el perrenque, por la pilera.
Efectivamente para nuestros jóvenes la mayoría de las cosas merecen total profundidad y trascendencia quedándose en cosas totalmente vacías cuando afuera hay un mundo que está esperando por todo lo que pueden dar.
Como dice Andrés López, están “enzotao”s” frente a un computador, un televisor o un play station. De comunicación social…cero, de relaciones sociales….cero. Una repulsión hacia lo de afuera y completamente cerrados a todo aquello que salga de su “vegija comunal”. Mi pregunta también es la misma…..¿qué futuro?. Pero a mí sí me gusta ser positiva y pienso que nuestro país y el mundo sí tienen futuro, conozco jóvenes con mucho brío, mucha destreza, con muchas ganas de luchar y salir adelante, ambiciosos y soñadores y aunque pocos en sus manos está lo que venga para nosotros.
domingo 25 de junio de 2006, 12:23 COT
María Claudia:
En lo sencillo como en lo natural están las mejores cosas. Qué pesar que seamos tan evolucionados y no podamos vivir felices…
domingo 25 de junio de 2006, 12:34 COT
Bailarina: A mí también me gusta ser positivo y como prueba de ello te invito a bailar esta noche.
Ahora bien, sigo pensando que la clave está en el amor que le damos o dejamos de dar a nuestros niños, a nuestros hijos. Puede sonar cursi en esta época, pero es el amor el que da la vida y el que la mantiene…
domingo 25 de junio de 2006, 17:13 COT
Por supuesto…….más que aceptada la invitación, a ti creo que me sería imposible negarte una pieza. Hay que llenar de positivismo el mundo, y si no es posible hay que vivir el mundo de la manera más positiva posible al menos para que no se pegue el negativismo…..eso no podemos permitirlo.
domingo 25 de junio de 2006, 21:38 COT
+ + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + Averiguaa qué quiere decir lo anterior para una inglesa…(aparte de positivismo)