Waka waka… esto es Sudáfrica
Artículo destacadoPor Marsares
jueves 10 de junio de 2010 1:45 COT
Foto de GazetaEsportes.com – Licencia CC-A
Quien llegue a Johannesburgo por estos días quedará deslumbrado. Lo recibirá un estupendo aeropuerto, el O. R. Tambo (rebautizado en honor de uno de los padres de la moderna Sudáfrica), que mueve al año 17 millones de pasajeros. De ahí el viajero será transportado en el Gautrain, el primer tren rápido de África, recién inaugurado el 8 de junio vísperas del Mundial de fútbol, que en su primer tramo lo llevará hasta Sandton, el corazón financiero situado al norte de Johannesburgo, donde se encuentra uno de los mayores centros de convenciones del continente, hoteles cinco estrellas, un inmenso centro comercial (Sandton City) de 144.000 metros cuadrados y las Torres Michelangelo de 144 metros de altura. 156 kilómetros cuadrados de opulencia, derroche y modernidad. Esto es Sudáfrica.
Pero también, si se trata de un visitante curioso que quiere visiones diferentes a los folletos turísticos, podrá montarse en un destartalado bus y a escasos kilómetros se encontrará con Alexandra, un suburbio de Johannesburgo a orillas del río Jukskei, donde conviven 470.000 personas en apenas 8 kilómetros cuadrados, uno de los enclaves urbanos más pobres de Sudáfrica. 20.000 chozas junto a construcciones tradicionales se apiñan en un espectáculo desolador. Alli residió Nelson Mandela, se sufrió y se peleó contra el apartheid, y en mayo de 2008 vivió brutales ataques xenófobos de sus residentes contra inmigrantes de Mozambique, Malawi y Zimbabwe. Esto también es Sudáfrica.
Un presente de contrastes que mezcla razas, credos y lenguas, resumen de un pasado que se refunde en el tiempo con los bosquimanos. Hace 100.000 años aparecieron en los bosques de niebla de Sudáfrica, en un momento mágico para el mundo, anunciando que la gran aventura de nuestro tiempo había comenzado. Primeros hombres, parte de una especie de mamíferos erectos, camaleones singulares que se extenderían por toda la Tierra transformándose en nórdicos de piel transparente, latinos de cabellos ensortijados o asiáticos de ojos rasgados. Allí, en las sabanas africanas, a la sombra de los baobabs, muchos siglos después un principito tendría la osadía de reinventar la vida. El pasado es Sudáfrica.
Puede decirse que es un tumulto del mundo y por eso a Sudáfrica se le conoce como la nación del arco iris, donde los genes africanos se apoderaron por igual de holandeses y británicos, de indostaníes y malayos, junto a decenas de etnias encabezadas por los xhosa y los imponentes zulú que con Shaka edificaron un imperio de piel negra y soberana. Tantas culturas que por eso Sudáfrica tiene once idiomas oficiales y una capital para cada poder público, un singular equilibrio geográfico que busca reafirmar el nuevo país, lejano del que hizo de la segregación una de las vergüenzas de nuestro tiempo y que hizo posible cuatro premios Nobel de paz, honor inmenso pero desolador pues resume la feroz hegemonía que una minoría blanca le impuso a sus habitantes milenarios y la lucha incansable de muchos para revertirla. Sudáfrica, la multicolor.
La riqueza del suelo cunde por doquier. 20.000 especies vegetales que conforman el 10% de las existentes en el planeta, conforman una envidiable biodiversidad, enriquecida por la sorprendente fauna africana, a la par con una fabulosa riqueza mineral que tiene el 90% de las reservas mundiales conocidas de platino, 80% de manganeso, 70% de cromo y 40% de oro, así como ricos yacimientos de carbón y minas de diamantes. El 25% del PIB africano lo aporta Sudáfrica, miembro del G20, el exclusivo club de los países más ricos del mundo. Desde que llegó el ANC al poder en 1994 las exportaciones se han duplicado hasta llegar en 2008 a 91 mil millones de dólares, la deuda pública se ha reducido a la mitad, la inflación de dos dígitos en los ochenta, hoy es del 5.15 y la economía creció en forma sostenida hasta 2008 en cifras cercanas al 5%.
Pero a pesar de los esfuerzos del Gobierno, la corrupción todo lo desangra. Un tercio de los 83 miembros del comité ejecutivo del partido gobernante (ANC) han sido investigados por actividades delictivas, El jefe de Trasnet, la agencia estatal ferroviaria fue despedido por desobedecer las normas sobre licitación, igual que el director ejecutivo de South African Airways, la areolínea estatal, por malos manejos financieros, mientras Jackie Selebi, Director de la policía está siendo juzgado por corrupción y el jefe de la Seguridad social fue declarado cesante por irregularidades financieras, al tiempo que Seth Nthai, uno de los abogados más importantes del país fue acusado de soborno, mientras 400.000 funcionarios estatales habían recibido subsidios que no les correspondían. Los casos se multiplican por doquier.
No extraña que Sudáfrica se encuentre en el puesto 129 entre 182 países, en el Índice de Desarrollo Humano (IDH) 2010, por debajo incluso de Gaza y Cisjordania que está en el puesto 110. Y si nos atenemos al coeficiente de Gini, Sudáfrica es hoy por hoy el país más desigual del mundo. Más aún. En 2006 el 34.1% de los sudafricanos vivían con menos de dos dólares al día. Hoy lo hace el 42.9% y tiene el 25% de desempleo, la tasa más alta del mundo que golpea más a los negros (30%) que a los blancos (6%). El año pasado se perdieron 870.000 puestos de trabajo.
La salud es un desastre. El principal problema es la escasez de personal calificado pues muchos se van del país o ingresan al sector privado cansados de los bajos salarios y las deplorables condiciones. En estos momentos un tercio de los puestos de atención médica está vacante. Mientras en el sector público hay un médico por cada 4.570 habitantes, en el privado hay uno por cada 600. A esto se le agrega la epidemia de SIDA que afecta a 6 millones de sudafricanos. Tres millones han fallecido, 1.350 se infectan cada día y 350.000 sucumben cada año, con su secuela de huérfanos, de familias que se quedan sin su sostén principal y de trabajadores calificados que mueren en el mejor momento de su productividad. También la mortalidad infantil y materna y la tuberculosis, con una de las más altas tasas del mundo, pone su cuota. En 2005, la expectativa de vida, de acuerdo con la South African Medical Research Council, se redujo en 13 años pasando de 64 a 51 años.
La educación no es mejor. Pese a dedicársele el 6.1 del PIB, sus resultados son devastadores. En el último Foro Económico Mundial ocupó el fondo en el Índice Global de Competitividad (entre 133 países), tanto en matemáticas como en educación científica. En 2006, en Progreso Internacional de Lectura y Alfabetización, igual ocupó el último lugar entre 40 países, y en 2003, lo mismo en Matemáticas y Ciencias Internacionales, entre 48 países. Según el Development Bank de Sudáfrica, el 80% de las escuelas son “disfuncionales”, la mitad de los matriculados no terminan y apenas el 11% acceden a la universidad, de los cuales la mayoría llegan mal preparados y deben nivelarse en el primer año. De estos un tercio abandona en el primer año y al final sólo un 30% de los sobrevivientes se gradúa con una mediocre preparación de la que se quejan los empleadores.
Todo esto es Sudáfrica, que junto con Brasil, India y China configura el selecto grupo de países emergentes que buscan lugares de privilegio en el mundo desarrollado. Hoy hace su presentación en sociedad organizando uno de los máximos eventos deportivos, el mundial de fútbol que se inaugurará con un concierto en el estadio de Soweto, donde 100.000 personas 20 años atrás escucharon de labios del recién liberado Nelson Mandela un mensaje de reconciliación que evitó la guerra civil que se presagiaba. Cuatro años más tarde sería elegido como el primer presidente negro y al año siguiente, en el Ellis Park de Johannesburgo, otra de las sedes de esta Copa Mundo, Sudáfrica ganaría el mundial de Rugby, deporte de los blancos (afrikáners), que Mandela convirtió en deporte nacional, convenciéndolos de que también era su presidente.
Rueda el balón, y mientras el mundo asiste maravillado en diez estadios espectaculares a las fintas de Messi y Cristiano Ronaldo, le apuestan a la furia roja, se conduelen de Francia y esperan que los africanos brillen o en su lugar lo hagan los siempre fantásticos brasileños, el gobierno sudafricano se cuidará de mostrar la realidad que lo agobia y mientras dure la fiesta del fútbol desalojará a los pobres urbanos trasladándolos a “zonas de reubicación temporal” y “campos de tránsito”, como lo hizo durante el sorteo en Durban con los niños de la calle que fueron confinados en Westville, al mejor estilo del apartheid que ya no mira el color de la piel sino el del dinero. Pero de nada de esto se hablará en este mes frenético. La FIFA se ha curado en salud y ha dado las acreditaciones exigiendo a la prensa abstenerse de participar en actividades ajenas a las deportivas.
Waka waka… esto es Sudáfrica.
jueves 10 de junio de 2010, 09:23 COT
Wonderfull, It”s amazing!!!
I liked these letters.
El mundial se roba mi espíritu y como no estamos en él con nuestro equipo de fútbol, tenemos representación de Shakira y de uno de los arbitros. Premio de consolación.
¡Hugs to you Marsares!
jueves 10 de junio de 2010, 16:30 COT
Cualquier parecido de Colombia con Suráfrica es pura coincidencia.
sbado 12 de junio de 2010, 13:01 COT
Veo como en lo bueno se oculta lo que tiene el folclor y lo que ha dejado este continente al mundo en su sabor, ha mostrado que no todo es cuadrado. Cuando el hombre blanco no lo ha hecho mejor, pero siempre durante los tiempos desde lo mas profundo las palabras se han manifestado como critica tal vez, si es que ha permanecido y ha dejado un legado musical, toda África que está en mi corazon.
sbado 12 de junio de 2010, 13:10 COT
El mundial comenzo con algunos tropiezos o noticias amarillistas con el robo económico a los jugadores de Colombia, fuera de ello no estuvimos en el mundial pero de cierto modo nos ofrecieron una disculpa con la participacion de Juanes y de Shakira donde interpretaron algunas canciones donde todos los Colombianos nos sentimos orgullosos de ellos, son lo maximo.
En las escenas que se vio de la representacion de diferentes tribus fue muy buena, ya que es un pais muy explotado a traves de la historía por sus gobernantes y por cuestión de salud se ve muy poco comprometido para aportar a los niños una vida digna y de mucho respeto.
domingo 13 de junio de 2010, 11:37 COT
Siento que esa misma situación de Sudafrica también se vive en el resto de los llamados paises “tercermundistas”, como lo son las naciones latinoamericanas. Un grupo selecto de ciudadanos viviendo en el lujo y la comodidad extrema, una pequeña clase media y una inmensa mayoria de ciudadanos, viviendo en la pobreza, inclusive en la total miseria.
viernes 9 de julio de 2010, 23:01 COT
Taquendamia
Parece que le faltan unos juadores a usted..
sbado 10 de julio de 2010, 10:08 COT
Haiku,
Tienes razón. Sudáfrica ya está pensando en realizar unos Juegos Olímpicos mientras que Colombia escazamente puede organizar un caranaval.
sbado 10 de julio de 2010, 16:58 COT
Tequendamia:
Colombia acaba de organizar con mucho éxito los IX Juegos Sudamericanos 2010, con sede en Medellín, considerados los mejores de la historia. De igual forma, en 2011 se apresta a organizar el Campeonato Mundial de fútbol Sub 20.
sbado 10 de julio de 2010, 19:19 COT
Marsares,
Quién les dio ese calificativo? El Tiempo de Santos o los periódicos de Medellín? Saldría esa publicidad de los millones de dólares que Uribe paga a la prensa extranjera para que le mejoren su imagen? hm…digo, la imagen del país?
La verdad es que debí haber dicho que Colombia se parece a la Sudáfrica, pero a la de hace 20 años, la del Apartheid. Esto lo digo por el clasismo y racismo empedernido de los dueños del país, y por todos los desterrados a los que el país dio la espalda.
domingo 11 de julio de 2010, 21:31 COT
Que ironía. Un tipo que vive en Australia, con viaje pagado por papi y mami, hablando de clasismo. Cuando viva acá, en barrios de estrato tres o menos y monte en bus de $1.200, tendrá autoridad moral para hablar de clasismo.
lunes 12 de julio de 2010, 01:21 COT
Rafa,
Si yo fuera un hijo de papi y mami, no estaría tan resentido, ni habría abierto estos ojos que me permiten ver la enorme injusticia que reina en el país sino que cómodamente estaría defendiendo a los blanquitos. A esos hijos de papi y mami que heredan la tierra y los peones sobre el que se cagan.
lunes 12 de julio de 2010, 13:25 COT
No se las venga a dar ahora de humilde y proletario. El 80% de los colombianos nunca podrá viajar en avión, ni salir del país durante su vida, porque no tienen recursos económicos para hacerlo. Luego, usted, que sí tuvo los recursos, y de contera, para irse al otro lado del mundo, claramente pertenece al 10% de privilegiados. Es muy fácil pontificar de igualdadad social cuando nunca se ha aguantado hambre.