Uribe deslegitima el Estado Social de Derecho
Artículo destacadoPor Marsares
viernes 27 de junio de 2008 18:05 COT
El desconocimiento que el presidente de la República hace del fallo proferido por la Corte Suprema en contra de Yidis Medina rompe los fundamentos del Estado Social de Derecho y abre las puertas para una dictadura institucional.
El acatamiento a las decisiones judiciales
Aparte de si se está de acuerdo o no, los fallos judiciales deben ser respetados y acatados. Sobre estos cimientos, la legitimidad de las tres ramas y la obligatoriedad de sus decisiones, se levanta el Estado Social de Derecho. Si se socava este principio, se subvierte el orden institucional abriéndose la puerta a las dictaduras.
Colombia, pese a la precariedad de su democracia, en la época moderna ha respetado los fallos de sus jueces. En la última gran crisis institucional, el proceso 8.000, no obstante el manejo político y cuestionable de la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes, el país aceptó su decisión favorable al presidente Samper.
Lo propio sucede en este caso. La Corte Suprema, después de evaluar las pruebas, declaró responsable a Yidis Medina del delito de cohecho por haber vendido su voto a favor de la reelección presidencial. Y como el delito “no puede generar ningún tipo de legitimación constitucional o legal”, pone en conocimiento de su homóloga constitucional el fallo para que decida lo pertinente.
En un Estado Social de Derecho, si no se está de acuerdo con las decisiones judiciales se controvierte con los recursos contemplados en la ley. En el caso de la Corte, existe el recurso de reposición ante la misma Sala Penal. Y si se violaron garantías fundamentales se puede acudir a la Corte Constitucional para que restablezca el derecho. Estos son los caminos institucionales.
¿Dictadura institucional?
La respuesta del Gobierno Nacional a la decisión de la Corte Suprema sacude los cimientos de la democracia colombiana. No sólo desconoce un fallo judicial, deslegitimando uno de los tres poderes, sino que aprovecha el momento para dar vía libre a su propia reelección a través de la repetición de las elecciones de 2006.
La intención es evidente. La Corte Suprema cuestiona el Acto Legislativo que le dio vía libre a la reelección presidencial, no las elecciones de 2006 que, pese a ser financiadas en algunas regiones por los paramilitares y sus secuaces parlamentarios, la mayoría abrumadora de los votantes a favor de Uribe le dan plena legitimidad.
No obstante, Uribe se va por la tangente. A través de un plebiscito (con nombre de referendo) pone al pueblo colombiano en contra del poder que lo cuestiona, quitándole toda legitimidad, y de paso impulsa su segunda reelección que un Congreso amarrado a sus designios, favorecerá.
Lo que está por venir
La cabeza fría no es una virtud del Presidente de la República. Tampoco escucha a sus asesores. Si la mesura, y por supuesto, el espíritu democrático, gobernaran sus actos, habría podido ver que, pese a las buenas intenciones de la Corte Suprema, el envío de copias del fallo al Tribunal Constitucional, no pasa de ser una mera constancia sin efectos prácticos.
El que señale la Corte Suprema (con razón) de que el delito no puede legitimar el proceso constitucional que se vivió, no le da poderes a la Constitucional para que revierta su decisión de haberle dado validez, ya que el control del poder legislativo que le otorga la Carta es sobre lo formal (si los trámites se ajustaron a la ley) y no sobre lo sustancial.
Y en este sentido, si se tiene en cuenta que los votos fueron 18 a favor de la reelección y 16 en contra, anular el voto de Yidis por ilícito, dejaría las cuentas 17 a 16, ganando todavía la reelección. Si se condena a Teodolindo por su omisión al dejar de asistir a la votación, se estaría trabajando sobre la base de suponer qué podría haber pasado con el resultado de la votación de contar con su presencia.
De todas formas, no existe recurso de revisión para la decisiones de la Corte Constitucional por lo que no habría posibiidad de cambiar el fallo cuestionado.
Un nuevo dictador
Así nos pese, así resulte evidente que en este caso, como en muchos del pasado, se compró la conciencia de los congresistas a favor del Gobierno de turno, aparte de las condenas correspondientes a los individuos, el Acto Legislativo que dio vía libre a la reelección no se verá afectado. No sucede lo mismo con la Rama Judicial.
Sabedor de su inmensa popularidad, acaba de señalar las decisiones de la Corte Suprema como coletazos del terrorismo que hay que combatir. Y para ello, a través de su ministro de protección social, denuncia a los magistrados por prevaricato. Aparte de si consigue su objetivo de llevarlos a la cárcel, con una Comisión de Acusaciones que le sirve al Gobierno, lo cierto es que la cuestiona criminalmente.
- 28 jun 2008: ¡Ya era hora de la dictadura!
Esto le servirá para deslegitimar los procesos de la parapolítica y buscar de nuevo la creación de un tribunal alterno que, so pretexto de cumplir con el fallo de la Corte Constitucional de crear una segunda instancia en la Suprema, termine por absolver a sus amigos. Para esto se valdrá del plebiscito que con nombre de referendo acaba de citar.
Con los poderes legislativo y judicial en su bolsillo, otro dictador institucional habrá nacido en nuestra región.
viernes 27 de junio de 2008, 19:16 COT
En ese referendo no se puede ganar.
Más o menos es escoger entre legitimar la elección de uribe votando en contra de la repetición de elecciones, o darle papaya a uribeitor para que se reelija de nuevo votando a favor…
Aunque valencia cossio dijo que no es repetir sino corroborar, pero también dijeron que no tienen nada que ver con los paras, así que no les creo ni media.
sbado 28 de junio de 2008, 07:59 COT
Se parece al referendo del depuesto líder tailandés Thaksin Sinawatra, quien antes de ser derrocado llamó a unas elecciones para que el pueblo fuera el que decidiera si había cometido un crimen o no al robarse mas de un millón de dólares en impuestos.
sbado 28 de junio de 2008, 08:14 COT
Un engendro el que ha salido de mi tierra Antioqueña y soy ácida y dura porque es un abuso a la confianza que el pueblo le ha depositado, cómo llamar referendo a esto? Sólo la ignorancia de la gente buena lo puede aceptar, y lamentablemente, de este perfil de gente buena e ignorante está hecha Colombia.
Dios ilimine ya no a Uribe, está obsesionado, pero sí a la gente linda e ignorante de mi Colombia.
Para tí Marsares un abrazo desde mi alma!
sbado 28 de junio de 2008, 19:43 COT
El rápido contra-ataque contra la corte suprema de Justicia de Uribe y del ideólogo del paramilitarismo Luis Carlos Restrepo muestra que todo era parte de un plan B para salvar a sus amigos en las Autodefensas y su brazo político en el congreso de la república.
Lo que la corte tiene que hacer ahora es investigar cuantos de estos para-congresistas vendieron su voto, muy probablemente todos.
domingo 29 de junio de 2008, 20:28 COT
Marsares hace unos meses cuando la crisis con Ecuador y Venezuela estaba en su auge me daban como ganitas de irme al exterior, yo sé que sería sólo una excusa, que se debe ir tras algo y no huyendo de algo, pero todas estas cosas de nuevo me alborotan el hambre de mundo y de paso un hambre que deba ser saciada a largo plazo porque no quiero ni imaginarme cómo será el horror de vivir en una dictadura.
A Dios gracias existe un medio como este en donde los que no estamos de acuerdo con lo que el gobierno hace y deshace podemos opinar a gusto.
martes 1 de julio de 2008, 11:04 COT
Alias ciudadano:
El referendo es un despropósito jurídico. Por eso tiene aroma de plebiscito. Incluso, si por no ajustarse a las normas constitucionales, no se convoca, Uribe logró su propósito, desviar la atención sobre la ilicitud de la reforma política que permitió la reelección y poner al pueblo colombiano en contra de la única institución que está enfrentando la corrupción. Sin esta piedra en el zapato, Uribe tiene la vía libre para convertirse en el Fujimori colombiano.
Tequendamia:
En el fondo, Uribe es esto lo que persigue. Que el plebiscito (con nombre de referendo) le lave el ilícito que cometió a través de sus alfiles, para hacer posible su reelección.
Lully:
A un país lo salva la fortaleza de sus instituciones y no los hombres fuertes. Un hombre con la hegemonía del poder, sólo puede llevar al caos a su país al socavar la institucionalidad que lo hace posible. Uribe va por ese camino y si se le apunta a una segunda reelección, Colombia entraría de lleno en un autoritarismo que lesionaría gravemente la democracia, enviándolo de vuelta al pasado retrógrado y oscurantista que todos queremos superar.
Tequendamia:
No creo en un plan preestablecido. Simplemente aprovechó en su favor la oportunidad que le brindó la Corte Suprema. Valiéndose de su popularidad cita a un plebiscito para aislarla y abrir el paso no sólo a su segunda reelección sino también a una Corte alterna que juzgue a sus amigos. De los colombianos depende que el único poder que enfrenta hoy la corrupción, siga con su labor, limpiando la letrina de los otros dos poderes. Difícil tarea como puede verse.
Johanna:
Desde afuera la perspectiva es diferente. Lejos de los medios que en el día a día sólo recitan alabanzas, de las maniobras mediáticas del Presidente, del populismo rampante, de su bendición a todos los métodos que se utilicen para acabar con sus enemigos, se ve a un país camino al autoritarismo, con una democracia cada vez más precaria, con instituciones débiles y popularidad efectista que cuando desaparezca dejará un país en ruina institucional, a merced de los corruptos.
mircoles 16 de julio de 2008, 14:15 COT
pobre pueblo colombiano, es su peor epoca y los medios de comunicaion (RCN-CARACOL) dicen lo contrario, como es posible hacer un pais de sueños con este presidente, quiero a mi pueblo pero no puedo ser ajeno a la ignorancia colectiva del 70 %, una ignorancia involuntaria, orquestada por los medios de comunicacion.
viernes 18 de julio de 2008, 12:04 COT
HMARIO:
De acuerdo. Colombia está pasando por una época muy difícil, es indudable y como se ha dicho en otras oportunidades, se manipula a la opinión público utilizando diversos métodos, entre ellos el de la manipulación de datos, golpes mediáticos o desinformación de los medios tradicionales.