Una luz en el camino
Artículo destacadoPor Marsares
jueves 25 de mayo de 2006 13:42 COT
“La Casa de la Mujer” es una de las organizaciones más activas en la lucha por los derechos de la mujer. A través de Olga Amparo Sánchez, esta ONG recibió a equinoXio para comentar su postura sobre el reciente fallo de la Corte Constitucional que despenaliza parcialmente el aborto.
Lo primero que advierte es que la sentencia “deja por fuera a un gran porcentaje de mujeres que abortan en este país” cuyas conductas seguirán siendo penalizadas, por lo que “en últimas, el cuerpo de las mujeres sigue siendo controlado por el orden patriarcal, y su decisión libre de interrumpir una preñez o de continuarla”.
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A continuación destaca cómo en este país “no se valora la maternidad o el papel que las mujeres cumplen ahí , se valora en el momento de sancionar a la mujer porque no cumple bien el papel, pero no de entregarle a la mujer posibilidades para que hagan un ejercicio mucho más fácil de su maternidad”
Habla entonces, de la ausencia de guarderías cerca de sus lugares de trabajo, de la responsabilidad compartida entre padre y madre en el cuidado de los niños, de los comedores comunitarios, quedando un reto hacia el futuro “para las mujeres que consideramos que debemos tener autonomía sobre nuestro cuerpo, nuestra sexualidad y nuestra reproducción.”
Destaca las dificultades en los casos en que se despenalizó el aborto como el de la violación, “porque las mujeres no tienen información suficiente en caso de violación qué hacer. En caso de violación una mujer no se debe bañar, debe conservar las ropas, debe hacer inmediatamente la denuncia, porque donde hay un delito tiene que haber una prueba”.
Luego de señalar las dificultades médicas en diagnosticar el peligro de muerte para la madre gestante y la visión médica sobre la mujer, muchos galenos van a decidir que no se necesita el aborto, advierte que la sentencia de la Corte “es un paso pequeño en el sentido que eso obliga a que las mujeres nos enfrentemos a toda la estructura patriarcal en el momento de tener que decidir”.
Pero más aún, “el cuerpo de las mujeres queda atrapado ahí, porque son otros los que van a decidir en qué momento se lo hace, no es la mujer quiero este aborto, por éstas y éstas razones” aunque destaca que es un avance, “una lucecita pero se enfrenta con el entramado del sistema de salud y el sistema jurídico más también el sistema social que va a empezar a presionar”
Sobre las malformaciones genéticas advierte sobre la desinformación que se ha creado alrededor de esta causal, pues lo fallado por la Corte es cuando es inviable el feto, es decir que no es posible que viva más de unas pocas horas o días después de nacer. Pero, aunque es fácil de demostrar, los exámenes médicos son costosísimos, accesibles únicamente para mujeres de estratos altos.
A su manera de ver, el fallo de la Corte es, desde el punto de vista femenino, haberle ganado en el terreno de la argumentación y la lucha política a la Iglesia Católica. Y, también que “por lo menos un sector de la sociedad colombiana ha venido avanzando en la postura de defender un estado laico y no un estado religioso”.
No obstante, aclara que la lucha de los colectivos de mujeres no se circunscribe a la despenalización del aborto sino a la autonomía de las mujeres. Para que podamos decidir libremente el número de hijos, si queremos o no queremos, pero también las opciones sexuales y donde la despenalización del aborto se convierte simplemente en una estrategia de esta lucha”.
Y por eso está en disputa la autonomía del cuerpo de la mujer porque es ahí “donde ejerce el patriarcado su poder, en el cuerpo de las mujeres, lo ejerce a través del ejercicio de la violencia, lo ejerce a través del control afectivo, lo ejerce simbólicamente a través de lo que nos venden, que es la estética femenina para mostrarle a los varones, no es una estética femenina para nuestra calidad de vida”.
Finalmente, aunque está de acuerdo con que la Iglesia está en todo su derecho de ejercer proselitismo a favor de sus ideas, “esto no la puede llevar a sancionar a quienes no compartimos, o a excomulgar o a excluir a quienes no compartimos, ni tampoco a que su postura tiene que ser válida para todo el resto de la población”.
sbado 27 de mayo de 2006, 06:23 COT
La postura de personas como Olga Amparo merece difundirse y me alegro que le hayas hecho esta entrevista Marsares.
Ella argumenta con autoridad y conocimiento y nos da lugar a la esperanza cuando dice: “por lo menos un sector de la sociedad colombiana ha venido avanzando en la postura de defender un estado laico y no un estado religioso”.
mircoles 30 de agosto de 2006, 13:24 COT
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