Somero lamento por el turismo interno
Artículo destacadoPor Carlos Uribe de los Ríos
martes 13 de febrero de 2007 9:43 COT
El turismo interno en Colombia es un huérfano. Huérfano y pobre. Todo indica que la atención del gobierno –Ministerio de Comercio, Industria y Turismo- y del sector privado, en este tema, se detiene en aquellas alternativas que involucran, ante todo, a los turistas extranjeros, los aeropuertos y los hoteles de cuatro y cinco estrellas. Lo demás, que se lo lleve el diablo.
Uno puede comprobarlo por varias vías. Si se miran con cuidado los análisis y cifras del sector, suministradas (con 4 meses de atraso) por el Ministerio mencionado, se nota de inmediato el estrecho campo de sus intereses. Por ejemplo, dicen que hasta septiembre de 2006 habían visitado el país unos 65 mil extranjeros más que en 2005; que más de la mitad de todos los extranjeros que visitan a Colombia provienen de Estados Unidos (pese a las advertencias negativas de su gobierno); que la inmensa mayoría de esos turistas ingresa por el aeropuerto Eldorado, de Bogotá, y que fuera de Bolívar (Cartagena) y Antioquia (Medellín), las demás regiones reciben muy pocos visitantes.
No hay análisis, ni referencias y ni siquiera menciones al turismo interno, excepto en la página de la Presidencia, en donde sólo se habla de las rutas por las que es posible viajar –“Vive Colombia, viaja por ella”– gracias a la vigilancia del Ejército. Y punto.
Pero la mejor manera de enterarse de que las autoridades –nacionales, departamentales y municipales- le prestan cero atención al tema del turismo en sus regiones, es viajando.
Marcelo Gazzani, empresario argentino del sector de restaurantes, ya había visitado a Colombia. Estuvo a finales de 2005 y comienzos del 2006 en Bogotá y Medellín. Y como ese viaje la resultara muy atractivo, decidió volver un año después, con la intención de ir a la Costa Caribe, uno de los sueños de sus coterráneos. La segunda experiencia no fue la mejor.
Quería conocer el país por tierra y viajó con su novia y unos amigos desde Bogotá hasta Santa Marta. Bus de Rápido Ochoa incómodo, viejo, lento por la cantidad abrumadora de paradas, y eso que se trataba de un “directo”. Los buses interurbanos en Colombia están acabados. Excepto quizás los de Fronteras, una línea de Expreso Bolivariano. La gran mayoría tienen más de 15 ó 20 años y, aunque han sido “repotenciados” (cambio de motores y pinturita de carrocerías), acusan un desgaste y una incomodidad evidentes.
Si comparamos los buses colombianos con los de América del Sur, quedamos mal. Los únicos que son peores que los nuestros son los ecuatorianos. De resto, todos nos superan en este tipo de parque automotor. Desde Perú hacia el sur circulan buses muy nuevos, de dos pisos para viajes largos, reclinables y cómodos, con auxiliar de viaje y comidas calientes incluidas. Y baño decente.
Josh Hinden, norteamericano, viajó con su novia colombiana desde Santa Marta hasta Medellín. Viaje tremendo. Mucho más tiempo del estipulado, demoras sucesivas en la carretera por accidentes o congestiones, y claro, bus de pueblo. Un antiguo y mal mantenido ejemplar de Rápido Brasilia. Y eso que era el mejor posible.
Además, como a todos los que viajamos por tierra en el país nos obliga, sufrir los baños públicos de los sitios donde se detienen los buses (porque los de los vehículos son una inmundicia) es la peor de las experiencias. De Colombia hasta Bolivia, por tierra, los baños públicos son el festival de las náuseas. La cosa cambia en Argentina y algo en Chile.
Claudia Vásquez y yo viajamos en vacaciones desde Medellín hasta Lorica en el mejor bus ofrecido por “Brasilia”. Un destartalado aparato que traqueaba en cada curva y mantenía en un sopor endemoniado, gracias al baño, a sus 40 pasajeros. Esta empresa, al igual que las demás en el país, destina sus mejores vehículos a las rutas más demandadas; los de calidad deficiente a rutas menos exigentes y los peores a rutas menos frecuentes. Pero casi ninguno vale la pena. Casi ninguno es nuevo o se mantiene impecable. Eso sí, todos los recorridos, en nuevos o viejos, valen lo mismo.
De Lorica a San Bernardo del Viento, en el departamento de Córdoba, el viaje de Claudia y yo fue en un taxi destartalado, pues esperar el bus que pasa por allí, vía Cartagena, es de santos al estilo Job. Taxista que pide una suma abultada, más allá de lo razonable, a ver si el turista de turno cae en la trampa. Y todos hacen lo mismo.
Las playas, lamentables
Ahora, todos estos pequeños grupos de turistas, nacionales y extranjeros, sufrieron experiencias semejantes con las playas, excepto en Taganga, Magdalena, cerca de Santa Marta, y en Isla Fuerte, una isla cercana a Paso Nuevo, un caserío entre San Bernardo y Moñitos, en Córdoba.
Las playas de Santa Marta, en El Rodadero, son bellas pero además de repletas permanecen sucias y descuidadas. Incluso no es difícil encontrar flotando basura y otros desperdicios peores. Las playas que valen la pena están en Taganga, lejos del turismo de montonera, y en el parque Tayrona. Por su parte, las playas en Cartagena están en crisis. En Bocagrande se siente la contaminación, y en El Laguito se arriesga un mar sucio. Por eso la gente que puede va a las playas cercanas al hotel Las Américas, donde aún es posible un baño.
Pero las playas más mal tenidas son las de todas aquellas pequeñas poblaciones costeras en las que nadie mete la mano. En las más turísticas el problema es la contaminación de las aguas. En las más alejadas y medio solitarias, la limitación tiene que ver con que nadie las limpia de las basuras que arrojan los ríos que desembocan en cercanías, como en San Bernardo de Viento donde llega el Sinú, y nadie se preocupó de retirar troncos, palmeras y otros obstáculos después del mar de leva de finales del año anterior.
En San Bernardo hay que caminar varios kilómetros –en el sector de Playas- para encontrar un sitio dónde disfrutar de un estupendo mar, eso sí un poco turbio pero sin contaminación. Los restos de palmeras y de cabañas derribadas por la marea, y sectores de playa repletos de basuras, interrumpen un paisaje espectacular.
En Moñitos, a unos 30 kilómetros de San Bernardo del Viento, donde se supone que el mar, es aún más solitario y menos turistas de chancleta ensucian playas y aguas, los residentes dirigen sus desechos al mar: desde las basuras domésticas hasta las aguas negras. Por eso en Moñitos hay que caminar más que en San Bernardo tratando de encontrar un sector de playa a donde no llegue una cañería improvisada, o un caño que otrora debió ser un espacio para el disfrute y hoy ha llegado a convertirse en una cloaca.
Y ni hablar de Coveñas o de Tolú, paraísos hace treinta años y hoy asentamientos humanos deplorables desde el punto de vista del cuidado de las playas. Y menos de San Andrés, donde no han podido acabar con muchas bellezas naturales, por fortuna, aunque se ha transformado gracias al hacinamiento, la pobreza y la corrupción, en el destino turístico menos atractivo del Caribe.
martes 13 de febrero de 2007, 10:59 COT
Estrangero recien llegado en Colombia, me asusté dando me cuenta del poco turismo interno que habia. Hasta sitios como San Agustin no tienen la infraestruturas que merecen. Unas regiones, como Boyaca, estan pensando ahora como desarrollar el turismo, utilizando por ejemplo ofertas de turismo ecologico. Veremos como todo esto evolua pero comparto totalmente tu punto de vista.
martes 13 de febrero de 2007, 16:16 COT
Es muy cierto y triste lo que cuentas. Viajar en bus es una odisea, sobre todo en época de temporada.
Muy buena la comparación que haces con el transporte en el sur, en nuestros países hermanos.
martes 13 de febrero de 2007, 17:42 COT
La infrestructura para hacer turismo tiene sus dificultades, pero he viajado en las 4 direcciones posibles, es una empresa naciente y tratando de salir de un anonimato de los ultimos 25 años, no está tan mala.
Las dificultades mostradas son dadas por las politicas y contradicciones sociales hasta hace 8 años. Hay que tener fe y deseo para ser mejores.
Otros con historia de turismo y necesidades resueltas, las aman y las consideran como irreemplazables.
martes 13 de febrero de 2007, 19:41 COT
Lamentable viajar por tierra en esas condiciones, no tengo esa deplorable experiencia. Esta entrada es también una denuncia que puede llamar la atención de los dirigentes de Colombia.
Me queda una inquietud, el fin de semana estuve por la segunda ensenada de Coveñas y no encontré el mar en malas condiciones, tú experiencia fue por cuàl sector?
Deseaba irme para San Bernardo del Viento dentro de poco pero si están las playas como me cuentas, me abstendré.
Hace cinco años que no voy por Taganga pero me agrada saber que sigue siendo lindo viajar allì.
Lo del Rodadero me da làstima porque por Cartagena siempre ha sido asì, no me gusta por ello.
Un abrazo equinoXial para tì!
martes 13 de febrero de 2007, 19:59 COT
Buscar una playa donde no existan turistas y con ellos depredación y suciedad es una odisea. Del Tairona hasta el Cabo de la Vela se salvan en mucho de esta plaga, aunque de vez en cuando grupos de ellos asaltan las playas. Me encanta el Pacífico por Bahía Solano. Nuquí es maravilloso. Lástima que los problemas de seguridad no sean los mejores.
mircoles 14 de febrero de 2007, 06:31 COT
Marsares:Viajo continuamente a Capurgana Y me sorprenden los comentarios.
Le recomiendo la tranquilidad,los paseos ecologicos,la caminata a Sapzurro .
mircoles 14 de febrero de 2007, 08:05 COT
Carlos:
Comparto plenamente lo que comentas respecto al transporte intermunicipal. Y eso que no comentaste de las rutas de los valles interandinos, o algunas que van al Pacífico por tierra (en especial las que salen del Eje Cafetero al Chocó, o que lo diga nuestro amigo Jaime).
En cuanto al impacto turístico, comparto lo que dice Marsares arriba. Curiosamente, algunos complejos turísticos de mejores condiciones para los extranjeros, podrían estar causando los mayores impactos ambientales, por su naturaleza excluyente.
De mi parte, digo que el ecoturismo, suele haberse generalizado por los pequeños y grandes agentes turísticos, para meter gente (entrada económica) como sea, sin medir ningún impacto. A título personal, creo que aún se está muy lejos de implementar actividades netamente turísticas.
Un saludo
mircoles 14 de febrero de 2007, 08:30 COT
Cordial saludo
Validos e importantes aportes tienen todos los comentarios , son oportunidades de mejoramiento, el turismo interno tiene un potencial no solo en lo economico sino tambien en lo social, la salud mental.. cuantos Colombianos tienen al menos la opurtunidad de viajar y conocer las maravillas de Colombia?
Aqui lo que debemos hacer es separar el Ministerio de Comercio, aparte el de Turismo ( Veo al doctor Plata muy ocupado con el TLC, necesitamos urgente un funcionario que este de tiempo completo, reglamentar adecuadamente la nueva ley, El turismo es una gran industria que podria generar no solo empleos sino cuidado ambiental de esas maravillas de la que somos dueños todos los Colombianos.
Feliz dia
mircoles 14 de febrero de 2007, 20:42 COT
De acuerdo sobre el enorme potencial del turismo en Colombia – si se logra la paz antes, naturalmente. Cuanto a la “preferencia” a los entranjeros, pues… me imagino que yo haría lo mismo, pues traen platica fuerte que nos conviene más… Claro que los extranjeros son más exigentes, y no le encuentran atractivo a muchos lugares de Colombia – no nos olvidemos que ellos pueden ir a cualquier parte, limitados solo por el tiempo a disposicion. A parte Cartagena, que hay de único – y visitable – en el pais? San Agustin es zona de riesgo, el Tayrona no soporta el turismo de masas (que es la unica industria, el resto son migajas), el Eje Cafetero es campo bellissimo pero sin infraestructura, el Pacifico es zona de Guerra y todos están incomunicados entre ellos…
Saludos pesimistas, Doppiafila
mircoles 14 de febrero de 2007, 20:54 COT
Quien puede escribir algo sobre la pesca ,pudiera ser en Taganga,Cartagena o algun sitio de esos escondidos al turismo , alguna aldea de esas perdidas en la geografia,planeo un viaje de pesca resido en USA,pero quisiera visitar un lugar muy bueno para practicar ese pasatiempo,alguien puede escribir sobre Bocachica?
Gracis
Oscar
viernes 16 de febrero de 2007, 12:45 COT
Francisco:
En el país hay de todos los turismos. De acuerdo. En cualquiera de los puntos cardinales. Yo hablo de unos puntos específicos, y ante todo, del turismo por fuera de las agencias, líneas aéreas y grandes hoteles. En ese turismo apenas queda el de la zona cafetera. Y eso que están aprendendo.
¿Qué piensa, por ejemplo, del turismo por La Guajira? Qué horror!
viernes 16 de febrero de 2007, 12:59 COT
Lully:
Las referencias sobre Coveñas me las dieron unos amigos de Medellín. Al parecer el descuido estaba ante todo el Tolú, donde las “playas se acabaron y el mar huele mal (me consta), y en sectores al sur del hotel Punta Piedra.
Francisco:
No hablé de Capurganá ni de Zapzurro. Esos sitios siguen siendo hermosos y cuidados gracias a su difícil y costoso acceso para la mayoría de la gente.
Doppiafila:
De acuerdo en general. Los problemas del país en esta materia son ante todo dos: la incultura y la guerra. El turismo no es el aprovechamiento espontáneo y abusivo del dinero de los visitantes. Hay que educar a la gente, meterla en el cuento, hacer conciencia del riesgo ambiental. Y tenemos que lograr la paz para hacer un turismo sostenible que valga la pena. Para propios y extranjeros.
mircoles 21 de marzo de 2007, 18:00 COT
Hola…ya que veo que son todos unos viajeros. Les pediría por favor me recomendaran un sito donde alojarme en San Bernardo del Viento o en Moñitos, Cordoba. Ojalá sea un sitio muy exótico y salvaje, bonito y barato…mucho pedir no????
Pero creo que en estas maravillosas tierras aún se puede….
Mil gracias si responden a mi mail: cimar2004@msn.com