Para volver trizas al país
Artículo destacadoPor Carlos Uribe de los Ríos
jueves 11 de octubre de 2007 0:01 COT
Cómo hace uno. Si se propone cada día mirar el país en serio, diseccionarlo, para poder despejar la nube de incertidumbre y tratar de organizar un futuro personal, familiar y ciudadano siquiera de medio plazo, lo que se encuentra es lamentable: el Presidente de la República le casa peleas a la Corte Suprema de Justicia, en los términos más jartos, y todos los temas de la agenda nacional pasan a segundo plano.
Si bien es cierto que la Corte fue la primera en poner el tema sobre el tapete, al declarar que el presidente Uribe estaba obstruyendo la justicia, fue éste quien, en vez de contestar con sobriedad y a través de los recursos habituales de Palacio, se abalanzó sobre los medios al alcance y aún sobre los periodistas para no sólo aclarar el asunto desde su óptica sino, de paso, para demostrar una vez más, delante de los colombianos perplejos, la capacidad que tiene para desbordar todo asunto que le conviene y centrar en su figura la atención nacional.
Hay una vieja rivalidad entre el presidente Uribe Vélez y la Corte Suprema. Mejor, entre el mandatario y algunos de los más influyentes magistrados de las cortes. Y aunque esas situaciones se pueden presentar dentro de los vaivenes de un estado democrático –o que se precia de serlo– no resulta nada conveniente que tales enfrentamientos se salgan de casillas y causen el desconcierto que sufrimos.
Porque entre otras, me queda claro eso sí –como a muchos colombianos que mantenemos un espíritu crítico– que el presidente quiere asegurar no sólo la mayoría de votos a favor de sus intereses entre los de la Corte Suprema y otras cortes, sino también pretende con ello fortalecer su poder y convertirse en un mandatario omnímodo, intocable, autócrata, lo que de entrada descarta el principio democrático de los tres poderes independientes que deben ser la base inamovible del Estado.
Para hacer un rápido y necesario recuento, se dijo de lado y lado que:
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El presidente estaba obstruyendo la acción de la justicia porque estaba presionando al magistrado auxiliar Iván Velásquez, quien coordina el equipo de magistrados encargados de investigar los temas de la parapolítica.
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El presidente había llamado por teléfono a Velásquez, al otro día de una reunión de éste con el paramilitar alias Tasmania, para preguntarle qué era lo que estaba conversando con él, pues se le estaba acusando de haber dado una supuesta orden de asesinato.
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El presidente tuvo conocimiento casi inmediato de los movimientos de Velásquez y de sus conversaciones en detalle. Hay que decir que alguien informó apresuradamente, con segundas intenciones, al presidente Uribe de un procedimiento, legal y en orden, que estaba cumpliendo Velásquez como investigador de la parapolítica.
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El presidente saltó a los medios –así, literalmente– a defenderse diciendo que había una carta del paramilitar Tasmania, dirigida a él, en la que le contaba que el magistrado Velásquez le había ofrecido beneficios a cambio de que culpara a Uribe Vélez de un asesinato.
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Pero la fiscal de Medellín que acompañó al magistrado Velásquez a la diligencia en la cárcel de Itagüí declaró que lo que decía la supuesta carta era totalmente falso. Nada de eso se había conversado.
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El presidente le pidió al Fiscal General que investigara a Velásquez y a la fiscal testiga, concediéndole credibilidad a la carta del paraco. E incluso, se ratificó en varias oportunidades en su intención de que no sólo se investigue a la Corte sino que se la reforme legalmente, insinuando, obvio, que tiene poder en el Congreso para hacerlo a través de un proyecto de ley.
Lo que parece claro hasta ahora –si es que la mayoría de los colombianos tenemos claro este innecesario y desgastador enfrentamiento– es que la carta del paramilitar es falsa. Es necesario concluir también en que alguien –persona o grupo– desconocido aún, ha sido el promotor de todo este lamentable enredo para quizás poner el debate nacional en otra parte y desviar la atención de todo el mundo, incluidos por supuesto los medios de comunicación que corren desbocados y sin criterio detrás del escándalo.
Persiste, finalmente, la confirmación de que la Corte Suprema de Justicia –como le ha tocado otras veces a la Corte Constitucional– anda enfrentada a la Presidencia, porque aquí hay que incluir a todos los turiferarios. Y que el Presidente de la República no pierde oportunidad para revolver la opinión, para hacer uso y abuso de los medios de comunicación, más allá de la mesura deseable, y que sobre todo, le encanta el poder concentrado en una sola figura, la suya, que ahora comienza a ser promovida como candidata a un tercer periodo presidencial. Que Dios nos ayude, si es que ya no ha firmado un acuerdo con nuestro piadoso soberano.
Cómo hacemos, pues.
jueves 11 de octubre de 2007, 02:57 COT
Muchas gracias por la excelente exposición de los antecendentes y consecuentes de otra más de las disputas a micrófono abierto en que se enfrasca el Presidente que al parecer no respeta ni su cargo ni a sus gobernados.
¿Se le olvidó quizás, él que estudió derecho, que la separación de los poderes es el pilar de la democracia? Pareciera. Aunque como bien lo argumenta el análisis que haces se trata de astutas ardides suyas para concentrar más poder alrededor de su figura de trabajador, una cosa que presidentes pasados no podían exhibir.
Gracias también por el resumen que haces de los hechos y la manera como los desglosas. En medio de la gritería de micrófonos y de la útlima chiva que andan persiguiendo los periodistas es muy difícil orientarse sobre lo que pasa en Colombia.
jueves 11 de octubre de 2007, 07:26 COT
Sin palabras. Gracias Carlos por este recuento “en caliente” en medio de tanto ruido. Vean esta perla. ¿Será que la Corte Penal Internacional podría ayudarnos en algo?
jueves 11 de octubre de 2007, 08:43 COT
Carlos: En 5 años de gobierno, no hay nada nuevo bajo el sol…el país ya está vuelto trizas, pero la gente contenta.
jueves 11 de octubre de 2007, 08:51 COT
Muy buen recuento, Carlos. Aunque faltó, quizás porque se conoció en las últimas horas, el encuentro entre alias René y el comisionado Ternurita en 2004. El paramilitar creía que el virrey paisa lo iba a “quebrar”.
A mí no me parece ninguna coincidencia que este incidente se junte con la propuesta del partido de los puñaleros de la segunda reelección, en plena época electoral. Obviamente sin Uribe el Partido de la U pierde su razón de existir, algo que sin duda saben Juan Manuel Pestañina Santos, el primo de Pablo Escobar y el venezolano experto en guerra sucia J. J. Rendón, posibles autores de esta conjura contra las instituciones.
No sería raro que con todo este escándalo la imagen del represidente crezca como espuma entre sus fanáticos guerreristas con libreta de segunda, los estrato 2 y 3 que añoran la época de la esclavitud (negros, pobres y homosexuales “conservadores”), los que justifican el sicariato y el paramilitarismo como métodos de control poblacional (“si los mataron fue por algo”, “es que hay mucha gente en este mundo”), los mismos lectores asiduos y defensores acérrimos y a lo mejor pagados de criminales como Fernando Londoño Hoyos, alias cara de violador, ídolo de los profesores de Derecho que se revuelcan con sus alumnas entre sábanas mortecinas de motel barato por la nota de un parcial.
Así las cosas, nos vamos a tener que aguantar hasta 2014 al enano seminarista, gracias entre otras cosas a la cobardía del Polo Democrático para deslindarse de las FARC (sacando de paso y a patadas a Caycedo y su corte de apologistas, áulicos y mojacalzones de la guerrilla) y a esta caterva de narcoasesinos bañados en sangre. Este es un país gobernado por criminales, no importa quién esté en el poder, aun si la izquierda “democrática” accede al mismo, pues no se ha depurado de elementos nocivos y criminales.
jueves 11 de octubre de 2007, 21:07 COT
OTRO SICARIO DECLARA EN CONTRA DE LA CORTE SUPREMA ATRAVES DE LOS MEDIOS MASIVOS Y NO DENTRO DE UN PROCESO FORMAL
Cuando MANCUSO confesó la verdad del paramilitarismo, dentro del proceso que se le sigue, el Gobierno, en cabeza del ministro del interior y de justicia dijo que a los criminales no se les podía creer. Ahora salen dos sicarios a hacer declaraciones en Contra de un magistrado de la Corte por la televisión y el Gobierno, en cabeza del mismo ministro las da por hechos ciertos.
jueves 11 de octubre de 2007, 21:26 COT
Fabricio se refiere al ex paramilitar Edwin Guzmán, que salió esta tarde en Caracol Radio y más tarde en Caracol Televisión acusando al magistrado Velásquez de ofrecerle beneficios a cambio de incriminar al re-presidente. Guzmán rindió declaración ante el Consulado de Colombia en Nueva York.
jueves 11 de octubre de 2007, 21:28 COT
Ah, qué raro que volvieran a amenazar a Coronell. Celebran los fanáticos enardecidos del irreemplazable.
http://www.ips.org/blog/cvieira/?p=58
jueves 11 de octubre de 2007, 21:44 COT
Hablando de otra cosa aludí a esto en mi último post y al final me quedó una inquietud con cierto vacío periodístico acerca de una zafada de lengua de Luis Carlos Restrepo.
jueves 11 de octubre de 2007, 22:19 COT
¿Y lo raro es…? Hombre, si en este país no se le puede creer a los criminales entonces no se le puede creer a nadie. Son precisamente los criminales quienes tienen que denunciar a sus compinches pero esas denuncias son convenientemente electivas: si las denuncias salpican a militares muertos, mafiosos extraditados y políticos de provincia venidos a menos entonces son válidas y la seguridad democrática es un éxito en tanto que “desmontó” el paramilitarismo. Caso contrario ocurre cuando esas denuncias salpican a militares activos de alto rango, amigos del presidente y al mismo virrey: esas denuncias entonces son falsas, provienen de la oposición, son alentadas por el comunismo infantófago y tienen por objeto desestabilizar a la primer democracia de américa.
No es raro que eso pase teniendo en cuenta que nuestro primer mandatario ha tenido en su nónima a reconocidos ladrones de acciones, primos de capos abatidos, primos propios salpicados con el narcoparamilitarismo y un hermano que es reconocido como comandante de un incipiente grupo mochacabezas. No es raro, yo no sé de qué se extrañan los lectores.
PS: los comentarios de Julián Ortega debería ser una columna nuevamente. Yo sé que muchos extrañamos esa pluma.
viernes 12 de octubre de 2007, 08:26 COT
Bilioso, gracias pero no gracias. Creo que eres el único que me extraña. La decisión está tomada y no volveré a hablar de política nacional en la blogosfera salvo en los comentarios. Desde hace meses me rastrean, así que prefiero no dar papaya.
viernes 12 de octubre de 2007, 14:41 COT
Si, BILIOSO.
Los protagonostas de los crimenes saben muchas cosas y son testigos de primera mano. Pero eso no significa que todo lo que dicen es cierto. Generalmente cuando algo no es cierto aparecen errores, inconsistencias y contradicciones y, Cuando un hecho es cierto, tiene una lógica que lo explica, lo confirma y reafirma.
Lo cierto es que Uribe es un tipo con muchos antecedentes criminales y su conducta es la de un criminal. Sus explicaciones no son claras y tienen muchos vacíos. Su actitud no es nunca coherente. Yo personalmente creo que hay muchas evidencias que los implican en asuntos tenebrosos y el tipo quiere neutralizar la corriente de documentos y testimonios que lo enredan. Sus respuestas son siempre las de un avezado criminal
martes 16 de octubre de 2007, 10:53 COT
[…] equinoXio [ES], Carlos Uribe slams the way this incident broke into the media with such intensity: Es necesario […]
jueves 25 de octubre de 2007, 02:12 COT
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