Los nuevos dueños de la vida
Artículo destacadoPor Marsares
jueves 7 de junio de 2007 20:20 COT
Imagen tomada de Ingeniería genética extrema del ETC Group
"Por primera vez, Dios tiene competencia. Venter y sus colegas llegaron a una frontera del quehacer humano y el público no ha tenido oportunidad de debatir las enormes implicaciones sociales, éticas y ambientales que pueda tener la vida sintética."
Pat Mooney del Grupo ETC
¿Es posible privatizar la vida?
El autodenominado “rey de la creación” no está contento con lo heredado de sus ancestros; prefiere una naturaleza hecha a su medida. Luego de manipular genes, quitando aquí y poniendo allá, ahora quiere el premio mayor, crear la vida a partir de material sintético. Una solicitud para patentar el primer organismo vivo creado por completo en el laboratorio, comienza su trámite en Estados Unidos. ¿Privatizar la vida? Parece ciencia ficción, pero ya se abrió la puerta.
Manipulación de la naturaleza
Las variedades vegetales y animales que han llegado a nuestros días, no sólo son el producto de muchos experimentos realizados por la vida en su natural evolución, sino también por el mismo hombre que, con paciencia infinita, ha logrado mejorar las especies (el maíz es un ejemplo) a través de múltiples cruces.
Un paso gigantesco lo dio al descubrir no sólo de qué estaban hechos, sino cómo estaban organizados en su interior. El descubrimiento del código genético permitió conocer el alfabeto de la vida y recrear lo existente. Características de una especie se trasladaron a otra, mediante la adición de genes.
Ante el asombro del mundo, los Organismos Genéticamente Modificados (Transgénicos) hicieron su aparición, especialmente en la agricultura. Los científicos le habían agregado a las especies vegetales genes de otras especies obteniendo características nuevas como resistencia a los insecticidas o a cierto tipo de bacterias. Hoy, por ejemplo, en cualquier supermercado encontramos tomates “larga vida” que no necesitan refrigerarse para conservar su frescura por varios meses.
Crear vida de la nada
Pero una cosa es manipular un ser vivo, y otra bien diferente crearlo. Un organismo vivo es como una casa. Compuesto de multitud de ladrillos (células), que se organizan de acuerdo con unos planos (genes) que deben integrarse y ordenarse específicamente (secuencias genéticas), cuyas instrucciones se guardan en el ADN, haciendo posible la construcción de los pisos, el levantamiento de las paredes, la colocación de los techos, etc.
Los planos ya se descubrieron, lo mismo que el alfabeto que permite leerlos. Pero aún es pronto para comprenderlo, aunque ya podemos leer algunas frases y con ellas entender cómo están hechos los seres más simples (microbios, bacterias, etc.). La lectura es dispendiosa pues la organización genética es muy compleja, pero con la unión de la biología, la computación y la ingeniería, se avanza paulatinamente.
Las secuencias genéticas descubiertas y algunos genomas, incluyendo el humano, ya son de conocimiento público. Igualmente, fragmentos de ADN ya han sido producidos sintéticamente en el laboratorio. Por tanto, la creación en el laboratorio de seres vivos simples, se vislumbra en el inmediato futuro.
¿Patentar la vida?
Hasta ahora, la patente de la vida es propiedad de Dios, pero al parecer su monopolio está amenazado. De ahí que hace una semana, la Oficina de Patentes y Marcas Registradas de Estados Unidos publicó la solicitud de patente de un “genoma bacterial mínimo”, en la que se describe la creación en laboratorio del primer organismo vivo totalmente sintético, capaz de crecer y reproducirse por sí mismo. Los genes que lo componen también son objeto de la patente
¿Significa que este ser ya existe? No necesariamente, pero sus creadores deben tener un buen camino recorrido. Si miramos su beneficiario, el Instituto Vender, las posibilidades aumentan dramáticamente. Su dueño, el llamado aventurero de los genes, J. Craig Venter, tiene como propósito comercializar nuevas partes, dispositivos y sistemas biológicos que no existen en el mundo natural.
El nuevo organismo
A una bacteria real le removieron sus 381 genes y los sintetizaron en un laboratorio, con el fin de determinar cuántos de ellos son necesarios para crear un organismo vivo. Luego, los genes sintéticos se insertaron en una “célula fantasma”, a la que se le removió el material genético y se procedió a alimentarla con nutrientes. Todos los pasos están explicados en la solicitud y la patente les garantiza la propiedad monopólica del ser que han llamado "Mycoplasma laboratorium”.
¿Esta patente afecta a la humanidad? Como esta bacteria ya tiene dentro de sí la receta de la vida (los genes mínimos y su secuencia para hacerla posible), todo organismo sintético que se construya en el futuro deberá contar con ella. De ahí que el monopolio de la vida a partir del laboratorio, quedaría en manos de una sola compañía.
Si se tiene en cuenta que a este chasis se le puede agregar cualquier secuencia genética con instrucciones que le permitan producir lo que se desee, se entiende la magnitud de la patente y el inmenso peligro que reviste para el futuro de nuestra especie. El mismo Vender, en entrevista para Newsweek, lo dijo muy claro: “si lográramos un organismo que produzca combustible, sería el primer organismo con valor de miles de millones o billones de dólares. Definitivamente patentaríamos todo el proceso.”
Y no están lejos. “En 2005, Venter fundó Synthetic Genomics, Inc. para comercializar microbios sintéticos que tengan aplicaciones en energía, agricultura y remediación de los problemas del cambio climático”, según lo denuncia ETC Group. Un inmenso poder está naciendo a nuestras espaldas.
Aunque parezca un capítulo de "La dimensión desconocida", si la apelación presentada contra la solicitud de patente por el ETC Group no tiene éxito, la privatización de la vida habrá comenzado y nuestros descendientes, junto con su entorno, serán una mercancía que deberá pagarse, y no precisamente con oraciones. Un guión inquietante. Lo grave es que ya comenzó a rodarse la película…
jueves 7 de junio de 2007, 23:11 COT
esta bien interesante esto. en bacterias es facil hacer esto (claro si uno tiene los laboratorios y el capital para hacerlo) pero en los eucariotas es otro cantar, hace poco lei un articulo en una revista cientifica y he tratado de ponerlo en un lenguje simple para que todos lo puedan enteder y, publicarlo en mi blog de ciencia.
para serte honesto aun estoy buscando algunas frases. pero en los eucariotas el problema es mucho mas complejo, se han descubierto nuevas variedades de ARN, que codifican aminoacidos en las llamadas zonas silentes de los genes y muchas veces ese ARN codifica aminoacidos incluso de otros genes en otros cromosomas. el asunto es mas complicado de lo que parece, este hecho lo estoy tratando de unir a los fracasos en la clonacion en los vertebrados superiores y, a otros fenomenos que hasta este momento no tenian explicacion. Como en la creacion de cromosomas artificiales.
Muchas de las cosas que tu dices son parte de las razones por las cuales abandone ese campo. No quize ser parte de ello. Y esto que tu hablas es solo la punta del Iceberg.
Pero ese es un problema que tenemos desde hace mucho tiempo, aplicamos los conocimientos por compulsion.
el ejemplo de la energia atomica es uno de ellos, pero en toda la historia hay cientos de ellos, la nesecidad se impone a la prudencia, pero en este campo, los riesgos son demasiado grande
jueves 7 de junio de 2007, 23:54 COT
Marco:
Te me adelantaste. Pensaba hablar algo de este reporte que nos brinda ETC sobre esta situación.
El problema no es tanto que el ser humano haya “mejorado” ciertas especies, de hecho ciertas manipulaciones han generado biodiversidad. El paso de algunos pueblos aborígenes o pueblos (nómadas) ya desaparecidos, transfomaron lugares (para bien o para mal) y potenciaron la creación de ecosistemas completos. La relación cultura-ambiente, va más allá que el fomentar una “cultura ambiental” como dicen algunos, de lo cual no creo ni existe, pues creo más en “ambientar” (si se puedo usar la palabra) la cultura. Bueno me estoy saliendo del tema.
Volviendo al cuento, cuando empiezan a haber problemas, es cuando el hombre invade territorios genéticos (la verdadera base de la creación), los manipula y les pone el código de barras con título de propiedad: jugar a ser Dios.
Aparte de tirarse miles de generaciones de acervo genético que son en buena parte el mejor insumo para disfrutar y contemplar de la biodiversidad que aún vemos, se justificará el eterno circulo vicioso en donde se cree que el mercado, por que es mercado, lo controlorá todo. Sí, claro que lo hará, pero para seguir concentrando la riqueza en pocas manos que potencia la degradación socio-ambiental.
Este tipo de manipulaciones genéticas se conocen como erosión genética, pues solo se tiene en cuenta lo que el mercado en determinado momento exige. Si quiere algo que resista las condiciones ambientales, pero que pueda estar sacrificando genes que expresen la generación de esencias o texturas que solo dan nuevas variedades (variación genética) que pueden ser más interesantes. Aparte de eso, hay que pagarle o pedirle permiso a alguien. No, no.
Bueno, ya me extendí en prosa. Un saludo!
lunes 11 de junio de 2007, 13:18 COT
Es dificíl saber hasta que límite llegaremos. Pero lo que es inevitable es que siempre habrá gente que quiera sacar provecho.
lunes 11 de junio de 2007, 16:33 COT
Gracias por un excelente artículo sobre un tema delicadísimo y trascendental para nuestro futuro. Muy preocupante tu análisis. Excelentes las contribuciones de Luis, Germán y Butzer en los comentarios.