Gustavo Moncayo llegó a Bogotá
Artículo destacadoPor Marsares
mircoles 1 de agosto de 2007 22:56 COT
1.186 kilómetros, 46 días, desde el extremo sur de Colombia, Gustavo Moncayo, el padre de un suboficial del ejército secuestrado por las FARC hace casi diez años, recorrió medio país hasta la capital de la República, para exigirles a las FARC y al Gobierno nacional que realicen un intercambio humanitario, canjeando los secuestrados que tiene en su poder la organización subversiva por los guerrilleros que se encuentran privados de la libertad por las autoridades.
Apenas acompañado de una de sus hijas, el profesor Gustavo Moncayo salió el Día del Padre desde Sandoná, un pueblo del departamento de Nariño que linda con la República del Ecuador, rumbo a Bogotá, en el centro del país. Posteriormente, su segunda hija se les unió y juntas lo acompañaron en esta gran marcha por la paz, que poco a poco fue creciendo, recibiendo el respaldo y solidaridad de los colombianos.
Al llegar a la ciudad de Cali, las ampollas en sus pies le impedían seguir caminando por lo que fue atendido en el Hospital Universitario del Valle. Al otro día, cuenta el profesor Moncayo, se levantó más cansado que al acostarse. La razón, el lamentable estado de la camilla donde pasó la noche, una muestra de las limitaciones que tienen los hospitales públicos en Colombia.
Uno de los pasajes más difíciles fue el cruce de La Línea, una escarpada montaña que ha servido de prueba de fuego para los ciclistas en la Vuelta a Colombia. Quien la corona, generalmente queda rey de la montaña y seguro ganador de la competencia. Algunos dudaron que el docente pudiera hacerlo y cuando lo vieron llegar, después de haber soportado una furiosa tempestad, no pudieron ocultar su emoción. 37 almuerzos para sus acompañantes pagaron quienes apostaron que Moncayo no se le mediría a este reto.
Otro de los recuerdos que más atesora y que al igual le causa tristeza, fue la invitación en el camino de una familia campesina a tomarse una aguapanela con arepa, mientras sus dos hijos de 8 y 9 años le manifestaban su admiración. “Niños del barro” como los llama a él. A su corta edad, estos niños trabajan moldeando el barro, y se ganan algo más de un dólar diario, dependiendo del ánimo del patrón.
Muchas son las vivencias de este hombre de 56 años que fue recibido como héroe al llegar a Bogotá, en medio de una multitud que quería abrazarlo, tocarlo, sentirlo. Dentro de un embudo humano y resguardado por un cordón de policías y voluntarios, Gustavo Moncayo recorrió la emblemática carrera séptima hasta hacer su arribo a la Plaza de Bolívar, donde 10.000 personas lo vitorearon con pañuelos blancos.
Es curioso. En la Marcha por la Paz de hace unos días, hubo un solemne Te Deum en la Catedral Primada con asistencia de la flor y nata de la política colombiana, encabezada por el presidente Uribe. Hoy sus puertas permanecieron cerradas, y sus campanas en silencio. Esta vez no había nadie importante ni consignas apoyando la guerra total. Sólo un humilde profesor y palabras de apoyo a una solución negociada. Terreno estéril para las casullas y los báculos.
Durante más de una hora y acompañado por el dolor de muchas madres de secuestrados y desaparecidos, Moncayo se dirigió a los asistentes y planteó lo que para él debe ser un acuerdo humanitario. Bajar las armas, sentarse a conversar, abandonar el secuestro, luchar por la paz. Palabras que suenan a utopía en un país donde la intransigencia de las partes es la medida. ¿Pero quién dijo que no eran posibles los milagros?
En la carretera, cuenta una de sus hijas, un tullido al ver a su padre alcanzó a tocarlo y como pudo se levantó. Los hermosos ojos de Yuri Tatiana se iluminan y una sonrisa pone un toque refrescante a esta odisea del siglo XXI, mientras desde la ventanilla del carro observa a su padre. La multitud impidió que estuviera junto a él en las últimas cuadras. El imaginario popular ya tiene en Moncayo a otro de sus protagonistas.
El presidente Uribe, en diálogo con el profesor Moncayo a través de una cadena radial, aceptó entrevistarse con él, luego de que el “Caminante de la paz” rechazara reunirse con el Ministro de Gobierno y el de Defensa. “Vine a hablar con el presidente”, manifestó. “Y quiero que sea en la Plaza de Bolívar”. El primer mandatario dijo al aire que iba a coordinar el encuentro.
¿Un nuevo aire al intercambio humanitario o apenas otra ilusión destinada a marchitarse? El tiempo lo dirá, pero la marcha de la paz de hace unas semanas y la llegada de este valiente caminante indican que el país parece despertar del sopor de la apatía. Sin embargo, mientras 10.000 personas aplaudían a Moncayo en la Plaza de Bolívar, el resto de la ciudad seguía su ritmo normal.
Las estaciones de Transmilenio estaban a reventar. Los oficinistas salían apresurados a sus casas. Los establecimientos comerciales bullían de clientes. La gente conversaba en las esquinas, hacía fila para los cines, caminaba. Una ciudad que apenas se daba por enterada de lo que estaba sucediendo a unas pocas cuadras de allí. Indiferencia que molesta. Parecía otra ciudad, no la de Moncayo y su reclamo de vida.
El alcalde de Bogotá, Lucho Garzón, mandó instalar carpas en la Plaza de Bolívar para que el profesor Moncayo y su familia pernocten como es su deseo, en abierto desafío al Ministro del Interior Carlos Holguín Sardi quien manifestó que Moncayo no podía acudir a las vías de hecho, ni podía quedarse a vivir en la Plaza de Bolívar.
Gustavo Moncayo logró su cometido. Atraer la mirada hacia los secuestrados. Lo que sigue, nadie lo sabe, pero cada vez más gente comienza a pensar que el problema no es ajeno. Ojalá estas marchas se multipliquen y quizás prenda la idea de consultarle al país si quiere o no el intercambio humanitario.
Los colombianos tienen la palabra ante la intolerancia del Gobierno y la guerrilla que no desean una solución sino una victoria, como con acierto lo dijera Alfonso López Michelsen, hace tan sólo unos meses.
mircoles 1 de agosto de 2007, 23:33 COT
[…] so pena de quitarnos aquello a lo que tenemos derecho todos, como él mismo lo dijo hoy, tras llegar pasadas las 4 de la tarde a la Plaza de Bolívar. Que es un símbolo de la paz. Que su […]
jueves 2 de agosto de 2007, 10:32 COT
Las palabras quedan cortas para expresar la admiración que considero todo el país debe tener por el profesor Moncayo..
La historia también se quedará corta para contar la crónica de este caminante que por amor a su hijo decidió emprender tan grande aventura.
Muy pocos hechos han heho lo que este: hacer pensar al país y volcar la opinión de todos los colombianos.
La indiferencia a la que la rutina de sucesos tristes nos ha acostumbrado, se vió opacada por las manifestaciones de respeto y alegría de los habitantes de los sitios por los que este héroe pasó.
jueves 2 de agosto de 2007, 14:09 COT
Lo que hizo el profe Moncayo me parece una hazaña. Algo que muchos podríamos y estamos en la capacidad de hacer pero no lo llevamos a cabo, ya sea por pereza, porque ningunoi de nuestros seres queridos ha sido víctima del conflicto armado que se vive desdee hace más de 40 años y tal vez porque creemos que en las ciudades estamos bien, que nada nos va a pasar.
Me parece que el hécho de que éste personaje (en el mejor sentido de la palabra) haya logrado su cometido es un hecho de sensibilización para todos los que nos consideramos colombianos y queremos llevar éste país adelante. No a la indiferencia.
jueves 2 de agosto de 2007, 16:28 COT
La admiración que tengo por Moncayo es solo por haber emprendido una marcha tan larga desde su ciudad natal y solo eso.
Revolucionar un pais con palabras y acciones lastimeras que rallan el triste y vulgar populismo no solucionan nada, al contrario, generan opiniones divididas, bien divididas.
Si bien, el interés de este señor es la liberación de su hijo, es triste y grosero que utilice además el dolor de las demás víctimas para cumplir con su objetivo, esto es pues, utilizar a los demás, para escalar peldaños que a lo mejor, solo sean los de un cuento o anécdota en los libros de la historia de nuestro pais.
Escudarse además detrás de una estudiante grosera, altanera e incoherente, señorita que se supone tiene mínimos conceptos sobre un discurso, sobre hacer una pregunta, sobre argumentar debidamente una idea y sobretodo, la de encarar con mediocres palabras a un presidente aferrado a su labor, es mucho mas ridículo y deja bastante que desear. Si la señorita esta del buso verde buscaba 15 minutos de fama, pues ya la tiene, pero aquellos que sabemos que es un discurso, reconocemos en ella, poco valor intelectual sin bases argumentativas y poca inteligencia al conectar la lengua al cerebro.
HAY QUE DESPERTAR SEÑORES, EL PRESIDENTE DE TURNO NO ES EL CULPABLE DE LAS SITUACIONES Y LAS VÍCTIMAS.
Basta con recurrir a las palabras de juristas y recordar que para los negocios se necesitan dos partes.
El interés del gobierno existe, condicionado pero existe, pero del otro lado, acaso hay un interés? Si así lo fuera, desde el gobierno del Doctor Samper habría intercambio, pero lo cierto es que no ha sido así y es ridículo lanzar a la picota pública al presidente de turno por culpa de nuestras desgracias.
En fin, espero que algún dia, el aserrín que la mayoría del común tiene como cerebro, pueda dar proyecciones certeras, antes de protestar.
jueves 2 de agosto de 2007, 17:25 COT
[…] hacerse a su lugar en la Plaza, el profesor Gustavo Moncayo recorrió a pie durante mes y medio casi 1.000 […]
jueves 2 de agosto de 2007, 17:57 COT
En los gobiernos de samper (no soy samperista) y de pastrana (no soy pastranista), sí hubo intercambio de prisioneros. No lo olvide.
Samper despejó Cartagena del Chairá para la entrega de algunos militares secuestrados (entre ellos los compañeros de cautiverio del hijo del profesor Moncayo).
Pastrana también recibió secuestrados de las FARC.
Finalmente, aún cuando lamentablemente no pude escuchar bien el espectáculo grotesco que montó uribe en la Plaza de Bolívar hoy, de lo poco que pude apreciar es que mostró la verdadera dimensión humana que posee y que es bien limitada. Gritón, violento, oportunista (montó un espectáculo alrededor de las denuncias de Moncayo), y bastante flojito para contestar las preguntas de la estudiante a la cual se refiere monterrosa en forma despectiva, de la cual vale decir, tiene unos cojones que bien envidiaría el propio mesías.
Enhorabuena por la gente buena que va apareciendo últimamente. No todo está perdido en este muladar de paramilitares y mafiosos.
jueves 2 de agosto de 2007, 22:05 COT
[…] El profesor Moncayo por fin llegó a la capital y fue recibido por una calurosa multitud que le expresó todo su afecto con pañuelos blancos y aplausos. Al día siguiente se entrevistó con el Presidente de la República y aunque no se vislumbra acuerdo sobre el intercambio humanitario, consiguió llamar la atención de todo el país sobre la suerte de los secuestrados y sus familias. Lean mayor información en equinoXio: “Gustavo Moncayo llegó a Bogotá. […]
jueves 2 de agosto de 2007, 22:23 COT
A diferencia de los arrodillados medios chibchas, los medios internacionales dieron cuenta del circo montado por el número 82 y de cómo, a pesar de las vociferaciones de los uribistas acá y en los foros de los principales medios, le salió el tiro por la culata.
Repugnantes Poncho Rentería y Caracol Radio y todos sus locutorzuelos, áulicos de la motosierra y de los antropófagos descuartizadores y practicantes de la vivisección, así como los furibistas que viven de los "7 millones", como si a Hitler no lo hubieran elegido 33 millones. No demoran en decir estos ignorantes, que disfrutan que los arreen como a las bestias para que siquiera se levanten de la cama, que los periodistas de AP [prácticamente cooptada por la CIA y medio de información del gobierno gringo] o IPS son "terroristas" y que Moncayo es un "agente de las FARC". Claro que esa tontica de camiseta verde que subió…
Mi posición: intercambio SIN despeje. Nada de premiarles la masacre de los diputados a las escorias de las FARC. Y vade retro politiqueros de la carpa del profesor Moncayo. Un verdadero héroe, no como el número 82, que co-gobierna con las mafias.
jueves 2 de agosto de 2007, 22:33 COT
Esto es lo que disfruta el número 82. ¿Qué haría si Tomasito o Jerónimo estuvieran en poder de las escorias de las FARC? Egoísta, demagogo y verdulero, cual culebrero paisa. El “corazón grande” no es con el pueblo, sino con el cartel de Ralito/La Picota/Itagüí, con los decapitadores de niños, con los que devoran carne humana. Ni siquiera tuvo respeto con Moncayo, que lo puso en su sitio por arrogante, así las barras bravas del número 82 vociferaran lo mismo de siempre. Viva Moncayo.
jueves 2 de agosto de 2007, 22:35 COT
Los áulicos de las masacres quedaron al descubierto. Después de las palabras de Moncayo quien hizó un ridículo MONUMENTAL…
Es sabido que detrás de las FARC está un grupo de aseinos mucho peor y esos son LOS QUE PROMUEVEN EL INTERCAMBIO HUMANITARIO Y EL DESPEJE. ESOS SON LOS ASESINOS. LOS QUE SE LUCRAN DE LOS CILINDROS BOMBAS Y DE LA INCINERACIÓN DE PERSONAS VIVAS.
Afortunadamente nos dimos cuenta que ese Moncayo es un patán no más… No hizo con los pies lo borró con la lengua. Ahí tiene, el pez muere por la boca…
jueves 2 de agosto de 2007, 22:51 COT
Así de tiesos les gusta a los promotores del secuestro y las masacres. Cuando hagan el intercambio y liberen a los explosivistas entrenados por los 3 Irlandeses (regalito del Caguán), así quedarán más colombianos…
viernes 3 de agosto de 2007, 00:44 COT
Catirestrepo:
Una proeza, sin duda. No dejar morir la esperanza. No es su primera caminata. Su espíritu continúa al pie de su hijo, incansable. Realmente, un héroe.
Ruby Tuesday:
Tienes razón y ésta es su gran aporte al drama colombiano. Sensibilizarnos. Mostrarnos que si se quiere se puede. El país vuelve a hablar de los secuestrados. Un hombre valioso, sin duda. Un colombiano que deja huella.
Paco:
Es el dolor de un padre por su hijo. Y comenzó su marcha para llamar la atención sobre este hecho. Con el correr de los kilómetros y los días, muchos dramas se le unieron a su caminata y sin proponérselo, se convirtió en el vocero de todos. Es la esperanza de quienes no han logrado ser escuchados. Esa es su valía. Haber roto el muro del silencio y poner a pensar al país de que éste es un drama que nos afecta a todos. Ahora, el presidente Uribe no es el culpable de los secuestros, por supuesto. Pero si le cabe responsabilidad por su terquedad que se niega a desatar el nudo gordiano. Es la diferencia entre un presidente y un estadista. Uribe, nunca será la segundo.
Alberto:
Infortunadamente, el presidente, con su habilidad manifiesta, desvió el debate hacia generalidades de su gobierno, diluyendo el tema del intercambio humanitario. Y pese a unas protestas iniciales del profesor Moncayo, se dejó enredar por el verbo airado de Uribe y terminó discutiendo con él sobre pobreza, educación, salud, diluyéndose el tema principal.
Julián:
De acuerdo. Los medios colombianos, con excepciones, no hicieron el análisis correspondiente, quedando la noticia en un simple recuento de hechos. Y la foto que publicas del profesor Moncayo y su esposa es muy diciente porque resume todo. La intransigencia presidencial y el dolor de una familia que ve como las puertas siguen cerradas para recuperar a sus seres queridos.
Inquisidor católico:
¿De verdad cree en todo lo que escribe? ¿Así interpreta el dolor de un padre que lleva diez años intentando de muchas formas hacerse escuchar? Estoy seguro que su padre, así como el mío, harían muchas cosas si estuvieran en una situación parecida. Incluso el “ridículo”, como usted llama a las palabras dolidas de un ser humano que lleva un drama que ni siquiera nos imaginamos. Y este “patán” como usted lo llama, a los dos años del secuestro de su hijo emprendió su primera caminata hasta el Santuario de Las Lajas para pedirle a su patrona la liberación de un hijo injustamente secuestrado por las FARC. Y seguramente, este mismo “patán” que hoy lloró una vez más por el hijo que no ve hace 10 años, seguirá luchando, quizás caminando de nuevo o haciendo cualquier cosa, para recordarle al país que el drama de los secuestrados no es un drama ajeno. Un hombre, un verdadero hombre que merece nuestro respeto. O dicho en sus palabras, un “patán” que, con su “ridículo monumental”, conmovió el país. Y detrás de él, “inquisidor”, no están las FARC, ni los cilindros, ni las incineraciones, tan solo la tristeza, el dolor, la angustia. Cuando usted sea padre lo comprenderá. Por un hijo uno es capaz de hacer cualquier cosa, hasta un “ridículo monumental”. Es el amor. Espero que usted lo entienda algún día.
viernes 3 de agosto de 2007, 06:18 COT
En mis coments sobre mi entrada en mi blog, hago referencia a la foto que puso Julian, donde están las lágrimas de esa pareja que sufre por su hijo. Yo sí digo, recuerdo cuando secuestraron al hermano del Expresidente Gaviria y él, Gaviria, hizo todo lo posible por liberarlo, habló hasta con Fidel, lo cierto es que en poco tiempo logró la liberación. Entonces, miren que sí se negocia, que sí se puede negociar. Ayer fue el hermano del expresidente Gaviria, después quien sigue? HAY QUE NEGOCIAR, EL PRESIDENTE ES UN PAISA Y LOS PAISAS TENEMOS ESE TALENTO NEGOCIADOR, DESDE ACÁ LE ENVÍO A ÉL LA BUENA VIBRA Y PIDO A DIOS QUE LO ILUMINE PARA QUE PUEDA HACER UNA *BUENA NEGOCIACIÓN- porque tampoco estoy de acuerdo con el despeje, pero que demuestre la calidad de un buen Antioqueño. Es hora de demostrarle al país de su capacidad pero, que por favor, no se salga de los pantalones como lo hizo ayer. Eso no es digno de un presidente. Esperemos también que las FARC facilite las cosas.
Hay mucha “tela para cortar” pero debo irme a sumergirme en plácidas aguas, para estar lista e irme para mi oficce.
Abrazos saludables!
viernes 3 de agosto de 2007, 09:33 COT
Pero de que habla Marsares, ese señor Moncayo ni siquiera mencionó a su hijo… Ese señor estaba haciendo política. Justificó el secuestro ¿No lo oyó?
Su discurso fue lamentable desde todo punto de vista…
Por último quien apoya el despeje y el intercambio como lo quieren las FARC tienen las manos llenas de sangre: http://photos1.blogger.com/blogger/4640/388/320/Reuters%20Qana%2002.jpg
Y sí creo todo lo que dije…
viernes 3 de agosto de 2007, 10:04 COT
Marsares, no le pidas peras al olmo. Si este tierno personaje, sin libreta militar siquiera, exclamó con emoción y brillo en los ojos "Uribismo o muerte", ¿qué más puedes esperar? Apague y vámonos.
viernes 3 de agosto de 2007, 10:13 COT
“exclamó con emoción y brillo en los ojos “Uribismo o muerte” Eso obviamente era un broma o no vio quien escribió el post dónde comenté?
Prepárese para responder Míster Ortega…
viernes 3 de agosto de 2007, 10:20 COT
Inquisidor, gritar “[cualquier estupidez] o muerte” no me parece ninguna broma. Esa es la justificación típica de gentecita como Chávez [a quien supuestamente odias pero que emulas acá], Mussolini o Stalin para hacer matar gente. Otra cosa es que no pienses antes de escribir y que creas ingenuamente que debamos leerte la mente para saber cuándo escribes en broma y cuándo en serio.
viernes 3 de agosto de 2007, 10:32 COT
Jejeje, Dios… Vea quien lo dice. Un lector de Tele-ba-SUR-a-, un chavista reprimido.
Prepárese para responder Míster Ortega… Pronto.
viernes 3 de agosto de 2007, 15:11 COT
[…] El segundo día del profesor Moncayo en Bogotá generó muchas expectativas. Los medios estuvieron pendientes desde las primeras horas sobre el encuentro entre el presidente y el “caminante de la paz”. […]
sbado 4 de agosto de 2007, 08:56 COT
[…] Profesor Moncayo llegó a Bogotá, en equinoXio […]
mircoles 8 de agosto de 2007, 16:44 COT
me parece que lo de moncayo es un jesto de familiaridad que no culaquier persona lo aria con un gran sentimiento por sus familiares y por la liberacion de todos los secuestrados no creo el solo tiene es un obetivo especifico y si se da los de los demas mejor pero me parece que no se va lo grar nada por que hay personas en este pais que no tienen piedad delos demas como lo hacen los personajes de las farc y paramilitares
martes 14 de agosto de 2007, 20:17 COT
creo que no deberia acudir al presidente sino a la onu o la oea, jejeje
lunes 31 de diciembre de 2007, 03:01 COT
[…] de los días se convirtió en un símbolo que comenzó a mover multitudes. Su entrada a Bogotá demostró que las voces por el acuerdo humanitario no eran pocas. Aunque Uribe se mantuvo en […]
jueves 3 de abril de 2008, 09:33 COT
admiro la proeza y fortaleza del profesor moncayo.pero estoy abusando de este medio para localizar un compañero colombiano alumno de moncayo al cual conocí en la ciudad de buenos aires,y por cosas de la vida,olvidamos intercambiar nuestros correos,por eso pido a lo s colombianos que lean esto,que hagan circular que hay en la red una uruguaya que busca a mario,del cual sólo sé que es colombiano alumno y admirador de moncayo,(de hecho fue él quien me contó detalladamente la historia del profesor)él se ganó en un sorteo de una emisora radial un pasaje de avión y una entrada para ver en buenos aires un concierto,donde nos encontramos.suena locura,pero lo hago:serradelos@hotmail.com.
desde ya gracias y perdón por utilizar este espacio indebidamente