El sindicalista de teflón
Artículo destacadoPor Julián Ortega Martínez
jueves 28 de septiembre de 2006 0:02 COT
Si, como es muy probable, Luiz Inácio Lula da Silva sale reelecto el próximo domingo como presidente de Brasil, marcará sin duda un hito en la historia de la llamada "nueva izquierda latinoamericana". El carismático ex obrero de Pernambuco, quien trabajó desde su niñez, se convertiría en líder sindical y ayudaría a fundar el hoy desprestigiado Partido de los Trabajadores (PT), obtendría así otros cuatro años para continuar con las políticas que están haciendo de Brasil una de las mayores potencias "emergentes". Las encuestas lo favorecen, pero necesita obtener la mitad más uno de los sufragios para evitar una segunda vuelta el 29 de octubre, superando tal vez el récord mundial de 52,4 millones de votos que obtuvo en octubre de 2002.
Las elecciones generales del 1 de octubre serán una interesante prueba para la democracia brasileña, que no parece recuperarse totalmente del escándalo de corrupción protagonizado por líderes del PT. Asimismo, como primer país del mundo cuyas elecciones se hacen mediante voto electrónico, el tema de la seguridad cobra mayor vigencia. El reacomodamiento de las principales fuerzas políticas es otro de los elementos claves en estos comicios.
Lula puede considerarse el "presidente de teflón" al que nada parece afectarlo. Su manejo económico conservador, continuista de la administración del respetado Fernando Henrique Cardoso, y sus relativamente exitosas políticas sociales son al parecer la "combinación ganadora" que tiene contenta o al menos tranquila a la mayoría de los brasileños, a pesar de que el mensalão y la cercanía con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) en materia económica haya desilusionado a muchos de sus seguidores, que esperaban mayor transparencia y cambios más radicales. En este sentido, muchos incluso se atreven a decir que de izquierdista no tiene nada.
El escándalo
El diputado Roberto Jefferson, del Partido Laborista Brasileño, denunció en julio de 2005 que el tesorero del PT Delúbio Soares estaba pagándoles una "mensualidad" (mensalão en portugués) de R$30.000 a algunos parlamentarios a cambio de votar a favor de las propuestas gubernamentales en el Legislativo. La denuncia del parlamentario, que estaba involucrado en un escándalo relacionado en el servicio de Correos, desató una serie de investigaciones y de acusaciones al seno del Congreso Nacional, amén de confirmar otras denuncias anteriores de corrupción estatal que se remontaban a 2004 (como la llamada "caja dos", denunciada desde el propio gobierno). Se conformaron varias comisiones parlamentarias de interrogatorio y uno a uno empezaron a caer los principales cuadros del partido de gobierno… menos Lula, desde luego, quien desde el comienzo negó saber del "negocio" de sus copartidarios en el parlamento y llegó a decir que era el "hombre más honesto de Brasil", amén de atacar a la clase política y de afirmar lo "traicionado" que se sentía.
Escándalo tras escándalo, publicistas, burócratas y políticos fueron cayendo en las redes de las comisiones de interrogatorio, y hasta acusaciones de donaciones cubanas a la campaña de Lula de 2002 salieron a la luz pública. Un senador dijo en julio de 2005 que Lula "o era idiota o era corrupto", respecto de la supuesta ignorancia del mandatario brasileño respecto del escándalo. El propio Lula esperó hasta último momento el anuncio de su candidatura, esperando la evolución de los acontecimientos, considerando incluso cederla a la sucesora de José Dirceu, su ex hombre fuerte también salpicado por el mensalão. Lo cierto es que, a pesar del manejo en apariencia correcto de las autoridades judiciales y de los parlamentarios encargados de las investigaciones y de su relativa independencia, a muchos les queda la sensación de que ha habido "mucho ruido y pocas nueces". A la decepción de la opinión pública siguió el cansancio respecto del tema. Y, por lo visto, poco importa si Lula sabía o no, pues la mala imagen se la llevó el partido, no él.
La blogosfera también ha tenido su parte en el cubrimiento del escándalo. Ricardo Serran Lobo, un residente de Brasilia, sacó su blog Vizinho do Jefferson ("Vecino de Jefferson"), en el que dejaba saber algunos detalles del escándalo no cubiertos por los principales medios, aprovechando la cercanía con el ahora ex diputado. Lobo, que ahora es candidato del Partido Verde a la Cámara de Diputados por el estado de Santa Catarina, dijo en una entrevista en enero pasado -en la que este servidor ofició de traductor- que la crisis demostraba que "la joven democracia brasileña va por el camino correcto, a pesar de todos los problemas que este escándalo nos trajo a los brasileños. Una cosa ha quedado demostrada: la madurez política de la población. Lo que ahora necesitamos es la madurez de los políticos, que todavía viven dos siglos atrasados".
Economia, programas sociales y política exterior
Los éxitos en el ámbito económico son notables: aumento y diversificación de las exportaciones, crecimiento económico rondando el 4% anual, inflación en el 5% o menos, reducción del desempleo y estímulos a los agricultores y al microcrédito, de los que se han beneficiado alrededor de dos millones de empresas. Claro, parte de la receta proviene de la administración de Cardoso y de los mandatos del FMI y del BM. A Lula, no obstante, se le critica el pésimo manejo de la deuda con el FMI, parte de la cual decidió pagar anticipadamente, si bien los intereses no eran altos. Dichos pagos se hicieron a costa de la inversión pública, que se vio reducida drásticamente. Y los "positivos", igual que en muchas partes, son modestos y atribuibles a la bonanza mundial del último lustro. Eso sí, la ola privatizadora llegó a su fin con el "presidente obrero".
Los programas sociales, como Fome Zero ("Hambre Cero"), dejan un sabor agridulce, pues se les critica su "baja eficacia", y algunos aseveran que se quedan en el mero asistencialismo. No obstante, los subsidios directos del gobierno son agradecidos por sus 11,2 millones de beneficiarios, muchos de los cuales jamás habían visto que el gobierno se acordara de ellos. Desde 2005, el programa Bolsa Família exige que quienes reciban las ayudas se comprometan a mantener a los niños en el colegio y a ponerles todas las vacunas. El cubrimiento en educación se incrementó y las becas para los universitarios llegaron a los niveles máximos de su historia. La mortalidad infantil cayó a 26 por cada mil habitantes y más de 12.000 trabajadores que se encontraban en estado de esclavitud fueron "liberados" por el gobierno. A pesar de los resultados, Lula es elogiado por figuras como el cantante Bono por su lucha contra la pobreza.
En los últimos años, Brasil ha querido erigirse como líder en América Latina y potencia regional. Además de formar parte del Mercosur y de mejorar sus relaciones con países como Argentina, se unió a India, Alemania y Japón a fin de buscar un asiento permanente en el Consejo de Seguridad en las Naciones Unidas, si bien en esto último no ha logrado casi nada, en parte por la oposición de Washington. Lula también ha buscado alianzas en otros sitios del Tercer Mundo, si bien ha tenido algunos desengaños. China irrespetó un pacto con Brasil, por el cual apoyaba al país sudamericano en la puja por el asiento en el Consejo a cambio de abrirles las puertas a sus productos. Su relación con Chávez, Castro y Morales se ha visto enrarecida por el radicalismo de los tres líderes de izquierda, lo que queda demostrado con el enojo que desató la decisión del presidente boliviano de nacionalizar los hidrocarburos explotados por Petrobras. El país andino tuvo que frenar temporalmente la orden de monopolizar la comercialización de los derivados del petróleo en los días pasados.
Por otro lado, las relaciones con Estados Unidos son más bien ambiguas. Si bien Washington aplaude parte de las políticas económicas de Lula, se opone a algunas propuestas brasileñas en el seno de la Organización Mundial de Comercio, amén de acusar a Brasil de permitir el desarrollo de facciones extremistas islámicas en la zona de la Triple Frontera con Paraguay y Argentina. Una misión de la ONU en Haití encabezada por Brasil se vio empañada por el aparente suicidio de su comandante en enero pasado y quedó paralizada por falta de recursos. Y en abril pasado, Brasil se dio el lujo de mandar a su primer astronauta, Marcos Pontes, a una misión en la Estación Espacial Internacional. Las críticas contra la política exterior de Lula no se hicieron esperar, calificándola de "fantasía".
Las relaciones con Colombia son cordiales, especialmente en el tema económico, donde la colaboración brasileña es fundamental para el desarrollo de los biocombustibles, por ejemplo. En diciembre pasado, Brasil se comprometió a respaldar la solicitud de un préstamo para construir una carretera que una la Amazonía con el Pacífico colombiano y de una estación hidroeléctrica. Sin embargo, el tema de orden público es harina de otro costal. Las FARC entran constantemente al territorio brasileño, el Cura Camilo obtuvo asilo de ese país a instancias del PT (que estuvo acusado de recibir dinero del grupo guerrillero) y hasta el Primer Comando de la Capital, responsable de la ola de crímenes en el estado de São Paulo a mediados del año, tiene al parecer vínculos con el grupo terrorista.
La reelección
La oposición ha tratado de buscarle el quiebre, merced a sus falencias y al escándalo, aprovechando todos los medios posibles, pero hasta ahora no ha logrado mucho. Los principales candidatos son el ex gobernador del estado de São Paulo Geraldo Alckmin, del Partido Socialdemócrata Brasileño (el de Cardoso), y la profesora Heloísa Helena, disidente del PT y que se postula con el apoyo de una coalición llamada Frente de Esquerda. A Alckmin, que tiene alrededor del 30% de la intención de votos, se le puede reconocer su gestión administrativa, su eficiencia fiscal y el buen camino que han tomado algunos de sus programas sociales, pero en contra tiene los recientes problemas de orden público por cuenta del Primer Comando de la Capital, organización surgida en las cárceles que cometió una serie de acciones criminales a mediados de este año. Además, se le critica la conducción de la Fundación para el Bienestar del Menor, institución acusada de usar la violencia contra los menores infractores que son llevados a ese lugar.
Por su parte, Heloísa Helena, quien fue expulsada del PT tras rebelarse contra las políticas económicas "neoliberales" del gobierno, representa quizás el descontento de parte de la clase trabajadora brasileña, que creyeron que con el ascenso de Lula da Silva al poder se acabarían los problemas de los obreros como él. A pesar de algunos logros, Brasil sigue siendo uno de los países más desiguales del planeta. La senadora ha sido también una de las mayores críticas de su antiguo partido por el escándalo de las mensualidades, pero su mentalidad conservadora sobre ciertos temas (mujer, homosexuales, familia) y su limitado apoyo (cercano al 10%) apenas la hacen llegar al tercer lugar.
Lula de novo, com a força do povo
Al igual que Luis Eduardo Garzón, alcalde de Bogotá, Lula ha reconocido cuán distintas se ven las cosas a la hora de gobernar:
Cuando un sindicalista pasa a la política y obtiene el gobierno de un estado o de un país, la responsabilidad puesta en sus espaldas ciertamente es mayor de la de cualquier otro político. Por una única razón: porque pasamos gran parte de nuestras vidas pidiendo reivindicaciones y cobrando a los gobernantes que hiciesen aquello que entendíamos era lo correcto.
Desde fábricas de bikinis hasta cafés internet se han beneficiado con las políticas de Lula, y eso parece importar más que escándalos, ministros polémicos y ataques. "No creo que cambie la perspectiva de victoria de Lula en la primera vuelta, sin embargo, hay que preguntarse hasta cuándo estará blindado contra escándalos", le dijo Clóvis Rossi, de Folha de São Paulo, a El Espectador. Interesante incógnita, que posiblemente halle respuesta en los próximos meses, si a Lula "su pueblo" le da otra oportunidad, incluso lidiando más escándalos a pocos días de los comicios. El balance agridulce deja como resultado la sensación de que los brasileños estén decepcionados con la "metamorfosis" de Lula, pero no tanto… Total, su carisma y su manejo de los medios es impecable. Como él mismo dice en su video de campaña, "gobernar es usar un poco la cabeza y un poco el corazón". ¿Será eso suficiente para que le dure el teflón?
jueves 28 de septiembre de 2006, 10:23 COT
Muy bueno, gracias por el mega-resumen. Lula llegó al poder como (casi)todos los gobernantes latinoamericanos: con el apoyo de la "clase media pensante" (y pudiente). Ahora a estos que lo apoyaron los tiene decepcionados, pero ha logrado el apoyo de "los pobres" – el próximo mandato va a ser mucho más dificl que este, pues sin el apoyo de la CMP(yP) todo es más complicado… Del otro lado, Lula será más libre – pues deberá su reelección a "la gente" y no a "O Globo".
Saludos, Doppiafila
jueves 28 de septiembre de 2006, 18:50 COT
Los analistas dicen que Brasil será una de las potencias del siglo XXI, junto con la India y China. Sin embargo, le falta aún mucho camino por recorrer. Tu artículo Julián, lo muestra claramente. Reformas que más parecen maquillar el sistema de desigualdad que transformarlo en uno de equidad, han hecho decaer las expectativas en el obrero-presidente.
No obstante, su manejo prudente de la economía, lejos de radicalismos inútiles, han llevado tranquilidad a los mercados y le siguen dando margen de juego para su segundo mandato que, salvo un hecho de última hora, al parecer lo tiene asegurado.
Muy buena radiografía, Julián, de la actualidad brasileña. Un artículo necesario para el que quiera comprender el presente brasileño y lo que le espera en el futuro.
jueves 28 de septiembre de 2006, 19:36 COT
Muy buena explicación.
¿Por qué la fotografía tan grande?. ¿Por qué no mencionó que es un alcolico y corruptooooooooooooooooo.
Ud no le tiembla la mano criticar a la IZQUIERDA, PERO LE FASCINA DARLE GARROTE A LA DERECHA
No sé porque cada vez más odio a los movimientos Izquierdistas y sindicalista.
jueves 28 de septiembre de 2006, 22:30 COT
Julián: Muy buena semblanza, felicitaciones!
La corrupción no tiene color político ni ideario. Es simplemente la suma de ausencia de valores éticos fundados más poder.
Luego de recorrer el truculento y asqueroso camino por el que nos llevó Uribe para lograr su reelección, entro en duda con respecto a cualquier mandatario reelecto con el establecimiento en sus manos, por lo que desprecio desde ya la reelección de Lula, si esta se da el domingo.
Con relación a su posición “poco izquierdista”, considero que es la resultante natural de pasar de la crítica teórica al ejercicio del gobierno. Algo parecido le ha ocurrido a Lucho en Bogotá, como le ocurriera a Miterrand en Francia hace ya mucho tiempo. La izquierda moderna no puede adoptar hoy en día peligrosas poses a lo Trosky o Mao.
Un abrazo.
viernes 29 de septiembre de 2006, 21:33 COT
Excelente panorámica, Julián, a pocas horas de ser reelecto el presidente Lula. “La mala imagen se la llevó el partido, no él”, durante los escándalos por corrupción, porque él ha hecho cosas por los más desprotegidos, y éstos, como muchos otros connacionales, se han vuelto más prácticos que partidistas a la hora de introducir su voto a la urna.
En el ámbito latinoamericano, Lula ha mostrado más prudencia y realismo que sus colegas Chávez y Morales. Ya ves, que el presidente Evo Morales ha tenido que aplazar sus expropiaciones, no solo por la lerda burocracia, que lo cabrea, sino porque es mejor pensarlo bien frente a un amigo.
Esa misma prudencia parece que le ha permitido mantener esa preeminencia que algunos analistas habían visto perdida a manos de su amigo Hugo Chávez.
Total, está bien que lo reelijan, si su pragmatismo le ha permitido estar por encima de los partidos y salir incólume a pesar de los escándalos de corrupción.
Abrazo.
sbado 30 de septiembre de 2006, 20:10 COT
Doppiafila: Puede ser, aunque sin duda esta campaña ha sido muy mediática y llena de ataques, igual que la de acá hace unos meses.
Marsares: Gracias, aunque se le quedan a uno “cosas en el tintero”. Un saludo.
Camilo: ¿De dónde sacas que es alcohólico? Yo sí sé por quiénes son esos odios.
Sentido Común: Gracias, pero no es semblanza ni perfil, es un “mega-resumen” mal hecho. Un saludo y gracias por tus aportes.
Julio: Si las cosas salen bien y si del PT salen las lacras que metieron a Lula en el escándalo este. De todos modos, no había candidatos tan malos como acá, pero lástima que cayeron en el jueguito de quedarse en insultar al presidente en lugar de proponer más. Un abrazo.
sbado 30 de septiembre de 2006, 21:59 COT
Julio: Si las cosas salen bien y si del PT salen las lacras que metieron a Lula en el escándalo este. De todos modos, no había candidatos tan malos como acá, pero lástima que cayeron en el jueguito de quedarse en insultar al presidente en lugar de proponer más. Un abrazo. Así como Carlos Gaviria y su pésima campaña “Somos mucho más que dooos” y la otra “Está es la verdadera encuesta” jajaja.
¿Cuál es la paranoia suya Julián?.
¿De dónde saca que yo leo frecuentemente (qué es mi evangelio diario) a Jaime Ruiz y Restrepo deje de calumniar muestre pruebas, sino quédese callado. Ud parece chismosa de barrio. Ya me sacó la piedra
lunes 12 de marzo de 2007, 00:02 COT
[…] de pluralismo […] peligrosa para una verdadera democracia”) y señaló que Lula y Kirchner le harían contrapeso en caso de que el presidente venezolano buscara ejercer una […]