De hecatombes e inteligencias superiores
Artículo destacadoPor Marsares
jueves 1 de noviembre de 2007 15:35 COT
Las aguas electorales, aunque comienzan a aquietarse se muestran turbias para el gobierno. No importa que su coalición reclame victorias propias y fracasos ajenos; el nuevo mapa político del país amenaza la hegemonía uribista.
Cuentas alegres
Aunque la U, Cambio Radical y demás partidos uribistas se muestran exultantes ante las cuentas aritméticas que les hablan de muchas gobernaciones, muchas alcaldías, muchos diputados y concejales, el presidente de la República mira otra cosa.
Es verdad que se ganó y que las fuerzas que lo apoyan controlan corporaciones públicas, gobernaciones y alcaldías en buen número, pero también lo es que la desunión es la regla, así como el avance de los movimientos independientes y la consolidación de la oposición.
En las principales gobernaciones las cuentas no cuadran. Valle quedó en manos de un movimiento independiente, Santander, Atlántico y Cundinamarca, fueron para el liberalismo y apenas Antioquia quedó en el haber uribista. Una de cinco.
En las alcaldías, Bogotá, la joya de la corona, es del Polo, Medellín siguió en la cuerda fajardista por cuenta de la Alianza Social Indígena, Cali también votó por los independientes (un hijo del comandante del M-19 Iván Marino Ospina), Bucaramanga es de los liberales y tan sólo Cambio Radical ganó en Barranquilla. Otra vez, una de cinco.
Colombia es un país de grandes centros urbanos donde se decide la política. No es lo mismo ganar en Quibdó e Inírida (La U), Leticia o Yopal (Cambio Radical) que en Medellín, Bogotá o Cali. Tampoco, ganar en Casanare, Chocó Guainía y Vichada (La U) o Arauca y Vaupés (Cambio Radical) que en Cundinamarca, Valle o Atlántico.
Restando estos "triunfos", la U ganó en Magdalena y al parecer en Sucre y Cambio Radical en Bolívar. Respecto a capitales, la U tiene para mostrar Pereira y Manizales y Cambio Radical Barranquilla y Armenia. Cuando se asume lo cualitativo, se puede ver la preocupación presidencial.
Incoherencia
Es cierto que se presentaron alianzas en varias y los uribistas pueden reclamar porciones del poder, pero esto significa debilidad e incoherencia. En Medellín, por ejemplo, Cambio Radical apoyó a Pérez y la U a Salazar. En Bogotá, la U y Cambio Radical estuvieron con Peñalosa y Alas Equipo Colombia y Convergencia Ciudadana con Moreno, mientras en ambas los conservadores se iban con candidato propio.
Otro ejemplo es la gobernación de Arauca. Se enfrentaron Cambio Radical (ganador) contra el Partido de la U. Lo propio sucedió en Bolívar y Magdalena y así en ciudades y pueblos. Cada quien buscando lo suyo y en muchas, el Partido conservador estuvo como rueda suelta. Para completar el cuadro, la bancada uribista en el Congreso es errática, cada quien en busca de los propios intereses, dejando en segundo plano la “seguridad democrática” de su líder. Los fracasos comienzan a ser preocupantes.
Hecatombe
Dos reuniones tuvo el presidente con la coalición uribista (sin la asistencia de Germán Vargas, presidente de Cambio Radical) para examinar la agenda legislativa y los resultados electorales. En la primera, su gran preocupación, aparte de la victoria del Polo en Bogotá, fue la de los candidatos por firmas (con victorias inobjetables) y planteó la necesidad de una reforma política que les cierre el paso a estos movimientos.
En la segunda. con los jefes de los partidos y sus voceros en el parlamento, les reclamó por su falta de unidad y les planteó la necesidad de ir con un solo candidato a las presidenciales. De lo contrario, planteó la posibilidad de su reelección, en caso de una “hecatombe”.
Aunque la puso a futuro, es indudable que los resultados de las elecciones regionales prendieron las alarmas y ante la posibilidad de que una alianza de liberales y polistas ganen la presidencia, prefiere arriesgarse a una segunda reelección pese al costo político de debilitar la institucionalidad.
Lo que se viene
¿Reelección? La probabilidad es alta. La coalición uribista no sólo se muestra incapaz de unirse en torno a un solo nombre, sino que carece del candidato que tenga el poder de convocatoria del propio Uribe. Germán Vargas Lleras, tal vez el de mejor talante, recorrió el país incansable, lo mismo que Bogotá en las elecciones regionales, y los resultados, aunque buenos aritméticamente, no fueron los esperados.
Además, la indisciplina en el Congreso muestra derrotas impensables como el hundimiento de los proyectos de ley sobre la eutanasia y la penalización de la dosis personal de droga (promesa de Uribe en su segunda campaña) y quedó a punto de hundirse el de reelección de alcaldes y gobernadores. Liberales y el Polo, junto con los uribistas Gina Parody y Armando Benedetti, lo hicieron posible en la Comisión Primera del Senado.
Dejen jugar al Moreno
Es claro que con la tesis de la “hecatombe” (la probabilidad de que la izquierda democrática gane las próximas elecciones ante la falta de un candidato único de la coalición uribista) la confrontación del uribismo contra la oposición quedó abierta y se presiente dura y sin contemplaciones. Para empezar, la publicitada entrevista entre el alcalde electo de Bogotá, Samuel Moreno y el presidente de la República, quedó en stand by.
Pese a la intermediación de Lucho Garzón, la secretaría de la presidencia le hizo saber el malestar de Uribe por haber tratado su actitud como “chiripiorca”, y luego de radicarse formalmente la solicitud de entrevista por parte de Moreno, se le dijo que la agenda estaba copada, que la otra semana el presidente viaja a Chile y que luego regresará a preparar su defensa ante la Comisión de Acusaciones por la supuesta intervención en política. En otras palabras, por ahora no hay encuentro a la vista.
Aunque la nación y Bogotá tienen una agenda común (seguridad, movilidad y medio ambiente, por ej.), es obvio que la tesis de “hecatombe” gobernará estas relaciones. Al presidente no le interesa colaborarle a Moreno para que tenga éxito en la alcaldía por lo que procurará entrabar, demorar o aplazar temas importantes. Una gestión mediocre del Polo en Bogotá le restará adeptos para las presidenciales.
Para completar, dado que Moreno llegó con el mandato ciudadano de hacer el Metro, cuya realización se encuentra contemplada en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) que firmó Peñalosa en 2000, pero al cual se ha opuesto abiertamente, la jugada que se presiente de Uribe de nombrarlo como ministro de transporte impedirá que se lleve a cabo.
Epílogo
Aunque es claro que el presidente está sobredimensionando el Polo, al parecer no quiere correr riesgos. De ahí que, al mostrar sus intenciones de una segunda reelección y dado que no hay mucho tiempo para la reforma constitucional que la haga posible, el Partido de la U se prepare para el primer paso, la recolección de firmas para el referendo.
Por su lado, Iván Marulanda y varios sectores del Partido Liberal —recuérdese, por ejemplo, la rebelión de Angela Benedetti que apoyó a Moreno en contra de las directivas distritales—, comienzan a promover un congreso ideológico para que se renueve la dirección del partido. A su juicio llegó el momento de que Gaviria dé un paso al costado.
Estas fuerzas no están de acuerdo con la tibieza mostrada por el ex presidente ante el gobierno y prefieren una oposición clara y seria que evite el fraccionamiento del partido. Una coalición con el Polo para el 2010 no es impensable, ante una fuerte candidatura de Uribe. Así, el propio presidente podría conseguir el milagro de unir en su contra a toda la oposición.
Mientras, el partido de la U, pese a sus ganancias electorales, agudiza sus contradicciones internas, no sólo por sus líos con la parapolítica, sino por la rebelión de importantes congresistas que en las próximas elecciones armarán tolda aparte como Gina Parody, Armando Benedetti y Marta Lucía Ramírez.
Queda por ver si Germán Vargas Lleras y sus coqueteos con el Partido Liberal van más allá y ante la segunda candidatura de Uribe, frustrando de nuevo sus aspiraciones al primer cargo de la nación, regrese al redil o arme una coalición que mejore sus apuestas, al tiempo que el Partido Conservador se siente con la fortaleza suficiente para ir con candidato propio a las presidenciales.
Mucha tela para cortar, pero es indudable que estas elecciones regionales provocaron una hecatombe política y con ella la aparición de una “inteligencia superior” que pretende sacarle provecho.
jueves 1 de noviembre de 2007, 22:16 COT
“El asesor presidencial José Obdulio Gaviria explicó que no hubo una acusación directa contra el candidato del Polo sino que las afirmaciones del Presidente fueron hechas “en abstracto”.
Si, como no.
¿Los Colombianos seremos tan “ciegos” de creer esto y tanto más?
Hoy alguien en la W Radio dijo: “Es hora de que despertemos”.
Un saludo cálido para tí Marsares!
viernes 2 de noviembre de 2007, 05:44 COT
Buen análisis del mapa completo. Creo que la que más va a perder en esas sumas y restas es Bogotá, pues se va a convertir en la carta de Uribe para reducir las posibilidades de éxito del Polo en las elecciones del 2010. Pobre Bogotá.
viernes 2 de noviembre de 2007, 11:40 COT
Dos cosas que pueden pasar:
Vargas Lleras logra el consenso y aglutina al uribismo en torno a él como candidato único del uribismo “liberal”, ya que los conservadores se retiran d ela coalición y van a tener candidato propio.
o…
Resulta una alianza del uribismo “liberal” y el liberalismo oficial en torno a alguien más.
viernes 2 de noviembre de 2007, 13:29 COT
Me parece demasiado optimista eso de que el Partido Liberal volverá a hacer “oposición” con tanta rueda suelta por ahí. Estoy más con Rafa respecto de lo de Pinochet Vargas Lleras, quien ya tiene consolidadito su otrora partido de papel.
Por otro lado, la preocupación de ReUribe es legítima, toda vez que de la coalición de gobierno, Cambio Radical, el de Vargas Lleras, es lo más parecido que hay a un partido. El partido de los pUñaleros, desde luego, carece de cualquier ideología, de programas coherentes y de estatutos de verdad como para ser considerado algo más que una empresa electorera y clientelista. Así las cosas, la hecatombe vendrá tarde o temprano y tendremos el tercer Reich furibista, máxime cuando los que tienen internet votaron masivamente en la más reciente “polla virtual”.
Y de SamuEL nieto de dictador, con esa sonrisa de tarado, ¿será que lo mejor es esperar que no cumpla lo que prometió?
viernes 2 de noviembre de 2007, 14:31 COT
Lully:
Bueno, al parecer el país todavía esta somnoliento. No como hace un tiempo, que estaba “fundido”, pero algo es algo. Los que si están bien despiertos son los apetitos.
j:
Lo de Bogotá tiene su más y su menos, y como charlaba con alguien ayer, todo depende de la nueva administración distrital. Si es hábil podrá demostrar, como en su tiempo lo hizo Mockus, que importantes proyectos son frenados por el gobierno central y los paros cívicos pueden ser una opción para radicalizarla contra Uribe. La otra, si Moreno se desinfla como líder, son penurias, atraso y abandono, para dentro de 4 años, regresar a la politiquería.
Rafa XII:
El peor enemigo del Uribismo es el propio uribismo. Es una colcha de retazos, unida a un líder carismático que les garantiza el poder. Sin Uribe en la contienda, la coalición se desbarata. Veo más fácil que Vargas (a quien se le ha visto en estos días en el Senado muy afable con el senador Cristo) haga una alianza con una parte del liberalismo. La otra, seguramente se aliará con el Polo. La tercería la harán los conservadores con los restos de la U. Y quedan flotando los pequeños uribistas como Alas equipo Colombia que puede seguir a Vargas.
Julián:
Hace mucho tiempo que el liberalismo está en la oposición pese a los tímidos acercamientos de Gaviria. Las dos elecciones presidenciales, la agenda legislativa y las regionales lo demuestran con muchos ejemplos. Los debates realizados contra el uribismo cuentan siempre con el liberalismo y en estas elecciones, las alianzas fueron burocráticas, como también pasó con el Polo. Un ejemplo es Santander y Antioquia. Ahora si Uribe se relanza, como es lo más probable, un gran interrogante es Cambio Radical. Hace unas horas, la senadora Nancy Patricia Gutiérrez de Cambio Radical y Héctor Helì Rojas del Partido Liberal, coincidieron en rechazar la reelección, y sintomático que Germán Vargas no haya asistido a las dos reuniones de palacio.
Respecto a Moreno, se olvida que para el que llegue existe un POT que cumplir, unos contratos que deben continuar, como el de los colegios por concesión (van hasta el 2014), por lo que una parte de la ruta de la ciudad ya está trazada. Esperemos los proyectos propios y la agenda del Concejo distrital, que también tiene un rol importante que jugar.
viernes 2 de noviembre de 2007, 15:53 COT
Hola amigos, paso a dejarles mi abrazo de gratitud por su acompañamiento.
Saludos devánicos y que la hecatombe no se cierna sobre nosotros
martes 6 de noviembre de 2007, 15:50 COT
Carlos:
Siempre contigo.
mircoles 7 de noviembre de 2007, 07:14 COT
[…] de Palacio, donde Uribe debió permanecer atrincherado, mientras pensaba en la salida de la encrucijada planteada por una eventual pérdida del poder en 2010. Un fuerte brote en el rostro, vómito […]
sbado 10 de noviembre de 2007, 22:59 COT
Álvaro Uribe no se conforma con un nuevo articulito: ya tiene lista una nueva Constitución. Si quieren saber más, visiten http://reeligion.blogspot.com
martes 20 de noviembre de 2007, 10:46 COT
[…] aire, las ideas están por el piso”. Ahí es cuando llega el minuto 28 y casi hay una hecatombe, peor que la de mi Dr. Uribe. Pelota al arco colombiano, derechito, para inflar la malla y aparece […]
viernes 11 de abril de 2008, 00:26 COT
[…] una reelección sin antes reformar dicho sistema. Es más, a las puertas de una posible “hecatombe”, el sistema de pesos y contrapesos vigente hará que en un tercer periodo, el ejecutivo tenga […]