País partido en dos
¿Por quién votar?Por marsares
sbado 27 de mayo de 2006 15:36 COT
Colombia es en este instante un país polarizado. Partido en dos, radicalmente, gracias a expresiones del presidente Álvaro Uribe que han revivido –muy a propósito- el fantasma de un comunismo arrasador, violento y perverso que desea acabar con la patria. La disyuntiva es entonces esa: o el mandatario salvador, líder de la seguridad democrática, o los otros, los comunistas disfrazados.
Esa rabieta y las palabras utilizadas –que permitieron felizmente verle de nuevo el cobre al mandatario- generaron toda suerte de reacciones y deducciones. Pero las obvias son que quienes están con Uribe hacen parte de los salvadores del país, de los que tienen la única razón y la verdad revelada, y los otros, los del Polo con su candidato Gaviria, sobre todo, son los demonios que se han puesto las máscaras de la democracia pero que no pasan de ser lobos con pieles de ovejas.
En Colombia se han presentado situaciones no solo desagradables sino sobre todo preocupantes por esta polarización. En Bogotá, para traer a cuento un ejemplo capitalino, un rector de universidad privada reaccionó con virulencia contra un periodista de televisión cuando iba a cubrir un evento porque el medio no es “furibista”, y en Medellín, para citar un caso de provincia, tres comunicados anónimos en los últimos 10 días han amenazado a 23 personas, entre estudiantes, profesores e incluso egresados de la Universidad de Antioquia, por diferir públicamente del pensamiento oficial.
El presidente-candidato ha sido hábil y se ha cuidado de que en cada estadio de la campaña queden a la vista elementos contundentes, cada vez más alarmantes, para afianzar la confianza de sus fieles y los votos del domingo. Precisamente, ante la fuerza, inesperada para muchos, que ha alcanzado la candidatura de Carlos Gaviria y la remota posibilidad de que los resultados obliguen a una segunda vuelta, Uribe puso sobre el tapete la cascarita del comunismo disfrazado, cuando en el país pensábamos que un argumento semejante había quedado sepultado en el nefasto mandato de Turbay Ayala.
Pero Uribe Vélez sabe que la polarización entre los electores puede funcionar en un país tan susceptible y dolorido gracias a la historia de sus últimos 60 años. Y como no se esperaba el repunte de un candidato al comienzo poco reconocido, y menos que llegara a morderle el tobillo electoral, pues las armas de la más momificada derecha estaban a la mano: los comunistas disfrazados le quieren entregar el país a las Farc!
Lástima que no va a haber chance de una segunda vuelta.
sbado 27 de mayo de 2006, 17:38 COT
Quienes etán contra Uribe no se han dado cuenta que ellos mismos contribuyen a esa polarización cuando van tildando de paraco a todo el que no está de acuerdo con ellos. Esa es una de las causas del problema, si es que llega a ser de verdad un problema.
El mismo partido político de Gaviria se califica Polo y se sabe que los polos no existen solos, siempre andan en pares así que es ingenuo pensar que llamar a algo de esta forma no va a generar automáticamente su opuesto que equilibra. Es desconocer el poder de la palabra
sbado 27 de mayo de 2006, 17:45 COT
Polarización, Carlos, que habla muy bien del primitivismo político que despiertan unas elecciones, en donde se aprecian como un “país político”, pero, en realidad, esa expresión denomina la volátil animosidad de uno y otro lado. Por lo demás, no es fácil competir en las condiciones de desigualdad que genera tener el poder. Abrazo.
sbado 27 de mayo de 2006, 17:54 COT
Esta fiebre me hace escribir incompleto. No todos los que están contra Uribe se comportan así. pero encuentro muchos que con la sola mención del apellido lo van acusando a uno de cualquier cosa. Así que mi conetario anterior va para un universo mucho más limitado que lo que se pueda entender
sbado 27 de mayo de 2006, 23:36 COT
Yo también pensaba que “la cascarita” del comunismo disfrazado había pasado a mejor vida, cuando vi que el MOIR y el PCC apoyan la candidatura de Carlos Gaviria. Y cuando me enteré que el segundo renglón de Gaviria en el Senado es ni más ni menos que el secretario del PCC, Jaime Caicedo.
Ah, y cuando Gaviria dijo que la economía de mercado es mala (hasta la confundión con “neoliberalismo”), y que lo mejor era que el Estado controlara la economía.
Entonces me dije “el Polo insistió en resucitar la cascarita, y ahora se quejan porque Uribe se los echó en cara”.
Pues yo creo que es inútil ponerse a discutir lo obvio: que hay comunistas disfrazados alrededor de Gaviria, eso lo sabe todo el mundo. Cada vez son menos los que lo niegan, incluso mucha gente del Polo lo admite. ¿Cuál es el problema de que eso sea señalado? Pues ninguno, excepto porque el sector comunista no solamente se niega rotundamente a condenar a la guerrilla por sus acciones, sino que además en su propia página alientan la lucha armada y la votación democrática por Gaviria, sin pestañear.
En cuanto a denunciar la polarización, es otro recurso injusto e improductivo: el sector de la izquierda está plagado de gente que tilda de “paraco” o “ultraderechista” o “fascista” a todo aquel que apoye a Uribe o que critique a la izquierda. Entonces la polarización no es fomentada por un solo bando, sino por ambos, con lo cual se neutraliza el argumento.
domingo 28 de mayo de 2006, 20:47 COT
El episodio de llamar comunistas disfrazados por parte de Uribe es difícil argumentarlko porque no tiene criterio de verdad. En Colombia nunca ha existido el comunismo. Existieron guerrillas, que nunca tuvieron una opción real de gobierno por el escaso apoyo popular que han tenido por su pobre educación y su pobre visión. Igualmente la clase dirigente ha sido negligente en reconocer que la historia de las guerrillas nada tiene que ver con Lennin sino con la falta de presencia estatal en la mayor parte del territorio, que junto con la pobreza, genera formas ilegales de imaprtir justica y acceder a recursos, causas directas de la violencia cultural. Es así como lo que hizo Uribe fue una estrategia publicitaria baja, y el polo igual no ha ofrecido a sus seguidores una visión y comprensión más madura de lap problemática colombiana por su dogmatismo y su falta de rigor metodológico en sus costumbres políticas. Lo que se necesita es una posición de verdad Visionaria.
domingo 28 de mayo de 2006, 21:16 COT
Juan Francisco, yo no sé qué tiene que ver la opción de poder con el comunismo. El comunismo es una doctrina política y económica, al igual que el capitalismo o la socialdemocracia. Estando en o fuera del poder, perfectamente pueden existir partidos políticos que recurran a alguna de esas tres doctrinas para proponer programas de gobierno.
La guerrilla era una milicia campesina originada en el Partido Liberal de la época del Frente Nacional que fue “educada” y formada por el Partido Comunista Colombiano para seguir las pautas revolucionarias que la Unión Soviética dictaba a nivel mundial a todos los países en los que estaba interesada en adherir a su bloque. Por ser Latinoamérica un continente imposible de invadir, tal como hizo con Europa del Este, la URSS prefirió delegar en Fidel Castro la tarea de expandir su sistema político mediante la lucha armada revolucionaria. Por lo tanto la guerrilla sí tiene un fuerte componente comunista por adhesión y por inclusión. De ahí surgieron todas las guerrillas maoístas y marxista-leninistas de Latinoamérica. No se trató solamente de Colombia.
Lo que hizo Uribe en realidad no es más que ese viejo llamado que muchas personas hemos venido haciendo a la izquierda colombiana: ¿están o no están en contra de las guerrillas? No basta con decir que no comparten sus métodos si al mismo tiempo vemos a Gaviria aceptando el respaldo del PCC, un partido que en un mismo comunicado expresa su apoyo al candidato y a las FARC.
Uribe simplemente sacudió algo que muchos vemos moverse detrás de la izquierda colombiana. Que eso cause desagrado o molestia en algunos es otra cosa, pero no pueden exigir al presidente acallar esa voz que reclama más claridad a la izquierda.
Por eso cada vez que Uribe recurre a tildar de “comunistas disfrazados” a algunos sectores de la oposición, consigue más apoyo de la opinión pública que rechazo.
Simplemente es una deuda pendiente que la izquierda tiene con el país y el presidente le recordó que hay que pagarla.
lunes 29 de mayo de 2006, 19:16 COT
DieGoth: La polarización en sí no parece mala. Incluso podría ser conveniente en discusiones académicas, por ejemplo. Pero en Colombia nos hemos matado, desde el asesinato de Gaitán en el 48, por cuenta de las polarizaciones sin salida -blanco/negro- abanderadas por los partidos tradicionales y después por los viejos partidos de la izquierda.
Las palabras de Uribe en campaña prodijeron efectos nefastos. A eso me refiero. Las amenazas anónimas en la Universidad de Antioquia, en Medellín, no pueden ser tomadas apenas como recursos pre electorales. Fueron consecuencia de la actitud furibunda del presidente reelecto.
La discsusión sobre el Polo y sus fuerzas internas es otra cosa. Que además deberá quedar clara delante del país en algún momento. Eso lo saben ellos.
martes 30 de mayo de 2006, 08:45 COT
DieGoth: Creo que usted mismo hadicho que el comunismo es una forma de establecer políticas eonómicas y de participación. Pues, eso es lo que hacen los gobiernos, y eso es lo que se hace con el poder. En Colombia el comunismo nunca ha tenido poder y tampoco ha tenido respaldo de las mayorías. Las guerrillas vigentes nunca han representado una opción política, sino que son un producto del fracaso de hace décadas del estado y del recrudecimiento de una guerra, que ha promobido contextos ilegales a los cuales la ley no ha accedido. Si a usted le parece que la guerrilla ha sido educada pues usted parte de un concepto poco claro. La educación tiene que ver con desarrollar las capacidades personales, y disparar un rifle no los para nadie. Yo estoy en contra de la guerrilla, obviamente, todo el mundo lo está si no lo sabía. Si vamos a ser maniqueistas,, mire el proceso de paz con los paras, los escándalos en el Das, donde Noguera ha sido más responsable de ilegalidad que muchos, mire la historia de las convivir. Legitimar la violencia con estrategias atajistas solo genera más violencia y Uribe hizo eso con sus palabras. Las vidas humanas son más importantes que cualquier ideología y cualquier sospecha. Justificar la polarización sí es malo, porque en Colombia ésta es un resultado de muchos reconres y muchos miedos, que terminan por dominar la vida de las personas de forma irracional y poco argumentada. Las elecciones fueron un resultado de esto.
martes 30 de mayo de 2006, 09:05 COT
Complemento.
Lo que argumenté en mi primer comentario es en parte la conclusión de un trabajo investigativo realizado y compendiado em el libro El conflicto callejón sin salida. Por esto, no apelo a mis creencias más personales, sino al argumento. Creo que usted Diego tal vez pensó que yo estoy a favor del comunismo (csa que le parecería graciosa si me conociera personalmente) pero no es así, nunca lo estaría, y mucho menos sería complaciente con la guerrilla, es más al hablar de la falta de rigor metodológico en las constumbres políticas del polo estoy describiendo el problema que se tiene dentro de la organización de ellos, pero que es complejo y no se puede simplificar tampoco de la manera que hace Uribe porque la realidad es más compleja que eso. Pues mire, el discurso de Uribe promuebe prejuicios realmente nocivos que llevan a tener sospechas que pueden llegar a vlidar cualquier acto, y que al mismo tiempo, hacen olvidar el clientelismo y la politiquería que reina en su partido, y que es tan visible en las ciudades de provincia, donde los más corruptos están con uribe. Sino mire a vargas lleras, el más lamentabel ejemplo de todos. Uribe está equivocado y está manipulando el poder a favor de algunos, y son de verdad, los peores. Justifiar el atajismo de Uribe solo por acabar el oficialismo liberal y “controlar” la izquierda, es muy ingenuo, porque no son las ideologías lo de verdad, son las costumbres y las reglas sociales, y las politiqueras se dan a nombrede cualqueir partido, porque así ha sido siempre. El problema de fondo es el uso de lapublicidad para manipular a las personas y el no promober una verdadera educación por ese estilo paternalista e irresponsable del presidente.
martes 30 de mayo de 2006, 13:48 COT
Juan Francisco, no, nunca he pensado que usted esté a favor del comunismo. A lo que me refiero es que el comunismo en Colombia realmente sí ha tenido algún poder. Ha estado detrás de otros partidos. Le envió el candidato presidencial al Polo en estas elecciones. Alimentó al partido que puso al alcalde actual de Bogotá.
Lo de pretender que el presidente no puede lanzar críticas contra un grupo o sector político debido al pasado de masacres ya va perdiendo vigencia. Amenazas las hace cualquiera, incluso desde su propio bando si lo que intenta es deslegitimizar al contrincante haciéndolo ver como intolerante y criminal. Ya la gente va aceptando más y más que el presidente y cualquiera puede decir lo que quiera libremente. Decisiones bizarras como esa de prohibir al presidente criticar las ONGs no se dan en un país serio. Ahora escandalizarse porque hacer saber que hay comunistas disfrazados, cuando el PCC y el MOIR están por ahí apadrinando candidatos presidenciales y entregándoselo al Polo para lanzarlo en nombre de todos es tratar de tapar el sol con un dedo.
Yo creo que ni vale la pena quejarse por eso. ¿Hace cuánto que fue asesinado el último señalado por el gobierno, siendo acusado de comunista o algo así? Los crímenes contra opositores son cosas que deben terminar cuanto tantes, pero tampoco pueden convertirse en una excusa para que la gente deje de decir lo que todos ven y algunos quieren callar.
Eso va también para Carlos Uribe Ríos. Colombia no está para polarizaciones, ciertamente, pero fíjense que señalar lo obvio no es polarizar. Más bien gritarle al presidente cosas bochornosas como “Uribe, fascista, usted es el terrorista” con el aval de Carlos Gaviria sí me parece todo un acto de polarización, totalmente inaceptable. Pero decir que alrededor de Gaviria hay comunistas disfrazados, cuando todos vemos que el PCC publica comunicados en los que avala a Gaviria y las FARC a la vez, y Gaviria no rechaza semejante cosa, no está nada alejado de la sensatez ni la sinceridad. No es ánimo de ofender, sino de presionar a la izquierda para que se pellizque y conteste al país esas viejas preguntas que siempre se niega a contestar.
martes 30 de mayo de 2006, 16:55 COT
Estoy deacuerdo con usted Diego sobre la intervención de Gaviria en su discurso el día de las elecciones; Fue completamente demagógico. Eso tampoco es sano y legal. Pero Uribe también lo fue.