La transformación cultural: Clave de la propuesta de Mockus
¿Por quién votar?Por marsares
sbado 27 de mayo de 2006 15:30 COT
El plan de gobierno de Mockus ofrece algo nuevo en el panorama político. Se centra en su tesis de la Transformación Cultural, la cual rescata la multiculturalidad como recurso y al mismo tiempo entrega lineamientos que fortalecen la institucionalidad, desde la reflexión sobre la cultura, aspecto que representa un cambio trascendental en el entendimiento de lo que es el Estado construido socialmente.
Su propuesta parte de los siguientes principios: no se debe buscar un objetivo a cualquier costo; algunas reglas sociales y ciertas costumbres mantienen la ilegalidad, la injusticia y la improductividad, pero pueden ser transformadas, como se ha evidenciado en Bogotá en los últimos 12 años; se deben reconocer la multiculturalidad, los derechos y las obligaciones de todos los ciudadanos y propender por el fortalecimiento de las instituciones; la gente puede argumentar y comunicarse con razones pero además reconociendo emociones y sentimientos ajenos y propios; el fomento de una verdadera educación permite el acceso al conocimiento y al desarrollo de la autonomía personal, promoviendo una verdadera libertad y capacidad de participación ciudadana.
Antanas Mockus define sus principios de gobierno pensando en la incongruencia actual entre las reglas formales e informales, que antes de ser leyes, son costumbres y creencias validadas por el efecto de la cultura sobre un grupo social. Con base en su experiencia (evidencia que ha encontrado en Bogotá) y su postura teórica, plantea que la cultura es transformable mediante mecanismos de regulación social junto con autorregulación personal, que reconcilien los valores morales y culturales con los materiales. Para Mockus este proceso conduciría a una Cultura de la Legalidad, la cual se lograría al promover el respeto a la vida y la mejora de sus condiciones a través principalmente de la educación, la nutrición y la salud. Su efecto multiplicador se daría al involucrar a las familias, principalmente a aquellas protagonistas de hechos ilegales, y al generar una capacidad de argumentación que armonice la moralidad con la cultura y con la ley, creando hábitos de solidaridad social ante personas por fuera de las familias y ante extraños. Mockus argumenta que la Cultura de la Legalidad brinda garantías para la Justicia, siendo que armoniza la oferta y demanda de ésta con prácticas que respetan la vida y la viabilidad de las instituciones. Es así como su postura contempla la creación de formas de regulación social, entre las cuales incluye como modelo los mecanismos de Resistencia Civil Indígenas.
La reconciliación de los valores morales y culturales conduciría, a una relación con los valores materiales que generaría una Cultura Productiva, entendida ésta no sólo como productividad, sino como Legalidad, Justicia y Productividad juntas y simultáneas. Es decir, que todo proceder productivo no sería un incremento desmedido e irresponsable de riqueza, sino que sería una inversión en el Estado y sus Instituciones, en la Justicia y por ende, en la Cultura. Desde este punto de vista no son la privatización, la mayor generación de riqueza por parte de algunos sectores, ni la pertenencia a mercados externos lo que genera improductividad, sino el desfase entre la cultura y las exigencias modernas en productividad, siendo que la educación sería el principal mecanismo para superar a largo plazo y de forma sostenida este desfase, conduciendo a cambios en el comportamiento individual y social acordes con un mayor esfuerzo productivo, los cuales estarían íntimamente relacionados con una conciencia individual, con una presión social y con una cultura legal y justa. Según Mockus, esta postura no es acorde al neoliberalismo por el simple hecho que hace un énfasis determinante en la fortaleza institucional para garantizar de forma eficiente y eficaz el cumplimiento de los derechos individuales y colectivos, pero al estar armonizada con la cultura, también garantizaría el cumplimiento de las obligaciones individuales y colectivas. Estas harían necesario involucrar a diferentes grupos sociales, culturales y/o étnicos en tareas conjuntas amparadas por la celebración de acuerdos y por formas de convivencia apoyadas por la Cultura de la Legalidad y de la Justicia, desde lo informal, y por la ley desde lo formal.
Diferencias Uribe-Mockus
Si bien Mockus y el Presidente Uribe concuerdan en considerar que la economía debe crecer a partir de la inversión de los sectores más fuertes y de la apertura en las exportaciones, el candidato- presidente no hace explícita la necesidad de inversión prioritaria en conocimiento, cosa que plantea Mockus. Además el gobierno actual promueve exenciones tributarias no compartidas y cuestionadas desde la postura de los Visionarios, movimiento político de Antanas Mockus. Pero la diferencia trascendental en materia económica es la de la no inclusión de la Transformación Cultural como política de Estado por parte del gobierno actual. Esta diferencia en el entendimiento de la productividad conduce de manera inductiva a entender las diferencias en materia de Justicia. Mockus ha hecho pública su inconformidad con la Ley de Justicia y Paz, debido a que no partiría de un contexto de legalidad, y por ende, de legitimidad cultural. Además cuestiona la política de dar recompensas y de valorar cualquier medio para conseguir un fin. Es precisamente la principal diferencia la del entendimiento de lo que es Legal, siendo que las relaciones políticas con el Congreso y las Cortes han representado para Mockus un ejemplo del clientelismo que mantiene el gobierno Uribe. Y con respecto a la seguridad, Mockus plantea que no es posible pensar en que las políticas actuales la garanticen a largo plazo, debido a su desfase con la Cultura de la Legalidad.
Mockus Vs. Gaviria
Mockus parte de un entendimiento sobre la productividad diferente al de Carlos Gaviria, siendo que ambos entienden de manera distinta los cambios prioritarios. Desde el programa de Gaviria se considera que los cambios en la administración y tenencia de los medios de producción imperantes conducirían a un cambio en la situación de desigualdad. El concepto de Mockus es diferente en tanto entiende que es posible la Transformación Cultural al asumir valores acordes no al apropiamiento de los medios existentes, sino a la creación de nuevos medios, a través de una verdadera educación. Esta diferencia lleva a pensar diferente las relaciones comerciales con el exterior y al mercado interno con una dinámica distinta. Con respecto a la violencia, Gaviria expone que está directamente relacionada con la desigualdad social, sin embargo el concepto de cultura de la ilegalidad de Mockus explica el por qué en países como Bolivia o Ecuador aunque existe la misma desigualdad, no se presenta la misma violencia que en Colombia, es decir que abre al entendimiento a diferencias cualitativas que exigen rigurosidad teórica, dejando de lado las posiciones exclusivamente humanistas. Sin embargo ambos consideran necesarios los subsidios a pequeños agricultores y a pequeñas empresas. En materia de justicia y legalidad tienen más acuerdos, desde el reconocimiento dinámico de la multiculturalidad, del respeto y guía atribuida a la Constitución de 1991, y desde el énfasis de sus políticas en el reconocimiento de los derechos de poblaciones vulnerables. Sin embargo el concepto de Transformación Cultural de Mockus y su Neo-Institucionalismo hacen prevalecer no sólo los derechos sino también el cumplimiento de las obligaciones, razón que motivaría a la productividad, armonizada con una justicia que facilite educación y oportunidades, y una legalidad que sea el contexto que hace posible el inicio de la nombrada Transformación Cultural.
En resumen, la Transformación Cultural expuesta por Mockus significa generar cambios en reglas sociales y costumbres combinando potencialidades multiculturales e institucionales con un mayor esfuerzo de la sociedad por ser legal, justa y productiva, asumiendo el compromiso de educarse y de darles sostenibilidad a las Instituciones, con la mayor responsabilidad de quienes pueden ser más productivos para retribuir, jalando a quienes no lo son.
sbado 27 de mayo de 2006, 23:22 COT
Es interesante tomar como ejemplo de transformacion cultural la revolucion femenina. El mecanismo de las mujeres en el mundo ha sido lograr que los eventos de su cotidianidad lograran entrar a todas las esferas, trascendiendo lo privado.
El primer paso, para llegar a la transformacion cultural, es reconocer cada vez más la necesidad de discutir y escuchar lo cotidiano.
domingo 28 de mayo de 2006, 20:27 COT
Sí Rana. Precisamente lo que Antanas llama cultura es eso, pero visto desde las costumbres y las reglas sociales. En la política, implica bucar acercar el discurso con la práctica de una forma rigurosa. Pero para lograr eso son necesarias las competencias científicas y el rigor metodológico, porque sino no se da la regulación social requerida. Es decir, que la política moderna ya no va a hacer referencia tanto a los contenidos de creencias y valores (como proposiciones y conceptos) sino a la forma y la estética con la cual son estos moldeados. Creo que una política como la transformación cultural lograría que hombres y mujeres compartieran roles y responsabilidades sociales que dejarían sus diferencais solo en el plano más personal, donde siemrpe van a existir, pero como algo justo, creativo, bonito e incluso sensual.
martes 30 de mayo de 2006, 12:22 COT
Lástima que hasta el voto en blanco le haya ganado a Antanas. Por lo visto, a la gente de este país le gusta la bala y el plomo antes que la verdadera cultura. Si supieran que de la segunda manera se asegura más el pan.