Trinomio cuadrado perfecto
Columnas > Life in the Picture MotionPor Diana Luque Lavado
martes 20 de enero de 2009 6:32 COT
Tráiler de Vicky Cristina Barcelona
Mis recuerdos del álgebra son mínimos, y eso que me iba bien en el colegio. Lo que recuerdo, además de las notas, es a mi profesor, el insuperable Humberto Zambrano, a quien en ese momento veía como una de las personas más lindas del mundo, pero ahora me doy cuenta de que, con su orden y su amor disciplinado, me formó como persona. Espero que donde esté siga riendo, pues seguramente estará en el paraíso, ya que en el colegio especulábamos sobre su edad: se veía de 50, pero les dio clases a la profesora de biología y a la coordinadora, eso ya nos llevaba a otros cálculos. Si alguien sabe algo de él y su familia le agradecería decirme…
Me desvío. Tuve que buscar exactamente qué es trinomio cuadrado perfecto (a2 + 2ab + b2) cuando un amigo* sugirió brillantemente que ese término le recordaba a Vicky Cristina Barcelona, de Woody Allen. Sigo admitiendo mi ignorancia cuando al ver la definición no recordé absolutamente nada de cómo se aplica dicha fórmula, pero sí pude sonreír al verlo, pues me pareció el sinónimo más adecuado para la película, en muchos sentidos. Este es el cumplimiento de mi promesa de hacer una crónica/crítica —o como quiera que sea esta columna— a cambio de una agradable invitación a ver esta película con los mejores acompañantes que, puedo decir, fueron los mejores.
Una sensación agradable al terminar de ver la película, en especial para una no-fan de Woody Allen. Estaba más animada por ver a Javier Bardem, Penélope Cruz y Scarlet Johansson, además del publicitado beso. Mi mayor agrado venía de alguien a quien no nombro y por algo la película comienza por su nombre: el personaje de Vicky es el que realmente se roba el show, la actriz Rebecca Hall —quien sale también en The Prestige de Christopher Nolan— se luce, puede que gracias a la poca atención sobre ella, pues se dedica realmente a lo que los actores deberían hacer en vez de posar, sonreír y hacer contratos publicitarios: interpretar un personaje que llega a ser persona de verdad.
Sí. Por algo la película empieza por Vicky. Ese es el personaje principal, pues es al que en realidad nos parecemos todos. En una mayor o menor medida todos deseamos lo estable y tangible, hacemos planes para llegar a esas metas y, cuando estamos cerca de ellas, sentimos que nada, nada puede dañar nuestra felicidad, pues de eso se trata la vida. Entonces, cuando más seguros estamos, llega Juan Antonio (para el caso de Vicky, obviamente). Un personaje que llega a ser persona real, casi al que podemos invitar a tomar un café, es el que te permite ir a su lado, hacer ese viaje personal junto con él, como un amigo.
Igual, en este viaje Vicky iba con Cristina, lo segundo mejor de la película. Si hay otra cosa con lo que uno como espectador se puede identificar es con lo que no tiene, y eso es lo que significa Cristina. Además de salir del estereotipo de rubia tonta, uno admira, igual que Vicky, la espontaneidad de Cristina, su arranque de salir detrás de Juan Antonio, de compartir algo nuevo con María Elena, disfrutar lo que parece hecho a su medida y de saber exactamente lo que no quiere. A no podría existir sin B, tal y como Vicky no existe sin Cristina.
Si tengo A y B, me falta el 2. Los dos elementos son Juan Antonio y María Elena, personajes que me parecieron tremendamente estereotipados, en especial ella. ¿Cuál es la diferencia entre Vicky y Cristina? Pues también se podría decir que ellas son estereotipos… pero no, son más bien prototipos: ellas son ejemplos perfectos de lo que uno es o quisiera ser. Juan Antonio y María Elena son imágenes planas y poco detalladas basadas en esa imagen de artista Don Juan para él y de psicótica loca para ella, reforzada por la insípida actuación de Penélope Cruz. Puede que sea más noble con Javier Bardem porque soy mujer y se veía estupendo, eso lo admito.
El viaje emocional y de transformación viene acompañado con el resto del título, o de la película, es decir, Barcelona. Hay historias que transcurren en un lugar, que al final podría ser cualquiera. Pensar esta película sin Barcelona es una locura. Aunque me faltó el detalle de oír así fuera una sola frase de catalán —la lengua en la que en realidad se mueve todo en la Comunidad de Cataluña—, las referencias a Gaudí, las calles, la comida, el vino, los mercados complementan la historia hasta el punto de que casi uno puede oler a Barcelona.
La musicalización me gustó mucho, pero al compañero de mi derecha le molestaba la voz de Giulia acompañada de Los Tellarini; a mí la canción me parecía graciosa. Pero una querida amiga no paró de llorar en la película gracias a Paco de Lucía con Entre dos aguas. Conclusión: la banda sonora es digna de oírse si se quiere tener una idea de la capital catalana. Junto con la música, el signo más (+) es la fotografía pura y simple, y la edición, donde se retoma eso de que ‘el mejor montaje es aquel que no se nota’. La conclusión: es muy buena, pero no es perfecta, no nos dejemos enceguecer por los nombres de las ‘estrellas’.
Merecido el Golden Globe por mejor película musical o de comedia, aunque me parecía más digna Mamma Mia!, supongo que porque tiene más música y me reí más. Muy merecida la nominación de Rebecca Hall por el papel de Vicky, aunque la competencia estaba reñida. Dudo mucho de las nominaciones de Bardem y Cruz, ya habrá que ver qué pasa en el Oscar, pero para los BAFTA, que son el equivalente inglés, ya Penélope está nominada como mejor actriz de reparto y Rebeca Hall como lo que podría llamarse la actriz/actor naciente. Y ya como una cosa personal, una buena lección del director para mí, demostrando que siempre hay que ver todo sin juzgar por la etiqueta. ¿Y el afamado beso? ¡Pues vayan a verla! Eso no me incumbe.
*Nota al pie: Gracias a mi querido Chrystian Rivero por su idea del TCP. Fue de él y no mía la inigualable metáfora.
martes 20 de enero de 2009, 12:25 COT
Aquí puede que esté el maestro Zambrano… http://guarico.tsj.gov.ve/decisiones/2005/mayo/354-20-JP01-P-2005-002511-.html
martes 20 de enero de 2009, 12:53 COT
A pesar de la estridente cancioncita del comienzo, la música me gustó bastante. No obstante ni esta, ni los parajes turísticos, ni el ambiente en general, reflejan la Barcelona que conservo en mi memoria y en mi corazón. Quizás lo más próximo a esos recuerdos son el jardín y los anfitriones de la casa donde se hospedan las estadounidenses. En mi humilde concepto, el idioma catalán es apenas un accidente en Barcelona. Bueno, son apreciaciones subjetivas, como todo lo que se puede decir sobre el arte.
En medio de lo lego que soy, no veo esta película como cine europeo, y menos americano. Para mí es una película “Woody Allen” hecha en España, la cual disfruté mucho sentado al lado derecho de una mujer que sabe ver mucho más allá del telón, como toca.
¿Y la gripa?
martes 20 de enero de 2009, 14:56 COT
Totalmente de acuerdo contigo en cuanto a la apreciación de los personajes. Definitivamente Vicky me gustó y me gustó mucho, no sólo porque el personaje me pareció bello, bien construído, sino porque me identifiqué mucho con él. Para mí, que sí soy fanática de Allen, esta película es muy él sobretodo en los personajes. Del ambiente, bueno…las ganas que me dieron de estar en Barcelona fueron infinitas y me despertó unos sentimientos por allá escondidos. De la música ni hablemos, para mí, toda una amante del flamenco la música fue fundamental, aunque, esta peli sin la música perdería por lo menos el 50% de su atractivo. Sin embargo, debo volver a verla, esta vez un poco más tranquila
martes 20 de enero de 2009, 19:34 COT
Aunque en la mayoría de los aspectos opino exactamente lo contrario, me gusta tu visión de la película.
Creo que Rebecca Hall florece extraordinariamente en esta cinta (me encanta esa nena) y le roba el show a una Scarlett Johansson más discreta que en Match Point.
Sobre la música, como le decía a Bailarina por el interno, creo que tiene los elementos indispensables para tocar la sensibilidad de quien ya está enamorado de la música flamenca, pero difícilmente logra “venderle” esa misma experiencia a quien poco sabe de ella. Es como el Park Güell: quien ya lo ha visto en fotos o visitado se salva de morirse de la emoción en la escena donde se encuentran Juan Antonio y Vicky, en la entrada frente a la escultura de baldosines azules. Pero para quien nunca ha oído hablar de él, el Park Güell es un edificio más, y necesitaría ver muchísimo más para entender por qué le gusta tanto a la gente. Y teniendo en cuenta que esta es una película hecha por un gringo cuyo público primario son otros gringos (que poco saben de España y su cultura), creo que le faltó hacerle justicia a la música como elemento indispensable de la magia especial que tiene la ciudad.
Y otra perla que no debe pasar desapercibida es la reflexión de Woody Allen sobre el amor en boca de María Elena: los únicos amores verdaderamente románticos, son los insatisfechos.
viernes 23 de enero de 2009, 22:15 COT
“Puede que sea más noble con Javier Bardem porque soy mujer y se veía estupendo, eso lo admito”. Me identifico total con este comentario tuyo, igual, en mis coments con amigos, he sido benévola con él. Ese hombre conquistador, amoroso, pasional, franco, gentil… Woody Allen supo perfilar un perfecto caballero en Juan Antonio.
Es una peli en la que veo identificado a Woody Allen, quien me encanta y de quien recuerdo varias frases y reflexiones. Es un referente, un genio del cine.
Apolo me roba las palabras cuando dice “Creo que Rebecca Hall florece extraordinariamente en esta cinta (me encanta esa nena) y le roba el show a una Scarlett Johansson más discreta que en Match Point”. Me dio la impresión de que Scarlett Johansson está desmejorada.
Una peli para ver y no precisamente por ese romance pasional que viven Juan Antonio, Cristina y María Elena; para quienes no la han visto, les digo que es divertida.
Me ha gustado la alegoría designada por ti y por Crystian. Un buen “Trinomio cuadrado perfecto”.
Un abrazo para ti Diany y un gusto el haberla compartido contigo.
lunes 9 de febrero de 2009, 08:53 COT
Hola Diana,
La película me gustó muchísimo, en especial por otros aspectos que no aparecen tocados en tu reseña:
– la fuerza del guión, la capacidad del narrador para llevarnos por toda la historia y crear la tensión necesaria, que persiste a lo largo de la película: se pierde la noción del tiempo y este es un acto de magia que los seguidores de Woody Allen le conocemos en sus mejores películas.
– La libertad para explorar otra cultura: diría que Allen les dio libertad a Bardem y a Penélope para recrear sus personajes a partir de su condición de españoles. María Elena es ante todo un personaje español más que de la cantera de Allen, ahí el mérito de Penélope para improvisar y crear su propia versión de la artista excéntrica. Logra hacerla muy cómica, en fuerte contraste con el deseo del guionista de hacerla parecer como una artista irresistible. Imposible no estar de acuerdo con la actuación de Bardem: magnífica. Esta mezcla cultural le da un aire fresco, vigorizante, a la película.
– La ciudad que se lleva el protagonismo me parece que es Oviedo: es allí donde se derrumba la vida organizada de Vicky, donde todos sus planes flaquean ante el encuentro de un hombre original, desconocido para ella: “Un maldito fin de semana en Oviedo”, así resume Vicky todo lo que se necesitó para hacer tambalear sus creencias sobre la vida (y su pareja). Barcelona, a pesar del homenaje a sus mayores símbolos, podría ser sustituida por Sevilla o, aún mejor, por Cádiz o Jerez de la Frontera, más apropiadas para el vino y la música flamenca (aunque es claro que no sonaría igual; Barcelona es un nombre inigualable, como Amsterdam).
– La crítica a la sociedad consumista estadounidense, demoledora, tan centrada en las apariencias, en oposición a la vida creativa, original, intensa del mundo interior de los artistas –ayudados claro por esos riojas que se intuyen tan exquisitos. No en vano tenemos la apariencia de que la película se centra en ellas dos, las turistas gringas, auncuando se nos presenta otro mundo, el español, con sus propios dramas e historias. Y bueno, bastó un balazo para que Vicky volviera a su realidad, ahí es cuando vemos lo difícil que es lograr cambios en nuestras vidas.
Gracias por compartir tu reseña y un abrazo.