Un llamado a los candidatos a la alcaldía de Bogotá
Columnas > Eco-grafíasPor Germán A. Quimbayo
viernes 7 de septiembre de 2007 12:01 COT
Me defino como una persona de libre pensamiento y suelo evitar clasificar mi postura política en si es de izquierda, de derecha o lo que llaman de “centro”. Es cierto que hasta un anarquista tiene una postura política sustentada bajo unas bases de pensamiento político o de corrientes políticas y/o ideológicas plenamente establecidas. Sin embargo dejo ese encomiable trabajo a sociólogos, politólogos o pensadores que se han dado la pela para analizar esos tópicos. Me voy más por el sentido común y el respeto de las divergencias (por más que uno no las comparta) como base de la construcción de una sociedad.
Desde hace ya un tiempo el ejercicio político en este país me da asco y más cuando es época electoral. Soy un pleno convencido de que el sistema “democrático” y representativo que tenemos actualmente debe cambiar hacia un modelo de participación incidente y no perpetuar más un ejercicio electorero y pernicioso, potenciado de por sí por la falta de una verdadera cultura política en este país sumado a un absurdo conflicto.
Pero como se que eso no va a cambiar y más en un país proclive a una mentalidad mafiosa, facilista y que apetece de las tajadas (y no de tortas), hago un llamado como ambientalista y habitante de la ciudad de Bogotá, a los candidatos que aspiran a obtener el segundo cargo público más importante del país.
Estoy harto de ver como esta contienda política (como casi todas en este país, no es la única), parece más un reinado de la simpatía o en la oportunidad de fomentar rivalidades personales y políticas. Nunca se ponen sobre la mesa temas de real importancia para la ciudad, precisamente porque los candidatos aparentemente en su ejercicio de mantener y atender clientelas, no promueven la discusión de conflictos urbanos estructurales de orden no solo distrital, sino nacional e incluso global.
En cuanto a temas de conflictos y problemáticas ambientales, estos son abordados de forma superficial y casi como un llavero de campaña. ¡Ah!, y porque como uno de los candidatos manifestó que las emisiones de la quema de combustibles fósiles el aire en la ciudad nos está envenenando o porque el otro candidato nos dice que hay que implementar tecnologías limpias, etc., ya se está dando por hecho que se están teniendo en cuenta los temas ambientales a cabalidad. Muchos son los decires y pocas son las propuestas concretas. Aunque en la actual administración ha existido una voluntad política para abrir espacios de discusión e incidencia en políticas ambientales, estos se abrieron de forma tardía y contra el reloj creando cierto malestar en algunos sectores.
A mi parecer un tema primordial e inaplazable en la ciudad es el abordaje del Plan de Ordenamiento Territorial (POT) y sus planes maestros. Esta herramienta más que un estatuto debería constituirse en una carta de navegación de gobernabilidad del Distrito que no sea manipulada vía decreto al vaivén de las administraciones y las voluntades políticas.
Vean la magnitud del asunto: un plan maestro es un instrumento de planificación que permite prever el ordenamiento de la ciudad a nivel sectorial (educación, movilidad, seguridad alimentaria, etc.). Que alguien me corrija por favor, en Bogotá son 18 y solo se han puesto en marcha 2, el de espacio público (relacionado con lo ambiental) y el de seguridad, siendo el primero de por sí algo discutido y controvertido por la compatibilidad de un modelo de ciudad competitiva, con una ciudad que tiene elementos ecosistémicos importantes y un 75% de área rural. Además un plan maestro tiende a ser más amplio y complejo que el mismo POT, por lo que se requiere una revisión precisa del asunto; sin embargo, algunos sectores burócratas distritales ligados a ciertos intereses lo han impedido.
Ya había mencionado en una entrega anterior que hace falta una ley orgánica sobre los POT no sólo en del Distrito sino a nivel nacional. También había comentado que sería ideal si este instrumento pueda ser abordado como un Plan de Ordenamiento Territorial Ambiental, que permita una gestión para la sostenibilidad local, para lo cual Bogotá podría ser un excelente piloto. Además es importante que los candidatos tengan en cuenta la importancia de la gestión ambiental en la administración pública, a través de elementos como el Plan de Gestión Ambiental del Distrito (PGA), que define un conjunto de estrategias ambientales enmarcadas en un horizonte de nueve años. El que está en vigencia va hasta el año 2009 y su revisión entre los sectores representativos de la ciudad aún está pendiente.
Sin embargo la situación socio-política y económica actual del país hacen que el abordaje sistémico y complejo de lo ambiental, como siempre, se vea truncado debido a que los vicios electoreros, politiqueros y mafiosos no lo permiten. Y no solamente por ello, sino por la cultura del colombiano promedio frente a estos temas. Es obvio que para una persona común y silvestre estos temas son ‘ladrilludos’, y que en una estrategia de campaña política son más apropiados ciertos ‘golpes de opinión’ que llamen la atención del potencial votante, como el tema del Transmilenio en la avenida séptima o abrazar frente a las cámaras de los medios a un niño o a un anciano.
Lo que si debe ser pertinente es empezar a trabajar en una verdadera cultura política de liderazgo social en cuanto al empoderamiento e incidencia de los temas ambientales a nivel de gestión pública, que en la ciudad ya se encuentran presentes pero son invisibilizados y deben ser fortalecidos más allá del simple proceso de la representatividad. El Estado y la institucionalidad distrital, representada en los funcionarios públicos (incluido el Alcalde Mayor) deben ser ante todo garantes y facilitadores de procesos locales y distritales. Y la comunidad en general debe tener las herramientas adecuadas para fortalecer sus procesos.
Es por eso que en pleno uso de mi derecho al disenso, por ahora me abstengo de votar por algunos de los candidatos a la Alcaldía. Desde que las propuestas de los candidatos no vean al ambiente como un todo, el manejo de una ciudad se quedará en buenas intenciones de campaña. Y de paso me manifiesto directamente hacia algunos de los más opcionados para reemplazar a Luís Eduardo Garzón. Que por favor, dejen de pensar que el cemento es compatible con el ambiente y con las condiciones sociales de la gente y que concreten mejores propuestas acerca del derecho a la ciudad y a un hábitat digno, y que dejen de ir a ver ¡corridas de toros! ¡Por favor consecuencia con un pensamiento ambiental integral! Ah y se me olvidaba algo, que a él si lo esperen en la casa.
Saludos.
martes 11 de septiembre de 2007, 01:06 COT
Me parece excelente tu comentario, ya que siento que piensas en el todo para una sociedad que enfrenta una situacion de intereses unicamente personales, sin darnos cuenta que al final somos los individuos los que nos atacamos asi mismos.Me encantaria poder recibir una propuesta mas concreta y especifica de tu critica, mas alla del diagnostico y por el contrario de una solucion para poderla aplicar en el nuevo gobierno distrital, obviamente respetando y dandote el reconocimiento que te mereces. Gracias
mircoles 12 de septiembre de 2007, 07:11 COT
Nelyda:
Gracias por tu comentario. Esta una percepción muy personal y subjetiva sobre el tratamiento del tema ambiental por parte no solo de los candidatos a la alcaldía de Bogotá, sino en general de muchos otros candidatos. Pero si en algo mi visión puede ayudar, responderé a la brevedad vía emilio.
Un saludo.
sbado 6 de octubre de 2007, 02:58 COT
[…] sintonía con algunas entradas en las cuales he escrito sobre ordenamiento territorial, es preciso analizar algunos factores que […]
viernes 12 de octubre de 2007, 12:09 COT
hola soy alejandra y me parece absurdo esto que estan haciendo
gracias
sbado 27 de octubre de 2007, 18:51 COT
[…] ambientalista, a parte de no ver ninguna opción concreta e integral en los candidatos me parece absurda la contaminación y polución que generan las grandes […]