Un año (in)docente #2
Columnas > EscoliosisPor Daniel Páez
lunes 18 de diciembre de 2006 15:19 COT
Ya expliqué las dificultades que me llevaron a ser docente. Ahora contaré cómo me fue con las clases. Mi vida profesional ha sido una sucesión de experimentos, entendidos como la búsqueda de modos de hacer que permitan llegar a resultados claros. No creo que lo experimental sea necesariamente caótico, ni que experimentar implique torpeza o devele incompetencia o ignorancia. Sin experimentos, probablemente nos privaríamos de placeres como el café, los diferentes licores y platos exóticos, sin contar con muchas maravillas tecnológicas y artísticas. En conclusión, prefiero inventarme mis propios métodos (sin ignorar el trabajo anterior de otras personas) que repetir fórmulas como un loro.
De la experiencia educativa en el colegio aprendí que hay que tener mucha paciencia para soportar a los niños y adolescentes de estos tiempos. No son tan terribles como en las películas del corte de Dangerous Minds, con incontrolables tendencias homicidas y criminales. Pero sí son insoportables, no quieren hacer nada de lo que se les pide y ni siquiera proponen actividades que les interesen. En cuanto a la concepción del diseño gráfico, prefieren descargar cualquier imagen de internet, así quede pixelada o no exprese lo que ellos pretenden, que crear algo o correr el riesgo de usar un lápiz (parece que cualquier actividad manual les resulta aterradora).
El programa curricular que propuse llevaba al desarrollo de piezas sencillas de diseño que iban aumentando en complejidad técnica y creativa a lo largo del año. Por ejemplo con los alumnos de octavo partía con diseños planos y geométricos para composiciones modulares y concluía con una portada para un disco, empezando con herramientas básicas de Corel e Illustrator para terminar con Photoshop e InDesign. Pero gracias a los intereses económicos del colegio, cada clase aparecía un estudiante nuevo al que tenía que explicarle las herramientas básicas y saltarlo en el proceso creativo que había llevado a tropezones con sus compañeros. Ya dije que renuncié a ese colegio y, la verdad, no pienso volver a dictar clases en ningún otro. A menos que el estipendio valga la pena, claro.
Luego vino Expresión 5 en la Escuela de Diseño Gráfico de la Universidad Nacional. El énfasis era el diseño en movimiento, área en la que más me he desempeñado de la carrera. Para empezar, es difícil hacerle entender a la gente que motion graphics no es animación, ni video, sino la aplicación del diseño (tipografía, color, abstracción gráfica) a piezas audiovisuales. Eso se traduce en cortinillas para televisión, títulos cinematográficos, banners de internet y, mis favoritos, los videos musicales, entre otras piezas. Entonces propuse un programa que aplicara algunos de esos términos, pero que básicamente generara en el estudiante la comprensión de su trabajo a partir del tiempo y no del espacio, como han estado acostumbrados en los cuatro semestres anteriores.
Mi edad y apariencia infantil fueron una barrera, yo no me hubiera puesto muy contento de tener un profesor de 25 años en la Universidad. Pero me gané a los estudiantes con un lenguaje obsceno, evidenciando mi alcoholismo, presentándoles trabajos que estaban muy lejos de lo que la Escuela acostumbraba (me refiero a que allá hay una fijación con la animación tradicional y poco se habla de comerciales de televisión y videoclips) y con la propuesta de realizar piezas que trascendieran el ámbito académico. Para eso conseguí que Gloria Nancy Monsalve me prestara una copia de su primer largometraje, Los últimos días malos de Guillermino, y me permitiera realizar propuestas de diseño para la obra (que está varada indefinidamente por problemas con los productores). El trabajo final del semestre fue el video para la canción Coctel de Trópico Esmeralda, viejos amigos de mi adolescencia.
Mi grupo se entusiasmó y empezó a fluir bien, dentro de lo que se puede con mozalbetes indiferentes de 20 años, siempre hay que “arriar” y amenazar con la calificación para que los resultados se vean, pero en general se fueron dando las cosas como habían sido planeadas. Lamentablemente, el título para la película no se pudo finalizar profesionalmente por falta de tiempo. Pero el video musical fue un suceso. Dividí la canción en quince fragmentos y asigné uno o dos (según la extensión) a cada alumno, la idea general era simular un zapping de televisión y que cada quien propusiera la técnica visual, narrativa y estética que quisiera, ciñéndose al ritmo de la música y trabajando dentro de ciertos parámetros que definíamos con todos.
Antes de que me acusen de oportunista y aprovechado, desde el principio fui consciente de que el video iba a hacer parte de mi portafolio, pero no me iba a robar el crédito de los alumnos y eso siempre estuvo claro. Mi objetivo, así suene a eufemismo, era trabajar en conjunto, yo como productor y ellos como realizadores. Cualquier pago económico que se reciba por el video será compartido y la obra puede ser distribuida o exhibida por cualquiera de los estudiantes que la integraron.
Al final, un estudiante se rezagó completamente y no entregó nada, apenas una propuesta estática. Otra alumna nos decepcionó a todos con un par de fragmentos que parecía que hubiera realizado en una noche (tal vez así fue). La solución fue asignarles a otros compañeros el trabajo y yo mismo meter la mano, tal vez más de lo que pretendía en un principio. El resultado me dejó muy satisfecho y puso en entredicho el método utilizado por otros profesores que llevan repitiendo por casi diez años el mismo programa. Pensé que con eso iba a conseguir más materias o, por lo menos, seguir dictando la misma con más apoyo de las directivas. Pero no, mi grupo se le asignó al compadre del nuevo director de la Escuela y a mí me dieron una asignatura jartísima de primer semestre.
Para mi tranquilidad de conciencia, en apenas cuatro meses Coctel ha sido exhibido en festivales universitarios de Medellín y Bogotá y fue seleccionado para la segunda convocatoria de La Otra Mirada. No le estoy declarando una guerra al profesor Álvaro Sanabria (a quien respeto mucho y quien me enseñó las técnicas básicas de la animación) ni a su compadre José Jairo Vargas (mi jefe y un profesor igualmente respetable), pero sí he manifestado abiertamente mi inconformidad ante el hecho de no ser valorado a pesar del apoyo de mis alumnos y la exhibición de un video que es mucho más que un ejercicio académico. Pero bueno, eso me pasa por no subestimar la inteligencia de los estudiantes y tratarlos como profesionales y como amigos.
Cambiando radicalmente de estilo, empecé a dictar Informática Gráfica 1, no sólo porque me pareció demasiado osado asignar trabajos profesionales a los primíparos; también porque el carácter técnico de la asignatura, la reduce de entrada al conocimiento superficial de temas que (como sugerí en una asamblea de profesores con respecto a la reforma académica) podrían verse cabalmente en el SENA, con algún tipo de convenio interinstitucional o una de esas gestiones burocráticas por las que les pagan a los directivos. Además, la directora del área de Informática me advirtió que, contrario a lo que su nombre indica, la asignatura no debe tratarse de enseñar programas de diseño. ¿Entonces? Los alumnos, en lo que más parece una de esas bromas legendarias a los primíparos, deben recopilar papelitos y acumular información sobre la medida en milímetros del formato A4, información que encuentran más detallada y concreta en Wikipedia que en un aula.
Decidí plantear proyectos específicos sobre formatos, escalas, medidas y técnicas, pues me encontré con que muchos de los estudiantes manejan programas y tienen amplios conocimientos sobre artes gráficas. Arrancamos con el diseño vectorial en colores planos de una carta de naipe, seguimos con una imagen fotográfica aplicada en un afiche y una estampilla, pasamos por el diseño de un volante publicitario y cerramos con un disco compacto. No sé cuánto ha aprendido mi grupo, pero con estos novatos confirmé que ante lo poco rentable que es la profesión del diseño y lo mediocre que puede llegar a ser la academia, los mejores estudiantes y diseñadores son los que realmente se apasionan por el oficio. Quienes investigan por su cuenta, buscan tutoriales, están observando tendencias y disfrutan lo que hacen, son los que hacen que la Universidad Nacional tenga tanto prestigio.
Los profesores notables profesionalmente son muy pocos (aclarando, de paso, que ser buen diseñador no implica ser buen docente), las instalaciones y equipos son pésimos y los programas curriculares sólo mejorarán el día en que los egos académicos no cuenten. Evaluar la idoneidad de los docentes puede ser muy arbitrario, pero si los siguen midiendo por los postgrados que realizan, la Escuela nunca va a mejorar. No son secretos los carruseles (en la Facultad de Artes, se destacan la Maestría en Artes Visuales y la Especialización en Diseño de Multimedia, ahora convertida también en Maestría), en los que los estudiantes de un semestre pasan a ser profesores al siguiente y viceversa, únicamente para conseguir subir el escalafón de los docentes de las diferentes escuelas sin preocuparse realmente por aprender y, menos, por enseñar.
En últimas, a mí me gustó la idea de ser "pobresor", "pedabobo" o "indocente", como quieran llamar el oficio de la enseñanza. Me resulta muy divertido guiar el talento de los muchachos y proponer dinámicas pedagógicas que hagan fluir el diseño gráfico más allá de la academia; que la cosa no se quede en darle la mejor calificación a los “ñoños”, ni en desmotivar a los menos vistosos o descalificar los estilos personales. Vamos a ver si continúo el año que viene o qué nueva asignatura me toque dictar. Cualquiera que sea la opción, improvisaré y me recriminaré por hacerlo y pretenderé que mis alumnos sobresalgan en la Escuela.
jueves 21 de diciembre de 2006, 15:29 COT
En primer lugar un saludo. Mi experiencia como docente también empezó en un colegio, un colegio de monjas, en el que estuve durante año y medio dictando clase de español en 9,10 y 11. Las complicaciones del asunto fueron muchas pero pueden resumirse en lo que hace dos meses al terminar mi contrato me decía la madre superiora “Su forma de vestir y su comportamiento son muy adolescentes y eso es un mal ejemplo para las niñas. Además, no entiendo cual es la relación que usted hace con los temas de la clase de filosofía y mucho menos que hable de política en clase: es que ustde está aquí para hablar de literatura”…
De ese calibre fue el asunto. Y aunque tuve muchísimos logros junto a mis alumnas y el respaldo de ellas fue incondicional, a la final me resultó insoportable que se asumiera que mis logros eran insuficientes o que eran puros “chiripazos” porque yo era una culicagada dictando clase; de que las reuniones con los profesores y los comentarios de mi jefe fueran un elogio a la mediocridad; de que necesitaran que yo dejara de ser yo para convertirme en la típica profesora de español que lo único que logra es que sus alumnos odien los libros… Me aburrí de que me pagaran mal y me trataran peor y además de que la política de mis colegas fuera asumir que las alumnas son por naturaleza brutas e incapaces.
Ahora, mi experiencia con las universidades ha sido más llevadera, pero la cuestión del pago es un video… por eso hago corrección de estilo para una agencia de publicidad.
Me pregunto si el próximo profesor que tengan mis alumnas va a ponerlas a leer lo mismo de siempre o intentará, como yo hice, que ellas pienesen y elijan por sí mismas…
En fin, por mi parte, no quiero volver a dictar clases en un colegio ni por el putas. Tal vez sea muy mala profesora, qué sé yo… pero a larga, también me gusta y lo haré a mi modo, que si no es el mejor, por lo menos honesto.
Un abrazo, perodne lo largo del comentario y me gustó bastante su artículo.
viernes 11 de septiembre de 2009, 21:32 COT
Los primeros egipcios eran monoteístas
En la famosa obra francesa literaria , EL PRINCIPITO , el niño protagonista ve a su dibujo como si fuera una serpiente, una boa tragándose a un elefante. Aunque los demás ven el dibujo como un sombrero. Eso es lo mismo que pasa con nosotros cuando miramos las viñetas , rebletas de símbolos y las imágenes de la cultura egipcia, teniendo la impresión de que los antiguos egipcios fueren politeístas. La mala traducción del término ,«neteru», como dioses , ha dado origen a un gran equívoco en lo que a la religión de los primeros egipcios se refiere.
El pueblo egipcio que estaba fijándose en el cielo para calcular la medida o la fecha de las inundaciones del Nilo , debería acabarse por ser monoteísta aunque . Además de las tres teorías de la creacion del universo buscaban una respuesta concreta, de qué o quién es el Dios creador del universo. Quien ha leído sobre el planteamiento judíocristiano_islámico, en cuanto a la creación del universo, sabrá en seguida que las tres teorías egipcias son sólo escenas distintas del mismo proceso de la creación del universo.
El rey gobernaba en nombre de una de estas escenas, teniéndose en cuenta las necesidades , las circunstancias y las características de la época. Y según ellas se eligió uno de los primeros seres del cosmos para personificaba el objetivo más
deseado por el pueblo egipcio. Por eso , el pueblo mantenía con cuidado incesante aquel ser convertiéndolo en la emblema del país y el ejemplo a seguir respecto a la más destacada de
sus cualidades que simbolizaba algún valor nagativo o positivo que había estado en falta en aquel entoncés , como la audacia , la sabiduría , la bondad , la maldad en contra de los pueblos invasores u otra cualquiera entre muchas cualidades.
Cada uno de los primeros seres , la tierra ,el cielo , la luna , el sol , el Nilo , la flor de loto , el papiro , la cobra , el chacal , la vaca , el escarabajo , los primeros hombres y cada uno de los que se les rendía homenaje en el antiguo Egipto tenía su característica más acusada .Y así sigue siendo una muestra , un símbolo o atributo de la voluntad del Dios creador.
Estos atributos o muestras «neteru», palabra mal traducida como dioses, deben ser respetados y venerados por todo el pueblo egipcio porque son muestras de la voluntad del Dios creador y caracteres con las que se escriben las instancias dirigidas a ALLA. Era tan evitable la unidad política si Egipto tuviera centenares de dioses.
SAMIR AHMED GUIA TURISTICO
Un cordial saludo a todo Vds. y especialmente al administrador que va a revisar y aprobar mi ensayito . Espero que tenga en cuenta que yo soy egipcio y todavia me sirva de gran ayuda corregirme gramaticalmente y linguisticamente .
Muchas gracias por anticipado .
SAMIR EGIPTO
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