Sobre el río Bogotá y sus penas
Columnas > Eco-grafíasPor Germán A. Quimbayo
viernes 25 de julio de 2008 18:36 COT
Me produjo algo de suspicacia y hasta gracia, la noticia que salió en estos días en donde se decía que el conjunto residencial en donde reside Juan Lozano, Ministro de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, tiene un inadecuado sistema de alcantarillado que no cumple las normas mínimas y que impacta de forma considerable y directa al río Bogotá por el vertimiento de aguas residuales. De hecho la Secretaría Distrital de Ambiente de Bogotá impuso una multa a la asociación de vecinos de dicho sector por incumplir los requisitos exigidos por la autoridad ambiental para desarrollar obras civiles de alcantarillado.
Es absurdo que una urbanización, cuyas viviendas se encuentran avaluadas entre los 2.000 y 3.000 millones de pesos, no cumpla con los requerimientos mínimos en el diseño de un sistema de alcantarillado adecuado y más cuando el señor ministro vive en dicho conjunto residencial (¿sería que no se habría dado cuenta?). Por ello es bueno que se haya impuesto dicha multa, así haya sido algo blanda para algunos. Sin embargo, la penalización y multa sobre estas irregularidades no es suficiente y mitiga un problema puntual y no la problemática general de forma integral. Además me parece que la noticia, y sin querer abogar por el señor ministro, tienen cierto tono sensacionalista más allá del caso de fondo.
En ese orden de ideas, en medio de muchos desaciertos, la historia del río Bogotá, y su maltrato como fuente hídrica y moldeadora del territorio, lastimosamente ha correspondido más a la desidia estatal y gubernamental (tanto de orden nacional como distrital) en una debida gestión pública de los cuerpos hídricos presentes en zonas urbanas y rurales. Por ejemplo, ha hecho falta en las ciudades colombianas un diseño coherente de sistema de alcantarillado, en donde el agua lluvia circule por donde debe ser, es decir por los ríos, y las aguas residuales por otro lado para que sean conducidas a un lugar en donde sean debidamente tratadas. No es así: todas van a parar a un mismo lado.
Se suma a lo anterior que los ríos se ven impactados por prácticas insostenibles que afectan estos cuerpos de agua en las ciudades ya sea a nivel industrial (prácticas que sí deberían ser duramente multadas y penalizadas), de miles de actividades urbanas, incluyendo nuestros malos hábitos en el uso del agua y también por la falta de un ordenamiento ambiental del territorio que respete el patrimonio ecológico presente en zonas urbanas, en donde en la práctica se ha pasado de tener ríos y cañadas a tener canales, caños y cloacas. Y así nos lo demarcaron en nuestro colectivo mental: ríos canalizados, qué horror. Todo esto ha hecho para que un río como el Bogotá sea una alcantarilla gigante al aire libre.
Con todo ese corolario es pertinente reseñar la realización del próximo Foro-Regional: “El agua en Bogotá y Cundinamarca”, que se llevará a cabo el próximo 31 de julio y que sirve de preámbulo de la navegación por el Río Bogotá, actividad que hace parte de la movilización por el Referendo del Agua promovida por el Comité Nacional en Defensa por el Agua y de la Vida.
Este evento ofrecerá reflexiones no solo sobre el caso río Bogotá (que afecta a una buena parte del país), sino del contexto de las políticas de privatización del agua a nivel internacional. Para ello se ha invitado a Wenonah Hauter, directora del Observatorio del Agua y la Alimentación, con sede en Washington, Estados Unidos.
Ojalá este tipo de iniciativas sigan teniendo eco y respaldo creciente por parte de la sociedad y celebro la integración de entidades oficiales distritales (Secretarías de Ambiente y de Salud). El ambientalismo bogotano y colombiano debe cerrar filas para sacar con éxito los propósitos que plantea la formulación del Referendo del Agua, en vez de andar promocionando frivolidades y cosas de poca relevancia.
¿Y por qué el Gobierno nacional no se pronuncia o participa de estas cosas? No creo que sea propiamente porque no lo hayan invitado. Me consta que no es así.
Un saludo para todos y ojalá los que estén en Bogotá puedan asistir.
lunes 28 de julio de 2008, 23:01 COT
Es importante su trabajo SOBRE EL RIO BOGOTA Y SUS PENAS, Señor Germán A. Quibayo, me inquietan las investigaciones sobre los ríos a nivel de todo el planeta, por la importancia que tienen las aguas para el mundo y todos los seres viviente sin importar su naturaleza. Te exhorto a que te lea un trabajo que realice sobre la contaminación del río higuamo de la ciudad de San Pedro de Macorís de la República Dominicana, ubicado en la región Este del país. sin más por el momento el Zorro de SPM.
mircoles 30 de julio de 2008, 23:55 COT
Zorro SPM:
Gracias por su comentario. La lucha por el agua no conoce fronteras políticas, como el agua misma
sbado 20 de noviembre de 2010, 14:58 COT
¿Por que nadie denuncia los graves problemas que ocaciona la hidroeléctrica “EL CHARQUITO. Inundaciones a lo largo del recorrido del río por su represamiento, contaminación gravísima de la laguna del Muña (y muerte) como tal. Es necio emnumerar los múltiples perjuicios, simplemente por que estan a la vista.
Escribo esto con mucho pesimismo, los intereses mezquinos del gran capital estan por encima de los más sagrados de la existencia humana. Tambien es un axioma, hoy por hoy.
Julio Pérez