síndrome de cenicienta
Columnas > en minúsculaPor pequeña padawan
sbado 30 de septiembre de 2006 0:01 COT
cuenta la historia que un príncipe caprichoso decidió que la mujer de su vida sería aquella que pudiera calzar una zapatilla de cristal que había quedado olvidada en su palacio tras un baile. no pensó que hay en el mundo mil mujeres, y que podría ser igualmente feliz con una que calzara 34 ó 39. simplemente creyó que ya tenía el molde y que el amor tendría que caber en él para ser verdadero. y con ese criterio empezó su búsqueda.
y dice el cuento que muchas mujeres, sin preguntarse siquiera si un hombre de tan cortas miras sería un buen marido o un padre aceptable, decidieron que necesitaban caber en ese molde que las haría merecedoras del ‘felices para siempre’ que sus madres les habían enseñado a desear. algunas incluso se mutilaron los pies para entrar en ese zapato que no era suyo, esperando que, al convertirse en otras más parecidas a la imagen que el príncipe se había armado en la cabeza, se hicieran merecedoras de esa supuesta fortuna que sería desposarlo.
y así, la mayoría de las mujeres del reino, en lugar de buscar a alguien que las quisiera con los cinco dedos de sus pies y las mil neuronas de su cabeza, se convencieron de que lo bueno y lo bello sólo podían venir en el empaque que este miope príncipe reclamaba. cegadas por el esplendor que les ofrecía, le creyeron que estaba mal que ellas fueran quienes eran, y en vez de mandarlo a freír espárragos se hirieron y dañaron para que él las quisiera.
¿la historia no les recuerda algo?
a mí me hace pensar en las niñas de trece años que -con la alegre complicidad de sus mamás- se ponen tacones que en un par de décadas habrán acabado con sus riñones y sus rodillas. me recuerda a las mujeres que se hacen pedazos el metabolismo con la dieta de la piña para caber en un vestido que no es de su talla y a las que llegan donde un cirujano pidiendo la nariz de nicole kidman, creyendo que si la tienen serán más felices. también me hace pensar en el número creciente de mujeres con trastornos alimenticios en este y otros países, y en la piel marchita de aquellas que desde los quince no salen sin maquillaje.
pensando en ellas, ¿no tienen ustedes a veces la sensación de que esta sociedad se parece cada día más a un príncipe de cuento?
sbado 30 de septiembre de 2006, 07:49 COT
Or supuesto pero hay algunos por ahí que no pensamos como esta sociedad. Habrá algo de esperanza.
sbado 30 de septiembre de 2006, 08:37 COT
tengo la impresión que esta es una característica del ser humano independiente del lugar y el tiempo que le ha tocado vivir. hasta en las sociedades más “primitivas”que hoy existen, hombres y mujeres se enchulan para llamar la atención o parecer mejores de lo que son frente a sus dioses.
cariños.
sbado 30 de septiembre de 2006, 09:55 COT
Sí, pequeña, tan enferma como aquella niña del zapato de cristal, está la sociedad actual. Abrazo.
sbado 30 de septiembre de 2006, 10:55 COT
Bueno, la cosa es más grave aún, pues nadie nos grarantiza que el príncipe terminó con la princesa verdadera, pues presumo que ´había otras mujeres agraciadas y no agraciadas que se midieron el zapato, y tenían la misma talla. Peor aún, quien nos garantiza que la Cenicienta verdadera se puso loz zapatos, a pesar de que le quedaban un poco estrechos, y por ende, al otro día tenía los pies hinchados, y ya no le calzaban para nada. O por el contrario, cualquier “aparecida” con el pie más pequeño, y que tenía los pies hinchados, se prob+o el calzado y le quedó perfecto. Estos tiempos son muy inseguros…
sbado 30 de septiembre de 2006, 20:43 COT
esa historia me recuerda la adolescencia… esa época que lo hace a uno marchitar de lo biche y que termino poniéndome menos verde (creo). esa adolescencia donde nos matamos de a poco queriendo ser el pie que calce en el zapato de la ceincienta, esa flaca hermosa que sale en mtv y que se repite por las calles, tal vez buscando al principe azul del que mtv y los grimm tanto les hablan…
claro, algunos no salimos (¿?) de ella todavia. otros nunca salen, cortándose el juanete o incluso la mitad del pie, lo que les (¿nos?) impide caminar por este mundo sin morirnos del dolor cada vez que bajo nuestor pies se aparecen, odiosas e intempestivas, las piedritas del camino
lunes 2 de octubre de 2006, 08:27 COT
ojalá se pareciera a un príncipe de cuento padawan, finalmente ellos terminan siendo unos excelentes partidos, amables, hermosos, detallistas y totalmente enamorados, y al final como tú lo dijiste hay un “felices para siempre”, pero en este síndrome de cenicienta, los únicos que quedan felices son los médicos que se quedan con la plata en el bolsillo si la cirugía salió bien.
lunes 2 de octubre de 2006, 09:10 COT
mauricio: siempre hay esperanza.
marta: es cierto, no lo hemos inventado nosotros.
julio: ¿cómo sanarla?
thilo: sí, de pronto terminó con una mujer que no era la que él quería… pero eso le pasa por usar esos métodos de selección.
jose: tal vez una parte de crecer es reconciliarse con los propios pies…
bailarina: no crea, señorita, los príncipes de cuento están sobrevaluados 🙂
saludos a todos…
lunes 2 de octubre de 2006, 10:16 COT
Creo que el inconformismo constante del ser humano es algo que aún en este siglo no se ha superado. Incluso dudo que pueda superarse algún día. Además, creo que la cáscara que nos envuelve siempre deja entrever pequeños pedazos de nuestra humana realidad, lo cual, sin lugar a dudas, da pie para que se tomen diferentes posiciones dirigidas a la misma secuencia. No deberíamos buscar al príncipe azul ni dejar que uno nos encuentre, porque al fin y al cabo el color nunca tiene un único tono.
lunes 2 de octubre de 2006, 13:08 COT
Ese síndrome no aqueja solamente a las mujeres. A muchos hombres también nos pasa a ratos, pensando que si no estamos “buenos”, si no usamos cierto tipo de ropa, cierta marca de perfume, si no tenemos cierta profesión o ciertos ingresos nadie se va a fijar en nosotros. Claro, tal vez no nos hagamos cirugía plástica, pero nos obsesionamos igual o peor que muchas niñas, como señalas en la entrada.
lunes 2 de octubre de 2006, 15:30 COT
Y tantas personas (porque ya son hombres y mujeres) que se matan por no cumplir con la lista de defectos para corregir que no tengo idea quién se inventó. ¿Por qué será que a la gente no le gusta que la quiera como son? … A mi que me quieran con mis libras de más, mi nariz chueca y chaparrita 😛
Despues de todo me tocó principe gris y no azul… de esos ya ni hay
martes 3 de octubre de 2006, 09:38 COT
Qué pasó con tu blog pequeña padawan????
martes 3 de octubre de 2006, 11:07 COT
La cosa, también tiene el otro lado. Muchas veces muchas mujeres por escapar del modelo de princesa, se unen a un antimodelo que también es muy dañino. Por ejemplo son mujeres que no tienen el más mínimo cuidado de su alimentación porque es hueco o bobo, por más que eso las lleve a perder su salud, o no hacen deporte porque eso no es importante, o no se cuidan ni se conscienten su cuerpo de ninguna forma por las mismas razones.
Me parece grave lo que esta sucediendo con el modelo de belleza que esta normalizado en este momento pero también he sufrido el antimodelo en carne propia y ajena y me he dado cuenta que también es supremamente destructivo.
martes 3 de octubre de 2006, 17:27 COT
Siempre tratando de ser un alguien que no se es, solo porque de alguna forma creen que ser como son no es buena idea…
Quizá sea solo cuestión de comprender de donde provienen o como se construyen esos modelos de lo bonito, para entender que el asunto no es cambiar para ser talla 6 y parecer una muñeca de porcelana….
mircoles 4 de octubre de 2006, 11:58 COT
Me encanta como escribe, pero a veces, lo que dice me despierta ese pequeño misógino que todos los hombres llevamos dentro (y eso que me considero feminista). Estoy en desacuerdo con lo que dice por dos cosas: en primer lugar, el príncipe (por absurdo que parezca encontrar una mujer por la talla del zapato), está en todo su derecho de ser tarado. Elegir una mujer porque le cabe un zapato es tan válido como el paradigma que nos rige ahora y que usted reclama, según el cual una mujer inteligente y capaz es mejor compañera. Generalmente, de hecho, estas son caprichosas, conflictivas, tienen una manera traumática de relacionarse, y en mi experiencia personal, son bastante infieles.
Por otro lado, una lección importante de la historia es cómo todas las mujeres intentan encajar en el molde para hacerse pasar por la mujer que busca el príncipe. El molde es, entonces, para conseguir príncipe, no para conseguir hombre, de manera que lo absurdo es que todas las mujeres se sometan al gusto de un miope sólo porque es príncipe.
Pero, en últimas, uno no puede criticar nada, porque ¿quién puede decir que no prefiere estar con una persona atractiva como pareja? Dirá usted que en su texto tiene este argumento en cuenta, pero de hecho, me parece que está muy de la mano de las críticas a la democracia y al capitalismo de los activistas que luchan por una sociedad diferente: que haya personas con desórdenes alimenticios no prueba que el molde (y el modelo) sean obsoletos y no funcionen. Lo que prueba es que hay gente loca, que probablemente bajo un paradigma en el cual se ponderara la belleza femenina con la inteligencia, también existiría. Algo así como la bulimia intelectual (cosa que, según Zandra Pedraza, es el modelo de educación superior en Colombia).
Yo defiendo al príncipe, en primer lugar, por su convicción. En segundo, porque es sincero, y en tercero, porque estoy seguro que tendrá resultados, cuando menos, tan aceptables como una persona que utilice cualquier otro método.
Como siempre un gusto leerla.
mircoles 4 de octubre de 2006, 17:17 COT
Creo que si las doncellas dejaran de llegar en tropel, el príncipe caprichoso miraría desconcertado su zapatilla de cristal y se preguntaría si no está MFT. El problema es que las doncellas siguen llegando y siguen llegando y siguen llegando.
Por otro lado, me da la impresión de que esta táctica usada por el príncipe es intentada una y otra vez porque en realidad funciona. El príncipe miope realmente va a encontrar a la doncella que se merece: una mujer tan miope como él.
jueves 5 de octubre de 2006, 09:29 COT
marta q.p: Es distinto “enchularse”, mejorar lo presente, a cambiar el propio ser, y no creo que ningún dios que se respete va a aceptar eso. Hablando de lo cual, una pregunta como para un artículo en equinoXio:
La Iglesia anda excomulgando a diestra y siniestra a las mujeres que abortan, alegando la protección del derecho a la vida.
¿Por qué no se han propuesto excomulgar a las que se hacen implantes, se quitan gorditos, se cambian el rostro, deformando hasta niveles impensables la obra de Dios que tanto quieren defender?
La Iglesia Católica anda excomulgando a los médicos que facilitan abortos, aún cuando lo hagan porque no hay otra opción de salvar al menos una de dos vidas. ¿Cuántos cirujanos plásticos conocemos que hayan sido excomulgados, aún cuando hayan sido descubiertos operando sin licencias adecuadas, aún cuando su práctica haya, de hecho, matado a sus pacientes?
La Iglesia habla barbaridades de las píldoras cuando se trata de anticonceptivos y similares… ¿cuándo se ha pronunciado la Iglesia Católica en contra de productos de belleza, aun cuando de manera obvia atenten contra la vida humana, como el bótox?
Sólo preguntas…
jueves 5 de octubre de 2006, 09:44 COT
Supercontra: todos tenemos derecho a buscar una persona atractiva como pareja. Lo que no tenemos derecho a hacer – lo que NADIE tiene derecho a hacer – es vender como molde único y exclusivo el que una sóla persona – o un grupo de personas – considera el adecuado, máxime cuando ese modelo implica la necesaria autodestrucción física y mental. Por ejemplo, a abortar para no perder la plata invertida en el cirujano estético… No, supercontra, el príncipe miope lo que merece es que lo apaleen, como un acto de justicia por todas las princesas que no saben que ya lo son y que se mutilan para serlo.
Presilábica: tienes toda la razón. Lo más grave es que muchas veces son las mismas chicas que cambian de extremo a extremo según el estado de ánimo y según el noviecito de turno.
sbado 7 de octubre de 2006, 21:44 COT
Tu símil es una triste realidad. La mujer se está esclavizando para el hombre.
Yo diría que se está convirtiendo en otro cuento… en la bella durmiente para nunca despertar.
Un saludito para tí pequeña!
sbado 7 de octubre de 2006, 23:13 COT
Estoy de acuerdo con supercontra. Especialmente interesante me parece su pregunta sobre el paradigma intelectual. Podría suponerse que como poco a poco la mujer se está “liberando” (se está formando, se está educando, está pensando, está votando, bla bla bla) y poco a poco eso está siendo bien visto, entonces uno podría pensar que la gente se está educando y pensando, etc. para quedar bien. Pero como eso es formar el alma, como Sócrates decía que había que hablar de la virtud, entonces eso sí no lo podemos criticar.
En fin, no me gustó esta entrada, especialmente por lo mucho que me recuerda a una señora francesa que vino a Colombia a liberarnos.
domingo 8 de octubre de 2006, 09:08 COT
vylia: de acuerdo.
julián: tiene razón. me gustaría leer las reflexiones de un hombre sobre eso.
lolo: para gustos hay colores 🙂
presilábica: sí, todos los extremos tienen sus riesgos.
jenny: no sé si en este caso la comprensión cambie algo…
supercontra: lo último que esperé en mi vida fue que mis escritos incitaran a la misoginia 🙂 pero bueno, esas cosas pasan. tiene usted razón en varios puntos… y sigo estando en desacuerdo con varios otros.
andrés: sí, si el esquema sigue vigente es porque funciona.
lully: me temo que los hombres no están mucho más libres…
juglar: probablemente tienes razón y está de moda ser educado. y como cuestan más o menos lo mismo una maestría o unas siliconas…
pd. a veces hasta a mí me sorprende estar de acuerdo con ella, pero ya ves.
viernes 13 de abril de 2007, 10:18 COT
hola! pues miren la verdad yo estoy en contra de eso osea que acaso no han pensado en la posibilidad de que estas personas que adelgazan o se operan algo es porque a ellas no les gusta eso y ni si quiera les pasa por la mente querer complacer a alguien?????? tienen que ver eso tambien. y bueno si lo reconozco hay parte, no toda de la sociedad que simplemente no esta bien pero que tampoco esta mal porque ellas, son personas inseguras, que no confian en si y bueno, pienso que: lo que ustedes hacen, decir que la sociedad esta mal no es lo correcto, porque nada mas hacen a estas personas mas inseguras ¡, yo les puedo decir que: si de verdad estan desilusionados, pues empiecen por hablar pero bien con esas personas porque lo que ellas necesitan es hablar y si cambian y son seguras y aun asi quieren cambiar pues respetenlas, es su decision querer ser diferente no lo creen????? osea lo que a mi me enoja es que nada mas ven el lado malo pero porque no piensan en otras cosas como la que les he dicho y bueno me despido esperando que los haya hecho reflexionar por todo esto. byebye se cuidan y piensen en eso porque hay muchas personas dando comentarios que si estan mal y me da la impresion de que no piensan bien las cosas
lunes 10 de diciembre de 2007, 11:18 COT
El problema no es el príncipe (éste finalmente busca a la dueña de la zapatilla de cristal como si hoy alguien tratara de localizarte por perder tu celular… la zapatilla ya se había amoldado al pie de su dueña y en aquellos tiempos pocas mujeres tenían acceso a calzado artesanal hecho a medida personal no en serie, por lo tanto el zapato sí era único…)
En fin…. el punto es lo que muchos no ven… cientos de mujeres corriendo tras un estereotipo (¡y qué estereotipo… wow!): guapo, ostenta un título de príncipe (hoy puede ser una maestría, doctorado o cargo público), educado por los mejores tutores o en las mejores escuelas, con formación intelectual de primera (sabe de música, literatura clásica aunque esto más bien depende de la edad de la princesa ya que puede ir desde RBD (quinceañeras) Maroon 5 (veinteañeras) hasta Mozart (de 30 para arriba); el tipo viste a la moda, es diestro con la espada (tecnología digital) y es el futuro rey de toooooooodo un reino (empresa o gobierno), taaaaaaaaan grande que mis ojos no ven el fin… y yo puedo ser “dueña” de todo eso….
A quién le importa si al príncipe le huelen los pies… jajajaja… la mujer que de repente no fantesee con eso no vive en este planeta….
Idealizamos lo que deseamos vivir, fantaseamos y cuando nos enamoramos pocas veces se piensa en lo que en realidad implica dejar entrar en tu vida a una persona (por muy especial que sea)… todo cambia, te verán desnuda, despeinada, en fachas, sin maquillaje, enferma y deprimida, con celulitis y varices, sin los artificios que hacen que luzcas de diez conviietiéndote en el deseo secreto de decenas de caballeros en la oficina… todo esto (el verte como eres) viene cuando el príncipe te prueba la zapatilla de cristal y tu dices “sí”…
Yo más bien veo a decenas de mujeres con la autoestima en el suelo, incapaces de entablar una relación en serio, con miedo a no ser aceptadas o decididas a encontrar un buen “partido” que les brinde seguridad y protección porque (en verdad lo digo) de repente te hartas de ser una mujer del nuevo siglo… con decenas de cuentas por pagar y la ley no escrita de lucir excelsa porque si no tú valor se deprecia en el mercado.
Por ello muchas nos enamoramos de varones que nos “impactan” (pero qué bonitos ojos) pero no nos damos tiempo para conocerlos. El problema no es el zapato, ni el cirujano plástico, ni el príncipe… es la mujer, su autoestima y la presión social que se ejerce sobre ella lo que orillan este tipo de conductas… de las que muchas ni siquiera están conscientes…
Creo que muchas “soñamos” con un tipo lindo, que nos quiera, proteja y acepte como somos… finalmente al príncipe no le importó toparse a Cenicienta toda andrajosa, era una chica en el reino y tenía derecho a probarse el calzado…y bueno, le puso el zapato y quedó divinísima pero ya la había visto sucia y desarreglada y aún así decidió quedarse a su lado… qué tipo, porqué nadie le reconoce eso?
El príncipe buscó por todoe l reino a la chica que en el baile le alborotó la hormona y la encontró… no sean envidiosos… por Dios, todos mueren porque les suceda algo así aunque sea una vez en su vida… lo que viene después – y que nadie nos contó – es lo que sucede en todas las relaciones de pareja… pero todos cuando nos enamoramos vemos a un príncipe o una princesa frente a nosotros… cero defectos, perfección andante… y el que esté libre de pecado…
Por cierto, es una pena lo que le ha sucedido al caballero al que le han sido infiel algunas mujeres “inteligentes” y con cierta formación pero no es la norma. Ignoro con que clase de mujeres ha decidido establecer relaciones pero el ser “caprichosas, conflictivas, tienen una manera traumática de relacionarse, y en mi experiencia personal, son bastante infieles” es algo muy general para calificar a las mujeres que Usted solito eligió… hay un patrón, debería detectar qué tipo de mujer busca para evitarlas y no volver a pasar por ello de nuevo…
Saludos
Shei
Su próceder no es resultado de la educación recibida en la escuela o por su nivel intelectual, estos desórdenes se deben a la formación recibida en el hogar…y un tanto al formar parte de una generación a la que le vendieron la idea de una libertad femenina que en realidad no existe… nos pagan cada quince días por estresarnos el triple que manteniendo un hogar y a la par debemos ser amorosas madres, esposas, amantes, hermanas, amas de casa y estupendas hijas….
Con tantas presiones las mujeres tenemos derecho a soñar con un hombre que no existe (el príncipe) pero con el que seguramente querríamos compartir un lindo paseo a caballo… mientras nuestra pareja cambia de pañales al crio… aunque históricamente los príncipes pocas veces fueron guapos y fieles, si no pregúntenle a Ana Bolena… juar, juar, juar… (su marido ya era el rey peor tantito)…
jueves 12 de noviembre de 2009, 14:19 COT
Busco el tema del dr.Keller: sindrome de la cenicienta” que consiste en la niña que la acomodan npara sirvienta y queda con esa idea y pierde su independencia, que tiene temor a ésta.¿qué mas?
jueves 25 de marzo de 2010, 20:16 COT
La cenicienta.. es un cuento de hadas con el que muchos crecimos viendolo y disfrutando de este! pero actualmente disfrutaremos viviendolo en carne propia y viendo la parte contrapuesta del cuento? todo lo q dice es cierto y lo mas doloroso de todo es q cada dia la sociedad se contamina mas y mas (en todos los ambitos) es imposible hallar una vuelta atras!
domingo 15 de agosto de 2010, 21:07 COT
Que la belleza sea un referente del éxito, es una larga sanata inculcacada a través de los medios y desde las redes ocultas del poder. Funcionamiento perfecto en una sociedad que persigue en gran medida un modelo de resolución perfecta, donde el bello y fuerte triunfa ampliamente sobre el feo y enfermo. Y asi Sade confería a Juliette todo el cielo y a Justine todo el infierno. Para las feas están destinasdos los sacrificios, el sometimiento, la desdicha. Y para las lindas la felicidad, la fortuna y el ocio…. Y está el contraveneno en el Tao, donde se dice que nombrando la belleza se subraya o se destaca la fealdad. Ya habrá un tiempo en que nos deslicemos armonicamente sin establecer los límites entre el cielo y el infierno. Y la vida será un canto de gozo pleno, donde todo este integrado en un solo pan, nuestro mas alto alimento. Raúl Beppo Andrioli poeta circulador de diagonales. La Plata, Buenos Aires. Argentina