Satanás en 2007 fue mucho más allá de Perro come perro en 2008
Columnas > Libreta de NotasPor carobotero
mircoles 4 de junio de 2008 9:43 COT
Mi entusiasmo de la semana pasada con el descubrimiento de que una de las canciones de la película Perro come perro estaba disponible para descarga en línea con una licencia Creative Commons ha sido ampliamente superado cuando Datalove me comentó que el proyecto pionero en Colombia de este tipo de iniciativas fue la película Satanás en 2007.
Efectivamente Satanás tiene una propuesta de Libre Cultura mucho más interesante que la de Perro come perro. Todo el sitio de la película está licenciado con Creative Commons y la licencia elegida en este caso es una licencia copyleft (se trata de la by-nc-sa Colombia 2.5), es decir, a menos que se diga otra cosa los trailers, fotos, imágenes, textos, videocasts, etc., incluidas las 6 canciones de la banda sonora que están para descarga, tienen no sólo la autorización previa de los titulares del derecho de autor de los mismos para descargarlos y compartirlos cuando no haya interés comercial (incluso pasarlos a tus amigos o ponerlos en tu blog como en Las reglas de Malalma, de Perro come perro), sino que se autoriza a cualquiera a modificar las obras siempre y cuando la que resulte se licencie en los mismos términos de la original (se mantiene la condición es que no haya interés comercial).
Evidentemente el alcance de la decisión del equipo de Satanás es muchísimo más amplio y me sirve para comentar una situación específica que discutíamos en días pasados en el evento Derechos e Izquierdos organizado por la facturad de Cine y Televisión de la Universidad Nacional y Proimágenes, se trata de ciertas barreras que el derecho de autor impone a los procesos de enseñanza/aprendizaje en general y a este entorno educativo en los medios audiovisuales en particular.
Ya en otras oportunidades he comentado sobre el importante vínculo entre lo lúdico y el aprendizaje y como esta relación es un motor en entornos informales, en tanto que es también una posibilidad que debe potenciarse en el esquema de enseñanza formal. He comentado también como la necesidad de manipular y usar contenidos protegidos en el entorno educativo no se ha considerado en las últimas reformas al derecho de autor en Colombia, lo que hace que muchas de las prácticas propias de los profesores en su institución educativa sean ilegales.
En el mencionado foro Derechos e Izquierdos habló un profesor de la Universidad Nacional, Gabriel Alba, sobre la problemática de los docentes en este campo. Tradicionalmente el sistema de derecho de autor consagra una serie de limitaciones y excepciones que incluyen varios presupuestos para el entorno educativo, sin embargo desde hace varios años tales excepciones no se han actualizado y desconocen varias realidades como el hecho de que los audiovisuales sean herramientas necesarias de enseñanza en cualquier nivel de la educación y por supuesto una necesidad en una facultad de cine y televisión (ilustró su punto con un concepto de la Dirección Nacional de Derecho de Autor que explicaba el tema).
El profesor Alba describía y exponía esa necesidad en formas que yo no puedo repetir pero que para mí se caen de su peso en generaciones cada vez más “audiovisuales” y en carreras como la de Cine y TV de la Nacional (lo que no se me ocurre es ¿cómo estudiar cine sin usar cine?). La exposición del profesor seguía con un discurso muy vehemente en el que exponía su propio calvario como docente de cine y televisión puesto que no es posible utilizar en la clase legalmente películas como herramientas docentes por cuanto no es una excepción expresa en la ley.
Esta visión que es la de un docente va paralela a la de los estudiantes de estas carreras que deben hacer sus cortos, documentales, etc., y se ven amarrados por las normas legales que no privilegian este tipo de usos como algo que deba promocionarse en términos de una excepción, por lo que al final las producciones (por muy buenas, creativas o fabulosas que sean) están condenadas a ser secretas pues normalmente violan “todos los derechos reservados” de las obras que han incorporado (la música, por ejemplo) y no podrían, por ejemplo, presentarse a un festival o en general, ser comunicadas públicamente.
Esta situación pone en el umbral de la ilegalidad a los docentes y estudiantes quienes en todo caso hacen uso de estas obras en sus procesos de enseñanza/aprendizaje. Artistas como Moby han reconocido en esta situación su pesadilla de estudiante y “sin plata”, por lo que tiene ahora mobygratis.com que permite un acceso y uso gratuito de su música en este tipo de entornos. Algunos estudiantes y profesores han empezado a navegar la red buscando material disponible que haya sido licenciado por sus titulares con licencias libres y que, por este hecho, les permita legalmente frente a los contenidos lo que la ley no les favorece. No es necesariamente un mal negocio, si uno fideliza a los estudiantes tiene asegurado el consumidor del futuro, ¡esa táctica la usan hasta los bancos! Y estoy segura de que está de alguna forma en la mente de Moby, por ejemplo.
Los estudiantes y profesores pueden encontrar material que está licenciado de manera que pueda ser reutilizado y ese es, en mi sentir, el gran impacto de Satanás. Su impacto está más allá de permitirnos descargar y disfrutar la banda sonora y pasa a evidenciar a quienes se mueven en este medio, me gustaría creer que particularmente a la cantera del cine colombiano del futuro, que la gente de esta película les está haciendo un fabuloso regalo, les está permitiendo usos que tradicionalmente les están vedados sin una autorización expresa, que normalmente en el cine comercial implica un pago. No se permite para la película como un todo pero sí para su material de soporte que está en el sitio, de este modo hay una invitación a que JUEGUEN CON ESTE MATERIAL. Creo que este tipo de apuestas para entornos educativos, que normalmente son identificados por todos como entornos no comerciales, son necesarias y significarán con el tiempo cambios sustanciales en la forma como los creadores del futuro se aproximarán a la idea de “control” de sus propias obras, puesto que les hará evidente la necesidad de compartir (al menos es el motor de Moby hoy para “regalar”) y no sólo proteger.
Ojalá siga estando equivocada al decir que esta es una iniciativa sin precedentes, ojalá otros me muestren que hay muchas más que estén fortaleciendo también a su manera procesos creativos.
mircoles 4 de junio de 2008, 14:04 COT
ESO, chevere que se difunda la librecultura por los creadores mismos que estan en boga en este momento, todavia falta diversificar y contruir los nuevos modelos de negocio para hacer esto todavia mas interezante.
Que bien que en colombia se este realizando esto, y pues que los artistas esten perdiendo el miedo, mal por Superlitio, bien por Malalma, pero aún mucho mejor por SATANAS que en ultimas tanto la pelicula como la banda sonora fueron mejores.