Piojerías
Columnas > Ración de graciasPor Marsares
martes 14 de noviembre de 2006 10:30 COT
Los enemigos de la humanidad son tres: los piojos, las cucarachas y los políticos. Desde que entramos a las cavernas, estas tres especies hicieron su aparición para amargarnos la vida. Todo lo divino y lo humano se ha intentado para conseguir su erradicación, pero nada, siguen ahí, mirándonos con desprecio.
De los dos últimos se dice que después de una guerra nuclear, sobrevivirán. Las cucarachas vivirán de lo que quede y los políticos de ellas. Mi Dios los cría y el final del mundo los junta. Los piojos, aunque no la tienen tan segura, porque siempre están al alcance de la mano, pierden batallas pero ganan las guerras.
Recuerdo que en mi casa teníamos a una muchacha para hacer los mandados. El problema fue que una vez apareció con piojos y liendres y mi mamá, muy práctica ella, de inmediato cogió unas tijeras, la sentó en el patio y en unos minutos, pelo y piojos fueron a parar a la basura.
Se veía extraña pero los piojos fueron erradicados. Claro que había otra maneras menos drásticas pero más demoradas, como los peines, los champús y la paciencia, acompañados de agua caliente. Lo malo del cuento es una familia con rasquiña nerviosa mientras dura el desalojo.
Ahora ya no. Un señor de esos que tienen profesiones raras como la de vivir de los piojos, estaba molesto porque al contrario de la humanidad, a él se le morían a pesar de todos sus esfuerzos para que lograran pasar la noche. Pronto descubrió la causa. El calor y el clima seco, los mataban. Con razón el correcaminos no tiene piojos.
La Dra. Bush, que ayuda en la investigación, dio una explicación científica asombrosa: “Estamos bastante seguros de que el aire caliente mata a los piojos porque los seca” Un vecino escuchó la noticia y con el secador de su mujer intentó hacer lo mismo en la cabeza de su hijo. Le quemó el pelo, la mujer lo echó de la casa y los piojos se quedaron.
Mientras Thilo lo explica científicamente, yo les ofrezco la versión simplificada: el error consistió en ofrecerles un sauna con todas las comodidades de un spa en vez del árido desierto. Por eso, los inventores sacaron al mercado un secador “especial”, con peinilla y sequedad adheridas.
Pero calma, no tanto alborozo. Los científicos advierten que si los piojos regresan, toca hacer lo mismo que con las cucarachas y los políticos: seguir con los medios tradicionales estilo mamá, “cortar por lo sano” y así hasta ver cual de los dos se cansa primero, si el pelo en crecer o el piojo en reaparecer. La historia no da muchas esperanzas.
martes 14 de noviembre de 2006, 16:12 COT
¡Siento que algo me rasca en la cabeza!
Saludos.