¿Para qué el agua embotellada?
Columnas > Eco-grafíasPor Germán A. Quimbayo
sbado 22 de septiembre de 2007 16:32 COT
(Foto: Gift Trap)
Mandamientos del Agua
Mario Mejía-Gutiérrez (2006)
Una estadística inquietante que reveló el instituto Earth Policy afirmaba que el precio por acceder al agua en el mundo ha aumentando de forma considerable en los últimos años, y en algunos casos el fenómeno se ha llevado de forma dramática, como por ejemplo en el aumento del precio en más del 50% en países como Sudáfrica, Canadá y algunos países de Latinoamérica.
El mismo instituto afirmaba que el precio que tienen que pagar las personas por el agua se encuentra enormemente determinado por tres factores: el costo del transporte desde la fuente hasta el usuario, la demanda total por agua, y los subsidios al precio del agua. El tratamiento del agua por contaminantes, también suele añadirse al monto de costos.
Este contexto nos lleva inmediatamente a una de las principales preocupaciones planteadas por los movimientos ambientalistas y ecologistas defensores del agua alrededor del mundo: el manejo privado de este vital elemento encarnado actualmente en el negocio del embotellamiento del agua.
Cada día el agua embotellada está representando un conflicto ambiental, que se plantea sobre el siguiente dilema: algunos sectores privados usufructúan de un bien colectivo cuya administración (sin fin de lucro) debe hacerse desde el ámbito público, ya sea institucional (estatal) o de tipo popular o ciudadano. Planteado el dilema, observemos que pasa con el embotellamiento de un elemento vital como el agua.
El agua embotellada: entre lo público y lo privado
El mercado de agua embotellada es cada vez más próspero y hoy por hoy, es la industria de bebidas de mayor crecimiento a nivel mundial. El agua embotellada en algunos casos puede ser útil, como por ejemplo en algunos lugares donde el agua escasea o porque el servicio de acueducto no cumple de forma eficiente en el abastecimiento del preciado líquido.
Sin embargo varios investigadores, entre ellos Catherine Ferrier con su afamado estudio llamado Agua embotellada: entender un fenómeno social, han llegado a la conclusión de que el agua embotellada se vende por un precio hasta mil veces mayor que el del agua de la llave sin que su calidad sea necesariamente mejor. La práctica de embotellar agua puede parecer insignificante pero puede traer consecuencias que afectan el ambiente y la sociedad en general.
El ex ministro de ambiente Manuel Rodríguez Becerra, en una columna en el diario de los santos planetarios, argumenta de forma certera que “si hay un buen servicio de acueducto, no es necesaria el agua embotellada”. Personalmente también abogo por el agua del grifo, si el servicio de acueducto es apropiado y eficiente.
El agua de la llave, por ejemplo, se distribuye usualmente por tuberías subterráneas, mientras que la fabricación, distribución y eliminación del agua embotellada implican la utilización de mayor energía y combustible. Por ende se generan grandes impactos negativos al ambiente por uso y combustión de combustibles fósiles para la elaboración de botellas plásticas o en el transporte del líquido embotellado a otros sitios, eso sin contar el gran problema de residuos sólidos que generan las botellas si no son tratadas o recicladas debidamente.
De hecho Peter Gleich, experto en la materia, sostiene que los controles ambientales en las industrias embotelladoras de agua no son suficientes y estas industrias están peor vigiladas que otras industrias como las de tipo alimenticio. Incluso en Estados Unidos, el país que más consume agua embotellada en el mundo, las afectaciones e impactos negativos al ambiente por el desarrollo de estas prácticas han sido motivo de preocupación de muchos sectores de la sociedad estadounidense, pese a las fuerzas que han querido acallar la difusión y divulgación de esta situación.
Prácticamente en cuestión de 30 años, el agua embotellada alrededor del mundo ha pasado de ser una práctica casi insignificante, a que se hable como la segunda o tercera mercancía que más dinero mueve en el mundo, según Chris Middleton quien escribió este interesante artículo sobre el origen del agua.
Pero esto no parece ser lo único. Mientras cientos de millones de personas de los países denominados del Tercer Mundo se mueren de sed y su precaria condición los avoca a realizar prácticas insostenibles en torno al elemento agua, la opulencia norteamericana y europea se empalaga y regodea con las aguas embotelladas de lujo. Estos “productos” que se ofrecen en exclusivos hoteles y clubes, hacen parte del lifestyle o estilo de vida de algunos famosos de la farándula internacional. Lo más absurdo de todo es que países latinoamericanos, como Colombia, están entrando en ese mercado en donde el agua precisamente atiende a los lifestyles que promueven falsamente los medios de comunicación, subordinando el valor no mercantil del agua.
Situación en Colombia
Este año la revista empresarial La Nota Colombia reveló que el país es el cuarto mayor mercado de agua embotellada en la región y que el negocio de envase y venta del vital elemento ha tenido un crecimiento desmesurado en los últimos años.
Es cierto que en Colombia se envasa el agua desde comienzos del siglo pasado, y se usa tanto para el procesamiento de bebidas alcohólicas como no alcohólicas, sin embargo el mercado del agua, sin ser de gaseosa o cerveza, cada vez es mayor y ahora es muy frecuente observar distintos “tipos” de agua en tiendas, supermercados y grandes superficies comerciales. Lo más triste y es lo que en el fondo preocupa, es que no se sabe realmente si las empresas embotelladoras están haciendo un uso ambiental y socialmente responsable y si se retribuye en algo el uso de este elemento.
Recientemente la ONG ambientalista CENSAT Agua Viva reveló un estudio, en donde estimaba que en Colombia existen aproximadamente 300 empresas dedicadas al negocio del agua envasada. Pero el estudio de CENSAT es aún más inquietante pues afirma que “paradójicamente, aunque el agua embotellada es consumida por todos los estratos sociales y en todas las ciudades del país, los estratos medio y bajo concentran la mayor cantidad de consumidores”, lo que podría estar confirmando que en Colombia los sectores más vulnerables de la sociedad están padeciendo la falta de acceso al agua y para suplir unas necesidades básicas, tienen que acudir a la compra del preciado líquido.
Precisamente uno de los principios fundamentales de la iniciativa del referendo para declarar al agua como un bien público en Colombia que encabeza Ecofondo es el de la no privatización del agua, y el embotellamiento del agua es una clara muestra de ello, tan clara como ella misma. Por eso despierta suspicacias que una marca reconocida de agua embotellada, apoye un proceso de conservación de la mayor estrella hídrica del país: el Macizo Colombiano.
Reflexiones finales
Todo esto me hace recordar una campaña bastante interesante que realizaba el Acueducto de Bogotá, en donde se invitaba al consumo del agua del grifo, siendo esta de tan buena calidad y proporcionada por una entidad de carácter público (aún). Se debe proponer que estas iniciativas vuelvan a recobrar importancia y que la pedagogía aflore fortaleciendo procesos ciudadanos de apropiación y disfrute del elemento agua.
Lastimosamente la vida moderna muchas veces ha traído consigo algunas necesidades creadas que riñen con un comportamiento integral hacia el entorno, ligadas muchas veces al consumismo. Una vez más se plantea que la situación con el agua no solamente es por la escasez del elemento en ciertas zonas, sino también por el acceso. Es por esto importante que el agua mantenga su esencia como fuente de vida y no sea considerada como una mercancía.
Ahora dejo abierta una pregunta,
¿Es conveniente embotellar el agua?
¡Saludos!
sbado 22 de septiembre de 2007, 17:58 COT
Hola Germán:
Este es uno de los temas que me incomodan porque me lleva a pensar en muchos corregimientos relegados a un segundo plano por la falta de recursos mínimos. Lo ideal no es tener agua embotellada sino que llegue saludable en grifos a todos los rincones del mundo. Esto debe utilizarse por emergencia y retomo la frase de Becerra: “si hay un buen servicio de acueducto, no es necesaria el agua embotellada”.
El agua por grifo es un recurso que no debiera de tener costo para el consumidor, el costo lo debiera de asumir el gobierno.
Te envío un abrazo muy cálido.
domingo 23 de septiembre de 2007, 11:15 COT
En primer lugar, y como siempre metiendo mi fantástica cucharada, una recomendación: La película Solarbabies es una premonición de lo que está sucediendo con el agua. Por supuesto, no sobra recordar tampoco a Mad Max.
En segundo lugar, pregunta inocente, ¿es posible proceder jurídicamente? Por ejemplo, bajo cargos de estafa, si se logra demostrar – y es algo de conocimiento público – que en realidad la mayoría de las compañías lo que hacen es envasar el “producto” tomado directamente de la red de acueducto.
Aunque no me gustan mucho los programas “críticos” gringos, un episodio de Penn & Teller demuestra cómo las compañías norteamericanas estafan al público cobrando por agua en cuyos envases dice claramente que se toma del sistema de acueducto.
Y de paso, ¿qué sucedió con el presunto hoax de Dasani?
domingo 23 de septiembre de 2007, 13:00 COT
Lully:
Como muchas cosas en este país, el papel del estado en cosas básicas es invisible y siempre con la eterna excusa de aumentar la “eficiencia” en la prestación del servicio. Eso son solo excusas para justificar la desidia estatal (más de los gobiernos y la élite asquerosa que ha dominado este país)hacia estos temas y el favorecimiento de poderosos sectores privados. Si se debe cobrar por el servicio de acueducto, es para recibir una buena cobertura.
Gracias por tu comentario, un saludo especial!
Mornatur:
Recuerdo la de Mad Max, pero por su nombre. La de Solarbabies ni idea, habrá que chequearlas, gracias por las referencias.
Y claro que existen algunos mecanismos jurídicos, pero son muy débiles. Es por eso la iniciativa del referendo para declarar constitucionalmente al agua como un bien público.
Jeje, el hoax! Pues lo que si resultó cierto es que en el Reino Unido encontraron ciertas cantidades de bromato en esta bebida, que en altas dosis es cancerígeno y se armó un escándalo de proporciones tales que se dejó de producir esta bebida. Pero el bromato en altas cantidades, también puede ser encontrado en las grandes ingestas del pan que nos comemos los colombianos todos los días, y no ha pasado nada.
Lo que si es el centro de la discusión es en lo que tu haces referencia, en cuanto al usufructo que se hace del agua, y de eso Coca Cola lo hace en todo el mundo y a parte no compesa para nada en el proceso de generar sus productos y de paso devuelve a los cursos de agua una gran cantidad de contaminantes.
Gracias por tu comentario. Saludos especiales!!
domingo 23 de septiembre de 2007, 15:32 COT
Oportuno este post. El agua embotellada es la más novedosa estrategia de privatización de este recurso natural vital. Aguas de marca, aguas saborizadas, hidratantes…llevan implícito un mensaje de moda, estilos de vida y estatus social. Seguramente, como paso en EE.UU. con PepsiCo, es solamente agua de llave donde la industria se lleva ganancias entre el 2.000 y el 10.000 por ciento sobre la tarifa del acueducto.
Paradójicamente, en Bogota, con un alto nivel de calidad y cobertura, el INVIMA ha otorgado mas de 100 licencias para “producir y comercializar agua embotellada”. ¡vaya paradoja!
ESPERANZA
lunes 24 de septiembre de 2007, 00:44 COT
Estupendo tema, Germán, como ya es costumbre en Eco-grafías.
Al respecto se me ocurre que lo malo no es el embotellamiento del líquido ni que este se cobre. Si bien es cierto el agua es un bien patrimonial del planeta, los niveles de insalubridad de países como el nuestro atentan contra la salud pública y resulta oportuno poder contar con una botellita de Agua Cristal para preparar un tetero en medio de una carretera o refrescarnos sanamente durante una caminata o un concierto al aire libre. Ahora bien, el tema de la contaminación ambiental por los subproductos de las aguas embotelladas es bien preocupante, en vista de la incontrolable sed consumista que nos invade siempre. Se requieren controles estatales o de los consumidores para regular la calidad del agua embotellada, pero lo cierto es que siendo un servicio o un producto de demanda, ha de pagarse por él. Al menos mientras vivamos en un sistema capitalista, como es el del mundo de hoy. Gratis no hay nada.
Abrazo, SC
lunes 24 de septiembre de 2007, 17:14 COT
Agua gran reserva…
Prácticamente en cuestión de 30 años, el agua embotellada alrededor del mundo ha pasado de ser una práctica casi insignificante, a que se hable como la segunda o tercera mercancía que más dinero mueve en el mundo….
mircoles 26 de septiembre de 2007, 11:00 COT
Esperanza:
Diste en el clavo, definitivamente estamos conectados con el tema. Importante la referencia que haces del INVIMA, que confirma una vez más para quienes son los beneficios. Gracias por tu aporte, un saludo especial!
SC:
Interesante el planteamiento que nos brindas, pues realmente no hay que satanizar en extremo el agua embotellada, sin embargo lo que nunca se debe perder vista es la escencia vital y de bien público de este elemento. Si bien en este mundo nada es gratis, si hay cosas que son fundamentales.
Gracias como siempre por tus aportes. Saludos
jueves 27 de septiembre de 2007, 06:31 COT
[…] Artículo completo aquí. […]
martes 27 de noviembre de 2007, 12:53 COT
la verdad creo que si ubiera más higiene en nuestras cañadas no haria falta.Pero por ejemplo el agua del grifo de mi casa save fatal i es imposible bebertela a parte de que despues tienes que no te puedes ni mover del mal daño que produce, por eso en mi caso estoy obligada a comprar agua envasada
mircoles 28 de noviembre de 2007, 15:46 COT
Has:
Hola. Tu caso es muy compresible y es muy visible en los países de latinoamérica. Pero en el fondo el problema es que las entidades que deberían procurar un adecuado servicio de acueducto, no lo hacen, ya sea por corrupción o por voluntad política. Y es también nuestra co-responsabilidad, el procurar que el agua se conserve y sea un bien público.
Saludos especiales!
domingo 6 de enero de 2008, 22:05 COT
[…] las luchas del agua en el mundo y lo que se nos puede venir pierna arriba en Colombia si seguimos comprando agua embotellada y no nos ponemos las pilas de aquí en adelante con el agüita […]
jueves 17 de junio de 2010, 19:14 COT
Caramba , yo vivo en Peru , le comento que aqui tambien cada vez se ve la comercializacion del agua embotellada , en verdad es una pena que este asi, pienso que el problema radica en los que lideran el gobierno ,no estan haciendo las cosas bien ,solo ellos ven intereses economicos , y no velan por mi Peru , el problema tambien son los malos trabajadores que laboran en las instituciones de los servcios publicos ( agua potable ) al parecer se dice que se va privatizar , y creo eso esta bien ya que estos trabajadores no cumplen bien su funcion.
domingo 21 de noviembre de 2010, 08:00 COT
Con esa estrategia de quitarle agua a la red del grifo y vender agua mineral, ya nos engañasteis. Ahora estamos sobre aviso, ya no nos engañará ninguna otra marca de agua mineral. Si el Agua de tu ciudad es buena, se puede beber, no compres agua mineral. Reutiliza los envases, llenándolos con agua de las fuentes y bebed de ella. Comprando agua mineral sin necesidad, estamos generando mas basura plástica, el nivel de envases de agua es muy superior al que crees, se necesitan 3 litros de agua para crear un envase de plástico. El agua mineral es 1.000 veces mas cara que la del grifo y si no es necesaria, bebe del grifo, de las fuentes o de tu casa. Ver http://www.boquillapersonal.es
Por un planeta mas limpio, no compres agua mineral, esquilma las reservas y solo hace que las marcas se enriquezcan y empobrezcan el subsuelo.