Nuestro futuro planetario

No es mi intención meterme en los terrenos de Thilo, ni más faltaba. Ni menos en los de Ixelle y Ovidio, todos alumnos aventajados del cielo y sus misterios, pero es que a veces uno se encuentra en el universo de la red unas noticias del otro universo, el que está allá afuera, que definitivamente lo descrestan.

Para empezar, dentro de 5.000 millones de años, que es el tiempo estimado de vida que los estudiosos le dan a nuestro sol y, por tanto, a los 8 mugres planetas que lo circundan (8, porque Plutón a estas alturas figura como desplazado de nuestro sistema solar), el dichoso sol explotará, y luego quedará reducido a una infeliz roca maluca. Esa explosión se verá más o menos así:

Muy lindo, es cierto. El problema es que en esa nube que se encuentra alrededor de ese punto azul con ribetes blancos, estarán nuestros descendientes (si no nos hemos matado antes) cumpliendo el designio  cristiano, es decir, convertidos en polvo.  La fotografía es del 6 de febrero  y la tomó el  telescopio Hubble, miope y todo (aunque creo que ya le pusieron gafas)  y muestra los últimos suspiros de la NGC 2440. Pero no se asusten, ese incendio está a 4.000 años de luz de la tierra, en la constelación Puppis. ¿Que eso dónde queda? Ni idea. Lo único que sé es que está bien lejos. ¡Bendito sea Dios!

Ahora, como dice el dicho, cuando el gato no está, los ratones hacen fiesta, no sólo los planetas alrededor de la estrella que se le acabó el combustible son incinerados, sino que los cometas -que son como los hijos calaveras, siempre lejos de la casa y solo regresan cuando se les acaba la plata-, como la estrella mamá está en las últimas, se desvirolan, pierden el rumbo, y acaban estrellándose.  Así le pasó a esta otra, formando una imagen que parece sacada del Señor de los anillos. ¿Recuerdan a Sauron?:

Esta vez el fotógrafo fue el telescopio Spitzer de la NASA. Estas enanas blancas, que es como decir que ya les pusieron la mortaja, forman un tierrero cuando se mueren, produciendo una nebulosa. Esta en particular se llama Helix, y se encuentra un poquito más cerca de la Tierra que la otra, es decir a 700 años luz, en la Constelación de Acuario. Pero como esa polvareda en forma de anillo algo debía significar, Kate Su, astrónoma de la Universidad de Arizona, dice que eso se debe probablemente a cometas estrellándose. De todas formas, el informe completo, para los estudiosos, se va a publicar el 1 de marzo en la revista "Astrophysical journal letters".

Pero  no crean que el espectáculo es eterno. Durará por ahí apenas unos 10.000 años, luego de lo cual, el polvo se esparcerá.

Ahi les dejo la inquietud y si no entendieron, pregúntenle a Thilo.

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