Nobelerías
Columnas > Ración de graciasPor Marsares
sbado 7 de octubre de 2006 6:45 COT
Ahora que se están entregando los premios Nobel en la estirada Estocolmo, con rey a bordo, fracs, alfombra roja y mucha platica de por medio, me imagino qué hubiera pasado si Alfred Nobel hubiera sido Chepe Piraquive, nacido en la vereda de Velandia del municipio de Saboyá.
Seguramente, nuestro Piraquive no habría inventado la dinamita sino la papa explosiva, popularizada en el mundo por su bajo costo, ideal para llevar en la mochila como fiambre y a la vez como elemento eficaz para abrir caminos de herradura.
También se habría decepcionado al ver su invento cundi-boyacense en manos de los monitos de todas las especies causando muerte y destrucción a punta de tubérculos. Y como lo hizo Nobel, Piraquive habría dejado la platica ganada para premiar a los que le hacen bien a la humanidad.
Pero como acá lo más parecido a Suecia es Suesca, el dinero se habrìa refundido, apareciendo una parte después de una exhaustiva investigación, empleándose en levantar un suntuoso edificio para la sede de la fundación y en viáticos para intercambiar experiencias con el mundo entero.
Los premios al mejor trabajo habrían resultado como las medallitas de los curas o la Cruz de Boyacá, puras constancias de que sí se puede y seguramente este año estaría nominado Gustavo Bolívar, porque sin tetas no hay paraíso, ni tampoco Piraquive de Literatura
Nuestro Camp David sería San Vicente del Caguán, con Pastrana y Tirofijo ganándose el Piraquive de Paz. Tendríamos uno más, el de medicina, otorgado a nuestro Patarroyo y su descrestadora vacuna, y el de economía a Hommes por haberse adelantado 15 años a la globalización.
Muchos Piraquives en nuestro haber nos colocarían como nación ejemplo de adelantos y en un día como hoy, después de una feroz licitación entre Caracol y RCN, veríamos desfilar a lo más granado de la política criolla al ritmo de una guacharaca y las cuentas alegres de los organizadores.
Pero no, nuestro Piraquive nació en Suecia y aún nos falta mucho pelo para moña por lo que nos debemos conformar, como lo hicimos con el miss Universo de Luz Marina Zuluaga, con el Nobel de Gabo, soñando más bien con Grammys latinos y los óvalos de la Nascar, más adecuados a nuestro entorno.
sbado 7 de octubre de 2006, 20:14 COT
¡Hola Marsares!
Encontré la foto de Chepe Piraquive, ganador del premio Nóbel. La envié a tu correo. Bueno, a mi me gustan los premios, y el reconocimiento y todo eso. Pero creo que el problema es que trabajamos más en pos de ese reconocimiento, que en la búsqueda de la verdad, bien sea científica o de otros tipos.
Ideal sería ideal que hubiera “proyectos más altruistas” en Colombia, y que no dependiéramos del reconocimiento externo o interno para hacer con amor nuestro trabajo.
Delicioso ser rico y famoso, por un rato. Sería mentiroso si afirmara lo contrario. Pero la vanidad del hombre de ciencia o de letras, no es muy diferente a la de la modelo, o deportista estrella de turno. Pueden ser igual de mezquinos. Reconozco que hay diferencias de IQ, pero nada más. La modelo miente sobre la naturalidad de su belleza, el artista sobre la autenticidad de su obra, y los científicos sobre los verdaderos logros y alcances de sus descubrimientos, eventualmente.
SALUDOS.
sbado 7 de octubre de 2006, 21:34 COT
“exhaustiva investigación”. Esa frase la he escuchado cientos de veces por los “lideres” del país… en el pasado, presente y sólo espero que en el futuro no se repita, lo dudo, ya está adoptada. Lamentablemente se queda ahí, no trasciende ni se ejecuta, es una pena por nuestro país.
Una de las falencias de nuestra Colombia es la falta de apoyo a talentos, se manejan becas por “rosca” y se deja de dar oportunidades a quienes lo merecen.
Lamento no ser positiva en esta oportunidad pero es la realidad que se vive.
Un saludito para ti!
domingo 8 de octubre de 2006, 19:54 COT
Thilo:
Recibida la foto. Jajaja! No sabía que tenías tan buenos contactos. Y es cierto lo de la vanidad. Un ejemplo es nuestro querido Patarroyo, con un ego tan grande que quiere que el país entero se le postre, incluido el presupuesto nacional.
Lully:
La mejor inversión que existe es en la educación y la investigación. Países como la India están formando una vanguardia de cientìficos que la van a colocar en lugares destacados del desarrollo. Nosotros creemos que es un desperdicio.y vemos a Colciencias apenas sobreviviendo con un magro presupuesto. Aquí sólo atendemos las prioridades para seguir amarrados al subdesarrollo.