Las torres de Tanelorn
Columnas > Las torres de TanelornPor Beto Agudelo
lunes 4 de septiembre de 2006 10:57 COT
Se dice que no estamos solos en el Universo. Puesto que no hay Universo. Somos una parte, una gota, del Multiverso, y aún si en realidad -como sea que definas la realidad- estuviéramos solos en el sentido de que el Universo ―como llamamos a nuestro particular plano de la existencia― no alberga otros seres con los cuales podamos, como especie, compartir conocimientos y experiencias, o, ateniéndonos a nuestro comportamiento habitual, con los cuales guerrear, entonces los habría en otro plano del Multiverso, así se tratara de nuestras propias versiones en ese plano.
También se dice que hay seres y sitios que, de una u otra forma, existen en todos los planos, o son capaces de viajar entre ellos. Tanelorn es uno de esos sitios. La Ciudad Eterna, cuyos habitantes hablan poco pues han experimentado mucho y donde las búsquedas cotidianas ―de poder, de conocimiento, de la verdad― se vuelven inconsecuentes.
Pues bien, viajero incansable, has llegado a un rincón de Tanelorn. Aquél que guarda palabras e historias de mundos incontables y de seres sin nombre. Leyendas y profecÍas llenan los estantes en forma de viejos pergaminos, libros polvorientos, folletos envueltos en reluciente celofán y artefactos exóticos.
Adelante: cada paso que des te llevará más cerca de la revelación del Multiverso, pues aquí has de encontrar trozos de planos incontables. Mucho de lo que habrás de leer te parecerá fantástico o hasta absurdo, pero recuerda: lo que cuenta no es la Realidad, pues, al fin y al cabo, ¿qué es la Realidad?
Bienvenido, pues, viajero, a las Torres de Tanelorn. Disfruta de tu estadÍa. No te haré advertencias, pues la única que podrÍa hacer se refiere a no extraviarte… pero es que, honestamente, eso es lo que deseo.
Tanelorn es parte del fantástico Multiverso según está contenido en la extensa obra del autor británico Michael Moorcock. Es una ciudad presente en todos los planos del Multiverso, y se trata del sitio al que el Campeón Universal, bajo cualquiera de sus identidades, puede acudir en busca de reposo y provisiones para su lucha interminable.
Torres de Tanelorn están en un rincón de la blogosfera (ese curioso plano del Multiverso) en el que se intentará abrir una puerta desde lo cotidiano hacia la Fantasía, el Terror, la Ciencia Ficción y otras expresiones mediáticas. En ocasiones, seremos testigos del desarrollo de historias; en otras, trataremos de acercarnos, con sentido analítico, a otras de esas historias y a sus autores. Siempre tomaremos una senda que nos aleje de lo cotidiano, de esta realidad que a veces puede ser tan gris.
De hoy en adelante, si alguien pregunta por Tanelorn, se le podrá responder con una verdad pequeña y extraña: Las Torres de Tanelorn están en equinoXio.
Por qué
Una cabalgata. El viento helado ―espada del cielo― haciendo ondear el estandarte rubio en la cabeza sin yelmo y el rojo estandarte de guerra anudado a la lanza. La armadura y el manto de pieles pesan pero el peso importa poco. La nevada ha terminado pero el frío no se siente y la llanura amortajada apenas se percibe. El viento aúlla pero los gritos de guerra se escuchan más y sólo se ve la negra lÍnea de enemigos que invade y llena y desborda el horizonte. La punta de la lanza ya no amenaza al infinito azul pero busca un cuerpo enemigo y la llanura blanca se hace cada vez más pequeña y de pronto viento y nieve y universo ya no existen: sólo los gritos y la hoja de acero que danza esparciendo guirnaldas de rubí…
Despertar. ¿Dónde…? La respuesta llega tarde. La orquesta sinfónica en el escenario ha dejado de tocar y casi todos están de pie. La imagen de la cabalgata sigue como superpuesta, los ecos de los gritos y el entrechocar de metales se funden, desvaneciéndose poco a poco, con los aplausos y bravos de la sonriente multitud alrededor.
Salir a la calle. Los ecos de Holst están regresando y en cambio la cabalgata se difumina como un mal sueño… pero no fue un sueño… ¿o sÍ? Las luces y los ruidos del tráfico y de la calle empiezan a recobrar el dominio de la realidad y el viento y la llanura y los gritos se desvanecen.
La confusión puede, quizá, ser resuelta en un jarro de dorada cerveza helada.
Nunca habÍa visitado la taberna: un rincón olvidado de un mundo olvidado en medio del ruido cotidiano. Antigua melodÍa entremezclada con guitarras eléctricas y la voz de una hechicera con ojos como la luna llena. La jarra llega pronto…
Y una hechicera muy diferente mira desde el fondo de la sala. Un rostro hermoso pero desconocido. ¿O no…? La mirada no da lugar a confusión y los ojos luminosos están claramente enfocados…
…La mortaja de la llanura se ha cubierto de carmesí y de siluetas tendidas en eterno y definitivo homenaje a dioses sin importancia. El caballo trota lentamente, alejándose de la matanza. La espada en la vaina ya está limpia y la victoria es cierta y el cansancio es una marea que invade y destruye sin compasión. Cansancio que no se irá, se hará más fuerte la próxima vez que los cornos llamen a la batalla. Cansancio como una maldición hasta cuando el alma decida retirarse a las estancias intemporales.
El ejército victorioso se aleja. Un túmulo ―blanco ya― coronado de lanzas guarda los restos de los héroes recientes y una hoguera lanza al cielo en forma de negrura el no-ser de los vencidos. Es mejor no cabalgar con el ejército: hablan, gritan, ríen, fingen que nunca temieron y alaban a los que no cabalgarán otra vez, pero las voces y las carcajadas y las victoriosas canciones sólo alimentan ese cansancio infinito.
Es mejor alejarse por caminos secretos y solitarios, acompañado por el viento que nunca descansa y por las voces que hacen la música del mundo cuando el hombre y su esposa, la muerte, no están cerca.
Es mejor cabalgar la noche entera bajo la Luna Llena ―o aún bajo un manto negro e invernal― que aguardar bajo una tienda escuchando las historias, ya no tan ciertas, de una batalla que tal vez sea recordada.
Es mejor recibir los primeros rayos del sol como una bendición tras una noche de viento y saber que el término de la marcha está cerca, en un salón de piedra donde, quizá, aguarde Ella, la única capaz de convertir el cansancio sempiterno en poco más que una leyenda…
Mas Ella no aguarda en las escalinatas…
… sino que mira con fijeza desde el fondo de la taberna.
¿Acaso se trata de Ella, sin duda? Es un rostro hermoso pero desconocido. La memoria no guarda rastro de esos ojos oscuros ni de esos labios tentadores de expresión indescifrable. ¿O sÍ?
No importa. Está mirando y sólo unos pasos separan las miradas de las palabras, pasos dados con prontitud pero sin afán…
…hasta coronar la escalinata de piedra y empujar las hojas de roble y entrar en el salón de piedra acompañado por el viento infatigable y algunos copos blancos.
El silencio. Una mordaza atroz que hiere por la ausencia de una carcajada de bienvenida, de una palabra. El frío, mayor que el impartido por el viento, y más cruel sin unos brazos y un cuerpo y unos labios capaces de hacer olvidar el frío y el cansancio y los gritos y el peso de la armadura y del manto de pieles.
Sólo queda la escalera en caracol…
La mirada se hace más intensa, inquisitiva. ¿Cuánto de la realidad se ha perdido en ese ensueño tan real pero ahora tan incierto?
No importa. Las palabras continúan y el relato del ensueño es una llave. Ella también recuerda y las palabras están acompañadas de sonrisas y de promesas.
La noche no se ve truncada por nuevas fantasías, o sueños o desvaríos de salones de piedra y soledad. No es posible pensar en soledad a su lado: es una hechicera y su hechizo es de felicidad perdida desde tiempo atrás y hallada de nuevo y de cálida compañÍa en forma de palabras y sonrisas, y besos que parecen durar la eternidad y de caricias infinitas y murmullos y fiebre y suspiros y alientos entrecortados, y de ver el infinito en medio de supernovas que estallan y conocer la única verdad: que somos inacabados hasta ese instante preciso y precioso en que los seres se completan.
Amanecer, y la visión de una hechicera que ahora es un ángel, ajeno al mundo y con la paz reflejada en esas facciones que ahora se recuerdan con nitidez, como si siempre hubieran estado allÍ. ¿Para qué obligar ese ser celestial a enfrentarse a una realidad plana cuando la realidad de los sueños le permite ser feliz aún?
Un beso fugaz y un murmullo sin respuesta, y la imagen de la hechicera, con los ojos dulcemente cerrados queda todo el dÍa, aliviando el cansancio sempiterno de lo cotidiano, de los significados artificiales y las necesidades innecesarias creadas para que unos pocos desperdicien existencias en la nulidad de lo cotidiano.
El atardecer, y la urgencia de ser testigo ―no simplemente recordar― esos ojos y esos labios y la dulzura y la pasión.
El ascensor no funciona y sólo queda la escalera en caracol…
…que le permite al viento helado cantar entre los curvados muros de piedra como alma en pena con melodÍas que agregan otro aguijón al sordo dolor que crece en el fondo del alma a medida que los pasos acortan el número de los peldaños restantes hasta la respuesta de la soledad.
Aún no hay respuesta al nombre amado. Aún no suenan dulces carcajadas y tardan en llegar los brazos cálidos y el cuerpo añorado y las manos que ayuden a despojarse del insoportable peso de la armadura y el manto de pieles…
La puerta al final de la escalera, siempre signo del descanso y el olvido de la guerra y el mundo, ahora parece anunciar una tragedia no escrita, pues está cerrada. La pregunta crece y duele y la única manera de responder es abrir, aún si la respuesta duele más.
La puerta se abre. La ventana está abierta. Regia recámara de piedra y penthouse son uno sólo. Las imágenes se superponen y por un momento la enorme cama con dosel tallado parece ocupar un sitio sobre la alfombra y la ventana es a un tiempo marco de madera y gigantescos cristales corredizos.
Y la respuesta es una sóla, en forma de una silueta diminuta tendida en un piso infinitamente lejano que es de concreto pero también de nieve y un rostro dulce cuyos ojos ya no se abrirán otra vez y cuya voz nunca responderá un eterno y doloroso por qué.
lunes 4 de septiembre de 2006, 20:21 COT
Bienvenido Mornatur a equinoXio que, de alguna manera, es también Tanelorn, donde “las palabras están acompañadas de sonrisas y de promesas” y aspiramos a tener, cada día, “los primeros rayos del sol como una bendición”. Abrazo.
lunes 4 de septiembre de 2006, 21:49 COT
Quest for Tanelorn… una buena canción de Blind Guardian para acompañar esta lectura.
lunes 4 de septiembre de 2006, 22:07 COT
Me sorprendéis gratamente, Mornatur. Nunca me imaginé que en equinoXio iba a celebrarse la lucha entre el orden y el caos, ni tampoco que el Campeón Eterno apareciera en este rincón del multiverso para mantener el equilibrio entre las dos fuerzas, que combaten más allá del tiempo y el espacio. Y como a Elric, la energía de Moonglum llegará hasta nosotros, esta vez por medio de vuestros mágicos relatos, en espera de que el corno resuene en la llanura anunciándonos la llegada de la nueva tierra.
Os doy la bienvenida, noble caballero.
lunes 4 de septiembre de 2006, 22:07 COT
Qué bueno! Bienvenido a la casa ocupada.
martes 5 de septiembre de 2006, 08:21 COT
Gracias a vosotros por la bienvenida. Julio, tenéis razón: equinoXio es un poco Tanelorn, y tal vez por eso las Torres de Tanelorn hayan encontrado un hogar en equinoXio: un sitio donde pueden convivir lo cotidiano, lo futuro, lo extraño, lo sensual y lo fantástico. Turin, en efecto, "Quest for Tanelorn" es una excelente canción basada en una excelente saga. Marsares, tal vez la llamada del Cuerno del Destino se escuche desde las Torres, mas no dejaremos que Stormbringer se alimente dentro de sus muros. Pero seremos testigos de luchas diversas, e inevitablemente nos decantaremos por la Alianza o por el Imperio, quizá sigamos los pasos de algún Hobbit extraviado en las sendas de Mordor o atravesemos la Puerta de la Muerte en un Barco Dragón rúnico. Visitaremos Trantor y Terminus, e iremos a rendir homenaje al Rey que Fue y Será. Todo eso y mucho más será cumplido dentro de las Torres de Tanelorn, Marsares, os lo prometo. Sentido Común, con una venia os agradezco la bienvenida.
martes 5 de septiembre de 2006, 11:56 COT
La literatura siempre ha sido una llamada a la fantasia, las personas prefieren gastar su tiempo sumergidos en la irrealidad.
Todo lo que sea negar la realidad tendra exito.
Aunque no deberia ser asi.
martes 5 de septiembre de 2006, 12:26 COT
Bueno, hay que reconocer que, en ocasiones, uno quisiera tener a Stormbringer cerca…
mircoles 6 de septiembre de 2006, 10:40 COT
Creo que en el pais hay muchos problemas que requieren la energia de sus ciudadanos para resolverlos.
Lastima que tanto talento y energia se desperdicie en fantasias infantiles
mircoles 6 de septiembre de 2006, 10:42 COT
El pais necesita que los servidores publicos trabajen y se concentren en las actividades propias de su cargo.
No hacerlo es robo
mircoles 6 de septiembre de 2006, 12:17 COT
Recuerdo a dos servidores públicos que "robaban" al Estado y no se concentraban "en las actividades propias de su cargo". Juan Rulfo, es el primero. Mientras sobrevivía en el tedioso y alienante trabajo de servidor público, concibió y escribió una obra maestra de la literatura universal. Igual le pasó a Mario Benedetti, quien consiguió retratar en sus poemas, el mundo mediocre de la burocracia. Aunque dejo el enlace, no resisto en publicar uno de sus "Poemas de la oficina", como ejemplo.
"LUNES
Volvió el noble trabajo
pucha qué triste
que nos brinda el pan nuestro
pucha qué triste
me meto en el atraso
hastacuandodiosmío
como un vicio tornillo
como cualquier gusano
me meto en el atraso
y el atraso me asfixia,
dos veinte, cinco quince,
me aplasta, me golpea,
once setenta, mil
trescientos veintiuno,
se me perdió una cifra
estaba aquí y ahora
tres falsos contrasientos
gotean de mi bolsillo
alguien llama alguien manda
pucha qué triste
alguien
se metió en el atraso
desordenó las pistas
y en cada diferencia
añadió tres centésimos.
Volvió el noble trabajo
aleluya
qué peste
faltan para el domingo
como siete semanas"
En casos como éste vale la pena, como dices Mornatur, tener a Stormbringer cerca…
mircoles 6 de septiembre de 2006, 16:50 COT
No os desgastéis, Marsares. Uno sabe lo que se puede esperar. De otro lado, no es más que un troll.
mircoles 6 de septiembre de 2006, 17:46 COT
Bienvenido a equinoXio. He disfrutado el relato y me agrada tenerte con nosotros.
mircoles 6 de septiembre de 2006, 18:31 COT
Me sumo a Julián y los otros equinoXios que te han dado la bienvenida, Mornatur, enhorabuena!
mircoles 6 de septiembre de 2006, 18:39 COT
Julián, Daniel, gracias. Me honra, mucho, ser parte de equinoXio.
jueves 7 de septiembre de 2006, 09:33 COT
[…] Salvada la sucesión masculina en Japón, Las torres de Tanelorn, La agonía de los porotos y El regreso de los fantasmas (en equinoXio) […]
jueves 7 de septiembre de 2006, 19:07 COT
Caballero Mornaur, qué gusto estirar mi mano nuevamente para que me saludes con un beso en ella como todo un señor galán.
“El atardecer, y la urgencia de ser testigo ―no simplemente recordar― esos ojos y esos labios y la dulzura y la pasión”.
Es maravilloso adentrarse en tu literatura, me la disfruto poco a poco porque le introduces un aire de romanticismo y… algo más que hacen girar mis sentidos con donaire suave y arrullador.
¡Por supuesto que bienvenido!
Un saludo equinoXial para tí.
“
viernes 8 de septiembre de 2006, 14:19 COT
Marsares.
No creo que TODOS los empleados publicos esten destinados a convertirse en Rulfos o en Benedetis, comparar a omarsil con ellos es poco menos que una bufoneria muy delisiosa, que ni al mas caustico de los humoristas se le hubiese ocurrido.
Ahora bien yo pago impuestos y no me gusta ver que un personaje tan siniestro como omarsil que se ufana de crear cuentos mientras esta de turno.
Yo considero que omarsil puede dedicarse a la literatura en sus horas no laborables y desde un ordenador que le sea propio.
No considero bueno que envie los relatos desde la oficina.
viernes 8 de septiembre de 2006, 16:28 COT
“Omarsil, el siniestro”. ¿Quién es él, mi querido ajedrecista?
domingo 10 de septiembre de 2006, 20:38 COT
Marsares:
Como dije antes, no vale la pena desgastarse con Stan Schlecter. Stannie Boy no es más que un Troll que se autonombró “critico de blogs” y lo que hace es, precisamente, “ejercer” su pretendida crítica. No debería extrañarte que muy pronto, según su costumbre, empiece a agredir de manera más directa a éste, vuestro humilde servidor, o a todo aquél que no concuerde con sus, digamos, pobres opiniones. El “ormasil” se refiere a una segunda parte alternativa de mi seudónimo, que se escribe Ormacil, composición quenya para “Espada de la Ira”. Aún no he podido dilucidar si simlemente no ha captado la ortografía o si pretende hacerme molestar escribiéndolo mal.
De paso, gracias por compararme con Benedetti y con Borges, si bien debo decir que la comparación es exagerada. Claro que lo de “bufonada”… supongo que poco se puede esperar de alquien que hace pocas semanas leyó la primera novela de su vida, escogiéndola por la extensión.
lunes 11 de septiembre de 2006, 06:54 COT
Bueno, Mornátur, no era comparación, simplemente ejemplos de que la cultura florece en cualquier parte y así como grandes de la literatura universal no se dejaron asfixiar por sus trabajos alienantes, también lo podemos hacer nosotros, simples mortales que, como ellos, nos negamos a perecer de inanición intelectual.
lunes 11 de septiembre de 2006, 10:26 COT
(El presente comentario ha sido eliminado por referirse a controversias personales con el autor del artículo, sin ningún interés para el lector – Redacción de equinoXio)
lunes 11 de septiembre de 2006, 16:40 COT
Presento mis sentidas disculpas a propios y visitantes de equinoXio y de Las Torres de Tanelorn por la inadecuada participación de trolls, uno de los males necesarios de un medio tan abierto como éste.
Considero conveniente comunicar que la dirección IP – el rango de direcciones que suele usar – y la identidad “real” de “Stan Schlecter” ya están plenamente identificadas y yo mismo estoy trabajando jurídicamente, bajo la protección del Habeas Data, para que el citado personaje no vuelva a hacer de las suyas en este espacio, que es para otras cosas, y para empezar a dar lecciones de mínima cortesía a quienes, como “Schlecter”, se han olvidado de la vieja y buena Netiquette.
mircoles 13 de septiembre de 2006, 21:17 COT
Veo con interés que la fantasía tiene su llamado en "Las torres de Tanerlon", quizás tanta como para ver seres fantásticos como troles (buses eléctricos?) en todas partes.
Sin embargo, considero loable la labor de equinoXio al permitirnos conocer la delicada pluma de aquellos que tienen algo para contarnos.
Espero que la luz encendida brille eternamente en la mente de cada lector. Saludos