Las mujeres en el periodismo deportivo colombiano
Columnas > Con los taches arribaPor Rafa XIII
miã©rcoles 15 de abril de 2009 0:54 COT
Tradicionalmente, la información deportiva ha estado dirigida a y producida por hombres. Y este no es un fenómeno exclusivo de la idiosincrasia machista, propia del Tercer Mundo, sino que es extensivo a otras latitudes en donde hay culturas con mentalidades más igualitarias —al menos de dientes para afuera—, como las europeas y las ex colonias del Imperio Británico, esparcidas por todo el planeta.
No es ningún descubrimiento decir que una inmensa mayoría de los hombres, al comprar un periódico, además de las noticias generales, tenemos una cita obligada con la sección de deportes. Y si el asunto es televisivo, las preferencias masculinas, además de las películas de acción, se dirigen a las transmisiones de eventos deportivos. Hace un par de años una amiga me decía, medio en serio, medio en broma, que mientras las damas aficionadas a la TV, veían el mundo con ojos de Fox Life, Cosmopolitan, Discovery Home & Health o People and Arts, los señores lo veíamos desde la perspectiva de FX, Speed Channel, Fox Sports o ESPN.
Colombia, ¿pionera?
Y así como el público de la información deportiva era (y es) en su mayoría compuesto por hombres, los encargados de producir la información han sido casi todos hombres. Pero, por lo menos en Colombia, ha habido intentos de conquista por parte de valientes mujeres a este terreno periodístico aparentemente vedado para ellas, y no de ahora, sino desde hace mucho tiempo. La gran mayoría de esos intentos fueron exitosos.
De izquierda a derecha: Claudia Helena Hernández, Marta Herrera, Olga Behar y Margot Ricci
Una de las primeras mujeres que habló de deportes en Colombia fue Margot Ricci, en su columna “Margot al Ataque”, de la revista Cromos, en los años sesenta. En un ejemplar de 1969, atesorado por mis parientes mayores por contener un extenso reportaje gráfico del festival de Woodstock, Ricci hacía un juicioso análisis del seleccionado brasileño de fútbol, con miras al Mundial de México 70.
Pero Ricci no fue golondrina de verano. En las páginas de El Tiempo, la figura de Clemencia Medina Vergara se consolidó como una referente ineludible en materia deportiva, a la par de vacas sagradas (en este caso sería mejor decir “toros sagrados”) como Mike Forero Nougués, Carlos Arturo Rueda o Gabriel Muñoz López. En los setenta llegaron tres íconos de la crónica deportiva nacional: Blanca Luz Uribe, Marta Herrera y Olga Behar. Estas tres damas dieron el salto a los noticieros de televisión de la época, como Telediario, 24 Horas y Cinevisión. De ellas, la que más tiempo ha estado vigente ha sido Blanca Luz, quien fue jefe de prensa de Millonarios por muchos años. Marta Herrera fue directora de deportes del noticiero TV Hoy y ha estado a cargo de la producción de transmisiones deportivas para Colombia de, entre otros eventos, los Juegos Olímpicos Barcelona 92, las copas Libertadores del 93 al 2000 y los Panamericanos de Río de Janeiro 2007. Olga Behar, a pesar de haber escrito excelentes trabajos sobre el fútbol de comienzos de los 80, se dedicó a la crónica política.
Sucesoras de las anteriores, están Claudia Helena Hernández, durante casi dos décadas reportera de campo y camerinos de RCN Radio en Bogotá, y Vivian Murcia Chávez, su homóloga en varias cadenas radiales de Cali, y actualmente en Radio Súper, junto a Oscar Rentería y Rafael Araújo Gámez.
De izquierda a derecha: Andrea Guerrero, Liliana Salazar y Johana Palacios
La más joven, es decir, la más reciente generación (para no hablar de edades, tema que a veces hiere susceptibilidades femeninas) de cronistas deportivas nos trae a Jenny Gámez, redactora de deportes de El Tiempo y City TV, en RCN TV a Liliana Salazar y Andrea Guerrero (esta última recientemente contratada por ESPN), y a Johana Palacios, del canal Caracol.
Las mencionadas en el párrafo anterior, por encontrarse en una era mediática como ninguna otra y en donde todo entra por los ojos, han tenido el doble desafío de no solamente lucir bien ante las cámaras y reflectores, a la par de sus colegas de noticias serias, y de las glamorosas presentadoras de farándula, sino también demostrar que saben de lo que están hablando. Por esta razón, han sido blanco de muchas críticas, algunas completamente absurdas, basadas en el machismo, pero también de uno que otro garrotazo plenamente justificado, porque si bien a los hombres nos gusta ver una imagen agradable que nos cuente cómo quedaron los partidos, quiénes hicieron los goles o quién ganó la carrera, por ser gomosos de esas materias detectamos al instante cuándo nos están metiendo gato por liebre, y no vacilamos en acudir a los expertos de siempre.