La tierra de la independencia
Columnas > Limpia - MentePor Johanna Pérez Vásquez
sbado 7 de marzo de 2009 22:54 COT
Así como las arañas invierten tiempo y esfuerzo en construir y mantener sus casas, quienes hemos aprendido a vivir por cuenta propia dedicamos recursos, energía a cuidar y forjar la red que nos apoya, aun cuando en muchas ocasiones parezca inexistente.
Para ser una persona independiente de modo exitoso se necesita conocerse a sí mismo con el fin de saber qué se tiene y que hace falta, a partir de este balance se podrá identificar a los posibles suplidores de necesidades así como lo que se les puede ofrecer a cambio.
Cada vez que uno necesita ayuda se debe tener presente que los demás no son nuestros súbditos, que merecen el mismo respeto que nosotros, también debemos recordar que de la forma en que los tratemos dependerá que consigamos o no lo que deseamos, por eso es crítico el modo en que nos acercamos a las personas.
Lo más sencillo para permanecer en la ‘tierra de la independencia’ es acercarnos a individuos similares pero distintos, es decir, aquellos personajes con quienes compartimos algunos gustos e intereses pero que a su vez cuentan con saberes desconocidos, trucos y mañas útiles para mantener la autonomía propia. Aunque es cierto que nunca se encontrará un sujeto completamente compatible con uno sí es cierto que todos los seres humanos tenemos algo en común, claro, unos más que otros y es justamente de ahí de donde tenemos que agarrarnos.
Si me acerco a una persona que se viste de forma similar a la mía o que habla mi mismo idioma tengo una probabilidad mayor de comunicarme claramente con ella que si lo hago con una que muestra abiertamente su diferencia frente a mí, ya sea porque viste ropas que yo ni dormida me pondría o porque habla un dialecto africano que desconozco por completo.
Un ejemplo de cómo se puede llevar a la práctica este consejo es el modo en que se elige un restaurante, entre varias opciones, cuando se llega a una zona desconocida. Debe uno observar cual de todos es el más concurrido por personas semejantes a uno, asegurándose de que su clientela abultada no se deba a un evento inusual en los alrededores o a la cercanía de una funeraria, una vez seguidos estos pasos se podrá confiar en que la elección hecha no atente contra la salud, a menos que de comida muy exótica se trate.
Si hablamos de cómo trasladar este principio a la interacción con otros lo ideal sería extender los hilos de la telaraña propia en aquellas direcciones que nos inspiran confianza, por decirlo de alguna manera, encontrar “embajadores” que nos guíen por tierras desconocidas. Si conozco a alguien que se parece a mí parcialmente pero que además puede mostrarme lugares y costumbres, de lugares que no he visitado antes, tengo la ventaja de entrar acompañada en escenarios extraños, así mi experiencia será mucho más enriquecedora que si la hago en solitario, además, si quiero visitar el mismo sitio en el futuro, habré aprendido códigos y tácticas que me dejarán hacer exploraciones más amplias y ricas en significado, esta vez sin la obligación de compañía.
Es posible que me equivoque, pero a quien le gusta ser independiente sabe sacarle provecho a lo que aprende por el camino. Esa experiencia le dará confianza en sí mismo para lograrlo o al menos alegría para gozarse los próximos intentos.
Por último se debe tener presente que a partir de la nada, nada se puede construir, que tampoco es obligación arriesgar lo que se tiene por obtener lo que se desea, por eso es recomendable mantener la conexión con los demás, así uno esté en el fin del mundo que alguien sepa cómo ubicarlo en caso de emergencia propia o ajena.
domingo 8 de marzo de 2009, 00:21 COT
Muy bonito este articulo, nos enseña a no ser una carga para los demás,
lunes 9 de marzo de 2009, 01:02 COT
Chéveres los consejos, parecen bastante útiles.
Esto me recuerda que la independencia en la vida práctica no existe. A lo que podemos aspirar es a una interdependencia, ojalá con personas suficientemente parecidas a nosotros para propiciar la empatía pero lo suficientemente diferentes como para que nos complementen.
martes 10 de marzo de 2009, 12:38 COT
Alguna vez escuché que es necesario, en su orden, aprender a ser dependiente, luego interdependiente y finalmente independiente, para retomar nuevamente el ciclo en otra etapa de la vida.
sbado 21 de marzo de 2009, 18:15 COT
En efecto Apolo, si todos los personajes que tenemos cerca fueran tan parecidos a nosotros mismos todo se tornaría muy aburrido y monótono.
Marqués interesante ese modo de pensar, creo que quién lo dijo inicialmente tenía mucha razón, ahora mismo seguro estamos en las esas 3 etapas en distintas áreas de nuestras vidas.