La revisión a James Bond (parte 2)
Columnas > Cómic en serioPor Doctor Comic
mircoles 22 de diciembre de 2010 0:07 COT
Antes de ahondar en el análisis del segundo Bond en la saga cinematográfica, Roger Moore, vale la pena destacar algunos personajes que hacen parte fundamental de la historia y que casi son de rigor para tener en cuenta:
M: jefe máximo del servicio secreto que durante décadas fuera encarnado por hombres, pero que cedió su lugar a una mujer de armas tomar como Judy Dench a partir de la saga Brosnan. Cabe destacar que este rol fue asumido durante toda la saga Connery y parte de la saga Moore por el ya fallecido actor Bernard Lee.
Q: el delegado de la rama tecnológica en el servicio secreto, el hombre de los trucos y el equipo. No se puede pasar por alto que este rol fue llevado de modo magistral por el actor Desmond Leewelin ¡durante casi 40 años! hasta su muerte, desde De Rusia con amor con Sean Connery hasta El mundo no basta con Pierce Brosnan. Luego de eso el rol pasaría al célebre John Cleese, que no aparece en la lamentable Casino Royale y este es entre muchos otros uno de los más grandes desaciertos de esta cinta sobre la que profundizaré más adelante.
MoneyPenny: secretaria del servicio secreto e irredenta enamorada de James. Su rol también tuvo larga duración en las manos de la actriz Lois Maxwell fallecida en el 2008 y comenzó desde Doctor No con Sean Connery hasta Octopussy con Roger Moore
Bueno, ahora si, continuaré con la reseña de la siguiente saga importante en la filmografía Bond (cabe anotar que entre Connery y Moore estuvo el patoso reemplazo de George Lazenby, pero prefiero dejarlo para analizar junto con los Bonds fracasados al final de este proceso).
ROGER MOORE
Actor inglés de gran trayectoria que no solo mantuvo el estilo Bond sino que en la televisión dejó la marca imborrable de Simon Templar, el Santo. Este nuevo Bond vino a bajar un poco la dosis de seriedad característica de Connery, tenemos aquí un 007 más pícaro e irónico. Yo lo denominaría el “Bond acrobático”, pues vino a imponer la fundamental secuencia de acción que le ponía a uno los pelos de punta y que es indispensable en película de Bond que se respete.
Aunque la saga Moore continúa con la tradición de los libros, hay que señalar que cada película se desprende mucho más de los guiones originales, para bien o para mal en algunos casos. Quizás la más aproximada al texto original haya sido Vive y deja morir, pero las demás tienen cambios de estructura que hacen pensar en un interés de los productores por explorar cosas más allá de lo propuesto en los libros, de ahí que las dos últimas películas de esta saga, Octopussy y En la mira de los asesinos, hayan sido hechas con guiones totalmente nuevos.
En Vive y deja morir vemos a un Bond un poco desorientado, metido en el cuento vudú y la mafia negra del Bronx, pero con el toque Moore se baja un poco el asunto macabro y, a pesar de lo espeluznante del asunto, uno se ríe con las salidas de este carismático actor.
En El hombre con el revólver de oro tenemos quizás uno de los mayores desfases de la saga, no tanto por lo absurdo que resulta el guión en sí, sino por el exagerado abuso de los avances tecnológicos: ¿un carro volador? (bueno, resulta que para el próximo año se anuncia el primer carro volador, de diseño inmundo entre otras cosas) ¿El enano Tattoo de patiño malvado? En fin, de esta lo más rescatable es el villano, el soberbio Christopher Lee, quien vendría a imponer la necesidad de conseguir actores de renombre en el papel de malosos de aquí en adelante.
En La espía que me amó hay un regreso interesante al asunto de la guerra fría como idea de base, la cosa está más tensa entre rusos e ingleses, pero siempre es menester dar el brazo a torcer y formar alianzas cuando aparece un villanazo de esos que quiere acabar con todo por seguir una idea descabellada. Se destaca igualmente la incursión del célebre y monstruoso asesino a sueldo “Mandíbulas”, cuya versión criolla se presentó con aterrador parecido en Sábados felices.
En Moonraker los productores quisieron vendernos la idea de un Bond más cercano a la ciencia ficción con un sonoro fracaso, batallas de rayos láser en el espacio y una cantidad de situaciones salidas de la realidad que no convencieron a nadie, porque debe aclararse que, aunque Bond vive en un mundo inaccesible y envidiable para los hombres, siempre ha estado más aterrizado a cosas que “pueden llegar a ser”. A pesar de ello hay constantes homenajes al cine de anticipación como 2001 o Encuentros cercanos que vale la pena ver.
En Solo para sus ojos Bond regresa por sus fueros, tenemos de nuevo guerra fría y todos los elementos que atraen al espectador, una chica Bond más guerrera y dura, una trama con giros interesantes y lo que a todos gusta: confort, clase, casinos y bala de verdad.
Con Octopussy se corrió el primer riesgo, hacer una película de Bond totalmente desprendida de los libros (que entre otras cosas se habían acabado para adaptar, salvo Casino Royale). El resultado: un éxito rotundo, pues sea esta quizás la mejor de toda la saga Moore. Con una trama interesante, compleja y con escenas de riesgo que lo dejan a uno literalmente pegado a la silla.
Al final, con En la mira de los asesinos tenemos la despedida definitiva de Moore, aquí ya se le nota la edad y a veces se descubre al doble, pero Bond es Bond y lo importante es que mantiene con decoro el icono que representa. Cabe destacar al villano Christopher Walken en uno de sus perfectos papeles, como un producto de manipulación genética hecho por los rusos que se sale de control. Lo único extraño es la insólita chica Bond Grace Jones, pero todo hombre es puerco y Bond no podía ser la excepción.
En la próxima parte seguiré con Pierce Brosnan y me saltaré a Timothy Dalton (otro Bond para el olvido que quedará en un post de cierre que de seguro atormentará a cierto lector, porque allí, en ese bote de basura, estará obviamente Daniel Craig).
mircoles 22 de diciembre de 2010, 21:19 COT
Como dije la vez anterior, Moore es para mí el mejor Bond, y lo digo por el carisma, la elegancia y despliegue físico que tuvo, cayendo en paracaídas, esquiando mientras se peleaba con asesinos, colgando de trenes, desactivando bombas, etc. Era un 007 con adrenalina al tope y con un harem mucho más liberado que las mojigatas que le tocaron a Connery.
El arsenal de cachivaches tecnológicos tuvo su apogeo en la era Moore, con, por ejemplo, el carro-submarino parecido al de Meteoro, en La Espía que me Amó, amén de la escena sexy en gravedad cero en Moonraker, y la escena de persecución en París, con el carro partido en dos, de En la Mira de los Asesinos.
Por otra parte, en Latinoamérica le dieron una excelente identidad de voz a Roger Moore, usando siempre al mismo locutor de doblaje para él, como Simón Templar en El Santo, Brett Sinclair en Dos Tipos Audaces y el 007 en las películas de James Bond.
jueves 23 de diciembre de 2010, 17:10 COT
ah!…da gusto leer los comentarios de alguien que sabe del tema, gracias don Rafa
domingo 26 de diciembre de 2010, 17:54 COT
Acá un par de muestras de la voz que siempre identificó a Roger Moore en esta parte del mundo.
El Santo
http://www.youtube.com/watch?v=klLTKht6tK0
Dos Tipos Audaces
http://www.youtube.com/watch?v=kEI5-Dp2KFI
lunes 27 de diciembre de 2010, 17:08 COT
De nuevo mil gracias a Rafa, lectores así es lo que hace falta, que complementen y nutran la cosa
mircoles 29 de diciembre de 2010, 15:38 COT
Según acabo de averiguar, el actor de doblaje que destaca Rafa se llamaba Carlos Rotzinger.