La ley de bancadas
Columnas > EnchiladosPor Don Chere
sbado 13 de enero de 2007 0:01 COT
El pasado martes 9 de enero el Senador por la 1era. Región de Tarapacá y el de la 14ta. de Arica y Parinacota (sólo en Chile se producen estos desordenes numéricos) renunciaron a su partido, el PPD (Partido por la Democracia), luego de una serie de desencuentros que van y vienen desde el estallido del Caso Chiledeportes en el pasado mes de octubre.
Lo curioso es que junto con su renuncia, voluntariamente se cambió de asiento en la cámara alta del Congreso, y se fue a sentar junto a los parlamentarios independientes. Sí, se cambió de asiento, ya que por un tema de convicciones ya no se podía sentar junto a sus ex compañeros de partido.
Es que así se maneja la política en Chile, por bancadas, que no van sólo al punto de sentarse en bancos continuos en el Congreso, sino que también se manifiesta en como se agrupan (tienen jefes de bancadas), como votan las leyes, y a la larga como legislan.
Uno de los grandes problemas que ha debido sortear nuestra Presidenta Michelle Bachelet Jeria ha sido su desapego a la política partidista o de bancadas, cosa manifiesta en que, cada vez que ha debido tomar una decisión independiente, ha debido transar mediante negociación una serie de cosas con los partidos que la llevaron al poder. Es un hecho, si bien el régimen chileno es presidencialista, acá a fin de cuentas gobiernan los partidos.
Porque ya no basta votar por la persona, sino que se está votando por la ideología del partido político que la lleva al poder, que al menor de los desmarques hace su más fiero llamado de atención a quien ose salirse de libreto.
Así le pasó por ejemplo hace unos años al Diputado Iván Moreira, cuando desestimó la orden de su partido (la Unión Demócrata Independiente, UDI) de votar en contra de la ley de divorcio, hecho que casi le valió pasar al comité de disciplina de su bancada.
Por un lado la política partidista garantiza un cierto hilo ideológico en los temas país que se están legislando, y una cierta homogeneidad también en las opciones políticas que se presentan al electorado, algo bueno, si es que la oferta política de un país no rozara entre lo malo y lo mediocre como es el caso de Chile.
Al tener en este país una clase política que es mirada con malos ojos por la ciudadanía, esta misma política que se práctica con éxito en distintas partes del mundo (eso si bajo un régimen legislativo y no presidencial, valga la diferenciación) pasa a ser la peor de las trampas para un mejor desarrollo de la labor legislativa, porque son las mismas bancadas las que a fin de cuentas se transforman en pandillas y compadrazgos que terminan echando tierra a cualquier irregularidad, o tirando por el excusado cualquier patriada de algún valiente de apuntar hacia arriba en el discurso político.
Cuando la filosofía de partidos creados en el contexto obsoleto de la lucha por la democracia o la preservación de “los valores del régimen militar”, deja de tener validez en el tiempo y muta a un instrumentalismo en pos de los intereses de privados en contra de los intereses de empleador (el electorado, el que contrataron un voto y paga sueldos de políticos con los impuestos), es que la política de bancadas comienza a fracasar y echar olor a mierda por todos lados.
Hoy el renacimiento de la clase política chilena o bien el hundimiento definitivo de esto yace en la capacidad de nuestros políticos de desmarcarse de la prostituida escala de valores imperante dentro de los respectivos partidos (donde se transan principios al ritmo de la bolsa de comercio) y de asumir y defender la escala de valores propias, si es que ésta no ha sido todavía corrompida por el poder partidista.
Sólo así, se podrá retomar la senda de una política de bancadas sana en todos sus niveles, y no como la existente que, tanto en su forma, estructura y nivel de pasiones envueltas, responde más a la forma de una barra de equipo de fútbol, más que un partido político.
Desde Chile, tierra geográfica y mentalmente insular, para el mundo; Don Chere® suelta el micrófono.
lunes 15 de enero de 2007, 10:14 COT
[…] Jaime Medina, Don Chere, Marsares, Germ
mircoles 24 de enero de 2007, 14:17 COT
Y si eso en en Chile, en Colombia ha de ser peor…
viernes 11 de mayo de 2007, 17:07 COT
DON CHERE: EN MI PAIS COLOMBIA SE ESTA APLICANDO LA LEY DE BANCADAS (974/2005), DONDE RESULTA COMO UN TRATADO PEGADO CON SALIBA, POR QUE LA BANCADA DE GOBIERNO QUE ES LA URIBISTA NO TIENE UNA DISCIPLINA DE PARTIDO, MAS SIN EMBARGO EXITE LA NOVENA FUERZA POLÍTICA DEL PAIS TOTALMENTE INDEPENDIENTE Y DESDE SU INICIO(2000) TIENE POR APLICADA ESTA LEY DENTRO DE SU COLECTIVIDAD Y FUNCIONA MUY SUS VOTOS SON POR BANCADAS Y ACTUAR ES POR BANCADA Y NO EXISTE EL VOTO INDIVIDUAL, CUANDO SE TRATE DE ASUNTOS DE CONCIENCIA. ME GUSTARIA QUE INVESTIGARA SOBRE ESTO Y ME DA SU OPINION, AHORA, ME DA MAS CLARIDAD A ESTE TEMA, POR CUANTO LA ESTOY ESTUDIANDO. NO ME AGRADO DE SU COMENTARIO ES EL VOCABULARIO, LE RESTA MUCHA SERIEDAD ES DECIR LO BAJA DE CATEGORIA O CLASE.