La frugalidad: un referente ético para la crisis económica
Columnas > El psicoscopioPor Javier Akerman
lunes 4 de mayo de 2009 20:03 COT
En occidente tenemos y gastamos demasiado. Esto nadie puede ponerlo en duda. El budismo coincide con otras corrientes filosóficas en que la felicidad verdadera proviene de vivir con menos y necesitar lo justo y necesario, es decir, en la frugalidad. Ser sobrio y frugal consiste en no desperdiciar y ser más justo con la distribución de los recursos y los bienes. En un mundo de codiciosos, en el que se tiran tantas cosas a la basura cuando todavía son útiles, en el que nos incitan a consumir de forma ilimitada y feroz, la frugalidad nos muestra un camino ecológico y espiritual a seguir. A los niños debemos inculcarles la frugalidad, que es una virtud que debe aprenderse en la infancia, con el ejemplo familiar como referente.
Frugalidad: una exigencia ética
No se trata de ser tacaños, se trata de necesitar lo justo y saber hacer uso de las cosas. Necesitamos demasiadas cosas y esto nos hace más pobres. La frugalidad es compatible plenamente con la felicidad, la generosidad y el ahorro; nos hace pasar del “yo” al “tú” para compartir las existencias y hacernos responsables de un desarrollo sostenible y humanista. La frugalidad es la antítesis de la necesidad de adquirir, de las compras compulsivas, de la falta de moderación, del despilfarro, de la codicia y la ostentación egoísta. La austeridad y la sobriedad en la vida es una exigencia ética.
El consumo de bienes materiales útiles e indispensables debería ir acompañado de los medios necesarios para el bienestar material y espiritual de las personas, y con base en ello deberíamos evitar el despilfarro absurdo y antinatural del que hace gala esta sociedad en la que vivimos. La sobriedad debemos comenzar a trabajarla desde ahora mismo, es una prioridad en este tiempo de crisis económica mundial. Podemos y debemos aprender urgentemente a valorar las cosas y a reutilizarlas, como inicio de un nuevo modelo social de consumo y un cambio de paradigma económico.
"Menos es más"
En esta sociedad de consumo compulsivo, cuando se considera una virtud descartar cosas cuando todavía son útiles, la frugalidad nos enseña a vivir mejor con menos. El verdadero sentido de la austeridad sólo adquiere pleno significado cuando se une a la moderación. Lo moderado es rehusar lo innecesario, desde el momento en que lo innecesario carece de significado por sí mismo. Las virtudes que se oponen a la avaricia son el desapego a la abundancia y la austeridad. La austeridad y el desapego liberan interiormente de la esclavitud de los deseos frente a los bienes de este mundo. También se oponen a la avaricia la generosidad, la compasión y la beneficencia, que se manifiestan, por ejemplo, en las redes de solidaridad social y del compromiso ético personal.
La austeridad es el desapego de espíritu, mal entendido en una sociedad hedonista y profundamente egoísta. Buda nos enseña a practicar el desapego, que es la actitud contraria a la avaricia: por culpa del aferramiento a las riquezas, los hombres ignorantes se arruinan a sí mismos y a los otros, dijo muy sensatamente hace dos mil quinientos años. Nicolás Ridoux, un investigador de nuevos modelos sociales francés, acuñó un eslogan que debería ser un referente para todos: menos es más.
Los límites éticos
Nuestros recursos son finitos, es imposible e insostenible continuar con el modelo actual económico de crecimiento infinito. Se debe imponer la cordura y debemos comenzar gradualmente a respetar los límites frente al consumo desaforado. Ya hay quien propone consumir menos pero con más conciencia y mejor calidad. Sé que este artículo es políticamente incorrecto en un mundo que ensalza y valora la posesión, el triunfo personal, el individualismo y la comodidad. Hablar de sobriedad y frugalidad trae connotaciones de renuncia, pobreza e infelicidad, cuando es todo lo contrario.
La austeridad bien comprendida nos lleva a disfrutar de la calidad sobre la cantidad, de la sencillez de las cosas. Además abre un camino ético al reconocer que mi felicidad depende de la de los demás. La enorme desigualdad social del mundo que vivimos convierte al consumo compulsivo en un acto inmoral. “Si al renunciar a una pequeña felicidad se vislumbra una felicidad mayor, entonces que el hombre sabio renuncie a la felicidad más pequeña en vista de la felicidad mayor” (Buda). Esta sencilla sentencia budista reafirma la necesidad de trabajar en esa dirección.
El desarrollo de vínculos sociales e interpersonales es infinitamente mejor que la abundancia material. Gregorio el Grande dejó escrito: “Si posees un segundo par de zapatos y un pobre va descalzo, no tienes que dárselos sino devolvérselos”. La tarea es enorme, difícil pero no imposible. Nos jugamos el futuro, el nuestro y el de generaciones venideras. El cambio debería empezar por pequeñas cosas, actos sencillos y simples que nos van demostrando que se puede vivir de otra forma, que podemos ser inmensamente ricos teniendo mucho menos.
Ejercicio de frugalidad
- Haga una lista de todo aquello de lo que puede prescindir
- Haga otra lista de todo lo que realmente es necesario en su vida
- Reflexione sobre lo que tiene y de cómo lo disfruta
- Pregúntese: ¿Qué me hace realmente feliz? ¿Qué necesito?
- Cada mes intente eliminar de su vida algo que le suponga un gasto del cual no disfruta realmente. Y disfrutar debe entenderse como gozo verdadero y no temporal
- Desarrolle vínculos sociales y trate de descubrir de qué forma puede usted ayudar en su entorno inmediato: vecindario, barrio, comunidad… Para ello identifique las necesidades y carencias de ese mismo entorno
- Cada cambio de estación intente simplificar su vida, hacerla más sencilla
La frugalidad no es helarnos en invierno, es sencillamente no pasar frío; ponernos a sudar de calor por un exceso de calefacción, por ejemplo, es derroche y falta de conciencia energética. O terminar con dolor de estómago cuando se trata de saciar el hambre o la sed. La medicina ha demostrado incluso que la frugalidad en comer y en la forma de vivir nos proporcionará una mejor salud y calidad de vida. No debemos olvidar, queridos amigos, que crecimiento perpetuo y sostenibilidad son absolutamente incompatibles.
martes 5 de mayo de 2009, 05:47 COT
He aprendido mucho en el poco tiempo que llevo leyendo este blog. Muy buen trabajo. Adelante y éxito.
martes 5 de mayo de 2009, 06:18 COT
Gracias Prometeo, sus palabras nos anima a seguir adelante con más ímpetu y motivacíón.
Un fuerte abrazo.
jueves 7 de mayo de 2009, 16:44 COT
Javier
Cuando leia este articulo que me parece muy verdadero, tambien me preguntaba a quien va dirijido… Porque.. ?pues porque como hace un pobre para ser frugal, para hacer una lista etc y si lees esto que por curiosidad he buscado
POBREZA EN EL MUNDO
En los países en desarrollo viven 1300 millones de personas por debajo de la línea de pobreza, más de 100 millones de personas viven en estas condiciones en los países industrializados, y 120 millones en Europa Oriental y Asia Central1, (Ver gráfica 1).
Las disparidades de la pobreza, realmente alcanzan cifras alarmantes; Asia Meridional concentra la mayor cantidad de población que subsiste con 1 dólar, es decir 515 millones de personas. Seguida por Asia Oriental y Suoriental y el Pacífico donde 446 millones de gentes viven en estas condiciones. 219 millones en África al Sur del Sahara. Y 11 millones en los Estados Arabes. En América Latina y el caribe 110 millones de personas viven con 2 dólares diarios. En Europa Oriental y en los países de Asia Central 120 millones de personas viven con 4 dólares al día. (Ver gráfica 2).
Por el lado opuesto se encuentran los países industrializados, como los europeos, o Japón o Canadá, que generalmente sus economías sufren una inflación anual muy baja; su línea de pobreza está fijada en 14.4 dólares diarios por persona y su porcentaje de pobres no llega ni a los 15 puntos porcentuales2. (Ver gráfica 3).
En los países pobres, 120 millones de personas carecen de agua potable, 842 millones de adultos son analfabetas, 766 millones no cuentan con servicios de salud, 507 millones cuentan con una esperanza de vida de tan sólo 40 años de edad, 158 millones de niños sufren algún grado de desnutrición y 110 millones en edad escolar no asisten a la escuela. (Ver gráfica 4).
Vuelvo y me pregunto, (que es lo que dice tu articulo ..).porque es que la gente con plata, comodidades, etc, etc, son infelices, etc etc, y fuera de eso hay que decirles,, no sea infeliz, la felicidad esta en cada uno, en lugar de ser felices per se.. pero ademas, decirles por favor no se gasten todo dejen algo para los demas, que deben ser como el 95% de la poblacion mundial… dejen algo para cuando los pobres ganen mas y puedan consumir algo de la lista…
Saludos, y me gusto el articulo,,, hace reflexionar mucho
viernes 8 de mayo de 2009, 01:54 COT
Estimada Macladu:
El artículo está dirigido a la sociedad de consumo, al exceso, a la falta de conciencia social. No aboga por aconsejar la “frugalidad a los paupérrimos”, es evidente, ni tampoco defender “una regreso a la pobreza” para ser felices. Hay un punto medio de equilibrio entre uno y otro extremo, entre poseer lo necesario para vivir y carecer de todo; entre poseer lo “innecesario” rodeado de abundancia y no tener ni agua para beber, entre tirar a la basura toneladas de alimentos que no consumimos y buscar entre la basura para no morir de inanición. Por todo ello este artículo es evidente que no va dirigido al pobre sino a la sociedad consumista que gasta en un vestido de bebé “de marca” lo que podría dar de comer a una familia africana o india durante medio año o más incluso.
Al niño que “no le gusta tal o cual ropa o comida” y pasa su ocio detrás de una videoconsola y al que no le han enseñado a valorar el “valor real de las cosas” y vive encaprichado en su mundo material y consumista, sin conciencia solidaria, en una sociedad capitalista y ciega que está creando monstruos que graban actos de violencia en sus teléfonos celulares “por diversión”, donde la obesidad está haciendo estragos por los excesos alimentarios, mientras los políticos solo tratan de conservar sus traseros en las poltronas mullidas del poder haciendo política “de cara a la galería”.
Gracias por tus apuntes, Macladu.
Un saludo cordial.
viernes 8 de mayo de 2009, 07:41 COT
Gracias Javier
.. Se que es asi… la gente no sabe o no se interesa en como hacer para no depender de ese que diran, por no tener lo mejor, por no tener abundancia… Solo ese articulo me hizo reflexionar sobre el otro lado de la moneda, esos miles de personas que les falta todo, y que tambien seguro viviran soñando que si lo tienen van a ser felices…en lugar de encontrar ese equilibrio del que hablas.
Es dificil cambiar, poder desprenderse de las cosas que nos han enseñado, la familia o la sociedad de consumo,
Es bueno encontrarse lecturas como estas..
Cordial saludo
viernes 8 de mayo de 2009, 08:49 COT
Querida Macladu:
Sí, tienes razón, es difícil cambiar, pero no solo es posible sino que va a ser irremediable porque este sistema económico-social está agonizando.
Gracias de nuevo por tu reflexión y apoyo.
Un cordial saludo.
viernes 14 de agosto de 2009, 10:55 COT
Apreciado Javier
Leí tu artículo buscando una definición de frugalidad. Provoca serias reflexiones el leer lo que escribiste, en un momento nos confrontontas no solo con la opcción de una vida de frugalidad, sino con la realidad que es una exigencia etica. Gracias por compartirlo.
¿Como podemos aplicar la frugalidad a la vida de nuesto pais?
¿Cómo viviri con frugalidad cuando los medios de comunicación enseñan lo contrario?
viernes 18 de septiembre de 2009, 04:50 COT
Buenos días
También estaba buscando una definición amplia de frugalidad y topé con tu esclarecedor artículo.
Además pienso difundirlo un poco, me ha parecido igual de brillante que de contundente, y tomo como tarea hacerlo llegar a la mayor gente de mi entorno.
Gracias y no desfallezcas.
viernes 18 de septiembre de 2009, 18:33 COT
Apreciados Humberto y Manuel Martia:
Todo gran proyecto se inicia en uno mismo. Como decía mi abuelo: “Piensa en los vecinos para comprender a la nación y de ésta al resto del mundo”.
Gracias, apreciados amigos, por vuestras reflexiones y apoyo.
Un saludo cordial.
sbado 19 de septiembre de 2009, 14:05 COT
Que pesar y ahora con los datos de la hambruna en el mundo, claro debido a la crisis economica, una vez mas… debemos acordarnos cuando llevamos comida a nuestra casa que millones de peronas no tienen ni eso… y por otro lado el derroche de los ricos, comprando los autos mas lujosos, las naciones llenandose de armas,
A mi peronalmente me espanta cuando veo tanta comida en mi mesa, me digo no hay necesidad de tanto, pero como la que cocina no soy yo sino mi hermana ella no entiende esto, me digo : que desperdicio.
Cual seria la forma de ayudar, que piensa usted al respecto Javier ?
sbado 19 de septiembre de 2009, 14:49 COT
Estimada Macladu:
Debemos comenzar por tomar conciencia de que el despilfarro es un acto insolidario, precisamente porque mil millones de seres humanos desperdician alimentos y comen en exceso cuando otros cuatro mil quinientos millones pasan verdaderas hambrunas y en muchos lugares del mundo se están muriendo de inanición. Después viene el compromiso firme de desarrollar acciones solidarias, bien colaborando con ONG´s, en desarrollo rural, cooperativas de comercio justo, acciones locales (bancos locales de alimentos) y otras actividades afines. Si cada persona reflexiona sobre esto y comienza con un pequeño acto de compromiso, el mundo empezará a cambiar. No hay grandes cambios sin pequeñas acciones individuales.
Un cordial saludo.