La contraparte femenina
Columnas > Cómic en serioPor Doctor Comic
mircoles 17 de febrero de 2010 4:01 COT
En los posts dedicados a Wonder Woman me sugerían que incluyera una parte dedicada a los villanos más notables en la saga de esta heroína; yo prometí que me lo pensaría y como lo prometido es deuda y yo estoy más que acostumbrado a deberle a todo el mundo, pues les quedo debiendo eso.
Pero para que la cosa siga siendo entretenida para el lector, he decidido hincarle el diente a un tema que va muy de la mano de Wonder Woman y es el asunto de las heroínas en el cómic, que aunque hoy en día son más que populares y multivariadas no lo fueron así durante mucho tiempo.
Durante los años sesenta, el mundo vivió un cambio radical con el auge de la revolución femenina, y el cómic, como uno de los principales exponentes de los mass media, no podía ser ajeno a tal revolcón.
El heroísmo comiquero había sido casi exclusivamente dominio de los hombres y, aunque las mujeres tenían participación sus roles, siempre obedecían a un esquema claro: eran las victimas a rescatar o las irredentas enamoradas del protagonista. Quizás hasta ese momento solamente Wonder Woman había logrado mostrar otra faceta; sin embargo era hora de que la mujer participara de un modo más activo que el de ser la chica en problemas al estilo “Luisa Lane” para Superman, “Dale Arden” para Flash Gordon o “Vicky Vale” para Batman.
Cabe anotar que la creación de nuevas heroínas no era tarea fácil para los esquemáticos guionistas, así que decidieron en primera instancia a echar mano de los héroes más populares para crear lo que se conoce como la contraparte femenina del cómic. En los dos siguientes posts me dedicaré a reconstruir las historias de dos de las contrapartes femeninas más sobresalientes e importantes en el universo DC, a saber: Supergirl y Batgirl.
SUPERGIRL
(El maestro Ross ataca de nuevo)
Supergirl es uno de esos personajes que de entrada pueden ser considerados de relleno o simplemente de apoyo. Es más, para nadie es un secreto que la sola idea de mostrar una versión de Superman con falda resultaba trastornador. Pero en fin, más allá de lo inocuo y lo perverso, Supergirl terminó calando con fuerza en la historia del cómic y del propio Superman obviamente.
Esta heroína ha tenido varios cambios en su vida y el más singular de todos es que en la actualidad técnicamente ni siquiera está viva… pero para contar esto con calma vale la pena empezar desde el principio:
Supergirl 1
La primera joven que llevó el atuendo kriptoniano era, como sospechan, otra sobreviviente a la destrucción del planeta natal de Kal-el. Curiosamente tenía un fuerte lazo parental con Superman: era su prima y había sido disparada en un cohete años más tarde desde la ciudad kripnoniana de Kandor, que flotaba en el espacio y que fue alcanzada por la devastación del planeta un tiempo después. De ahí que Kara haya tenido tiempo de crecer un poco y llegara a la Tierra como una adolescente.
Desde su llegada Superman se convirtió en casi como un padre para ella, era su único lazo con su mundo y su desaparecida familia… como buena kriptoniana la chica desarrolló los mismos poderes de Clark y asumió la identidad de Linda Danvers, una huérfana dedicada al oficio del periodismo. Estas ideas dieron el argumento para la película de Supergirl de los ochenta, que es casi un triste recordatorio de lo que pudo ser pero no fue pues resultó un fiasco en cuanto a producción y dirección —claro que esa es otra historia—.
Como supondrán, una joven con el potencial y las habilidades de Supergirl era casi un reto por partida doble para los supervillanos… fue entonces que los guionistas apelaron al recurso de darle una personalidad muy de adolescente y se puede decir que durante mucho tiempo eran más los problemas que causaba que los que resolvía. Entonces Superman tenía que trabajar tiempo extra para que su primita literalmente no la “cagara” tanto.
Poco a poco la historia de Supergirl fue volviéndose más trascendente, aparecieron amores en su vida (cabe anotar que para esto del amor la chica siempre ha tenido pésimo gusto) y le llegó la hora de ajustarse a la vida de una joven trabajadora mientras fungía como heroína. Su personalidad explosiva le trajo cantidad de problemas con jefes gruñones y otros tantos acosadores.
Ocurrió que por allá en los sesenta Superman tenía la manía de acelerar a supervelocidad y viajar al futuro para ayudar al grupo de jóvenes héroes del siglo XXX conocidos como Los Legionarios. Kara se le “pegó al parche” y allí conoció al amor de su vida, Brainiac 5, un androide buenapapa más evolucionado que su antecesor malvado Brainiac, aguerrido enemigo de Superman en el presente.
Kara decidió entonces quedarse en el siglo XXX con la excusa (que ni Superman siendo tan 'apelotardado' se tragaba) de ayudar a Los Legionarios. Lamentablemente para los tórtolos androide y kriptoniana el idilio no duró mucho pues Kara fue una de las víctimas fatales durante el ya citado suceso de la Crisis en las Tierras Infinitas.
Y ahora es cuando la historia toma un giro inesperado pues como buen personaje de cómic la bella Kara no se iba a quedar en la tumba por mucho tiempo…
Supergirl 2 (el clon)
La muerte de Kara trajo una época de tristeza para Superman; durante un tiempo se volvió frío y más concentrado en el “trabajo” heroico. Sin embargo en Metrópolis existe un complejo científico conocido como el “Proyecto Cadmus”, fue allí donde un grupo de científicos se dio a la tarea de crear un protoplasma capaz de adaptarse a cualquier forma de vida al que llamaron “Matrix” (nada que ver con la película) y el mejor objeto de experimento que encontraron fue con las células de Kara.
Nació entonces la nueva Supergirl, una joven sin recuerdos que fue entrenada para desarrollar sus poderes en un ambiente artificial… como supondrán la noticia no le gustó ni poquito a Superman, pero la joven resultó ser tan similar a la primera Kara que Clark terminó por aceptarla y enseñarle a controlar sus habilidades.
Con lo que no contaban los genetistas era que esta joven artificial desarrollara sentimientos y emociones, los cuales comenzaron a afectar su estado y a descubrir nuevas habilidades inherentes a su condición, de las que la menos peligrosa no era aquella que hacía que en momentos de furia se convirtiera en una mujer salvaje e incontenible.
Por esa época —es decir, empezando los noventa—, había alguien más que estaba 'camellando' a escondidas en el asunto de la clonación y era ni más ni menos que Lex Luthor. El siniestro calvito, que ya tenía sus años, le apostó al asunto de clonarse y trasladar su mente en un cuerpo nuevo; para ello fingió un accidente donde aparentemente murió solo para regresar más joven y con mucho pelo como el supuesto hijo de Lex Luthor.
Supergirl y Lex se enamoraron a primera vista y Luthor aprovechó esto para tener un as bajo la manga en su lucha contra Superman. La confundida Kara vio en este “hijo” de Lex un mecenas y se convirtió en su guardaespaldas, mientras el otrora odiado apellido Luthor comenzaba a figurar en la lista de los nuevos héroes de Metrópolis.
Durante el episodio de la muerte de Superman la confiada Kara se apegó más a Lex, hasta que el héroe volvió de la muerte y desenmascaró el plan de Luthor. Supergirl se sintió más usada que un kleenex y decidió olvidarse del amor y entregarse de lleno a su labor de heroína, la carencia de una personalidad y una identidad propia la desesperaba hasta que sus súplicas fueron escuchadas (todo indica que por el mismísimo Dios en persona) y Supergirl renacería una vez más…
Supergirl 3 (el ángel)
Finalizando los noventa Supergirl llegó a su punto culminante, ya que el asunto de la clonación traumática y el engaño de Lex Luthor estaban más que trajinados. Se decidió entonces darle el último retoque a esta heroína con una nueva muerte y resurrección en espera de que las cosas en cuanto a narrativa quedaran saldadas de una vez por todas.
Supergirl aparece entonces para salvar a una joven que curiosamente se llama igual que su identidad original de los cincuenta: Linda Danvers. En este proceso, su cuerpo hecho de protoplasma se fusiona con el de la desahuciada joven y ambas quedan convertidas en una sola entidad que comparte facetas de ambas.
Resulta entonces el lío cuando Supergirl descubre que la joven aparentemente inocente era parte de una secta satánica y que llevaba una vida de desenfrenos que ocultaba a sus padres, un policía y una muy católica ama de casa. Los resultados de este proceso conllevan a una sanación interior y un intento de Supergirl por aliviar el dolor interno de su otro yo.
En la actualidad Supergirl/Linda Danvers comparte una extraña lucha con toques religiosos y sus poderes se han visto alterados en más de un sentido, pues su herencia kriptoniana está casi extinta, dando paso a una mezcla angélica de poderes que son supervisados aparentemente por el mismo jefazo en persona quien toma la forma poco usual de un niño con un bate de béisbol.
Esta es quizás la faceta más interesante de Supergirl, ya que no la vemos esgrimiendo los copiados poderes de Superman sino que ha adquirido una identidad propia y mucho más sólida que las anteriores, sus habilidades de ángel le acarrean lidiar con villanos de corte más diabólico y esto permite que disfrutemos de una heroína más acorde con la modernidad y la crisis de valores morales actuales.
Es poco lo que se puede decir de ella, pues sus historias son muy recientes, pero de lo poco que he visto me quedo definitivamente con este replanteamiento del personaje mucho más fresco y rico en matices.