Juan Pablo II: el hombre que llegó de lejos
ColumnasPor Huésped
sbado 30 de abril de 2011 22:33 COT
Por José Ignacio Ocampo Duque, diácono
Es tanto lo que hay que decir de este hombre y tan cortas las palabras… pero con temor y temblor, lleno de una profunda emoción me atrevo a escribir estas cortas líneas y vuelvo a recordar aquellas palabras con la que inauguró su pontificado Karol Józef Wojtyła, quien toma por nombre el de Juan Pablo II: “No tengáis miedo; abrid de par en par las puertas a Cristo”.
Nacido en la entrañas de una tierra marcada por el sufrimiento y la persecución, Karol Józef Wojtyła llega a la vida un 18 de mayo de 1920 en Wadowice (Polonia). A los 9 años muere su madre, Emilia. En medio de las guerras y las atrocidades de aquellas épocas, la persecución contra los judíos, muere su padre, un oficial de la administración del ejército polaco.
Su vida sabe del sufrimiento… de la persecución, pero por encima de todo, su vida sabe de Cristo al que nos pide abrirle las puertas de par en par. Y el lo demuestra como con Cristo todo es posible, “Todo lo puedo en aquel que me conforta”. Cuando se está con Cristo no hay ningún miedo… y todo lo que Dios permite, lo permite para el bien de los que le aman.
Un 13 de mayo de 1981… el mundo se conmueve, el papa Juan Pablo II sufre un atentado en la plaza de Roma… las balas traspasaron su cuerpo… pero su amor por la virgen lo sostiene y en un gesto que pone de manifiesto su profunda vivencia de Dios, perdona a quien atentó contra su vida… y después de recuperarse llega hasta la prisión para encontrarse y abrazar a aquel que quiso quitarle la vida.
Que vida más maravillosa… en 1986 llegó a Colombia en su viaje número 30 fuera de Italia. Un 5 de julio de aquel año durante su permanencia en Colombia, llega a Medellín: “Con la paz de Cristo por los caminos de Colombia”… y al atardecer de aquel día, imposible olvidarlo, en los corredores del Seminario Conciliar de Medellín, su mirada penetrante se clavó en mi rostro para siempre. Es que en aquella mirada había algo de Dios que se asomaba para que los hombres descubriéramos su infinita misericordia. Fue una experiencia inolvidable que justificó toda la espera… solo unos segundos de cercanía, pero ello es suficiente cuando el amor lo llena todo.
Al llegar a Colombia, el 1 de julio de 1986 nos dijo: ¡Alabado sea Jesucristo! Vengo a vuestro noble país, amado pueblo de Colombia, como Mensajero de Evangelización que enarbola la cruz de Cristo, deseando que su silueta salvadora se proyecte sobre todas las latitudes de esta tierra bendita.
Todos teníamos en su corazón un lugar y es así como se dirige a los hombres privados de la libertad en Colombia:
“¡Cómo desearía en esta hora hacerme presente en todos los lugares de Colombia donde se halle un grupo de personas privadas de libertad! ¡Cuánto quisiera poder escuchar vuestras penas y daros personalmente mi palabra de aliento y de consuelo! Pero, ante la imposibilidad de hacerlo físicamente, quiero aseguraros que os tengo muy presente en mi pensamiento y en mi corazón. A cada uno en particular dirijo este mensaje y espero así poder llegar a lo más íntimo de vosotros para compartir vuestros anhelos y esperanzas, vuestras tristezas y desilusiones, pero sobre todo para iluminar y fortalecer con la Palabra de Dios el ansia de verdadera libertad que brota de lo más profundo de todo ser humano”.
Con los Jóvenes tuvo una especial atención y en su encuentro con ellos en nuestra Patria, dejó este mensaje:
“También vosotros sois multitud, una multitud inmensa de discípulos de Jesús a los que el Papa dirige con afecto y con gran confianza su saludo de paz. ¡Sed la sal de la tierra! ¡Sed lo luz del mundo! De esta tierra de Colombia; de este mundo latinoamericano al que pertenecéis.
Contemplando esta inmensa juventud el Papa quisiera fijar la mirada en cada uno de vosotros, dirigiros la palabra a cada uno en particular, porque a todos y cada uno de vosotros os ama Dios inmensamente y espera la respuesta personal e irrepetible que brota de vuestro corazón generoso.
Por ser discípulos de Jesús y por ser jóvenes sois el futuro de la Iglesia, una promesa para el mundo entero”.
Conmovedor en especial fue aquel momento en que de rodillas ante la Cruz, oró por todos los que sufrieron con la tragedia del Volcán del Ruiz, tragedia que marcó la vida de nuestra patria y que ha dejado huellas indelebles de solidaridad, allí el Papa oró:
“Padre misericordioso, dueño de la vida y de la muerte. Nuestro destino está en tus manos. Míranos con bondad y gobierna nuestra existencia con tu providencia, llena de sabiduría y amor. Ante las fuerzas de la naturaleza que aquí se desbordaron, nos hemos sentido desvalidos. Ante el misterio de tanta muerte y dolor de nuestros hermanos, hemos quedado confundidos.
Por eso, Padre, nos dirigimos a Ti”.
Así podríamos continuar evocando esa figura que un día recorrió nuestra patria y que su presencia sembró en nuestros corazones un deseo ferviente de vivir un encuentro fraterno con nuestros hermanos en torno a Jesús. Hoy le damos gracias a Dios por habernos regalado en el Papa Juan Pablo II un hombre lleno de Dios que nos supo siempre mostrar el rostro misericordioso de Dios. Desde el 2 de abril de 2005, después de una enfermedad marcada por el sufrimiento y la entrega a Dios, descansa eternamente en sus manos. Que en este 1 de mayo de 2011 cuando es proclamado por la Iglesia Beato, nuestro corazón recuerde que Jesús, a quien Él representó, nos sigue llamando para que lo dejemos entrar en nuestro corazón y aprendamos a vivir poniéndolo todo a su servicio. “No tengáis miedo; abrid de par en par las puertas a Cristo”.
lunes 2 de mayo de 2011, 09:19 COT
Diacono, escribe usted elegante y sabe usted escribir pero yo tengo algo que decirle a usted y a toda la gente que lee aqui:
Siendo el papa que mas me ha gustado entre todos pero le reprocho el apoyo a Lopez Trujillo (un ladron y miembro perverso de la iglesia) La beatficacòn de Juan Pablo II no es mas que la muestra del poder que la iglesia tiene en el comercio para manipular a feligreses ignorantes que corren a comprar cuanta estampilla,estatuas, fotos y un sinnumero de productos que no hacen mas que llenar los bolsillos de avispados y de la iglesia.