Uribe: 3 – FARC: 8
impuesto de guerraPor Sentido Común
martes 17 de febrero de 2009 18:12 COT
Me sumo a las voces que reclaman la inmediata entrega de los cadáveres de las personas asesinadas, acto obligado de mínima humanidad por parte de sus verdugos, y en general, por parte de los actores de la guerra. Respaldamos y acompañamos la minga iniciada por los Awá para recuperar los cuerpos de sus hermanos, nuestros hermanos, víctimas de la demente violencia colombiana. Es increíble que esto esté sucediendo en nuestro país y parezcamos ajenos a semejante atrocidad.
Este artículo habla por sí mismo (clic).
FOTO: DAVID OSORIO / FLICKR – licencia creative commons 2.0 genérica
La Columna Mariscal Antonio José de Sucre, de las FARC-EP, informan a la opinión pública lo siguiente:.1- Que el día 6 de Febrero del 2009 en el sitio Rio Bravo, municipio de Barbacoas Nariño, nuestras unidades guerrilleras detuvieron a 8 personas que recogían, por grupos, información sobre nosotros para luego llevarla a las patrullas militares que desarrollan operaciones en la zona..2- Estos señores realizaban exploraciones, ubicaban a la guerrilla y luego iban las patrullas del ejército para golpearnos. Individual y luego en colectivo, todos ocho confesaron que desde hacía dos años trabajaban con el ejército en esa labor..3- Ante la presión del operativo, su responsabilidad en la muerte de numerosos guerrilleros y su innegable participación activa que los implica en el conflicto, fueron ejecutados..4- Denunciamos la estrategia del gobierno y sus fuerzas represivas de involucrar a sectores de la población civil al conflicto armado y el trabajo militar a través de las recompensas, conformación de redes de informantes, familias en acción y demás ramificaciones de la política de guerra que practica el gobierno de Colombia donde coloca como escudo a los civiles y luego esconde la mano..5- Denunciamos el abuso que viene cometiendo el ejército en los operativos militares en donde han violado mujeres, han robado, maltratado a todo aquel que no sirva de guía o informante y también la práctica del sembrado de minas para obstaculizar la guerrilla con resultados muy negativos para los civiles..6- Esta acción nuestra no fue contra indígenas, fue contra personas que independiente de su raza, religión, etnia, condición social, etc, aceptaron dinero y se pusieron al servicio del ejército en un área que es objeto de un operativo militar..7- Invitamos a los dirigentes indígenas a no permitir que desde la gobernación o desde Bogotá los manipulen. Ellos saben del respeto nuestro por la comunidad civil. Los invitamos a no ser parte de la política del señor Uribe Vélez, pues aquellos que nunca han visto por estas comunidades indígenas y los han metido a la guerra, no pueden ser sus defensores, ¡Son sus verdugos!.Columna Antonio José de Sucre – FARC-EPMontañas de Colombia, Febrero 11 del 2009.
Lo anterior no es una crónica utópica de Daniel Ramos ni una inocentada de Sentido Común. Se trata del más cínico comunicado “oficial”, expedido por el grupo antisocial denominado FARC, contra cuyas acciones se levantó el país al unísono el 4 de febrero de 2008, mediante una memorable marcha que estos salvajes dementes parecieran desconocer.
El vil asesinato de ocho indígenas en Nariño, sur de Colombia, pretende ser justificado por los malhechores en este burdo texto como una retaliación por la supuesta labor de información al Ejército que los indígenas habrían realizado en contra de los facinerosos. Es muy poco lo que pueda decirse aquí que no haya sido dicho una y otra vez por los colombianos todos, sin distingo de “raza, religión, etnia, condición social, etc. “. De plano y por unanimidad rechazamos la existencia de las FARC, como rechazamos a los paramilitares y todo asomo de violencia, canallada o violación de los derechos humanos.
Resulta inaceptable, por ignominioso, que estos forajidos que acusan al Gobierno de “involucrar a sectores de la población civil al conflicto armado y el trabajo militar”, hayan cegado la vida de ocho civiles inocentes, supuestamente por estar de parte del Ejército, lo cual está lejos de ser un delito, como lejos de ello está revelar información sobre el paradero de asesinos, como son sus verdugos. Quien estas líneas escribe estaría dispuesto a hacer lo propio a cambio de nada, porque eso sí, no comulgo con el sistema de recompensas.
Con ocasión de la muerte de tres indígenas durante el inicio de la tortuosa marcha de varias comunidades aborígenes del país que en octubre pasado partiera desde Nariño para arribar a la capital del país, condenamos la acción y la omisión del Gobierno Uribe en este doloroso episodio. Mal haríamos en callar ahora que son ocho los hombres muertos, ya no por cuenta de la Seguridad Democrática, sino por el fuego obtuso de los fusiles de la guerrilla.
Sorprende y no sorprende el hecho de que muchos defensores de las causas indigenistas no se hayan pronunciado en este caso. Si bien es cierto, ante el bombardeo de mentiras de lado y lado, ya los ciudadanos reflexivos dudamos antes de dar crédito a las versiones oficiales o a las noticias diarias, una vez revelado este extravagante comunicado por parte de Anncol, canal oficial de divulgación sobre hechos producidos por las FARC, no nos cabe duda de que la masacre conocida días atrás mancha aún más las siniestras manos de los miembros de esa anacrónica guerrilla, en vía de extinción no solo por causa de la consabida Seguridad Democrática, sino por el agotamiento crónico de la paciencia de los colombianos. Es hora ya de entenderlo, señores dirigentes de la cuadrilla: no piensen tanto en Uribe, piensen en Colombia.
jueves 19 de febrero de 2009, 12:15 COT
Sentido Común,
Te aseguro que hay un error en el marcador. Este no es un nuevo partido el que se está jugando. A cuantos quebró Uribe en Ralito? A cuantos quebró en El Aro? Cuantos mas fueron quebrados por sus AUC y sus CONVIVIR?
Ahora si el marcador se mide en hectáreas de tierra robada las cifras son igualmente impresionantes.
jueves 19 de febrero de 2009, 13:48 COT
La verdad, estaba esperando el comentario de Tequendamia.
De frente a la infamia cometida con estos ocho indígenas awás por parte de las FARC, no hay nada que defenderle a esos matones.
“Uribe: 3 – FARC: 8” es apenas un título y un artículo que invoca la reflexión sobre la suerte de las comunidades indígenas en nuestro país, pero de ninguna manera quiere proponer que este desangre inútil sea visto como un deporte, aquel que, en su lucha por el poder, practican las FARC desde hace más de 50 años: la muerte.
Desde su ascensión al poder, en esta misma tribuna he condenado permanentemente las acciones del gobierno Uribe en materia de guerra, de corrupción y de politiquería; pero jamás caería en una estúpida polarización que me llevara a absolver a los asesinos del otro lado, y no por el número de víctimas, porque una vida es una vida.
Qué pueril resulta sugerir que haya un “error en el marcador”, cuando el caso es muy claro: estamos frente a los más sanguinarios asesinos en serie que haya tenido la historia universal, descontando a los nazis, personajes fuera de concurso.
Comentarios como el de Tequendamia, afortunadamente escasos en este país, dan cuenta del odio, la amargura y el resentimiento entre los bandos en guerra, a la vez que ignoran sistemáticamente la voluntad de nosotros, todos los colombianos y ciudadanos del mundo que declaramos unánimemente nuestro rechazo a la existencia de las FARC desde el 4 de febrero.
Sentido Común
Adenda: Tequendamia, por favor, si comenta nuevamente, refiérase a lo que aquí digo, especialmente a esto último, es decir
¿Cree usted que los millones y millones de colombianos que nos manifestamos contra las FARC lo decimos solo por molestar o somos un invento de los medios o de la oligarquía?
¿Cree usted que el secuestro, la extorsión, el boletéo o el asesinato sean la salida a los profundos problemas sociales del país?
¿Cree usted que la violencia deba reemplazar a la razón, al diálogo y al intelecto?
¿Se vendría usted de Australia a luchar al lado de esos forajidos?
jueves 19 de febrero de 2009, 15:37 COT
SC, a la última pregunta alias Tequendamia dirá que sí, pero una cosa es decirlo y otra hacerlo (y obviamente no lo hará). Es muy fácil defender asesinos desde la comodidad de un escritorio al otro lado del mundo, así como es muy fácil mandar matar gente bien sea desde la profundidad de la selva o desde una oficina del centro de Bogotá.
jueves 19 de febrero de 2009, 15:56 COT
Julián Ortega,
Qué pasa con usted? Es muy facil criticar a todo mundo para parecer neutral pero, cuál es su punto de referencia? Usted dónde esta parado? No encuentro mucha coherencia en sus apreciaciones.
Si no está en favor de la narco-dictadura entonces cuál es su causa? Porque su odio por las FARC se lo plagia a Uribe, y ese odio es el combustible de él. Come usted del mismo plato donde se sirve el odio de Uribe?
jueves 19 de febrero de 2009, 16:13 COT
Sentido Común,
Aquí están mis respuestas en el mismo orden de sus preguntas:
1) A mi no me impresionan para nada las multitudes ciegas, esas masas inertes que los políticos moldean a su antojo y transforman en oro que va a parar a sus bóvedas personales.
2) Estoy de acuerdo, capturar políticos corruptos para luego soltarlos y dejarlos que continúen haciendo fechorías es un mal chiste.
3) Cuando ha visto que la razón de los pobres sea considerada por los poderosos? El día que los gringos exterminaron a los indios, o cuando los europeos esclavizaron a los africanos? Háblele de diálogo a aquellos que ya perdieron a sus hijos bajo el ruido de la motosierra. Su definición de diálogo es otro mal chiste.
4) No, me estoy aquí, escribiendo comentarios con la esperanza de que algún atolondrados como usted entren en razón.
jueves 19 de febrero de 2009, 21:58 COT
Gracias por las respuestas Tequendamia. De lo que se trata precisamente es de dejar en claro ante los lectores cómo es que piensa un ser como usted para llegar a defender las atrocidades de las FARC, de las que estamos hastiados todos los colombianos, menos usted, Jojoy y de golpe alguno que otro despistado que no viva en Colombia, como aquellos que hicieron camisetas pro-FARC en Europa.
En el mismo orden, paso a refutar sus apreciaciones:
1. Si no le impresionan las multitudes que rechazan a las FARC es porque el ciego es usted, que no ve que se trata de un sentimiento generalizado contra la violencia y el odio ancestrales, ese que respira usted por los poros, y que nos impide llegar a ser un país medianamente viable. Decir que es una manipulación de los políticos, cuando la marcha que nos congregó contra la violencia fue convocada en FaceBook por un simple ciudadano, pues es usar el mismo vocabulario trasnochado de Jojoy y sus secuaces para justificar una anacrónica forma de lucha de tipo troskysta-lenninista, cuando ya no existen guerrillas en el mundo.
2. El secuestro, la extorsión, el boletéo y el asesinato, aparte de agravar nuestra enfermiza situación social, son delitos que mantienen en pié a gobiernos autoritarios como el actual. Gracias a que existen matoncitos en el monte, Uribe ha podido llegar y quedarse a salvar la patria con su Seguridad Democrática, moldeando a su antojo a las masas inertes.
3. Entonces ¿si los poderosos acallan a los pobres, los pobres debieran torturar, secuestrar, boletear y matar a los poderosos? He ahí un gran sofisma. Pero además las FARC no son pobres, son antisociales narcotraficantes persiguiendo para sí un poder político que nunca tendrán (salvo que lograran moldear a su antojo a las masas inertes). Los awás, los policías, los soldados y la mucha gente inocente que ha caído en sus atentados hacen parte de esa masa inerte, luego las FARC no representan a los pobres, matan pobres, que es distinto. Y de paso llenan de razones a gobiernos como este para hacer la guerra. Solo la inteligencia, el diálogo positivo, la buena voluntad y el esfuerzo mejoran las condiciones de vida y proporcionan paz. Cuando más y mejor efecto logran es cuando se practican a nivel personal.
4. Este atolondrado y muchos otros atolondrados nos sentiríamos muy bien de saber que usted finalmente se enroló en las filas de la guerrilla, para demostrarse a sí mismo que la vía armada con que sueña, es la salida a los problemas de los niños con hambre, de los pobres acallados, de las moldeadas masas inermes y que además, el pueblo unido, jamás será vencido.
Como dijo Atahualpa Yupanqui: “Viva Mao, pero de seres como esos, estoy mamao.”
Adenda:
Los dejo con esteopar de videos que a lo mejor fueron subidos a Internet por los poderosos para moldear a la masa inerte, pero muestran toda la felonía de actos que no podremos olvidar, porque acallaron para siempre a gente inocente (ricos, clase media y pobres, para quienes clasifican las vidas por tamaño de billetera).
http://www.youtube.com/watch?v=PT22zDQBQyY
http://www.youtube.com/watch?v=PSpJpn1Djqk
viernes 20 de febrero de 2009, 10:45 COT
El 1 de noviembre de este año se da por finalizada la clàusula de reserva que impedía a la Corte Penal Internacional actuar en Colombia con plena jurisdicción. A partir de esa fecha los crìmenes de guerra y los delitos de lesa humanidad en que incurren los actores armados, como el infame asesinato de los índigenas que denuncias en este post, no tendràn ninguna impunidad. Si el Estado colombiano no procesa a estos delincuentes, (llámanse Farc, Eln, paracos o agentes estatales, para el caso es lo mismo) lo hará la humanidad, representada por la CPI. Ese día, cuando estos oscuros y degradados delincuentes se encuentren en el estrado de la justicia internacional respondiendo por sus crímenes, podremos tener esperanza en el futuro.
viernes 20 de febrero de 2009, 11:34 COT
Gracias por el dato, Marsares, no lo sabía. Espero que de aquí a entonces no les de a los unos y a los otros por apurar la matanza para no quedar debiendo tanto.
Increible de todos modos que existan estas excepciones al derecho internacional humanitario.
viernes 20 de febrero de 2009, 15:04 COT
SC
Esra clàusula de reserva la puso el gobierno de Andrès Pastrana al adherirse al Estatuto de Roma, para facilitar un eventual proceso de paz con la guerrilla. Supuso, en su momento, que este plazo era más que suficiente para llevarlo a cabo. Claro està que en cualquier momento el Gobierno podìa dejar sin efecto esta reserva. El presente Gobierno no quiso hacerlo, tal vez pensando en facilitar a su vez la desmovilizaciòn de los paramilitares.
viernes 20 de febrero de 2009, 15:37 COT
Osea que Uribe todavía tiene unos cuantos meses de gabela para convertir a todo el país en una Franja de Gaza.
viernes 20 de febrero de 2009, 16:39 COT
Pues con esa barba hasta cano también se parece a Haniyeh… Qué desgracia la nuestra tener que compartir nacionalidad con esos sátrapas.
viernes 20 de febrero de 2009, 17:25 COT
Queridos uribistas,
Léanse este artículo:
http://www.laht.com/article.asp?ArticleId=328052&CategoryId=12393
[Adenda del moderador: el mismo artículo puede leerse en español en este enlace]
sbado 21 de febrero de 2009, 19:47 COT
Marsares:
El tema está como para articulito, ¿por qué no se anima?
Aclaración a Tequendamia:
1. El moderador aquí es el autor de la columna, o sea Sentido Común.
2. Como suele salirse del tema, le recuerdo que el que nos ocupa aquí es la matanza de indígenas a manos de las FARC, por lo tanto colocar links sobre generalidades de la guerra no dice nada. Los uribistas podrían colocar los suyos y no llegaríamos a nada.
3. Si hay algo que considero importante para Colombia es salirse de una vez por todas de esta polarización entre los adoradores de Uribe (parece que muchos) y los idólatras de Jojoy (parece que solo Tequendamia y los hombres de bota de caucho).
Construyamos un mejor país a partir de propuestas positivas y no nos quedemos en el odio, la intolerancia y el adoctrinamiento ciego.
domingo 22 de febrero de 2009, 06:13 COT
Sentido Común,
No importa a quién se masacre. Como dice la canción “Mata que dios perdona“, sobre todo en el país del Sagrado Corazón.
domingo 22 de febrero de 2009, 23:41 COT
Bueno, al menos en esta entrada dió con el chiste: no importa a quien se masacre, ni importa quien masacra, lo importante es exigir el respeto por la vida, a unos y otros. Caso cerrado.
lunes 23 de febrero de 2009, 00:09 COT
SC,
Todavía no entiendo por qué te duelen tanto los comentarios de una persona tan neutral como yo.
lunes 23 de febrero de 2009, 09:13 COT
La sandez no produce dolor sino pesar.
– George Sand
lunes 23 de febrero de 2009, 10:01 COT
Cierto,
A diferencia del buen sentido, que todo mundo cree tener.
martes 24 de febrero de 2009, 11:51 COT
Me sumo a las voces que reclaman la inmediata entrega de los cadáveres de las personas asesinadas, acto obligado de mínima humanidad por parte de sus verdugos, y en general, por parte de los actores de la guerra. Respaldamos y acompañamos la minga iniciada por los Awá para recuperar los cuerpos de sus hermanos, nuestros hermanos, víctimas de la demente violencia colombiana. Es increíble que esto esté sucediendo en nuestro país y parezcamos ajenos a semejante atrocidad.
Este artículo habla por sí mismo:
http://www.kaosenlared.net/noticia/84639/indigenas-colombianos-han-iniciado-busqueda-cadaveres-miembros-etnia-a
martes 24 de febrero de 2009, 13:59 COT
Bueno… Si los indígenas estaban realizando acciones militares como son la “inteligencia” y el “patrullaje”, ¿no eran actores directos de la guerra? Y siendo actores de la guerra estaban en riesgo de morir en ella como los uniformados de lado y lado o los encubiertos de lado y lado que realizan labores de espionaje y contraespionaje. No hay que ponerle tanta tiza ni rasgarse las vestudiras. 8 muerticos en Colombia no da para tanta alharaca. Este país ha hecho cosas más grandes como Mapiripan y El Salado entre otras.
martes 24 de febrero de 2009, 14:54 COT
Otro desafortunado comentario. Si yo denuncio la presencia de un asesino en mi barrio, no soy actor de ninguna guerra. Punto.
martes 24 de febrero de 2009, 15:19 COT
Bueno, lo que ocurre es que un asesino es un delincuente común mientras que las FARC son un ejército de hombres y mujeres en armas que combaten al establecimiento, siguen unos estatutos, portan uniformes, siguen órdenes, portan armamento, tienen sus propios símbolos, controlan territorios y en muchas ocasiones realizan labores de Estado como mediar en conflictos domésticos, hacer carreteras y expedir salvoconductos entre otros. Lo que pasa es que desde la ciudad no se ve esto pero así es.
Ahora, si lo que esperan los cándidos citadinos es que en la guerra se lancen Sparkies eso ya es otra cosa. Aquellos que piden la “humanización de la guerra” son los mismos entusiastas capaces de condenar la muerte de un soldado en combate pero celebrar la muerte de un guerrillero en una sala de interrogatorios (léase torturas). Estos seres contrahechos son los mismos que celebran la muerte del guerrillero porque este es ilegal y condenan la muerte del soldado por ser un “servidor” aunque este sólo sirva para robar y violar campesinas. En Colombia EXISTE UNA GUERRA desde hace 50 años y las causas que llevaron a esa guerra aún no han sido resueltas de manera que no hay que extrañarse porque la guerra continúe y a medida que continua se hace más feroz pues el armamento cambia y cambian también los métodos de ataque y defensa. Pretender que un ejército en armas se quede quieto frente a la delación es desconocer la historia de las guerras y la naturaleza humana pero esto es demasiado para los intelectuales de la mocosfera colombiana.
Así mismo es curioso que cuando la guerrilla asesina a unos colaboradores del ejército se sienta todo el repudio de la clase media colombiana (la peor de América Latina, la más baja, rastrera, arrodillada y pedigüeña) mientras que cuando los desaparecidos y descuartizados son colaboradores de la guerrilla (o al menos acusados de serlo) la opinión adquiere tintes de permisividad aún sabiéndose en el mundo entero que esos llamados colaboradores de la guerrilla en la gran mayoría de los casos sólo eran propietarios de pequeñas parcelas que algún poderoso quería para expandir sus cultivos de palma, panacea y bendición del campo colombiano.
En fin, no pretendo establecer una discusión con alguien de la mocosfera colombiana pues no esperaría encontrar objetividad ni conocimiento histórico. Mil gracias.
martes 24 de febrero de 2009, 16:33 COT
De nada, exactamente.