Tibio melcochudo
impuesto de guerraPor Sentido Común
sbado 20 de agosto de 2005 8:35 COT
Apostilla a la apostilla a El Estado de El Tiempo
No obstante su declinación al cargo de Embajador en Canadá, las posteriores declaraciones de D’artagnan resultan aguas tibias frente al hecho central de querer callar a los opositores del régimen con dádivas, al que nos tiene acostumbrado Álvaro. El columnista de El Tiempo, con su respuesta diplomática, parece que quiere dejar abierta la puerta a un nuevo nombramiento más adelante. Como quien dice, sí pero no. O no pero sí.
¿Pensará D’artagnan que realmente tiene condiciones para Embajador? Porque lo que Uribe quería era esquivar sus dardos…meritrocáticamente hablando.