Política para Dummies: Inicio
impuesto de guerraPor Sentido Común
sbado 21 de enero de 2006 9:05 COT
Disponible en CD Juan Manuel estaba de éste lado, Rafael del otro. De pronto Juan Manuel se volteó y Rafael también; entonces cada uno quedó en un lado distinto, pero Juan Manuel quedó con Álvaro y Rafael con César. Para entender este enredo hay que echar atrás casi cuatro años, cuando Horacio acusó a Salvatore y a Carlos (¿Q.E.P.D.?) de estar apoyando la campaña de Álvaro, quien a su vez había apoyado la creación de las Convivir en Antioquia. Esto mismo lo denunció Noemí cuando competía por el puesto con Horacio y Álvaro, y éste último se alzó finalmente con la presidencia y los nombró embajadores a los dos para que no fregaran más. Desde entonces la vinculación de Álvaro con Salvatore y Carlos (¿Q.E.P.D.?) ha sido cada vez más evidente, tanto que hasta les impulsó una ley para legalizar sus fortunas. Fue así cómo un buen día William, el representante de George, le pidió a Álvaro que les quitara los beneficios de ésta ley a quienes se metieran en las próximas elecciones. Entonces Álvaro, quien acostumbra dorarle la píldora a George, se embejucó como nunca y pidió a William jalarle al respetico. Lo cierto es que los ojos del país estaban puestos en las listas de candidatos al Congreso, ante las constantes denuncias. Y es que cuando el río suena… Resulta que días después Juan Manuel se encontró en un restaurante con unos amiguitos, Gina (su pretendida), Julio (el hijo de Julio E) y Claudia (la esposa de Rafael), y se sentó a almorzar con ellos. Estaban charlando lo más chévere cuando de repente Juan Manuel le dijo a Gina que si quería ser su novia y ella le contestó que si, pero que si sacaba a Dieb, a Habib y a Luís Eduardo de su equipo de la U, porque eran amigos de Salvatore y Carlos (¿Q.E.P.D.?), quienes no le caían bien a Gina ni a mucha gente. Pero Juan Manuel se quedó quieto en primera y las cosas hubieran quedado así, de no ser porque un periódico, precisamente el de su familia, dio cuenta de los nombres que Gina había soltado en el almuerzo. Y se armó entonces el mierdero: Juan Manuel, junto con Germán, el otro pretendiente de la niña Gina, quienes llevaban tiempo engalletados con el cuento de que había paracos en sus listas, tuvieron entonces que sacar de éstas a Jorge Luís, Jorge, Dieb, Habib y Luís Eduardo, los más fáciles de reconocer por parte de la opinión y a los que había sapiado Gina. Lo mismo empezaron a hacer en otras toldas. Mario, el primo de Álvaro, pensó hacer su agosto recibiendo a todos los expulsados en su movimiento, pero se echó atrás porque Álvaro estaba pidiendo investigar campañas a diestra y sinistra. La única que curiosamente no ha sido investigada por infiltración paramilitar es la del propio Álvaro (la primera). Pero Juan Manuel es muy impulsivo y no se quedó con la piedrita de que el uribismo cargara solo con la mala fama. Entonces, apoyado por Álvaro, urdió una estrategia para hacer moñona: desprestigiar al Liberalismo, asociándolo con las FARC y de paso pasarle cuenta de cobro a Rafael, el esposo de Claudia, por el retiro de su apoyo al Gobierno hace muchos días ante el manejo del tema de la violencia, por la misma época en que Juan Manuel hizo su pirueta de saltar desde la oposición y caerle a Álvaro en los hombros para chuparle rueda a su enorme popularidad. En aquel momento su hermano Erniquito, co-director del periódico de la familia, decidió dejar las aguas tibias y apoyar frontalmente a Álvaro, consecuentemente con el hecho de tener a Pachito y a Juan Manuel, primo y hermano, divinamente colocados dentro del Gobierno. Cuando vieron la bola de nieve que se venía con aquella trama tan traída de los cabellos como era acusar a Rafael de ser llavería con Tirofijo y El Mono y de estarse confabulando con ellos contra Álvaro, utilizaron entonces a Luís Carlos como pararayos. Dicho y hecho, por su conducto denunciaron a Rafa ante la Fiscalía. Como lógicamente todo esto era una patraña, se demoraron dos días en avisar a la opinión pública “que pruebas si no había, pero que seguro que Rafael era culpable porque por boca de un amigo de un vecino de una prima sabían que había un CD que lo comprometía, aunque la verdad, ellos no lo tenían” (aún). Hasta aquí la primera parte de un episodio típico de nuestra política nacional, donde los que más deben haber gozado son sin duda los manes de las FARC.
lunes 23 de enero de 2006, 11:49 COT
No hay que hacernos muchas ilusiones. Además de que la retractación de Uribe y Juanma fue tibia y patética, José Obdulio (cousin del “Patrón”) ya dijo que iban a hacer política desde Palacio, así don Guillermo Mejía se parara en la cabeza.
Linda la guerra sucia electorera. Linda la política de este país. Pero como Uribe es el Mesías…
¿Uribe hasta 2014? No falta, Dios nos libre…
lunes 23 de enero de 2006, 12:31 COT
Debería usted publicar este resumen en los libritos amarillos y morados que tantas veces me salvaeron de leer la Iliada, la Odisea, el Quijote, etc.