De arraigada tradición demócrata
impuesto de guerraPor Sentido Común
martes 15 de noviembre de 2005 10:12 COT
Una Historia sin juicio
A propósito de la amplia recordación sobre los acontecimientos de la toma del Palacio de Justicia ocurrida hace veinte años, vemos como la primera persona a quien intentaban juzgar los guerrilleros del M-19 en la mismísima plaza de Bolívar, el presidente Betancur, resulta ser el último personaje juzgado hoy por los colombianos, ante la desafortunada actitud pasiva y temerosa con que afrontó la toma, permitiendo a los militares desenmarañar la madeja terrorista a sangre y fuego, con las consecuencias conocidas.
Más allá de los hechos y los juicios, nos queda en la mente a todos un sabor bastante familiar, como es el de la impunidad histórica. Ésa impunidad que durante toda la era republicana nos ha caracterizado y que mantiene en tela de juicio nuestra democracia y nuestras instituciones. Para citar otros ejemplos de episodios impunes, recordemos la matanza de las bananeras en 1928, la matanza de Gachetá en 1939, la muerte de Mamatoco en 1943, el magnicidio de Gaitán en 1948, los 300 mil muertos de la violencia política entre ése año y 1953, la matanza de estudiantes en 1954, el robo de las elecciones a Rojas en 1970, los asesinatos por parte del M-19 de José Raquel Mercado en 1976 y Hugo Ferreira Neira en 1977, el robo en 1983 de US$13,5 millones de Roberto Soto Prieto, el magnicidio de Rodrigo Lara Bonilla en 1984, el asesinato de Guillermo Cano en 1986, el asesinato del candidato presidencial de izquierda, Jaime Pardo Leal en 1987, el magnicidio del candidato presidencial, Luís Carlos Galán en 1989, el asesinato de José Antequera en 1989, el asesinato del candidato presidencial de izquierda, Bernardo Jaramillo Ossa en 1990, el esesinato del candidato por el M-19, Carlos Pizarro Leongómez en 1990, el genocidio entre 1988 y 1991 contra la Unión Patriótica que terminó con todos sus miembros, el magnicidio de Álvaro Gómez Hurtado en 1995 y el abominable asesinato de Jaime Garzón en 1999.
Estos son algunos de los más famosos, pero son muchos más los casos de impunidad que se encuentran en el anonimato, como la eliminación, amenaza, secuestro o desaparición de numerosos periodistas, jueces, empresarios, educadores, sindicalistas, personajes públicos o simples ciudadanos, durante las últimas dos décadas. Ante tal atrocidad no nos extraña que tanta gente, desconfiando de nuestra democracia y de nuestra justicia, se margine de participar en las elecciones, donde siente que no está representada la Colombia del montón, la que ha puesto históricamente el bulto.
Los políticos de los partidos tradicionales, representantes más de una clase económica gobernante que de alguna ideología o causa social, se han venido repartiendo la torta burocrática y saqueando las arcas del Estado sin pagar por su delito. Para la muestra un botón: luego de una campaña de tono moralista, ReUribe terminó aceptando apoyo o gobernando con personas que no cuadran muy bien con la “filosofía” de sus 100 puntos sagrados, entre otros, José Obdulio Gaviria (primo de Pablo Escobar), Fabio Valencia Cossio, Andrés Pastrana, Noemí Sanín, Ernesto Samper, Julio César Turbay Ayala e hijo, Luís Humberto Gómez Gallo, Zulema Jattin, Carlos Moreno de Caro, Alberto Santofimio Botero, Salvatore Mancuso, Don Berna, Nicolás Curi y hasta “La Gata”.
Es evidente que ReUribe no es el Mesías, aunque trate de convencernos de lo contrario a través de la hipnosis colectiva y una fuerte dosis semanal de anestesia comunitaria. Lo que sorprende de todo esto es que aún quede gente que crea en nuestra arraigada tradición demócrata y trate de mantener a los mismos en las mismas.
mircoles 16 de noviembre de 2005, 09:20 COT
acuerdome el dia que luego de un “operativo de inteligencia”, el gobierno nacional dio de baja al capo mas famoso de este lado del mundo.
acuerdome estar discutiendo la similitud que tiene un taxi lada con un rolls royce, y acuerdome que estabamos en una casa en la 45 con 7a donde funcionaba una papeleria taller de arquitectura, cuyo ambiente y cheveridad me dieron las primeras luces sobre la vida en el diseño, mi difunto hermano yo y el dueño de dicha papeleria degustabamos de un tecito mijitico.
y entonces este personaje de voz gruesa y muchisimo sentido comun, se levanto se acerco al radio que sonaba al fondo al unisono con el eterno rumor de los ejecutivos de la carrera 7a, y con el siempre sarcastico tono que lo caracteriza dijo : ” chino, mataron a escobar”
y los hermanos ceron simplemente reventaron en risa.
al dia de hoy se dice que el capo vive feliz en una isla en grecia.
al dia de hoy perdi a mi hermano pero me gane un increible sentido comun
solo nos resta seguir trabajando por este pais y olvidarnos en parte de la movida politica, que nada tiene que ver con la realidad de exporebusque
amen
mircoles 16 de noviembre de 2005, 09:42 COT
Sabe Tomás? Esa nota con el recuerdo de aquella tarde ya lejana, expresada de la manera como lo hace, solo la puedo responder con una palabra: GRACIAS.
jueves 17 de noviembre de 2005, 19:48 COT
El otro legado que nos deja la impunidad es la literatura lumpen, el afán de tratar de armar el rompecabezas de la verdad por cuenta propia, con retazos de la verdad de cada protagonista para medio saber qué fue lo que pasó. Si la justicia funcionara, ninguno de estos libros tendría credibilidad o acogida, no pasarían de ser más que anécdotas sin mayor importancia. Entonces hay que leer a Popeye y al Osito para saber cómo fue que mataron a Galán, a Castaño para saber cuándo decidió matar a Jaime Garzón, a Giraldo para saber qué tanto sabía Samper, y así, porque ¿quién le cree a un sistema judicial con millones de folios y sin ninguna sentencia? Mauricio Gómez, el hijo de Álvaro, dijo que había 300.000 folios con la investigación del asesinato de su padre, y ni una sola sentencia.
Los crímenes que registra Sentido Común demuestran además la capacidad de resistencia de la izquierda en Colombia: de los candidatos de izquierda por los que he votado, solamente sobreviven Hernán Motta y Aída Abella quién sabe escondidos dónde. De milagro se puede votar ahora por Garzón, Petro o Navarro. Como dijo alguien en la cafetería de El Remolino, el hecho de que estén vivos todavía le devuelve la fe al más incrédulo: solamente un milagro explica que aún vivan (y en Colombia).
viernes 18 de noviembre de 2005, 00:38 COT
En Colombia en los últimos diez años se han asesinado trescientas mil personas -300.000- alrededor de cien por día-, treinta mil de las cuales por razones políticas – en promedio diez diarias-, de las cuales tres perecen en combates entre la guerrilla y la fuerza pública, y siete en ejecuciones extrajudiciales o masacres. Cerca de un millón de personas han sido obligadas a desplazarse de su terruño -la mayoría viudas y niños huérfanos- dejando atrás sus ranchos quemados, sus seres queridos asesinados y cargando con su miseria a cuestas. Dos mil quinientas personas han sido detenidas desaparecidas, miles han sido detenidas arbitrariamente y miles han sido torturadas. Estas cifras espantosas que afectan los espíritus sensibles, describen el tamaño del terror y de la impunidad que padece el pueblo de Colombia.