Alvarito
impuesto de guerraPor Sentido Común
sbado 13 de diciembre de 2003 18:35 COT
Cuento de navidad con moraleja incluida, no apto para adultos. Érase una vez, hace ya mucho, mucho tiempo, existió un pequeño reyecito a quien casi todos admiraban porque, aunque huraño, terco y autoritario, parecía bueno. Este rey trabajaba, trabajaba y trabajaba sin descanso, pues había prometido a su pueblo acabar con los forajidos que asolaban al reino desde hacía más de 50 años, y de paso, cambiar las malas costumbres de los políticos, de los cuales también hacía parte, a pesar de que era monarca. Se trataba del rey de Antioquia, Alvarito I.
Supuestamente para buscar gobernabilidad, pese a que ya la tenía, Alvarito ordenó poner en marcha entre sus súbditos un juego electoral al que llamó Referendo, que consistía en acabar la corrupción del reino mediante una reforma fiscal oculta, con tan mala suerte que su invento no gustó y fue derrotado por la abstención popular. La primera reacción del rey ante la derrota fue la de esconderse, como cualquier infante.
Fue así que permaneció encerrado en su palacio y ni siquiera salió la mañana siguiente a la Gran Plaza, para declarar abiertas las elecciones de los alcaldes del reino, como mandaba la tradición. El rey tardó cuatro días y cuatro noches en dirigirse a los plebeyos para anunciarles el resultado de su juego, pero cuando finalmente lo hizo, no admitió la derrota y se limitó a anunciar mayores diezmos para el pueblo, dando a entender que se trataba de un castigo por no haber jugado al Referendo, como si con este se hubiesen evitado tales impuestos.
Este fue el principio del fin de Alvarito, pues los súbditos vieron en él a un mal perdedor. En los siguientes meses, Alvarito se dio a la tarea de desterrar del Palacio a su Consejero Real, Don Fernando de Invercolsa, junto con otros cuantos Ministros de la Corona. Era una manera de desahogar sus penas, calmar su furia y castigar al Consejero Real por no haber cumplido con la tarea de imponer, a como diera lugar, el Referendo al pueblo, intento en el que se había gastado gran cantidad de doblones de oro del tesoro público.
Pero como Alvarito no sabía perder, se acordó de la idea de Don Fernando, su antiguo Consejero, quien en un intento por salvar el pellejo, había propuesto cambiar las reglas del juego, después de éste. El rey mandó entonces una avanzada para que preparara el camino con los inspectores del Referendo y finalmente se apareció en persona ante estos señores, para explicarles cómo podían mejorar las cosas, cambiando “solo un numerito” llamado Umbral.
Pero como se dice popularmente, los señores no le pararon bolas y entonces Alvarito les envió rayos y centellas por su desobediencia. Con esto, el reyecito terminó por perder su popularidad y su buen nombre. Muchos vieron que en efecto Alvarito tenía varias de las malas costumbres de algunos de sus enemigos, a quienes constantemente llamaba politiqueros y corruptos.
Tristemente, tras su abdicación, retornó a su natal tierra antioqueña, sin haber conseguido el objetivo principal de su reinado y habiendo desperdiciado la oportunidad de lograr un mejor reino para todos. Desde entonces, Colombia volvió a elegir presidentes, nunca otro rey.
Moraleja (remanufacturada): Errare Humanum Est / Las apariencias engañan / El que la hace la paga / De un tigre sólo se dibuja la piel, y no los huesos; de una persona sólo se le conoce la cara, y no el corazón / Por sus hechos los conocereis / Entre mil consideraciones de un tonto, debe haber una aceptable / Las grandes almas tienen voluntades; las débiles tan solo deseos / Si escuchas a ambas partes, se hará en ti la luz; si escuchas a una sola, permanecerás en las tinieblas / Cuando los elefantes luchan, quien sufre es la hierba / Jus Do It
Feliz Navidad 2003 y Próspero Año Nuevo 2004
Versión adaptada para principiantes y anónimos. (Publicado originalmente en dic. 19 de 2003) Ilustración: Tira cómica El Reyecito por Otto Soglow
martes 13 de diciembre de 2005, 22:28 COT
Uy señor…
Qué buena moraleja.
La voy a imprimir pa` pasàrsela a mis “lavaperros” pa` que dejen de creerse majiosos ahí en las “carevacas” con las que me escoltan.
Jijuemulas pa` indecentes.
Uno que si es humilde y solo echa bala al aire de día pa` no despertar a los vecinos…
Un saludo…
martes 13 de diciembre de 2005, 23:15 COT
Ooooootra vez Yo poacà.
Ole señor don Sentido Común:
Yo pago todas mis cuentas.
¿O es que mi plata no vale, o què, ¡marranos!?
Hablando de ajices, una “sardina” poahí a la que le estoy cayendo, la muy Cleopatra que dizzque a comer chuchy, shuchi, zuchy… en fin. Ese cadáver de pezcado ahí.
Jijuemadre ají de esa vaina!!! Nos pasaron una cosa que huele como a formol oiga?
Ay juepuerca! Ahi si misia Cenaida, la del puestico de chanfaina acá en mis Ráquiras perdíó el año con su ají. Les ganó el ají de los care-botones.
Ahí metí en mi Blog otra vivencia de la vida rial.
Un saludo pa` La Típica!!!
mircoles 14 de diciembre de 2005, 08:45 COT
Muy buena la moraleja parce… osea que uste jamás reconocerá un error porque lo que le falta es sentido común, dignidad, decencia, honestidad, profesionalismo, humanidad, honradez, etc.
aprenda sobre la moraleja y deje de dárselas de ser sensato, que solo es un excremento repulsivo y diarréico de lo que piensan los niños bien colombianos… los comunistas nike
jueves 15 de diciembre de 2005, 07:47 COT
A ver, voy a hacerle un maquillaje a la moraleja porque un resentido social se mareó y la ensució…guacala, qué seba!
jueves 15 de diciembre de 2005, 09:03 COT
SC, este cuento está muy complicado, aún para los niños. Una pregunta: ¿cómo incluiría esta denuncia de Javier Becerra en la fábula?
jueves 15 de diciembre de 2005, 15:57 COT
Oiga, ojalá no fuera tan ficticio su cuentico.
JóseV
domingo 18 de diciembre de 2005, 09:18 COT
Dito: No es cuento, era la realidad en diciembre de 2003 y hoy lo peor es que el reyecito ha impuesto la reelección. Para mí es asqueante lo que denuncia Javier Becerra pero no me extraña. En las entradas de Unicentro permitieron la ubicación de mesas pro reyecito como si se tratara de empleados públicos cumpliendo una misión oficial. Mire a ver si usted puede obtener permiso para recoger firmas en el mismo sitio para revocarle el mandato a ReUribe.
domingo 18 de diciembre de 2005, 09:24 COT
mr hyde: Una frase de cajón bien cierta y traqueada:
“La realidad colombiana supera a la ficción.”
domingo 18 de diciembre de 2005, 15:23 COT
Si uno solamente llorara por comer mucho ají, la vida no tendría tanto “picante”.