“Hola amiguita”, el eslogan de la hipocresía
Columnas > Limpia - MentePor Johanna Pérez Vásquez
jueves 21 de mayo de 2009 16:24 COT
Cuando escucho que una persona saluda a otra diciendo "hola amiguita" siento náuseas y recuerdo mi profundo convencimiento de que cualquier relación que use los diminutivos de modo tan ligero es incapaz de soportar un momento de cruda verdad, un instante de esos en que uno necesita decirle a un amigo las cosas como son, en honor a la amistad misma.
Con frecuencia repito que la verdad no tiene la obligación de sonar bonito. Cuando se dice la verdad a secas, sin matices, las personas suelen ofenderse, sobretodo al escuchar aspectos de sí mismas que han intentado, inútilmente, esconder bajo montañas de negación y su reacción es incluso peor cuando se les dice lo que uno piensa sin que ellas lo hayan preguntado. A un verdadero amigo, en cambio, se le permite decir cualquier verdad y sin aviso previo.
Me parece que todo el mundo anda tan cagado del susto todo el tiempo que por eso hace esfuerzos sobrehumanos para no herir los sentimientos de los demás, el pavor a ser tildado de grosero o insensible es una emoción común, de ahí que muchos se las hayan arreglado para acolchonar las relaciones agregándoles un "ito" o un "ita" a las palabras con la excusa de expresar cariño. Además de hipócrita e inútil, me parece que este gesto hace completamente obvia la falta de creatividad de quien pone el apodo. Apodo es una palabra que resalta una característica particular de un individuo, así que decirle "amiguita/o" a cada persona que se conoce le quita la cualidad particular al mote y lo convierte en una simplona generalización.
Si yo quiero que alguien me diga cuán bonita soy me miro al espejo y me lo digo yo misma, si quiero que me alaben les pido a mis papás que me digan porque están orgullosos de mí, pero si realmente busco una relación en la cual pueda crecer, encontrar mis errores y aprender a través del debate respetuoso me busco un buen amigo/a.
El esfuerzo que realmente merece la pena de ser sobrehumano es el de encontrar amigos, ojalá, dolorosamente sinceros.
jueves 21 de mayo de 2009, 17:19 COT
Pero que casualidad jejejeje, hace un par de días le decía a mi esposa comentando sobre algunos tratos de unas vecinas.
Que feo se oye eso de “Hola Mana”, “Hola MIgui”, Hola Manita” juas y vengo y me encuentro senda reflexión del caso.
Pero veamos mas allá, ¿como son esas personas que se saludan así?, parecen todas cortadas por la misma tijera. jejeje
Saludos desde Falcón
viernes 22 de mayo de 2009, 11:28 COT
Hola JohannITA que buena entrada, me encanto tu estilo ;-), no fuera de chiste en serio me gusto, hay que cambiar esa forma de actuar, esconder cosas que molestan de la gente solo hacen que uno tarde que temprano explote como no debe.
sbado 23 de mayo de 2009, 09:26 COT
¿Y esto es un post para la “Revista Digital” equinoXio? Hombre, no se imaginan la falta que hace un Julian Ortega en este bodrio.
Lo que escribe esta niña, quien no ha de ser muy inteligente, es lo que uno podría encontrar en un blog llamado “Mi primer tampón”. Esas cavilaciones pueriles no son para un sitio de estos, esas boberías deberían estar en un blog gratuito de Blogger con animaciones de Fresita o Minnie Mouse en la barra lateral.
¿Será una ilusión o en realidad leí un post sobre “La Amistad”?
sbado 23 de mayo de 2009, 22:52 COT
Johannota, que buena reflexión…
domingo 24 de mayo de 2009, 18:52 COT
Me hiciste recordar un dicho popular muy sabio: “gente melosa, gente amargosa”. Le huyo a los diminutivos. Me producen desconfianza, aparte de que son empalagosos y termina uno como si se hubiera comido un tarro de arequipe, con ganas de beber una tonelada de agua y con una indigestión capaz de asaltar convoyes de antiácidos. Infortunadamente, en el reino de Uribe en la tierra, los “itos” e “itas” son la nueva religión, empezando por el “gustico”. Que lo diga “Linita”.
martes 26 de mayo de 2009, 23:51 COT
El problema del amiguito/a ha trascendido mas allá del trato al amigo, actualmente uno es tratado así por vendedores, recepcionistas y a mas de uno lo he puesto en su sitio, a los únicos que trato de amiguitos es a los perritos, gaticos y demás animalitos que encuentro en mi camino, incluído mi perro y a mis pacientes niños, al resto señor/a, joven, señorita, etc. Con el amiguito se esta cayendo en el popular “mi amor”, sin contar los mas confianzudos que se van al mami o al papi que me parecen aterradores