El dueño de la finca
Astigmatismo > ColumnasPor José Luis Peñarredonda
lunes 13 de octubre de 2008 22:48 COT
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Luis Carlos Sarmiento Angulo es el mayor banquero del país. Por eso, le interesa que la justicia funcione bien. Los procesos de sus bancos, los pequeños embargos y las hipotecas sin pagar son un buen pedazo de su negocio.
¿En qué clase de país los particulares le “sugieren” al Presidente que decrete un estado de excepción, este sale corriendo a obedecer y nadie se atraviesa exitosamente? En uno que está vuelto pedazos. Es decir, en Colombia. Aquí —quedó demostrado esta semana— las garantías democráticas importan menos que la confianza inversionista. No importa qué derechos haya que pisotear, para Uribe lo importante es que los ricos sigan siendo más ricos.
Luis Carlos Sarmiento Angulo tiene todos los argumentos del mundo para estar molesto con el paro judicial. Una parte muy importante de su negocio bancario se mueve en los juzgados. Algunos de los 571.638 millones de pesos que ganaron sus bancos en 2007 –según la Bolsa de Valores de Colombia– se obtuvieron en los despachos judiciales. Una investigación realizada en 2001, realizada por César Rodríguez y publicada en el libro El caleidoscopio de las justicias, muestra que el 70 por ciento de las tareas judiciales son por causa de procesos ejecutivos, que los demandantes de estos procesos son los mismos bancos y que en más del 95 por ciento de las ocasiones estos obtienen un resultado favorable.
Dado todo esto, la declaratoria de conmoción interior que Uribe hizo el jueves pasado funciona así: el mayor dueño de bancos de Colombia (que a la vez es uno de los mayores usuarios y beneficiarios de la justicia en el país) le pide al Presidente de la República que impida, mediante un estado de excepción de dudosa constitucionalidad, que los trabajadores de la justicia continúen reclamando un aumento de sueldo que la ley les garantiza y que les ha sido negado porque no hay presupuesto. En tanto, el Presidente acepta tan generosa sugerencia y, en cosa de una noche, la rama judicial colombiana ya no tiene garantías constitucionales. ¿A qué horas Colombia dejó de ser un Estado de Derecho?
Es natural que cada gremio defienda sus propios intereses. Lo que no es natural es que el Presidente de la República no actúe como el responsable de la institucionalidad nacional sino como el capataz de la finca de don Luis Carlos. Queda la impresión de que los ciudadanos de a pie ya no tenemos garantías contra los intereses de los poderosos. Si nuestros derechos no son convenientes para ellos, allá nosotros.
Lo que queda de este vergonzoso episodio es una muestra más de los intereses y las inclinaciones de este gobierno. En adelante, reclamar un salario justo y ordenado por la ley será “ilegal” en la medida en la que Luis Carlos Sarmiento Angulo o cualquier otro gran empleador lo crea. Así las cosas, ¿quién le va impedir a un cacao de estos hacer lo que le dé la gana con sus empleados? Al menos, no el Presidente de la República. Donde manda el dueño de la finca no manda el capataz.
martes 14 de octubre de 2008, 03:00 COT
Incisivo, puntual y revelador. Excelente contribución al debate sobre la forma como EL PODER económico consigue sus objetivos en detrimento de los derechos más elementales de los ciudadanos.
martes 14 de octubre de 2008, 12:51 COT
Lo mismo que en Wall Street. Se necesitó que la bolsa se fuera pa”l piso para que se revelara que los verdaderos jefes de EEUU eran Bernanke y Paulson en representación de los multimillonarios de ese país. Ahora bien, no hay nada de raro en tomar medidas para proteger lo único que le importa al sistema, la riqueza de los ricos.
Por otro lado, la teoría económica neoliberal (de la época Reagan) demuestra que cuando el pueblo tiende a la pobreza la oferta de mano de obra tiende a ser o a comportarse como infinita y como consecuencia su precio bajo ostensiblemente permitiendo a los dueños del capital una mas rápida acumulación de riqueza por un tiempo infinito.
Entonces, como se puede ver, las medidas tomadas para salvar la riqueza de los ricos y la pobreza de los pobres son acertadas.
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mircoles 15 de octubre de 2008, 11:51 COT
Pero si la palabra de moda en Colombia es “refundar”. “Refundar la patria”, dicen los terroristas de las AUC. “Refundar la justicia” dice el anciano Sarmiento Ang-ulo. ¡Y claro que el “doctor” Sarmiento tiene la razón, si lo dice Fernando Invercolsa Londoyos, póngale la firma! Total, aquí cambian todo para que siga igual.
jueves 16 de octubre de 2008, 06:35 COT
Claro, directo, demoledor y triste. ¿Qué nos queda a los colombianos? ¿Sufrir en eterno esta política del desafuero?
jueves 16 de octubre de 2008, 19:03 COT
Dice el autor:
“… el 70 por ciento de las tareas judiciales son por causa de procesos ejecutivos, que los demandantes de estos procesos son los mismos bancos y que en más del 95 por ciento de las ocasiones estos obtienen un resultado favorable.”
Eso es la demostración palpable de que la justicia colombiana, tan recta, tranaparente e incorruptible como algunos ingenuos creen y quieren hacernos creer, es solamente para los de a pie.
Los jueces que siguen esos procesos en contra de un pobre endeudado, son los amigotes de los grandes industriales y banqueros, quienes obviamente, no dudan en pasarle al juez un grueso paquete de billetes o un jugoso cheque con muchos ceros a la derecha, para que les “agilice” el proceso.
jueves 16 de octubre de 2008, 21:18 COT
¿Qué curioso no? Son los bancos que financian a Uribe los que tienen paralizada a la justicia. Y mas curioso es ver al propagandista de El Tiempo distorsionando este hecho.
viernes 17 de octubre de 2008, 07:50 COT
Lo único que quisiera agregar a la descripción de esta terrible realidad es que Álvaro Uribe no ejerce funciones de presidente de Colombia sino de JEFE DE SEGURIDAD, y para ello se vale de todas las artimañas, matonadas y bravuconadas posibles.
Y, por supuesto, no es el “dueño de la finca”.
Los dueños de COLOMBIA S.A, son los grupos económicos nacionales, en cabeza de tipos como Luis Carlos Sarmiento, y de grupos extranjeros.
Por eso, mi querido José Luis, el día que el “jefecito de seguridad” les deje de servir lo sacarán y pondrán otro. Así ha sido y así será.
En resumen, no nos tenemos que dejar de engañar por las apariencias.
Un abrazo.
viernes 17 de octubre de 2008, 11:51 COT
ÁLVARO: Mil gracias. Ahora sigue encontrar la forma en la que podemos defendernos.
TEQUENDAMIA: El problema no es que manden los que han mandado siempre, sino que no haya forma de impedir que pasen encima de lo que o de quien les dé la gana.
JULIÁN: No creo que sea “refundarla” sino “desrefundarla”, o mejor dicho, no es “reformarla” sino “contrarreformarla”.
CARLOS: ¿Qué nos queda? No sé, o volvernos egoístas o matarnos de tristeza.
RAFA: Si bien es cierto que algunos de los jueces de los embargos son un nido de corrupción, el problema es un poco más profundo. Si bien no encuentro argumentos para decir cosas como “que no embarguen a nadie” (se supone que el hecho de que la ley no es igualitaria no justifica que podamos renunciar a ella), si creo que la justicia siempre ha sido un vehículo de ambiciones de sus usuarios. Es decir, de sus marranadas.
MARIO: Eso parece. Pero lo más triste es que exista tal identidad de intereses entre los electores y sus patronos. Parece que ahora tener plata y aspirar a tenerla tienen las mismas consecuencias políticas.
A todos gracias por sus comentarios
viernes 17 de octubre de 2008, 18:46 COT
Creo que la finca del patrón Uribe es más grande que la del patrón Sarmiento Angulo, solo que una se subsidia con el dinero que le da la otra… la pregunta que me sugiere tu columna es quién es el capataz de Sarmiento.
De resto todo muy bien, una palabra repetida pero ya…. me gustó mucho…
lunes 21 de junio de 2010, 08:35 COT
[…] un poco antes, también sabrán que he escrito muchas cosas –con la cabeza y con el corazón– contra el presidente Uribe y que casi nunca he estado de acuerdo con su proceder en estos […]