El dilema de Arquímedes
Columnas > EconomíaPor Julián Rosero Navarrete
mircoles 12 de diciembre de 2007 23:57 COT
Es necesario que se abogue por el tiraje de una cartilla didáctica Coquito economiza o algo por el estilo, para decantar y facilitar la apreciación de conceptos económicos, con el fin de evitar que los economistas ortodoxos engañen a la población. Los ortodoxos, con tal de aplicar sus tesis, religiosa y mágicamente sostenidas, suelen construir conjeturas teóricas inverosímiles que, de aplicarse, pueden afectar en el largo plazo el bienestar de una población.
Una de estas conjeturas es la relacionada con el desplazamiento de los factores productivos a los sectores de mayor eficiencia en el marco de un área de libre comercio. Es decir, como existen ventajas comparativas en la producción de ciertos bienes y servicios, los factores productivos se desplazarían de sectores sin ventajas comparativas a aquellos que sí las tengan para fortalecer el comercio internacional. En pocas palabras, la economía se terminaría especializando en ciertos bienes produciéndolos de mayor calidad para el comercio y así, lo propio harían otras naciones que siguen el mismo proceso. Una economía se especializa en carne, otra en vino, otra en aceite, comercian y ¡todos contentos! Sin embargo, esto se desarrolla “mágicamente” en el mundo abstracto de los modelos neoclásicos, pero no en la realidad, resultando a la postre contraproducente para cualquier economía, en especial para las que se encuentran en vías de desarrollo.
Un ejemplo concreto es el “dilema de Arquímedes”. Cuando se negoció el TLC con EUA, el Ministro de Agricultura y los académicos, acataron la intransigencia de los negociadores norteamericanos frente al capítulo agrícola, desgravando una cantidad de bienes de este sector en Colombia, a la par que aceptaban que se mantuviera la protección agrícola en Estados Unidos, bajo los lineamientos de la Farm Bill, la ley agrícola estadounidense. Asumieron que los sectores totalmente ineficientes desde su perspectiva ortodoxa desaparecerán y los factores productivos de estos sectores pasarán a ser parte del proceso productivo de los sectores eficientes. Así, según los economistas ortodoxos, Colombia “ganó” en la negociación; “porque se deshizo de los patos”. La producción de trigo, maíz blanco y amarillo, fríjol, sorgo, cebada, etc. se contraería y todos los jornaleros y campesinos de estos sectores pasarían mágicamente a sectores con ventajas comparativas como las flores o la palma de aceite. Los cereales y demás serían importados de EUA, Colombia exportará flores para los enamorados y aceite de palma, ¡y todos contentos!
Es aquí donde entra Arquímedes como personaje importante de esta historia. Arquímedes es un campesino de Granada, Meta, dueño de una parcela donde cultiva sorgo. Bajo el olímpico supuesto de los economistas ortodoxos, en el momento en que se contraiga el sorgo y empiecen las grandes plantaciones de palma aceitera a apoderarse de esos territorios una vez entrado en vigencia el TLC, Arquímedes, simplemente, pasaría de fumigar el fino tapete rojo del sorgo a bajar cogotes de las palmas. Sin embargo, aparte de ser una falacia teórica, también es una insensatez vista desde el sentido común. Un cultivo de palma en Colombia necesita de un trabajador por cada 8 hectáreas, y en los cultivos más productivos, el número de trabajadores puede disminuir a uno por cada 15 hectáreas. Esto quiere decir que dicho cultivo es intensivo en tierra y no en mano de obra, diferente al caso del sorgo donde se necesita más de un trabajador por hectárea. Por lo tanto, Arquímedes no pasaría tan fácilmente del tapete rojo a los cogotes; haría fila con una gran cantidad de jornaleros y campesinos que también eran uno de los tantos por hectárea a ser el “privilegiado” campesino por cada 8.
Es claro que en este caso, la conjetura teórica del desplazamiento de sectores se truncaría directamente desde las bases del proceso productivo: los campesinos, pero no de los patrones, favorecidos con los esfuerzos del gobierno nacional para impulsar el cultivo de palma, con algunos artículos del Plan Nacional de Desarrollo 2006 – 2010 y su documento No. 3477 del CONPES. No obstante, los campesinos desempleados (los que no lograron ser el “privilegiado”) tendrían que emplearse en otro sector que tenga ventajas comparativas; los posibles candidatos: textiles, flores, café, etc. Por lo tanto, Arquímedes necesitaría migrar con toda su familia a las zonas donde estuviesen asentados estos sectores. Suponiendo que en ellos necesiten mano de obra, Arquímedes necesitaría aprender las técnicas para poder emplearse, algo que definitivamente necesita recursos y tiempo. ¿Quién costearía eso? ¿El Estado? ¿Quién mantendría a la familia de Arquímedes mientras éste aprende a adaptarse a otro sector? Digamos que los chabacanes neoliberales, quienes estarían a cargo de la administración nacional, con tal de no mostrar el fracaso de sus teorías, accederían a costear todo lo que Arquímedes necesita para desplazarse. Ahora bien, ¿harían eso con los millones de campesinos y jornaleros que estarían en la situación de Arquímedes?
Así pues, de manera didáctica, el “dilema de Arquímedes” es una ilustración clara de la imposibilidad y la dificultad del desplazamiento de factores productivos a los sectores con ventajas comparativas en el escenario de un tratado “bilateral” de libre comercio. El problema con esto, es que este primer aparte de “Coquito negocia tratados bilaterales” no lo alcanzaron a leer Hernando José Gómez, el ministro Árias, el ministro Botero y el ministro Plata. Ellos permitieron tales cesiones acorde con las presiones de EUA, suponiendo que el desplazamiento de factores se daba mágicamente en una economía emergente como la colombiana. Además, es obvio que aparte del caso de Arquímedes, cuestiones como la estructura de la propiedad de la tierra, entre otros aspectos, también tendrían sus ajustes; no existirían pequeños propietarios como Arquímedes sino grandes terratenientes, como los Guerra de la Espriella o hasta el propio Presidente. Quizá, el conflicto armado interno, sustentado políticamente por la mala distribución de la tierra, se agudizaría.
¿Será que la Seguridad Democrática, además de echar plomo, tendría soluciones estructurales para el recrudecimiento del conflicto por la tenencia de tierras y el desempleo campesino?
jueves 13 de diciembre de 2007, 02:42 COT
Buen artículo. Lo voy a linkear desde Gacetilla.
Este podría ser un buen espacio para hacer una edición por capítulos de “Coquito Economiza”, ¿o no?
Por otro lado, si dificilmente logra enseñar a leer, yo creo que cuesta creer que alguien podrá aprender algo más con una cartilla de esas.
jueves 13 de diciembre de 2007, 13:59 COT
Es cierto que existen rigideces en la movilidad de factores que muchos economistas ortodoxos omiten. Aun asi, me cuesta trabajo pensar que estas rigideces imposibilitan la especialización en productos con ventajas comparativas.
A diferencia de un proceso de apertura como el de 1990, el TLC supone un proceso gradual. Solo hasta dentro de unos 15 años podremos estar hablando de un libre mercado. Mientras tanto, veremos reducciones anuales a los aranceles ya existentes, con el fin de que los productores se desplacen hacia otros sectores, o mejoren la productividad de los propios.
No olvidemos pues, que las ventajas comparativas son dinamicas, y es posible que en unos años estemos especializandonos en algun producto que actualmente consideramos ineficiente.
Que se haya considerado realizar una apertura progresiva demuestra que para muchos economistas es evidente que las economias no se “ajustan magicamente”. Demuestra que aquellos negociadores, reconocen que es necesario establecer plazos razonables para que los agentes aprendan, inviertan y se adapten a nuevos mercados.
A diferencia de lo que se observa usualmente, la discucion sobre comercio internacional no solo debe estar enfocada en las ventajas derivadas del comercio, sino en la velocidad del proceso, y en los mecanismos que se puedan desarrollar para garantizar una transicion exitosa. La firma del TLC es apenas el primer paso. Que se modifique X o Y numeral, no mejorara ni empeorara la calidad de vida de los colombianos, como si lo hara la calidad de las instituciones que fundemos para que individuos como Arquimedes superen su dilema.
La existencia de rigideces muestra que un proceso de apertura no es tan simple como firmar un compromiso internacional. Es necesario que el gobierno haga esfuerzos significativos, para disminuir las barreras de los mercados con ventajas comparativas, y garantizar que las industrias de se mantengan y consoliden aun ante posibles choques externos.
jueves 13 de diciembre de 2007, 18:22 COT
pues j., la idea era hacer una mofa a lo olímpicos que son los hacedores de política nacional. Por eso lo de “coquito”. También podría tomarse a “nacho”, en fin!. Gracias por “linkiarla” en otra página.
Y Carlos, lo fundamental de todo es que la ciencia económica (economics como realidad descriptiva) es ante todo social y estudia a una sociedad que es dinámica e irracional desde la perspectiva neoclásica. Digo irracional porque no siempre las decisiones se ajustan a las restricciones y preferencias individuales, sino a grandes intereses de acumulación por parte de ciertos sectores sociales. Al igual que lo que le respondí a j., la idea central del artículo es burlarme de lo olímpicos que son nuestros hacedores de políticas en decisiones trascendentales para nuestra sociedad.
Por otro lado, de manera teórica, critico mucho la concepción clásica ricardiana del desplazamiento de sectores; se olvidan que existen sectores que social y políticamente son estratégicos para el desarrollo de largo plazo, así estos, desde la perspectiva paretiana, no sean eficientes. Me explico: no hay sector en EE.UU más ineficiente que el agrícola, prueba de ello es ese tipo de leyes tan paternalistas. No obstante, en EE.UU protegen el agro y en las negociaciones los encargados norteamericanos dicen de primerazo: “¡¡no negociamos el agro, es asunto de seguridad nacional!!”. En Colombia, como caló poderosísimamente Ricardo y Krugman, estos bergajos se comen el cuento entero y no se percatan de lo estratégico que es proteger el agro y no especializarlo a la fuerza. Entre lo estratégico que puede ser recae en la estructura de propiedad de la tierra, en el empleo del campesino, entre otras variables sociales y políticas que al ser distorcionadas, simplemente generan guerra al interior de esa sociedad … qué mejor caso para mostrar tal distorción y desequilibrio que Colombia… o si no, averigue de dónde y por qué salieron las actuales guerrillas, entre ellas, las FARC!
jueves 13 de diciembre de 2007, 19:53 COT
Julián:
Por allá en los sesentas, cuando existían los trigales por estos lados, Estados Unidos tuvo una cosecha récord de trigo y los precios internacionales bajaron hasta el punto de arruinar a los productores colombianos que cumplieron a cabalidad con la teoría de nuestros queridos economistas ortodoxos. Engrosaron, ni más faltaba, otro sector con ventaja comparativa: la guerrilla. Hoy, dejamos de ser productores de trigo y nos dedicamos a otros "cultivos" más rentables.
Como según parece, los biocombustibles es un renglón exportador al que nos van a especializar y como don Arquímedes no cabe allí (Parandúa, en un ejemplo) seguramente lo recibirán las Aguilas Negras para que ayude a cuidar la tierrita a uno de los desmovilizados que veranean en Itagüí.
viernes 14 de diciembre de 2007, 12:57 COT
Julián, me parece que su reflexion sobre la irracionalidad es acertada. Aun asi recuerde que la idea de los modelos es simplificar la realidad, y es nuestro trabajo incorporar esas irracionalidades para observar si los resultados clasicos cambian o no. Precisamente mi argumento anterior, es que considero que al incluir las inflexibilidades en la movilidad de factores se mantienen los beneficios del comercio.
Sobre el tema de los “sectores estrategicos”, me parece que estos no es una condicion ni necesaria ni suficiente para el desarrollo a largo plazo. La muestra clara de esto son los casos irlandes, chileno y de los tigres asiaticos. Estos paises -o regiones- alcanzaron el desarrollo sin necesidad de cuidar sectores tradicionales, apostando en cambio a sectores con ventajas comparativas (ya bien sea establecidos, o construidos).
Sobre el tema de la guerrilla, voy a hacer un comentario, pero preferiria que no lo discutieramos mucho de esto pq me parece que esta por fuera del alcanze del articulo. Presonalmente creo que la realidad de los 50″s es infinitamente diferente a la actual. Asi Colombia no haya dado un paso espectacular al desarrollo, si hemos avanzado considerablemente en terminos de participacion politica y estado de bienestar. Creo que la guerra colombiana no se mantiene por una lucha de clases tradicional (resultante de la acumulacion injusta de la propiedad) sino por intereses particulares reflejados en el narcotrafico. Nuestro pais mantienen una de las unicas guerrillas latinoamericanas, pq en la practica que ya nadie esta dispuesto a armarse para luchar contra una injusticia de clases.
Volviendo al tema economico, yo comparto que hay que profundizar el efecto de las rigideces en la movilidad de factores, pero no creo que ese sea el talon de aquiles de la teoria neoclasica. Creo que bajo una regulacion adecuada es posible alcanzar los efectos que predicie un modelo ricardiano tradicional.
Le recomiendo mucho el trabajo de Hausman que plantea cosas bastante novedosas en este sentido.(ver http://www.nd.edu/~networks/productspace/ y http://www.nber.org/papers/w8952 )
jueves 24 de enero de 2008, 11:25 COT
yo sé marsares!!! … como los campesinos no caben, por la estructura productiva, en los cultivos de Palma, pues se terminarán yendo a donde estas palomitas de color oscuro ..
mircoles 25 de junio de 2008, 10:33 COT
esta chevre la informacion Este podría ser un buen espacio para hacer una edición por capítulos de “Coquito Economiza”, ¿o no?
Por otro lado, si dificilmente logra enseñar a leer, yo creo que cuesta creer que alguien podrá aprender algo más con una cartilla de esas.