Dos por el precio de una
Columnas > Con los taches arribaPor Rafa XIII
sbado 11 de junio de 2011 13:21 COT
Debido al aluvión de hechos futbolísticos en lo que atañe a Colombia en las últimas horas, esta edición de Con los taches arriba trae dos entradas con el mismo tiquete: una internacional, por cuenta de la Sub 20, y otra local, con la definición del campeonato profesional colombiano.
Primera: Colombia, tricampeón en Toulon
Por tercera vez en su historia, la selección colombiana de fútbol sub 20 se alzó con el título del Torneo Esperanzas de Toulon, un evento de carácter invitacional que desde 1967 le ha mostrado al mundo muchas de las nuevas figuras de este deporte. Como dato curioso, en las tres ocasiones en la que el combinado patrio ha sido campeón lo logró en la instancia de los lanzamientos desde el punto penal, tras empatar 1-1 en el tiempo reglamentario. En 1999, ante Argentina, en 2000 frente a Portugal (que al año siguiente cobró revancha) y ahora en 2011 se impuso al anfitrión Francia.
Este campeonato fue un laboratorio de prueba para la selección juvenil cafetera de Eduardo Lara, luego de su lamentable desempeño en el Suramericano sub 20 de Perú, al que al parecer muchos fueron de paseo, puesto que era clasificatorio al mundial de la categoría que organiza Colombia a partir del 29 de julio, y por ser local ya tenía el cupo asegurado. Colombia pasó raspando la fase de grupos y en el hexagonal final fue último, con un punto, tras un empate y cuatro derrotas. Este Suramericano entregaba además cupos a los Juegos Olímpicos de Londres, en 2012.
Muchos pidieron —pedimos— en ese momento la cabeza de Lara, porque se presagiaba que de seguir las cosas tan mal como estaban, nuestro representativo iba camino a hacer un papelón en el Mundial Sub 20. Los directivos de la Federación Colombiana de fútbol decidieron ratificarlo, y a esta hora deben estar con la satisfacción del que ríe de último, porque ellos y el propio Lara tienen un trofeo que pesa como 30 kilos para taparle —taparnos— la boca.
La campaña colombiana en este torneo francés fue notable. En la primera fase empató 1-1 con Portugal, goleó 4-1 y eliminó al campeón reinante Costa de Marfil, y empató 1-1 con Italia. En la semifinal se impuso 2-1 a México. A pesar de ir perdiendo ante Francia, con gol de Monrose, la final la ganó Lara con el cambio que hizo in extremis de Duván Zapata por José Adolfo el Trencito Valencia, cuyo cabezazo faltando tres minutos para el pitazo final significó el empate que llevó a la definición desde los 11 metros.
Allí, la gran figura fue el arquero colombiano Cristian Bonilla, que atajó los dos primeros tiros de los franceses. Otro más pegó en el horizontal y salió de picabarra. Los lanzadores de la tricolor nacional fueron más efectivos, acertando tres de los cuatro cobros (Rodríguez, Murillo y Candelo). 3-1 quedó la tanda, y la celebración de los muchachos no se hizo esperar.
Este triunfo indudablemente levanta la moral del equipo colombiano, y le infla la camiseta de optimismo con miras a su debut el 30 de julio en El Campín, precisamente ante esta misma base de Francia, que además es el campeón europeo sub 20. Ojalá este positivismo se mantenga y Colombia haga una gran actuación en el mundial.
Segunda: los finalistas del Apertura 2011
Están listos los dos protagonistas de la gran final del primer torneo del fútbol profesional colombiano en el presente año. Atlético Nacional y La Equidad clasificaron en franca lid a la instancia definitiva del campeonato y tienen al frente 180 minutos para definir quién será el dueño de la estrella de este semestre.
El gran favorito
No estamos haciendo ningún descubrimiento, ni mucho menos subestimando a su rival, pero el primer candidato a quedarse con el título es Atlético Nacional. Este no es el mismo equipo que ha sido campeón colombiano en diez ocasiones, ni tampoco el que ha ganado cinco copas internacionales oficiales de FIFA/Conmebol, pero todos esos trofeos reposan en las vitrinas de su sede administrativa en Medellín. Es uno de los cuatro equipos más importantes de este país, junto con el América, Millonarios y Deportivo Cali. Tiene pergaminos, historia e hinchada. Y eso pesa.
Otra cosa es que el actual nivel de juego de la nómina al mando del técnico Santiago Escobar dista mucho del que tuvieron esos grandes planteles de tiempos anteriores. Sin embargo, el equipo del Sachi consiguió los resultados que necesitaba, a su modo, jugando con un estilo que no es el de Nacional y que a mucha gente no le gusta, porque no es precisamente el más agradable a la retina del aficionado común. Guardando las debidas proporciones, el equipo verdolaga de hoy funciona como aquel que dirigió Reinaldo Mostaza Merlo en 1999, que tuvo una muy buena ejecutoria en el torneo Apertura, en la época en la que no había estrellas cada semestre. Merlo fue sacado a sombrerazos, a pesar de dejar al equipo en el segundo lugar de la reclasificación.
La salida de Giovanni Moreno al Racing Club dejó un hueco que no se ha podido llenar. El llamado a reemplazarlo, Macnelly Torres, no ha dado aún la talla para hacer que Nacional se recupere. Al no haber quién genere fútbol en la mitad del campo, toca jugar de otra manera. Cuando la defensa del cuadro antioqueño le quita el balón al equipo contrario no tiene otra alternativa que lanzarla lejos, echando a la guerra a los atacantes, a que hagan lo que puedan en el área enemiga. Es una alternativa válida, pero tampoco se puede pretender jugar así durante todo el partido y, peor aún, volver a hacerlo en todos los partidos. Con todo, Nacional tiene la segunda mejor delantera del Apertura 2011, con 38 tantos hasta el cierre de la semifinal, y en seis de los 18 encuentros de la fase regular marcó tres o más goles. La mitad de esos 38 goles han sido anotados por dos jugadores: Carlos Rentería (10) y Dorlan Pabón (9).
Los números mostrados líneas atrás indican que estamos ante un equipo efectivo, desde la fría óptica de las estadísticas. Lo paradójico es que la gran figura de Nacional está en el arco. El portero argentino Gastón Pezzuti es el mayor referente de la formación habitual del técnico Escobar. ¿Por qué? Porque a Nacional lo atacan mucho —tiene hasta el momento 31 goles en contra, la valla más vencida de los ocho que clasificaron, y si no es por Pezzuti, de seguro que esa cifra sería aún mayor—. Es un arquero de corte antiguo, atajador y con una buena dosis de sangre fría. Su actuación en la definición con tiros desde el punto penal ante el Cali en Cúcuta fue notable. Incluso, un comentarista de la vieja guardia señaló que su desempeño debajo de los tres palos se parece mucho al que tuvo en su momento Raúl Ramón Navarro, el guardameta insignia de la era Zubeldía.
El Nacional finalista está marcado por la irregularidad. En las dos series de ida y vuelta clasificó por los ítems de desempate, puesto que en ambos casos ganó sus compromisos de local pero perdió como visitante. En cuartos cayó 0-1 en Palmaseca ante el Cali y ganó 2-1 con estadio prestado en Cúcuta y pasó por penales. En semifinal ganó en Medellín 3-1 y fue vencido 0-1 en Ibagué por el Tolima. El gol diferencia le dio el tiquete a la final. Su abolengo lo pone encabezando las apuestas, pero debe ser más contundente, si no quiere pasar un susto.
A dar la sorpresa
La Equidad ha sido un experimento bastante exitoso en cuanto a la incursión en el fútbol de una empresa que se dedica a una actividad que poco tiene que ver con este deporte. Lleva cuatro años en primera división y ha clasificado la mayoría de las veces a la segunda fase, amén de haber sido finalista en 2007 —casualmente frente a Nacional— y 2010 contra Junior. Equidad fue campeón de la Copa Colombia en 2008, derrotando al Once Caldas.
Ese es todo el palmarés que tiene para mostrar el conjunto asegurador. Su historia en el profesionalismo es reciente y corta. Su hinchada, más allá de los empleados de la firma, que reciben boletas en las oficinas, es mínima. Eso sí, su sede natural, el estadio Metropolitano de Techo, se ha convertido en un dolor de cabeza para quienes juegan allá como visitantes, no porque el escenario sea malo, sino porque es muy difícil ganarle en su cancha a La Equidad. En este torneo solamente perdió 1-2 ante el Cali. En cambio, dos equipos tradicionales, pasaron una vergüenza en ese gramado: Junior fue goleado 3-0 en la séptima fecha y el DIM salió de allí con un 5-0 en la fecha 12.
Quienes se enfrentan a La Equidad se quejan de que su planteamiento está destinado a no dejar jugar. Y tienen razón. Es un equipo picapiedra, que estorba cualquier movimiento de su rival y pega muchísimo. No en vano, es uno de los que encabeza las estadísticas de tarjetas amarillas y rojas, porque su zona defensiva y el mediocampo de marca se tienen confianza a la hora de dar patadas, poner zancadillas y repartir empujones. Es un planteamiento que no tiene nada que ver con el juego estético y preciosista de su orientador, Alexis García, que en sus épocas de jugador trataba muy bien a la pelota.
El conjunto verde de Techo llega a su tercera final, y aunque no es el favorito, bien podría dar la sorpresa del campeonato. Para ello, tiene que conseguir una victoria como local este domingo 12, y ojalá con una amplia diferencia de goles, porque va a ser supremamente complicado el juego de vuelta en el Atanasio Girardot, el sábado 18 de junio. La historia, los títulos y el despliegue mediático cuentan de la cancha hacia afuera, porque adentro puede pasar cualquier cosa.
domingo 19 de junio de 2011, 22:14 COT
Y se dio la lógica. Sin embargo, le queda a uno la impresión de que la gente de Equidad no pensó nunca que podría haber penales, y creyeron que o bien sostenían la ventaja que llevaban de Bogotá, o bien los goleaban.
No de otra forma se explica la pésima manera como ejecutaron los tiros todos los ejecutantes del cuadro “asegurador”. Sobre todo el último que pateó Araújo. Es imperdonable dárselas de calidoso en una definición desde los doce pasos.
El gol de Polo, en el último minuto del tiempo adicional, que forzó a la instancia de los penales, fue un accidente, y no afectó en nada el ánimo de los jugadores de Nacional, cosa contraria a lo que ocurrió en 2004.