Cohetes iónicos
Ciencia y conciencia > ColumnasPor Thilo Hanisch Luque
lunes 21 de mayo de 2007 0:01 COT
Miembro de equinoXio y autor del blog Observatorio Independiente de Medios de Colombia (OIMC)
“Bueno, este es el futuro que le espera a nuestros descendientes, sin que podamos decir que sea tan ciencia ficción el que nosotros mismos seamos "energizados" y transportados hacia otras estrellas, y conste que, a diferencia tuya, tengo mi propia 7 de 9, completamente humana que me teletransporta cada vez que… bueno, tú me entiendes…, y por ello puedo dejar constancia que esta luz, a temperatura mayor que la ambiente, me convierte en pura energía.” Comentario de Marsares en Más rápido que la luz .
Aunque aún estamos lejos de alcanzar las proezas que Marsares describe en este divertido y sabio comentario, a propósito de la posibilidad de llegar más lejos en menos tiempo –a la velocidad de la luz-, he de decir que ya se han dado importantes pasos para lograrlo. Hace muchos artículos, en un post titulado Buscando un nuevo hogar (primera parte), yo opinaba sobre la necesidad de crear naves mucho más rápidas, si es que al menos queríamos explorar a cabalidad nuestro sistema solar.
Había propuesto la meta hipotética de al menos lograr velocidades diez veces superiores a las actuales, en vista de que alcanzar el cinturón de asteroides y cometas externo del sistema solar -y que por convención se considera la frontera entre el “espacio interno” y el “espacio externo”-, tomaría al menos cien años, con las velocidades máximas que permite la propulsión a chorro de los cohetes más modernos que existen hoy en día –digamos que unos 60.000 km/hora-. Y claro, a medida que se lee más, se averiguan cosas interesantes, afortunadamente.
El 24 de octubre de 1998 la NASA empezó a ensayar una serie de nuevas tecnologías como parte del Programa del Nuevo Milenio, mediante una nave llamada Deep Space One (DS1). Es difícil constatar hasta qué punto la motivación para hacerlo fue producto del mero interés científico, y hasta qué punto un fenómeno circunstancial, por las severas restricciones presupuestarias que sufre la investigación científica y el desarrollo con fines pacíficos de nueva tecnología en estos tiempos. Cada vez que hay una guerra costosa en alguna parte del globo, sufren los habitantes civiles de todas partes, el seguro médico, el medio ambiente, la educación, y por supuesto, las entidades gubernamentales como la NASA.
Pero a veces los grandes obstáculos de la vida conllevan grandes innovaciones, como en este caso. Entre las nuevas tecnologías empleadas en el DS1 había un cohete de propulsión iónica, el NSTAR. La propulsión iónica en este caso en particular (hay varios tipos de motores iónicos) consiste en utilizar el gas xenón y someterlo a descargas eléctricas para forzar su ionización. Esas cargas positivas y negativas que se crean al separar cationes (radical positivo) y aniones (radical negativo) son aceleradas eléctricamente a una velocidad aproximada de 30 kilómetros por segundo, lo cual equivale a unos 100.000 km/hora.
A tal increíble velocidad dichos iones son expulsados, creando una fuerza de empuje en dirección contraria, naturalmente. Pero en realidad este motor o cohete de propulsión iónica no fue el primero en crearse. Ya en 1960 se había construido el primer prototipo en el centro de investigaciones del Glenn Research Center. Pero el DS1 fue el primer cohete realmente utilizado en una misión espacial de la NASA, y logró velocidades finales de 3,6 km/seg, es decir unos 13.000 km/hora. Más increíble aún es que esta fuente de propulsión es mucho más económica, y permitiría avanzar grandes distancias con mucho menos peso, y un ahorro sustancial de energía propelente, ya que con cantidades tan pequeñas como dos gramos de xenón se puede mantener la velocidad por todo un día.
Falta superar verdaderamente la velocidad máxima lograda por los cohetes de propulsión a chorro, que es algo muy relativo, como ya decía, pues naves exploratorias como el Voyager 1 y 2 se han valido de las fuerzas gravitacionales de los planetas que van sobrepasando para impulsarse en el espacio. Algo parecido sucede con las naves que se mueven en la órbita terrestre, y cuya velocidad es relativa, pues una cosa es el tiempo con el que se logra una órbita -90 minutos-, y otra muy diferente la distancia medida verticalmente desde el suelo terrestre, a medida que una nave se aleja de nuestro planeta para ir a otra parte, como a la luna por ejemplo. Pero lo más importante es que menos peso y más eficiencia permitirán llegar muchísimo más lejos, no importa como la midamos.
Los nuevos cohetes en desarrollo en la NASA como los NEP, prometen desarrollar 100.000 km/h a mediano plazo, utilizando de dos a tres veces menos cantidad de energía eléctrica para lograr un flujo iónico equivalente al del DS1, y con una eficiencia global del cohete mejorada en un 30%. La duración de este nuevo combustible sería de 5 a 8 veces superior. Un inconveniente de la tecnología es que el flujo iónico produce mucho desgaste de los metales y aleaciones que lo contienen, por fricción y calor que se genera, obligando al desarrollo de coberturas y diseños más óptimos. También es un problema el de la radiación resultante, pues se habla de utilizar esta tecnología para llevar misiones tripuladas a Marte.
Otro inconveniente es que la aceleración es muy deficiente, por lo que eventualmente se requerirían cohetes convencionales para acelerar futuras naves hasta cierta velocidad, y luego hacer el “switch” al cohete iónico. Por último, si bien las cantidades necesarias de xenón no son muy altas, si se requiere de una fuente permanente de energía eléctrica. Esta puede ser la radiación solar, una pila atómica o una batería que se recargue con la corriente generada por la luz solar. Suena redundante, pero hay que decirlo, este motor es toda una proeza de la ingeniería aeroespacial. De cualquier manera, otro prototipo de cohete iónico, llamado el NEXT, es uno de los favoritos de la NASA para volver a Titán, la mítica luna de Saturno, a un billón de kilómetros de distancia del sol. La idea es colocar un satélite permanente en la órbita de Titán, lo cual serviría no sólo para tener una fuente permanente de imágenes e información de la luna misma, sino también de sus alrededores, que con respecto a la Tierra son una alejada esquina de nuestro sistema solar. Pero voy a dejar de echar carreta, e invitar a mis lectores a que vean este video de la NASA, que demuestra de manera más gráfica de qué se trata todo esto. Hasta la próxima.
Imágenes y video de la NASA.
lunes 21 de mayo de 2007, 10:24 COT
El problema sigue siendo la entrada en órbita, nada nuevo hay desde hace 50 años desde que se lanzó el Cohete R7, y la alternativa del Ascensor Espacial está muy lejano o es impráctica. Mientras tanto los gringos están copiando al Soyuz mezclándolo con un Apolo.
lunes 21 de mayo de 2007, 12:57 COT
Hola “Aturdido”: Muy chévere el link hacía la página de cohetes rusos que usted nos suministra. Yo creo que los cohetes de propulsión iónica llegaron para quedarse, y que si lograremos velocidades de al menos 250.000 km/hora, que al menos ya es tres veves más del récord logrado hasta ahora por el Voyager. Al abaratarse y aligerarse las naves espaciales, y al poder llegar a Marte en 2 meses, eventualmente, la llegada del hombre a Marte será una realidad. El ascensor espacial si me pareció siempre poco realista, en eso sí conciuerdo con usted. Felicitaciones por su página Web y gracias por su comentario.
lunes 21 de mayo de 2007, 12:59 COT
OOps: Se me fue una “i” en el concuerda…
martes 22 de mayo de 2007, 09:26 COT
Motores de Iones, como en los TIE (Twin Ion Engines) Fighters… Waw.
Desde hace muchos años – unos veinte – cuando leí la “Cita con Rama” de Clarke, me llamó la atención el tema del Impulso Espacial: un sistema capaz de mover y acelerar un vehículo sin echar mano del principio de acción-reacción. Por supuesto, mi escasa formación en física y matemáticas me hacen imposible profundizar en la teoría necesaria para dicho sistema. Ahí le dejo la inquietud.
Mencionas que Titán está a “a un billón de kilómetros de distancia del sol”. ¿Estamnos hablando de un millón de millones de kilómetros – definición de “billón” en nuestra lengua? ¿O de mil millones de kilómetros, es decir, un millardo en español, pero un “Billion” en inglés?
Hago el comentario por claridad para con los lectores – empezando por mimercé – pero sobre todo para que evitemos los errores que los demás medios cada vez popularizan más.
Ahora, puede que el equivocado sea yo…
martes 22 de mayo de 2007, 10:20 COT
Mornatur tienes razon en tu comentario, saturno esta a mas o menos 1500 millones de km del sol.
lo del impulso espacial se basa en la inercia. Yesta no esta clara como se produce. Mach uno de los que mas influyo en el pensamiento de Einsten (despues de Besso) afirmaba que la inercia era causada por las galaxias lejanas. y por eso cada vez que siento una aceleracion en el carro o el avion o metro, pienso en ello y me siento unido a galaxias mas alla de nuestra propia vision.
aun no existe una teoria de la gravedad consistente y los fisicos al enpeñarse por las teorias cuanticas al tratar de cuantizar a la gravedad han terminado, con gravitones y gravitinos (como los fotones y los fotinos) el problema es que esas particulas, (hasta ahora teologicas) gravitarian asia si mismas. Algunas de las teorias de superstring, parecen que eliminan esos infinitos. Pero aun es muy pronto para comprender a la gravedad.
pero cuando se entienda, de verdad verdad, es que un mecanismo similar al de la asistencia espacial pueda ser concebido.
martes 22 de mayo de 2007, 10:37 COT
Mornatur: Lo leí en una página de la NASA en inglés, de manera que estás en lo correcto. Gracias por la corrección. Y si hay, turbinas iónicas en diseño para jets. En cuanto a ciencias básicas, estoy contigo…
martes 22 de mayo de 2007, 15:37 COT
Si Luis, estás en lo correcto, gracias por la precisión: son unas 9,4 UA (1UA=150.000.000 km), da unos 1430 millones de km. Gracias.
mircoles 23 de mayo de 2007, 11:41 COT
Demostrado: Thilo es trekkie
jueves 24 de mayo de 2007, 10:54 COT
creo que tendrian que fabricar un cohete similar a lasa d la sonda helio 1 y 2 que llego a 252 000 kil por hora
sacando cuentas en 1 mes está en marte