Cayendo en estereotipos
Columnas > Life in the Picture MotionPor Diana Luque Lavado
martes 14 de octubre de 2008 5:56 COT
¿Qué tan malos son los estereotipos? ¿Existirá el ‘auténtico’ que no es un estereotipo sino alguien ‘original’? Me encontré, según un par de comentarios, con que mi artículo anterior cayó en estereotipos. No me disculpo, ni digo que fue en broma, es más: fue tan en serio como los otros que he escrito en esta columna. Lo mejor fue que eso me dio la posibilidad de hablar de una de mis películas favoritas, de la cual quería escribir un artículo, pero no sabía cómo relacionarlo, con qué tema.
La película: The Breakfast Club, traducida como El Club de los Cinco, dirigida y escrita por John Hughes (escribió Home Alone (Mi pobre angelito), Beethoven, 101 Dalmatians, Flubber y Made in Manhattan). Considerada como un ícono clásico norteamericano de la década de los 80 sobre lo que significa estar en secundaria, una de los temas favoritos de los estadounidenses, protagonizado por la reina de las comedias de la época y un prometedor galán latino: Molly Ringwald y Emilio Estevez. Supe de ella en uno de esos famosos conteos de un canal que se dedica a exaltar lo clásico y después la vi por primera vez allí. La volví a ver para escribir este artículo y me emocionó aún más que la primera. ¿Por qué? Porque todos de alguna manera hemos vivido lo mismo que estos cinco estudiantes.
La trama: cinco estudiantes, los estereotipos de la escuela, la popular Clare, el atleta Andy, el ñoño Brian, el violento John y la rara Allison, deben pasar todo el sábado juntos, castigados en la biblioteca, escribiendo un ensayo sobre el por qué se encuentran ahí. Como sucede cuando todos los estereotipos están juntos, se empiezan a dar peleas porque cada quién juzga al otro por lo que cree que es, y no quiere ser juzgado por el estereotipo que representa. Eso se puede ver en la escena donde comienzan los ataques verbales entre Claire y John.
Una de las escenas que empieza a mostrar el cambio y el apoyo es cuando John ha quitado la bisagra de la puerta y todos le cubren frente al director Vernon: siempre los estereotipos se unirán en el momento en el que una fuerza poderosa –que en este caso, también es estereotipada– llegue a ponerse en contra. A partir de ahí, y siguiendo con el prejuicio de lo que representa cada uno de los estereotipos, comienza una escalera de acontecimientos donde vemos como los estereotipos caen y surgen lo que hay dentro de los personajes.
Al avanzar la película, por medio de algunas graciosas escenas, y otras fuertes, podemos ver quiénes son en realidad estos cinco estudiantes. Dos de mis escenas favoritas: la primera es cuando el grupo decide ir a fumar marihuana al fondo de la biblioteca. Como una buena montaña rusa emocional, ese es el momento cumbre donde cada quién se expresa, vemos el cambio de Brian, quien es ahora el centro de atención y de risas. Lo mismo sucede con Andy, a quien critican anteriormente por ser luchador y tener que usar mallas, en ese momento muestra que es más que un atleta, que realmente es un luchador, una persona que pelea.
La otra escena es la de las confesiones, donde todos sentados en una charla, que parece sencilla al comienzo, ponen al desnudo sus almas. Clare, presionada por todos, confiesa que es virgen y que está aburrida del mundo social donde se mueve. Andy muestra el gran odio que siente hacía su padre por obligarlo a luchar y a ser un ganador siempre. Brian habla de sus calificaciones y como estuvo a punto de acabar con su vida con un rifle. En una escena anterior, Allison le ha confesado a Andy que es rara solo para llamar la atención de todos, pero no consigue la que más le interesa: la de sus padres.
¿Y esta reflexión sobre estereotipos? La misma que hace Clare, respondiendo a la pregunta de Brian sobre qué sucedería con ellos el lunes: cada quién a su vida normal, pues no se pueden arriesgar a romper su vida social. Partí de un estereotipo en el artículo pasado, y aunque soy consciente que no todas las mujeres somos el estereotipo completo, simplemente lo que puse es parte de todas. Puede que no le gusten esos actores, pero le gustarán otros. Simplemente uno es y no es, uno tiene de todo por dentro… como dice Brian en el final de The Breakfast Club.
Brian Johnson: Dear Mr. Vernon, we accept the fact that we had to sacrifice a whole Saturday in detention for whatever it was we did wrong. But we think you’re crazy to make an essay telling you who we think we are. You see us as you want to see us… In the simplest terms, in the most convenient definitions. But what we found out is that each one of us is a brain…
Andrew Clark: …and an athlete…
Allison Reynolds: …and a basket case…
Claire Standish: …a princess…
John Bender: …and a criminal…
Brian Johnson: Does that answer your question?… Sincerely yours, the Breakfast Club.
Brian Johnson: Querido señor Vernon, aceptamos el hecho que hemos sacrificado completamente un sábado en detención por cualquier cosa que hayamos hecho mal. Pero pensamos que usted está loco al colocarnos a hacer un ensayo diciendo quien pensamos que somos. Usted ve lo que quiere ver en nosotros… En términos simples, en convenientes definiciones. Pero lo que encontramos es que cada uno de nosotros es un cerebro…
Andrew Clark: …y un atleta…
Allison Reynolds: …y un caso perdido…
Claire Standish: …una princesa…
John Bender: …y un criminal…
Brian Johnson: ¿Responde eso su pregunta?… Sinceramente, the Breakfast Club.
Espero les haya animado a verla. Además la banda sonora tiene una canción que se volvió muy popular a partir de la película: Don’t You (Forget About Me) de Simple Minds, que es la que suena durante el video. Películas sobre adolescentes muchas, pero está es una lección. Todos tenemos de todo.
mircoles 15 de octubre de 2008, 00:34 COT
Hola Diana. Disfruté mucho su comentario sobre la película “The Breakfast Club.” Es una favorita de mía. La mejor cosa es que muchas personas pueden relacionar con las caracteres. Pero, más importantemente estaban los estereotipos que cada carácter representaron. A lo largo de la vida, éstos estereotipos previenen la gente desde se familiarizando y es desafortunado. Pienso que el mensaje de la película es la verdad; que cada uno de nosotros tiene un calidad de los estereotipos. Aunque existen, yo creo que si podemos ver más allá de los estereotipos, aprenderíamos mucho. También, veremos que nosotros somos más igual que pensamos.
Por favor, perdóname por cualquieres errores gramaticales porque estoy un estudiante de español y todavía aprendiendo. ¡Gracias!
Courtney
jueves 16 de octubre de 2008, 19:47 COT
Pues creo que entonces necesito ver esta película
domingo 19 de octubre de 2008, 22:10 COT
Me olvidé de darte el dirección de mi blog en mi comentario pasado. ¡Por favor visite mi página!
Gracias,
Courtney
http://pensamientosdecourtney.blogspot.com
viernes 24 de octubre de 2008, 12:37 COT
don’t you forgot about me… linda pelicula. the breakfast club buena banda sonora, y siempre pense que la vida iba a dejar de ser asi al terminar la escuela y hoy raramente nos encontramos en las mismas, uribistas, antiuribistas, narcos, hogareños, fanaticos del deporte, religiosos, etc… tantos grupos sociales tan distintos pero a la ves tan tolerables. por que como lo decia Quino Humanos Somos, pero lo rico de los estereotipos es que te dan una normativa y todos caemos de alguna u otra forma en un grupo… rico o no ser parte de algo, hasta los indi son algo… y lo seremos pero en le fondo solo somos humanos,,, pecadores. humanos felices, humanos malos, humanos en nuestras decisiones, numanos herraticos, amorosos, y hasta divinos