Castigo ejemplar para el “niño rebelde” de Japón S. A.
Ciudadano del mundo > ColumnasPor Julián Ortega Martínez
martes 27 de marzo de 2007 0:01 COT
Takafumi Horie en el programa Sunday Project de TV Asahi
En los últimos días, Takafumi Horie, de 34 años, propietario de la firma de internet livedoor, fue condenado a 30 meses de prisión por fraude fiscal. El joven y agresivo empresario, a diferencia de sus más conservadoras y encorbatadas contrapartes, se negó rotundamente a declararse culpable durante el proceso y, en un gesto considerado “desafiante”, se niega a aceptar su condena y ha apelado la decisión judicial. Sin duda, el hecho de que pase dos años y medio de prisión es consecuencia de su rebeldía ante los tribunales, que no le perdonaron el no haberse echado al agua y mantenido en sus trece. Normalmente, en Japón los criminales de cuello blanco no van a prisión si agachan la cabeza y reconocen sus “errores”.
Horie fue uno de los personajes que se taparon en plata de la noche a la mañana con el boom “puntocom” de comienzos de la presente década. Pero lo que más ofendió a los conservadores hombres de negocios nipones fue precisamente su estilo directo y desenfadado tanto para presumir su fortuna y su buena vida, además de su forma de vestir, como para hacer sus operaciones bursátiles y sus compras hostiles. Horie intentó infructuosamente comprar un equipo de béisbol y también falló a la hora de obtener la licencia para fundar uno. No obstante, logró, mediante la muy estadounidense “compra hostil”, quedarse con un porcentaje del grupo radial Nippon Broadcasting System (NBS) y más tarde consiguió que su propietario, el conglomerado Fujisankei, dueño de Fuji TV, la cadena televisiva de mayor audiencia, y del derechista diario Sankei Shimbun, comprara una importante participación en su empresa. El periódico le “dio palo” a Horiemon por sus métodos “no japoneses” y porque, según la publicación, “el tener el dinero no le da autoridad suficiente para mantener un diario o una estación de TV para el bien público”.
Horiemon trató entonces de unir los medios masivos tradicionales con los nuevos, mediante un modelo de negocio que causó (y causa todavía) reparos en Japón. De paso, aprovechó su popularidad para intentar incursionar en la política, presentándose en las elecciones de mitaca de septiembre de 2005, con el apoyo silencioso del entonces primer ministro Jun’ichirō Koizumi, como candidato a la cámara baja por un distrito de Hiroshima. Obtuvo cerca de 85.000 votos pero perdió. Y justo cuando las cosas iban viento en popa, en enero de 2006 las autoridades allanaron sus oficinas en Tokio, buscando pruebas de posible fraude. Al parecer, livedoor había engañado a sus accionistas (la mayoría inversionistas individuales) con información falsa, inflando o mintiendo sobre las ganancias. Como consecuencia, el 18 de enero de 2006 la Bolsa de Tokio cerró veinte minutos antes de lo habitual, ante la avalancha de transacciones que colapsó el sistema y que provó el hundimiento de las acciones de livedoor en el mercado, hecho conocido como el livedoor shock. Dos días después, se suicidaría uno de sus principales asistentes, y el 23 de enero Horie sería arrestado junto con otros tres importantes ejecutivos de su compañía. Al día siguiente renunció como presidente de livedoor y en abril, tras pagar una cuantiosa fianza, fue obligado a abstenerse de cualquier contacto con la empresa, que era sacada del índice bursátil, al cual volverá en los próximos meses.
El juicio comenzó en septiembre de 2006 y finalizó hace cerca de dos semanas, cuando la Corte de Distrito de Tokio lo encontró culpable de haber falsificado la contabilidad de livedoor y, por tanto, engañado a sus inversionistas. De 4 años que buscaban los fiscales, Horie fue condenado a dos años y medio, mientras el magnate sostenía su inocencia. Otros ejecutivos fueron enviados a prisión y algunos, tras declararse culpables, recibieron libertad condicional. El hombre que en 2005 era reseñado por Time como uno de los personajes de los que había que estar pendientes en los negocios internacionales se va tras las rejas durante un buen tiempo. Mientras sus emperifolladas ex novias se “bajaban de la nube”, Horiemon declaraba en un programa de la cadena TV Asahi hace una semana que no se iba a disculpar, que no había hecho nada malo y que no aceptaba el fallo del tribunal, cuyo presidente calificó de “malicioso” el delito del joven empresario. El viernes pasado, livedoor fue multada por 280 millones de yenes (1,8 millones de euros) por los mismos hechos.
El Asahi Shimbun calificó de justo el veredicto contra Horie y defendió las medidas legislativas que se tomaron para evitar que fraudes de esta clase se repitan, teniendo en cuenta que muchas de las intrépidas prácticas bursátiles de Horie eran nuevas en Japón, desconcertando a los viejos zorros del “Japón S. A”. Algunos creen que la severidad de la condena es una advertencia para los nuevos jóvenes empresarios que, aburridos del carácter ceremonioso y excesivamente formal del ambiente bursátil nipón, buscan abrirse camino, de manera honrada eso sí, con sus propuestas y sus ofertas. Tal vez, como le dijo uno de ellos a la prensa internacional, los efectos de la condena de Horie serán pasajeros. Pero mientras eso sucede y aparece una “nueva economía”, no les queda otra opción que hacer las cosas según el orden establecido por la vieja guardia.
martes 27 de marzo de 2007, 16:59 COT
No tengo mucho que decir sobre este artículo además de que está excelente.
martes 27 de marzo de 2007, 17:34 COT
A Horie se le fue la mano por ser directo y hablar claro,y levantar la cabeza, es el simbolo de rebeldia y exigencia del cambio ,hipocrita, sumizo,manipulado encerrado, tapado,frio y aniquilador como la vieja guardia japonesa trata en medio de sus vejeces y arrugas,mantener egoistamente el dominio del pais ,sin darles una aportunidad a sus jovenes,que los persiguen,los mantienen encerrados en una cantidad de reglamentos y presiones,la juventud japonesa es la mas oprimida del mundo,tienen de todo menos libertad y pesonalidad ,les ha sido robada .lastima verlos asi.sin poder de opinar ni hacer nada. solo crecer para ser obreros en las multinacionales.y pasar 14 horas diarios trabajando con la cabeza agachada pues el sistema los endeuda y encadena de por vida ,que no pueden ni atender sus hogares .ni ver por sus hijos. presas del ijime y la soledad.lastima este sistema.Ellos cunado roban o hacen fraudes, se tapan y se disculpan. pero si lo hace un joven o un extranjero es un vulgar rebelde;o un gaijin asqueroso que apesta en estas tierras.