África olvidada por los medios chibchas, parte 1: la guerra interminable en Uganda
Especial 2008 Por: Julián Ortega Martínez29 de Diciembre de 2008
Ya es habitual en los medios masivos colombianos el pobre cubrimiento de la información internacional. La actitud provinciana, de “somos el ombligo del mundo”, no es para nada nueva. Y dado que para la mayoría de la población la única fuente de información son medios como la televisión y la radio, muchos colombianos no se enteran de que, aparte de nuestro prolongado conflicto interno (así José Obdulio dedique el resto de su vida a negarlo) y las invasiones gringas a Iraq y Afganistán, en muchas otras partes del mundo existen guerras tanto o más graves que la nuestra (de hecho, rara vez la guerra colombiana ‘moja’ prensa afuera, a no ser que esté metido en algún lado Hugo Chávez, como sucedió con los Toshiba de alias Raúl Reyes, o, desde su liberación, Íngrid Betancourt).
África, todo un continente, es uno de los lugares que más desconocemos los colombianos en términos informativos. Apenas se mencionan Darfur o, más recientemente, la piratería en las costas de Somalia (otro país con su propia guerra civil). Un diario nacional publicó la semana pasada una excelente serie de artículos de Jon Lee Anderson sobre el dictador de Zimbabue, Robert Mugabe. Y, cómo olvidarlo, los vergonzosos nombramientos de los polémicos Carlos Moreno de Caro y Édgar Perea en la embajada de Colombia en Sudáfrica, una de las tres misiones diplomáticas que tenemos allá (las otras dos son las de Egipto y Kenia). De resto, apenas llegan muy de vez en cuando noticias de esa parte del mundo, que en el imaginario nacional suele representarse con “negritos” raquíticos aguantando hambre (a pesar de que hay países como Nigeria o Kenia con un desarrollo similar a algunos países latinoamericanos, o Sudáfrica, que es considerada potencia “emergente”).
Para remediar en un porcentaje mínimo ese blackout informativo, hemos escogido reseñar en este especial tres acontecimientos (de muchos) ocurridos en África en este año que termina. Iniciamos con la guerra entre el ejército de Uganda (otrora una insurgencia) y el Ejército de Liberación del Señor, que ya completó dos décadas y que en 2008 vio cómo fracasaron las conversaciones de paz iniciadas dos años antes. Al fin y al cabo, todos somos afrodescendientes.
La guerra interminable en Uganda

Abril de 2007, Patongo, norte de Uganda: los hermanos mayores cuidan de los menores mientras los padres salen al campo (Foto: Sanjoy Ghosh / Flickr, licencia CC-BY)
En septiembre de 2006, dábamos cuenta en equinoXio de un proceso de paz en Uganda, entre el gobierno de ese país y el grupo extremista y paramilitar cristiano Ejército de Liberación del Señor (LRA, por sus siglas en inglés), liderado por Joseph Kony. El LRA es sucesor del Ejército Cristiano Demócrata de Uganda (UDCA), formado tras el derrocamiento de Tito Okello, miembro de la etnia acholi, que habita el norte del país, en 1986. Okello luchó en el Ejército Nacional de Liberación de Uganda (UNLA) contra el dictador Idi Amin en los 70, y luego contra el antecesor -y sucesor- de éste, Milton Obote, a quien derrocó en 1985. No obstante, seis meses más tarde, otro grupo armado, el Ejército de Resistencia Nacional (NRA), al mando de Yoweri Museveni, lo sacaría del poder. Museveni es el presidente de Uganda desde entonces y el NRA es el ejército oficial.