Me pregunto, ¿qué ha pasado con el videoclip, en especial en el año que acaba de pasar, 2008? ¿En qué momento pareció perderse la creatividad, productividad y buena manufactura que hizo que muchos amáramos esta parte del audiovisual? Decido hacer este balance del año, pensando en lo que sucede en videoclip, partiendo de los premios: muchos se quejarán de que los premios no son precisamente lo más representativo, pero es de suponer que los premios muestran lo comercial, que podrá no ser representativo, pero sí lo conocido para el público.

Empezaré a demostrar mi punto partiendo de lo internacional. Tomo a MTV, teniendo en cuenta que a pesar de que la calidad del canal va cada vez más en picada, su influencia sobre el nacimiento y desarrollo del videoclip es innegable. En los VMA 2008, en la categoría de mejor video, es indiscutible la preponderancia del pop comercial, donde los videos son simples muestras del poder, dinero o sexo del artista.

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La Yidispolítica

[Fotomontaje: Juan Mojica (Licenciado´) / Flickr, licencia CC-BY-NC-ND)

No es la primera vez que se cambian prebendas por votos. Ha sido una práctica reiterada de nuestra vida republicana, Pero, aparte de investigaciones regionales y las protestas de los perdedores, nunca se había llegado hasta los pasillos de la Casa de Nariño. Pero en este año atípico, también esto fue posible.

El incumplimiento parcial de lo prometido llevó a su protagonista, Yidis Medina, una oscura parlamentaria que llegó al poder haciendo un reemplazo, a grabar un video en el que confesaba el cohecho y a sus propiciadores. Este fue guardado por un noticiero de TV que lo reveló a la opinión pública dos años después al considerar que las condiciones del país así lo ameritaban.

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La reelección

Pancarta a favor de una tercera reelección de Uribe, desplegada durante la marcha del 4 de febrero de 2008 contra las FARC en la carrera 7a. de Bogotá (Foto: Julián Ortega Martínez / equinoXio, licencia CC-BY)

Los éxitos militares de la Seguridad Democrática y una economía en franco crecimiento, ocupando un lugar destacado en América Latina, daba por hecho la continuidad de este modelo y con él la reelección de su líder, el Presidente Uribe. Pese a las protestas de la oposición, la agenda política comenzó a contemplar en serio la manera de que Uribe siguiera en el poder después de 2010. Pero dados los apetitos presidenciales de los líderes de la coalición gobiernista, la consabida reforma constitucional para darle vía a un tercer mandato debía hacerse a través de un referendo.

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El peor año de las FARC

Imposible imaginar que en un solo año, todo se conjurara en contra de las FARC. Replegadas a lo íntimo de la selva por la Seguridad Democrática, le apostaban a su desgaste, mientras se abrían de nuevo camino en los escenarios internacionales, gracias a sus aliados presidenciales, y a los secuestrados convertidos en mercancía de intercambio.

Pero todo les salió mal, por torpeza propia, éxitos ajenos, y la propia suerte que esta vez estuvo a favor del otro lado. El final del 2007 estaba por terminar con pie derecho, con la parafernalia montada por el Presidente Chávez para devolver a Clara Rojas y a su hijo Emmanuel, junto con la ex parlamentaria Consuelo González de Perdomo.

Pero a Emmanuel no lo tenían las FARC. El campesino al que se le encargó cuidarlo lo había llevado en mal estado a un hospital y el ICBF lo tenía bajo su cuidado. Ahí comenzó a salir todo mal, el escenario internacional montado se desbarató, y tan sólo pudieron devolver a Clara y Consuelo, quedando al descubierto su ineptitud y de paso dejando en ridículo al Presidente de Venezuela.

Luego vendría la muerte de Raúl Reyes a manos del Gobierno (días después de otra liberación unilateral, la de Gloria Polanco, Luis Eladio Pérez, Orlando Beltrán y Jorge Eduardo Géchem), la del propio Marulanda vencido por la vejez, luego la de Iván Ríos asesinado por uno de los suyos para cobrar la recompensa, la de Martín Caballero abatido en combate, la entrega de Karina, una de sus guerrilleras emblemáticas, la captura de Martín Sombra, otra figura legendaria, la Operación Jaque que llevó a la libertad a Íngrid Betancourt y 13 secuestrados más, y la huída de Óscar Tulio Lizcano con uno de los guerrilleros que lo cuidaban.

Deserciones, capturas, marchas de millones repudiándolos, desbarajuste en sus finanzas, moral resquebrajada, aislamiento internacional, descubrimiento de sus nexos con gobiernos vecinos y un Secretariado golpeado, son el negativo balance de 2008 para las FARC. Un año para el olvido de una guerrilla que se le olvidó ganar. Ahora sólo vive de los rastrojos de un monte cada vez más esquivo y traicionero. Tantas batallas perdidas hacen pensar que la negociación se impone. El tiempo ya no está de lado de las FARC. Tampoco la victoria.

Victorias de papel

Facsímil de tarjeta emitida por la campaña No más falsos positivos

Nadie niega que las Fuerzas Armadas colombianas, a partir de la reorganización que se dio en el Gobierno de Pastrana, han ganado en eficiencia, colocando la ecuación de la guerra a su favor. Después de las derrotas sufridas en el Gobierno de Samper, el aumento de tropas, el fortalecimiento de la inteligencia, la ayuda tecnológica, la ocupación permanente de territorios y la ofensiva constante, las han convertido en una máquina de guerra eficiente.

Infortunadamente los derechos humanos no han ido de la mano con sus victorias. Urgidas por el Gobierno de mostrar logros en todo momento, la milicia también construyó un gran andamiaje de victorias de papel. El país descubrió con sorpresa que muchas de las bajas subversivas que se presentaban a los medios, eran inocentes civiles, engañados o secuestrados, y luego asesinados, después de disfrazarlos como guerrilleros.

Pese a que familiares de las víctimas, ONG y organismos internacionales habían hecho las denuncias, fue un descubrimiento macabro en Soacha que causó el necesario impacto en la opinión pública para mostrar que muchos de los “positivos” que lucían orgullosos los militares, eran falsos. En la población cundinamarquesa fueron reclutados jóvenes de estratos marginales para luego llevarlos a lugares distantes donde les dieron muerte para hacerlos aparecer como muertos en combate contra el ejército.

Tímidamente primero, y luego con voz airada las denuncias crecieron demostrando que este caso no era aislado. En la Costa, en el Tolima, en el sur de Colombia, en los Santanderes, en muchos lugares, la práctica era la misma. No más en Valle, se habla de más de doscientas ejecuciones extrajudiciales. Mendigos, desempleados, débiles mentales, simples marginados, conforman este universo de víctimas.

Un año en el que a la par de las victorias de verdad, hubo muchas de papel, tantas que hacia el futuro se vislumbran muchas condenas al Estado colombiano por parte de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y de los organismos internacionales. Tan evidentes que ya pasan de 30 los altos militares llamados a calificar servicios. Empero, pareciera que para el Gobierno es un tema secundario, al extremo que saboteó la ley de víctimas que cursaba en el Congreso, hasta el punto de desfigurarla, convirtiéndola en reina de burlas.

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En estos días llenos de noticias relacionadas con la crisis económica, ya mundial, confianza es una palabra que se menciona muy frecuentemente: confianza en los países, confianza entre bancos, confianza en los mercados, confianza de los consumidores, etcétera, y es el factor protagónico en esta situación, casi tan compleja como la búsqueda de la paz mundial.

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Difícil que se repita un año con tantos acontecimientos juntos que marcarán, sin dudas, el rumbo de los próximos años. De todo hubo como en botica. Aunque los actores armados y sus víctimas fueron protagonistas de primer orden, no se quedan atrás los poderes públicos por su enfrentamiento, la segunda reelección de Uribe que trazó la agenda política y las maniobras delictivas que signaron la primera.

Tampoco las fuerzas armadas por sus triunfos, pero también por sus falsos positivos, el despertar de la sociedad civil y la economía que, al final de año marcó el punto de quiebre de la popularidad del Presidente de la República, sin olvidar el escenario internacional donde Colombia se convirtió en el paria de América Latina, merced a la visión monopolar de nuestras relaciones exteriores, girando en torno al gobierno de Bush, como la panacea destinada a resolver todos nuestros problemas.

Esta es la primera de cuatro entregas.

El personaje del año

El 6 de marzo de 2008 en Santiago, manifestantes chilenos portan pancartas apoyando al terrorista Luis Édgar Devia, alias Raúl Reyes, muerto en territorio ecuatoriano por fuerzas de seguridad colombianas el 1 de marzo de 2008 (Foto: antitezo / Flickr, licencia CC-BY-NC-SA)

Definitivamente Raúl Reyes. No sólo porque su muerte significó el punto de quiebre para las FARC sino porque, después de muerto su influencia en la política interna y externa de nuestro país fue decisiva en el año que culmina, y por lo que se ve, lo seguirá siendo en los próximos meses.

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Mientras se celebra la XIV Conferencia de Cambio Climático que las Naciones Unidas organiza en Polznan (Polonia) hasta el 12 de diciembre, escucho las voces de las Naciones Indígenas. Junto a un fuego se han reunido. Un anciano indio mohave llegado de Arizona dice "hay algo muy especial en lo que estamos haciendo, la gente que no es indígena hace una fogata enorme, tan grande que tienen que apartarse. Nosotros, sin embargo, hacemos un fuego pequeño para que todo el mundo tenga que acercarse". Así fundidos, se puede sentir el calor humano, la más sostenible de las energías.

Extracto del artículo Sabidurías Indígenas de Gustavo Duch Guillot, publicado en El País de España.

Hace pocos días la Organización Meteorológica Mundial (OMM, agencia de la ONU), en su último estudio sobre cambio climático, afirmó que este año 2008 se caracterizó por fenómenos climáticos extremos, en los que las temperaturas registradas fueron, en promedio, las más altas desde 1850, momento en donde se empezaron a hacer los primeros registros climáticos. Como fue evidente durante este año, cada vez es más frecuente encontrarse con la ocurrencia de fenómenos metereológicos extremos, desastres, inundaciones y catástrofes ecológicas y humanas que se registraron en varios países, y Colombia no fue ajena a esta situación.

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“Nadie como los pueblos indígenas conoció y respetó los secretos de la tierra; nadie como los Incas supo cultivar los Andes sin destruirlos; nadie como los pueblos amazónicos supo vivir en la selva sin arrasarla; tenemos el deber de escuchar sus sabidurías y hacer de esos sabios poseedores de intuiciones y visiones milenarias valiosos consejeros del porvenir”.
William Ospina^[1]

Pancarta en la entrada de la carrera 30 con calle 45 de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá, donde la marcha indígena se hospedó en noviembre de 2008 (Foto: Julián Ortega Martínez / equinoXio, licencia CC-BY)

Para dejar de ser invisibles hay que volverse visible, una verdad de Perogrullo, pero que muchas veces se olvida. Así como los secuestrados por las FARC hoy son parte del país gracias a la terquedad de sus familias, los indígenas también lucharon en 2008 por ocupar su lugar.

Este año, en lo que todo fue posible, también fue el de los indígenas. Después de años de incumplimientos, de despojos de tierras, de cientos de muertos, de persecuciones, señalamientos, acosos de los actores armados, de desidia y olvido, el movimiento indígena, también hizo presencia en el país.

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La cultura nacional no podía ir en otro sentido distinto al del país: hacia atrás. Ni siquiera estancada. Porque da grima recordar que los hechos del 2008 fueron los crímenes de lesa humanidad llamados “falsos positivos” y la penosa historia de DMG. Bueno, también y por fortuna el rescate de secuestrados en la Operación Jaque.

En los campos que generalmente denominamos cultura, las actividades fueron apenas de sobrevivencia. Y como en los años anteriores de la hegemonía uribista, apenas algunos hechos aislados y a veces casuales –en el sentido de que no responden a una política– nos salvaron del naufragio.

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Como ya es tradicional por esta época de fin de año, es tiempo de destacar a los mejores deportistas nacionales por sus triunfos durante el presente 2008, que está a punto de finalizar. Sobra decir que el escalafón de ganadores, en oro, plata y bronce, así como el de los perdedores, que reciben la indeseable presea de cuero, es meramente subjetivo. Cada quien tendrá un podio diferente y motivos valederos para sustentarlo. A continuación les presentamos los mejores y los peores del año, en opinión de este servidor.

Medalla de oro

Las campeonas tras la proclamación, luego del empate entre Brasil y Argentina (Foto: Marco Muga / Asociación Nacional de Fútbol Profesional de Chile)

La distinción recae en un par de campeones: Uno en grupo y el otro individual. El primero corresponde a la selección de fútbol femenino sub 17, que obtuvo el título sudamericano de su categoría en el torneo celebrado en Chile en el mes de enero. Las muchachas, dirigidas por Pedro Ignacio Rodríguez, cumplieron una apretada fase inicial, empatando 1-1 con Ecuador y Chile, y goleando 3-0 a Argentina y 5-0 a Bolivia. En el cuadrangular final, que daba tres cupos al Mundial Sub 17de Nueva Zelanda, a pesar de la derrota 1-3 ante Brasil, las colombianas supieron sobreponerse, apabullando 4-1 a las argentinas y 7-2 a las paraguayas. Las figuras descollantes de ese equipo fueron Tatiana Ariza, Íngrid Vidal y Laura Cosme. Es la primera vez que un seleccionado colombiano obtiene un título oficial de FIFA/Conmebol jugando en el extranjero (en la rama masculina, Colombia ganó dos veces el Torneo Esperanzas de Toulon, en Francia, pero este es un evento de carácter invitacional). En el Mundial Nueva Zelanda 2008 no le fue bien a Colombia, pues el combinado nacional fue eliminado en primera ronda, tras empatar 1-1 con Dinamarca y Canadá, y perder 1-3 con la selección local, y puede decirse que se pagó la novatada, porque a nivel del continente hay con qué, pero todavía falta bastante cuando la competencia es frente a mujeres futbolistas de otras latitudes.

El otro merecedor al lugar de privilegio es el pedalista Fabio Duarte, flamante campeón de ruta, categoría sub 23, luego de ganar un circuito de 17,3 kilómetros en los Mundiales de Ciclismo de Varese, Italia, con un tiempo de 4 horas, 17 minutos, dos segundos. Este joven corredor, nació en Facatativá, Cundinamarca, el 11 de junio de 1986, y milita en el equipo Colombia es Pasión.

Medalla de plata

Les corresponde precisamente a los colombianos que subieron al podio de los vencedores, durante los XXIX Juegos Olímpicos, y los XIII Juegos Paralímpicos, Pekín 2008. En las olimpiadas, Diego Salazar, se alzó con la plata en pesas, categoría 62 kg, luego de levantar 305 kilos. Jackeline Rentería, ganó el bronce en lucha femenina, categoría 55 kg, venciendo a su colega rumana Ana Paval. En las competencias paralímpicas, el atleta Elkin Serna obtuvo la medalla de plata en la maratón y el nadador Moisés Fuentes ganó la de bronce en los 100 metros estilo pecho.

Medalla de bronce

Siguiendo con la onda olímpica, es meritorio el triunfo obtenido por Antioquia en los XVIII Juegos Nacionales, celebrados de manera conjunta entre Valle del Cauca y San Andrés. Como ya ha sido costumbre desde que existen las justas olímpicas criollas, la disputa del título general fue cosa de dos, entre antioqueños y vallecaucanos, lo cual solamente se definió en los últimos días de la competencia, pues el liderato en la tabla de medallería se fue alternando en un cerrado duelo a medida que transcurrieron las premiaciones en las distintas disciplinas. Al final, la delegación paisa ganó los juegos, con 163 medallas de oro, 131 de plata y 129 de bronce, para un acumulado de 423. Valle fue segundo con 149 de oro, 125 de plata y 111 de bronce, para un total de 385 preseas. La figura del certamen fue la nadadora antioqueña Carolina Colorado, quien se colgó nueve medallas de oro, marcó tres récords individuales nacionales (incluyendo 50 m mariposa, 100 m libre) e hizo parte de dos más en equipo (en 4x100m libre).

Medalla de cuero

Es apenas justo que luego de honrar a los triunfadores, haya un espacio también para el garrote a los fracasos deportivos colombianos en 2008. Los candidatos son bastantes, pero la infame medalla de cuero tiene a tres perdedores que la tiene más que merecida. El primero, Jorge Luis Pinto, al mando de la selección colombiana de mayores, por su estruendoso fracaso en las eliminatorias al Mundial Sudáfrica 2010. Como se ha reiterado siempre que nos referimos al tema, nadie desconoce las enormes capacidades de Pinto como DT, y que es una persona estudiosa y dedicada al fútbol, como pocos en este país. Sin embargo, hubo una serie de factores que se conjugaron para precipitar el pobre desempeño del combinado cafetero en su intento de llegar al mundial. La actitud extremadamente rígida de Pinto, su trato autoritario con los jugadores, su enfrentamiento con la prensa, los errores en la convocatoria de algunos que no aportaron nada, el cajonazo más que evidente de varios futbolistas que conspiraron contra él, echándose para atrás en los partidos y un esquema que generaba pocas opciones de gol, se sumaron todos para una pobre campaña en cuanto a números. Todavía existe la opción de clasificar, por el último cupo directo o por repechaje, pero teniendo los pies en la tierra, hay que decir que va a ser muy, muy difícil.

Continuando con el fútbol, en el rentado colombiano, hubo cuatro equipos históricos que se armaron para campeonar, pero que fueron un fiasco a la hora de obtener títulos o cupos a torneos internacionales. Atlético Nacional, tras ser en 2007 el único bicampeón desde que se juegan torneos semestrales, fue eliminado por Fluminense en los octavos de final de la Libertadores, no clasificó a los cuadrangulares del Apertura 2008 y en los del Finalización 2008, quedó en el último lugar de su grupo, sin ganar un solo partido. En el año, Nacional tuvo tres técnicos: Óscar Quintabani, Gabriel Barrabás Gómez y José Fernando Santa, y todos salieron por los malos resultados.

Para reemplazar al interino Bonner Mosquera, Millonarios contrató al cesante Quintabani, y con una nómina con muchos experimentados, pero no pudo clasificar a los cuadrangulares del Finalización (en el Apertura tampoco lo hizo y esto motivó la destitución de Mario Vanemerak). Los azules ajustaron 20 años sin ser campeones.

Sus colegas de patio, Santa Fe, tuvieron un técnico distinto en cada semestre y no ganaron nada. En el Apertura 2008, se hizo una cuantiosa inversión, a tal punto que se apodó al equipo “Ferrari”, por lo costoso de su nómina. El técnico Fernando el Pecoso Castro clasificó a los cuadrangulares, pero al no lograr el cupo a la final, por marcar muchos goles, pero a la vez recibir demasiados, y forzado por una descarada campaña radial en su contra, tuvo que renunciar. En su reemplazo se designó a Hernán Darío Bolillo Gómez, quien mejoró la defensa, pero volvió al equipo nulo a la hora de atacar. Como consecuencia, Santa Fe quedó por fuera de los cuadrangulares del Finalización, y perdió el cupo que tenía a Copa Suramericana, con el ahorro de puntos de la era Castro. El “Ferrari” se varó y los cardenales completaron 33 años sin ganar un título.

El Deportivo Cali también fracasó en 2008. El mejor equipo en cuanto a su conformación como empresa, y uno de los más sólidos en materia económica en el continente, sigue sin reflejar con resultados deportivos su buen desempeño institucional. El Cali fue último en su cuadrangular semifinal en el Apertura 2008 y eso fue la última puntilla en el ataúd para el técnico uruguayo Daniel Carreño, que fue sacado de su cargo por la junta directiva. Lo sustituyó un hombre de las divisiones menores, Ricardo Martínez, quien levantó el nivel de juego del club, entró al cuadrangular, pero no pudo meterlo en la final ante la superioridad manifiesta del América en ese grupo. Se anunció que para 2009 el técnico será José Eugenio Cheché Hernández.

Y para cerrar el prontuario de los chascos de 2008, es innegable la hecatombe de la delegación de Bogotá en los XVIII Juegos Nacionales. Después de romper la hegemonía de Valle y Antioquia, que se habían repartido la totalidad de los títulos en las anteriores ediciones de las olimpiadas colombianas, en 2004, la capital fue local y ganó el certamen, con base en una buena organización, buena escogencia de los representantes de las ligas bogotanas y echando mano de deportistas de otras regiones del país, que vistieron el uniforme rojo y amarillo del equipo cachaco. Pero en 2008, la situación no se manejó de la misma manera, y las aguas parecieron volver a su cauce. Antioquia fueron el uno y dos de la tabla de medallería y Bogotá fue tercera, con 133 de oro, 99 de plata y 108 de bronce, cifra inferior a la conseguida cuatro años atrás (en 2004 logró 152, 188 y 109, respectivamente). Este descalabro fue uno de los motivos de la renuncia del director del IDRD, José Tapias.