El que se acuesta con amigos
Columnas > Limpia - Mente Por: Johanna Pérez Vásquez16 dAmerica/Bogota Diciembre dAmerica/Bogota 2010 16:48 COT
Colombia - Cargada el 07.09.2017 00:05:16 COT
Las voces de equinoXio
16 dAmerica/Bogota Diciembre dAmerica/Bogota 2010 16:48 COT
15 dAmerica/Bogota Diciembre dAmerica/Bogota 2010 0:07 COT
Tal vez James Bond no sea un personaje cómic pero hay que decir que, antes de convertirse en leyenda del cine, sabrán que era un personaje de la literatura y de las tiras cómicas dominicales, pero bueno, el éxito fue tan arrollador y fulminante que en poco tiempo el cine desplazó a los otros medios y hoy en día todos ven en este agente secreto un icono cinematográfico.
Bueno, para darle materile a este año de columnas he decidido hacer una revisión a James Bond desde ese toque particularmente subjetivo que me caracteriza, y espero que tenga continuidad por parte de algún otro lector que, al igual que yo, reconozca en este personaje de ficción al tipo que en carne y hueso quisiéramos ser (bueno, menos a Daniel Craig, pero ya ahondaré en eso), por ahora….
Antes que nada resulta necesario definir la trascendencia del espía inglés en el imaginario cultural masculino. Bond es algo así como la encarnación de los deseos de todo hombre, es el aventurero a la vez que el caballero, el tramposo a la vez que el justo, el asesino a la vez que el sofisticado, el astuto a la vez que el arriesgado. En resumen, James Bond viene a materializar lo que ningún hombre llegará a ser, en ello radica la magia de este imperecedero héroe.
Más allá del atractivo de acción que los filmes ofrecen, encontramos una serie de elementos constantes que hacen posible la sustentación del sueño inalcanzable:
Esto último hay que analizarlo con cuidado, pues si uno desmenuza la saga Bond se dará cuenta de que las veces en que han tratado de mostrar un Bond romántico el resultado ha sido nefasto. Es más, tres actores en tres películas se han quemado por tal desacierto: George Lazenby (Al servicio secreto de su majestad), Timothy Dalton (Su nombre es peligro) y, aunque me cuelguen las fans, Daniel Craig (Casino Royale).
¿Por qué han fracasado estos Bonds? Bueno, en su momento profundizaré en cada uno de ellos, por ahora solo diré que el toque romanticón, meloso y cursi de los enamoramientos no encajará jamás en una historia donde el protagonista es un número. Ser el 007 no es sinónimo de ternura ni de besitos a la luz de la luna, es el código de un asesino con una misión que hay que cumplir por encima cualquier sentimentalismo.
Cuando Ian Fleming concibió a Bond tenía en mente a un ser carente de emociones, ególatra y despiadado, de ahí que no sorprende leer en alguno de sus libros como Bond antepone servirse una opípara comida al rescate de una chica en peligro de muerte. James fue entrenado para matar, para seducir por conveniencia y usar el sexo como arma para alcanzar sus objetivos: si las chicas a su lado no aguantaban el tren de la situación, pues qué pena por ellas.
Ahora, siguiendo este hilo conductor, es obligación presentar al Bond más cercano a la idea original, el que dejó la más honda huella, no solo por haber sido el primero sino porque honestamente dejó marcadas todas las pautas a seguir:
Curioso que de entrada sea un actor escocés quien haya asimilado mejor los caracteres de un espía inglés, pero así es la vida. Connery dejó muy claro con su estilo que Bond era un tipo sin escrúpulos, un hábil y descarado manipulador que sabía siempre donde estaba parado. Como dato adicional, es el único Bond fumador, luego de Connery a los productores les entró el miedo de promover el tabaquismo en los jóvenes asistentes y comenzaron a tachar paulatinamente su hábito tan marcado en los libros.
Como queda dicho pues, la saga de Connery nos presenta las películas mejor adaptadas a los libros originales, sobre todo las primeras: Doctor No, Desde Rusia con amor, Goldfinger, Thunderball y Sólo se vive dos veces. Luego vendría aquella regular adaptación de Los diamantes son eternos y la película alterna a la serie Nunca digas nunca jamás, que no es más que una readaptación de Thunderball.
Sería difícil elegir entre las primeras películas de Bond cual fue la mejor, queda entonces pues resaltar lo importantes que fueron cada una de ellas para fortalecer el mito de este héroe despiadado:
En Doctor No tenemos al hábil triunfador de casino que se queda no solo con la plata sino con la dueña de la misma. Es el Bond que viaja a lugares paradisíacos, que se las pilla todas y le madruga a cuanto asesino o asesina se le aparecen. De igual manera, es el Bond que no perdona vieja buena y que se despacha al maloso de turno con la frialdad que acredita su número.
En Desde Rusia con amor nos queda claro que a James el amor le importa un pito, es el Bond interesado que le sigue la cuerda a la vieja hasta que obtiene lo que quiere. Aquí aparece por primera vez el infaltable “Q” con sus trucos y se define al villanazo Blofeld, líder de ESPECTRO, la organización criminal que le dará a Bond dolores de cabeza durante buena parte de su saga. En este film se respira el ambiente original en el que el personaje fue concebido: la guerra fría.
Goldfinger muestra al Bond sofisticado que cachetea al villano en naipes y golf, es el Bond con el carrazo que hace de todo y por vez primera aparece la femme fatale, una tipa de armas tomar que se le iguala, amén del villano megalómano infaltable en toda película del 007 que se respete, con su monstruoso guardaespaldas de turno que resiste el uso y el abuso. Y cómo olvidar al carro “Bond” por antonomasia, el exquisito Aston Martín DB5 (a propósito, para mí ese es el automóvil por definición, lo demás son chatarras con ruedas).
Con Thunderball tenemos un Bond de mayor acción, metido de lleno en una crisis mundial y cargado ahora hasta las pelotas de cuanto recurso técnico y futurista se pudiera incorporar. No faltan las damas y se define la tonta de turno que no hace sino meterse en líos.
Sólo se vive dos veces es algo así como el cara a cara definitivo con Blofeld y su organización, es casi de locura hasta dónde debe llegar Bond y lo que aprende para dar la talla del villano, es como el Bond definitivo, el espía perfecto. Aquí la película se desprende un poco más del libro y tenemos un final feliz, en la versión original Bond se pierde como un año en el Japón con amnesia y confusión de identidad.
Da pena pero toca hablar de Los diamantes son eternos, de guión bastante regular, Connery no pudo salvar la situación ante los fallos argumentales, se venía tropezando desde el fracaso de Al servicio secreto de su majestad con el fatídico reemplazo de George Lazenby y al pedirle casi de rodillas a Connery para que volviera a ponerse el smoking nadie reparó en lo alejado que se muestra el guión que solo le debe al libro el título.
Por último está Nunca digas nunca jamás, la extraña idea de traer a Connery diez años después y ponerlo en una readaptación más moderna de Thunderball, que por cuestión de derechos se hizo independiente y por ende lo único que no incluye es la música original. Contra todo pronóstico la película pegó y caló, fue la despedida y emparejamiento con Roger Moore (ambos hicieron 7 películas de Bond).
Y bien, dejo hasta aquí esta primera parte donde ya James Bond alcanza su perfil completo, el personaje como tal está maduro y lo que sigue es la continuidad, que aunque parezca más fácil ha resultado bastante difícil y hasta vergonzante en algunos casos.
13 dAmerica/Bogota Diciembre dAmerica/Bogota 2010 21:21 COT
En un afán por darle reposo a los lectores que padecieron el anterior crucigrama, dejo a ustedes este pequeño momentum ligerum para explorar ese mundillo de nuestra seudo-farándula nacional, que a pesar de ser por demás paupérrima (amén de ciertos triunfadores internacionales que aún no comprendo cómo lo han logrado) permite llevar a cabo divertidos análisis.
Debo confesar que soy un lector ocasional de la revista Maxim en español… "¿Y eso qué?", preguntará más de un hombre, si ante todo es una revista que muestra toneladas de viejas en vestido de baño… bueno, aunque no me lo crean mi interés no se centra en las viejas que aparecen (en cierta medida, obviamente). Ocurre que en esta revista a veces surgen apuntes muy graciosos y comentarios bastante ácidos que son casi como un nutriente para este pecho.
En una publicación por ejemplo, realizaron un promedio de vida para David Hasselhofff a partir de sus éxitos y fracasos… como es de esperar al pobre le va como a perro en misa en el resultado y por eso he decidido adaptar este interesante análisis para algunas figurillas de la seudo-farándula nacional. A continuación examinaré los casos más sobresalientes en el ámbito musical. Por cada evento en sus vidas se suman o restan años a cada uno de estos personajillos…
6 dAmerica/Bogota Diciembre dAmerica/Bogota 2010 18:01 COT
Por Fernando Uribe de los Ríos*
Recuerdo ya vagamente en 1981 cuando egresé de la facultad de derecho de una Universidad de provincia que en mi pecho y en mi alma no cabía el valor de la justicia y mucho más grande aún el concepto que tenía de la Rama Judicial y sus miembros. Hablar en ese entonces del doctor Reyes Echandía y sus compañeros del Alto Tribunal era referirse a “Dignatarios” y “Juristas” en su sentido lato. Eran lo más grande, dignos de imitar, de emular.
28 dAmerica/Bogota Noviembre dAmerica/Bogota 2010 8:20 COT
Cuando la actividad deportiva está viviendo sus últimos momentos en la presente temporada, hemos querido presentar a tres figuras que, en nuestro concepto, son las más destacadas por su figuración y desempeño en las diferentes competencias en las que participaron. El orden es aleatorio.
24 dAmerica/Bogota Noviembre dAmerica/Bogota 2010 23:51 COT
Para sorpresa de muchos (que estadísticamente deben ser tres de los cuatro ociosos lectores de este espacio), al Doc le ha picado el gusanillo de los crucigramas, y es que para ser sinceros se puede medir el grado de vejez de una persona a medida que le van gustando más las palabras cruzadas.
En mi caso pues la cosa se me ha vuelto medio enviciadora y en una de esas ideas brillantes que se me ocurren y que luego terminan ahorcándome con mi propio lazo de majadería, pues terminé haciendo un crucigrama a mi gusto; es decir, plagado de referencias al cómic.
Lo presento a continuación con la esperanza de que nadie lo resuelva… Lo admito, llenar crucigramas es bastante jarto para las nuevas generaciones pero, bueno, si alguien se le mide le advierto de entrada que, aunque llegue a sentir que está complicado, pues confórmese con saber que diseñarlo fue 100 veces más difícil y que el suscrito quedó soñando con cuadritos dos noches seguidas.
Bueno, sin más preámbulos dejo aquí mi primer y ÚLTIMO crucigrama cómic, que lo disfruten y que Dios se apiade del alma del que lo resuelva pues estará peor que yo.
24 dAmerica/Bogota Noviembre dAmerica/Bogota 2010 13:33 COT
Luz Elena nunca será la actriz estelar de ninguna novela, jamás estará de modelo en una valla en la vía Rionegro-Las Palmas, no será reconocida en Hollywood, difícilmente será famosa. Pero en su historia, en la novela particular que todos los días escribe con la pluma de la rutina y el papel del destino, ella es la protagonista de su vida y hace en su existencia, acomodándose a las circunstancias, un libreto donde siempre será el personaje más importante.
Contradiciendo el verano extraño del décimo mes del año, la tarde está de color raro. Nubes moradas, grises y negras contrastan con pequeños espacios azules intensos que recuerdan los días antecedentes llenos de sol. Es amplia la paleta de tonalidades celestes, pero no es linda su combinación: acongoja, genera incertidumbre. Aun así, con amenaza de bañarme por segunda vez en las mismas veinticuatro horas, mis pies me animan a dejar atrás la fachada vieja de mi morada y avanzar por el camino rural de mi vereda, acompañada de mi teléfono descargado y de Blacky, mi cámara digital, con el cabello desgreñado, la cara limpia y ropa vieja. Olvidé que decenas de automóviles último modelo estarían surcando el pantano ocupados por personas bien vestidas, muy distintas a mí.
19 dAmerica/Bogota Noviembre dAmerica/Bogota 2010 9:58 COT
Una de las normas de la ortografía española, promulgada por las Academias, que más frecuentemente elude gran cantidad de personas, sobre todo jóvenes, es la de las tildes. Esto es lo que me incita a hacer un análisis de la misma, para ver si se deben eliminar.
Antes que nada, quise indagar la historia de la tilde en español, que, a diferencia de otras lenguas, tiene por fin indicar cuál es la sílaba acentuada, y no como en ellas, que tiene otras funciones, pero en ninguna, al parecer, con la finalidad de la española. Finalmente encontré en Internet lo siguiente:
18 dAmerica/Bogota Noviembre dAmerica/Bogota 2010 16:38 COT
17 dAmerica/Bogota Noviembre dAmerica/Bogota 2010 14:34 COT
Perseo guardaba siempre con mimo su pequeño libro de cuentos bajo su desgastada chaqueta. Se lo había regalado su Padre. Tan lleno de colores y animales sonrientes, princesas de largas trenzas y amaneceres interminables. De tapas duras y usadas, el mismo leído una y otra vez y del que nunca se cansaba soñar ser protagonista. El mismo libro que le acompañaba cada noche en la vigilia, antes de volver al mundo de los sueños en los que verdaderamente se sentía Él mismo. Era el romance que le susurraba al oído esas releídas historias del mundo brillante y resplandeciente que sobrevolaba cada noche.
Por el día, no lo sacaba a la luz más que en contadas ocasiones y lo guardaba con recelo para leerlo en su intimidad. A veces, cuando todo a su alrededor tomaba un cáliz más denso, encontraba el rincón sobre el que dejar deslizar su espalda en la pared y acurrucarse en secreto para abrir una de aquellas maravillosas páginas. Los mayores nunca comprenderían sus historias, pues la magia no estaba hecha para la mente sino para el corazón. Entre la muchedumbre de los adultos, Perseo y su fábula eran uno solo, coloreando el grisáceo entorno de su realidad con otra canción de esperanza.
Las acartonadas hojas de algún episodio le recordaban no exponerlo nuevamente al hostil mundo de ahí afuera. La última vez que confió en el cielo, la lluvia robó para siempre uno de sus capítulos. Mientras sus lágrimas se mezclaban con el azote de la tormenta, las gotas acariciaban su empapado rostro despertándole a un mundo diferente. Los duendes habían dejado de danzar alrededor de los cedros, en un extraño lugar dónde hasta las páginas más bonitas pueden sangrar ríos de colores.
Pero con el tiempo comenzó a dibujar sobre la superficie de aquellas páginas que la tormenta había renovado y secado para siempre. Ahora tenía un sitio dónde escribir su propia fábula, y comprendía que el mundo ya no era solamente el que otros habían pintado para él. Aprendió a amar a la lluvia, aquella que había purificado el corazón con el que hoy redactaba su propia leyenda.
Hoy Perseo desabrocha los botones de su pequeña chaqueta y abraza con su libro al mundo que le rodea. Queriéndolo como es, sin pedir nada a cambio. Recuerda en la eternidad de las más profundas noches, como acunaba en su regazo el presente de esperanza en el que cobijarse, bendición que tantas veces le dio fuerza para seguir siendo inocente.
Cual espejo del pequeño que todos llevamos dentro, sus cuentos siguen más puros y vivos que nunca ahora que son uno con los elementos. Sabe que el Cielo sonríe para Él cuando tiene ojos para verlo. Y sabe que un día, creer en sus hadas, hará que la misma lluvia purificadora de aquel entonces de esta vez vida al más precioso de los capítulos con los que sueña cada noche.
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